Inicio: Aparcamiento de La Besurta. Benasque
Final: Cascada de Aiguallut
Tiempo: Una hora y media
Distancia: 4,8 Km
Desnivel [+]: 230 m
Desnivel [--]: 224 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 8
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
Cuarta excursión por el Pirineo, que más bien fue un relajado
paseo por los Llanos del Hospital de
Benasque, tras la paliza del día anterior. Hasta aquí llegamos para admirar las bonitas vistas del Perdiguero desde
los ibones de Plan d´Están. Después iniciamos el sendero que conduce a la
impresionante Cascada de Iguallut desde el aparcamiento de La Besurta, pero por
falta de tiempo tenemos que volver apenas iniciado el camino.
Es un paseo de apenas hora y media de duración total,
imprescindible para todo el que viaja por primera vez al Valle de Benasque,
siendo probablemente el lugar más visitado de este valle. El Forau de
Aiguallut es una sima por la cual desaparecen las aguas procedentes del glaciar
del Aneto para resurgir nuevamente en superficie en el Vale de Arán, en la
cuenca río Garona, el cual desemboca en el mar Atlantico en la ciudad
francesa de Burdeos.
Antes de su desaparición las aguas procedentes del glaciar del Aneto desembocan en la gran pradera del Plan de Aigullut, por donde serpentea formando pequeños meandros hasta precipitarse por la vistosa cascada de Aiguallut la cual desemboca directamente en la gran sima de Aiguallut.
Antes de su desaparición las aguas procedentes del glaciar del Aneto desembocan en la gran pradera del Plan de Aigullut, por donde serpentea formando pequeños meandros hasta precipitarse por la vistosa cascada de Aiguallut la cual desemboca directamente en la gran sima de Aiguallut.
De regreso, paramos en el Hospital de Benasque a tomarnos
algo en su privilegiada terraza con vistas al valle de Lliterola y la Cascada
de Gorgutes, además de contemplar el curioso y espléndido museo sobre los orígenes
del Hospital.
Para dar por terminada nuestra inolvidable aventura por el
Pirineo, comimos en el restaurante del camping Bellavista, junto al embalse
Barasona, donde recordamos las anécdotas vividas en común, sin duda lo mejor
del viaje.
Y para terminar, quiero reproducir las bellas palabras que
Henry Russell escribió en "Souvenirs d'un montagnard" y que encabezan
el magnífico libro de Alberto Martínez Embid del que he extraído algunos datos
de estos reportajes: "He visto bastantes montañas: el Himalaya, los Andes,
los picos fúnebres de Nueva Zelanda, los Alpes y el Altai; todas, más nevadas
que ahora.
Durante toda mi vida he amado, yo diría que he adorado a las montañas, ascendiéndolas con pasión.
Puedo comparar entre sí a muchas de ellas; pero, por ciego que sea el amor, creo tener razón al admirar más que nunca a los Pirineos, a su cielo tan azul y limpio, a sus hielos resplandecientes, a sus aspectos vaporosos, a las llanuras ardientes y aterciopeladas adormecidas en su base bajo el sol más hermoso, y a esas aguas maravillosas que escapan de las nieves con furor, para calmarse enseguida sobre céspedes horizontales y serpentear en silencio entre tapices de flores tan raras y encantadoras que apenas nadie osa caminar sobre ellas.
En la naturaleza pirenaica existe una poesía extrema, una armonía de formas, colores y contrastes que no he visto en ninguna otra parte".
Durante toda mi vida he amado, yo diría que he adorado a las montañas, ascendiéndolas con pasión.
Puedo comparar entre sí a muchas de ellas; pero, por ciego que sea el amor, creo tener razón al admirar más que nunca a los Pirineos, a su cielo tan azul y limpio, a sus hielos resplandecientes, a sus aspectos vaporosos, a las llanuras ardientes y aterciopeladas adormecidas en su base bajo el sol más hermoso, y a esas aguas maravillosas que escapan de las nieves con furor, para calmarse enseguida sobre céspedes horizontales y serpentear en silencio entre tapices de flores tan raras y encantadoras que apenas nadie osa caminar sobre ellas.
En la naturaleza pirenaica existe una poesía extrema, una armonía de formas, colores y contrastes que no he visto en ninguna otra parte".
Lo suscribo de principio a fin y añado que después de haber disfrutado de estas cuatro excursiones, mis primeras por Pirineos, ya no podré dejar de querer volver a ellos para siempre.
Por todo ello la Agencia Madi Senderismo otorga una valoración de 5, la máxima nota, a esta bonita excursión, que cerró este año nuestra aventura por los siempre cautivadores Pirineos.
Paco Nieto
FOTOREPORTAJES
* Fotos de Antonio Domínguez
* Fotos de Antonio Villaverde
* Fotos de Joaquín Pérez
* Fotos de José Luis R. Rubiales
* Fotos de Juan Martínez
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