Inicio: Refugio de Estós
Final: Aparcamiento Valle de Estós. Benasque
Tiempo: 12 a 13 horas
Distancia: 20 Km
Desnivel [+]: 1523 m
Desnivel [--]: 2102 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Alta
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 8
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
Así es que nos levantamos
temprano en el refugio de Estós y tras desayunar lo de siempre recogimos y, con
las mochilas llenas, nos fuimos en busca del ansiado pico. Primero el camino
fue cómodo, bajando a la Cabaña del Tormo, desde donde iniciamos el ascenso de
los casi 1500 metros de desnivel hasta la cumbre.
Pero al llegar a un espeso bosque de pinos, pasados los antiguos cuarteles militares, nos dimos cuenta de lo que nos esperaba, ya que, como aperitivo, el remontar el bosque supuso trepar por una dura pendiente. Pero, con todo, lo más duro estaba por llegar.
Pero al llegar a un espeso bosque de pinos, pasados los antiguos cuarteles militares, nos dimos cuenta de lo que nos esperaba, ya que, como aperitivo, el remontar el bosque supuso trepar por una dura pendiente. Pero, con todo, lo más duro estaba por llegar.
Tras pasearnos por unas bonitas
praderas que bordean la Tuca Gargallosa, nos dirigimos por una primera pedrera
al Ibonet de Perdiguero, contemplando a nuestro paso cómo tomaban el sol unas inquietas
marmotas, pasando después a remontar una segunda pedrera, más larga e incómoda que nos condujo hasta el Collado Ubago (2703
m).
Tras reponer fuerzas y contemplar las inmejorables vistas hacia el este del valle de Lliterola, con el Macizo de la Maladeta de fondo, y el del este de Batisielles, emprendimos la prueba más dura de la jornada, atacar la inmensa mole de piedras sueltas que forman la cara este del Perdiguero.
Tras reponer fuerzas y contemplar las inmejorables vistas hacia el este del valle de Lliterola, con el Macizo de la Maladeta de fondo, y el del este de Batisielles, emprendimos la prueba más dura de la jornada, atacar la inmensa mole de piedras sueltas que forman la cara este del Perdiguero.
Por una interminable pirámide de
canchal llegamos al Hito Este del Perdiguero (3170 m), desmoralizados porque a lo lejos,
el último tramo de subida a la gran cima estaba ocupado por un nevero de muy
mala pinta.
Pero gracias al buen hacer de Juan y de ir prevenido para cualquier eventualidad, con la seguridad que nos dio el improvisar un cordal de seguridad, pudimos al fin hacer realidad nuestra ilusión de coronar el "Pejiguero", como le llamaba ya Joaquín a este mítico pico. Celebramos a lo grande el haber conseguido, para unos, el primer tresmil, para otros uno más.
Pero gracias al buen hacer de Juan y de ir prevenido para cualquier eventualidad, con la seguridad que nos dio el improvisar un cordal de seguridad, pudimos al fin hacer realidad nuestra ilusión de coronar el "Pejiguero", como le llamaba ya Joaquín a este mítico pico. Celebramos a lo grande el haber conseguido, para unos, el primer tresmil, para otros uno más.
Sólo cuando se
está a estas alturas y se disfruta de las impresionantes y maravillosas vistas
del entorno, se comprende que todo esfuerzo para llegar hasta allí merece la
pena.
Y como final de
excursión en el próximo capítulo contaremos nuestro paseo que al día siguiente
realizamos por el valle de Benasque.
Por todo ello la Agencia Madi Senderismo otorga una valoración de 5 Sicarias a esta excursión.
FOTOS
* Fotos de José Luis R. Rubiales
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