miércoles, 30 de enero de 2019

Excursión 445: Las Cárcavas y Barrancas de Burujón

FICHA TÉCNICA
Inicio: Burujón 

Final: Burujón
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 20 Km
Desnivel [+]: 249 m
Desnivel [--]: 249 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 32

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN

En un lugar de la mancha de cuyo nombre quiero acordarme… Si, “Burujón”!! Reconozco que el nombre no me sonó nada bien acostumbrado al idioma refinado que aprendí cuando vine a esta tierra maravillosa.

Con esta primicia quise saber de dónde viene el nombre, hay os dejo algo de historia (Wikipedia):

· Del germano “burgus” que con el despectivo castellano significaría pequeño grupo de viviendas.

· Del árabe “burg” que con el mismo despectivo significaría pequeño torreón.

A lo nuestro, quedamos a las 11h de la mañana para iniciar nuestra caminata, como hacía mucho tiempo que no acudía a la llamada de nuestro querido pastor “Antonio”, tenía mucha ilusión y llegamos con antelación. No fuimos los primeros porque eso es muy complicado, ahí estaba Melchor con su furgoneta inconfundible.

Enseguida empezaron a llegar coches con amigos que hacía mucho que no veía, que alegría!! Además conocí a tres nuevas compañeras, más tarde me enteré que para una de ellas era la primera vez, para otra la segunda y de la tercera no tengo este dato pero si he visto que le gusta la fotografía. Pido disculpas pero recordar nombres es uno de mis pocos defectos, no es lo mío.

A las 11 en punto nuestro líder dio la señal de salida y nos pusimos en marcha, un total de 32 caminantes. Nada más salir del pueblo nos dimos buena cuenta del carácter ganadero de este lugar, el olor típico de las granjas porcinas nos envolvió para "disfrute" de nuestros sentidos.

Durante la primera parte del camino vimos como nuestros amigos caninos practicaban el instinto de la caza con algún animalito de la tierra sin mayor fortuna por suerte.

Así continuamos nuestro camino por tierras típicas manchegas con las habituales charlas entre amigos de diferentes contenidos, la idea de la organización era llegar a las Barrancas de Burujón por la parte del Tajo y disfrutar de sus vistas desde abajo, es decir, desde el río.

Pero mira por donde cuando estábamos llegando al río se nos presenta un supuesto guarda de la finca que muy amable pero también enérgicamente nos invitó a dar la vuelta. dado que se trataba de finca privada, con supuesto prohibido el paso, de estos carteles yo y todo los demás hemos sobrepasado unos cuantos en nuestras excursiones.

Los comentarios fueron varios, robarle el coche... esconderle en los pocos arbustos presentes... abalanzarse sobre él y vete a saber que más… pero con el buen criterio de siempre, nuestro pastor dijo que nada de excesos y dimos la vuelta por dónde habíamos venido.

Por desgracia nos quedamos sin ver la vista de las barrancas desde el río, pero como consuelo os dejo una imagen de lo que hubiera podido ser…

Las malas lenguas opinaron que fue la primera vez en una excursión nos obligaban a darnos la vuelta, los cronistas con más experiencia podrán confirmarlo, lo bueno fue que al salir de la finca pudimos reponer fuerzas con el merecido Ángelus.

Con fuerzas renovadas emprendimos el camino hacías las Barrancas, del paisaje hasta ahora poco que comentar, campos de cultivos multicolor, prácticamente llano.

Cuando llegamos a Las Barrancas ya fue otra cosa, el Gran Cañón del Colorado en miniatura. Disponía de muchos miradores desde donde se puede disfrutar de las maravillosas vista de este paisaje único. Fue en uno de estos miradores donde hicimos la foto de grupo para el recuerdo.

Rodeando Las Barrancas pudimos apreciar la magnitud del paisaje en todo su esplendor, con el río Tajo a sus pies, lo que le otorga un plus de belleza.

Saciada nuestra ansia de impresionantes paisajes, emprendimos el camino de vuelta hacia Burujón por el típico campo manchego donde incluso vimos agricultores con su tractor trabajando la tierra.

No quiero dejar de mencionar la llegada a las afueras del pueblo, donde nos encontramos con varias granjas de abono natural que sobrepasaron con creces los olores del inicio de nuestra marcha, culminamos la jornada con una merecida cerveza en el bar de la plaza del pueblo.

Por todo ello a esta excursión le otorgo 4 sicarias.
Fernando Lappano 

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