FICHA TÉCNICA
Inicio: Navacerrada
Final: Navacerrada
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,7 Km
Desnivel [+]: 651 m
Desnivel [--]: 646 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 52
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
Para celebrar el éxito del 2014, en
nuestro último encuentro del año no podíamos por menos que acabar degustando en
camaradería el inefable “cocido posteño” seguido de una sobremesa ambientada
con arte. Para ello había que estar en Las Postas a las dos en punto; como
Antonio no quería perderse las espectaculares vistas que ofrece el mirador de
Las Canchas en estas fechas, la solución estaba en subir todo derecho por la “senda
de El Cojo”, también anunciada eufemísticamente como “senda de los Miradores”.
Antes de iniciar la marcha, parece ser
que Antonio y Paco ya habían saludado al Cojo, a quien habían encontrado
trajinando por el pueblo, así que seguimos su rastro y, tras atravesar todo el
casco urbano, iniciamos la subidita por el pinar, al principio ligera.
Enseguida nos topamos con un rebaño y, sin darnos cuenta, se nos pegó un joven
mastín negro, confiado y lametón, que ya nos acompañó hasta que al bajar lo
devolvimos a sus quehaceres.
La senda se iba complicando y la
pendiente se hacía más pronunciada, pero merecía la pena porque nos
adentrábamos por el cauce del arroyo del Chiquillo, que bajaba cantarín entre
la vegetación. Un poco más tarde cruzábamos el arroyo para seguir ascendiendo
por el pinar, ya entre rocas y con bastante esfuerzo; algunos nos quedamos algo
rezagados pero tuvimos la suerte de que los demás equivocaron el camino, así
que les alcanzamos en un claro del monte mientras tomaban las viandas de media
mañana.
El último tramo, desde el cruce con la
senda Ortiz hasta el mirador, costó menos, quizá porque íbamos encantados
contemplando el paisaje, ya que el bosque se abría cada vez más y nos podíamos
detener en numerosas atalayas. Pero ningún panorama puede igualarse al que se
disfruta al llegar arriba, siempre arrebatador aún para quienes ya es familiar;
no digamos lo sorprendente que resulta a quienes lo descubren por primera vez:
Ana F. no quería bajar, a pesar del viento helador que barría la explanada.
Volvimos, ya por la pista, hasta el
lugar donde estuvo el “hospital de Walpurgis”, no sin antes detenernos para
hacer la foto de grupo en un roquedo escogido para que cupiéramos todos: ¡Nada
menos que 52! Después abandonamos la pista y tomamos un bonito camino, ya en
desuso, que nos llevó directos a La Fonda Real, en la carretera al puerto de
Navacerrada. Desde aquí, Antonio nos guió para entrar enseguida en el pueblo
por intrincados recovecos y atravesarlo de nuevo para llegar a la hora
convenida a Las Postas, donde algunos senderomagos más se sumaron a la
celebración.
Del restaurante no puedo decir más que
cosas buenas, a pesar del piano que tuvo que sufrir Paco C. y otros antes que
él. La disposición de las mesas, el servicio y la paciencia del personal, como
nunca. El cocido estaba insuperable (los más garbanceros repetimos sopa y
garbanzos hasta la saciedad) y el menú tenía una pinta suculenta.
Pero, como siempre, lo mejor de todo fue
la sobremesa, amenizada esta vez, no sólo por Joaquín entonando con pasión el
himno informal del GMSMA, o por José Mª recitando con maestría a José Larralde,
o por el esforzado trabajo de Paco C. con el piano, sino por la presentación en
primicia de “La Rondalla del GMSMA”, voces y guitarras que sonaban de fábula y
que ejecutaron un amplio repertorio, algunas de cuyas piezas fueron coreadas
por todos y muy celebradas.
También se le entregó a Antonio un nuevo
GPS como reconocimiento a su encomiable labor; GPS al que podrá sacar partido
con el ofrecimiento que Juan nos ha hecho para explicarnos sus secretos, cosa
que Antonio agradeció en nombre de todos, incluida la que buscó
infructuosamente su estrella blanca en internet.
Para finalizar hubo una larga nominación
de estrellados, aunque sólo Nicolás y Fernando D. pudieron recibir el emblema
en el momento. Yo me quedé a medio camino, ya que no lo recibí pero fui
doblemente estrellado merced al incontrolable fervor de Fernando S. (“cosas que
pasan…”).
VÍDEOS
* Vídeo 1 de Carlos Muñoz
* Vídeo 2 de Carlos Muñoz
* Vídeo de José María Mascaraque
FOTOS
* Fotos de Antolín
* Vídeo 1 de Carlos Muñoz
* Vídeo 2 de Carlos Muñoz
* Vídeo de José María Mascaraque
FOTOS
* Fotos de Antolín
Buen lugar se ve que es muy relajante
ResponderEliminar