Inicio: JV-2222 Km 13,8
Final: JV-2222 Km 13,8
Tiempo: 1 hora
Distancia: 2,5 Km
Desnivel [+]: 220 m
Desnivel [--]: 209 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: Sí
Desnivel [--]: 209 m
Tipo: Ida y vuelta
Dificultad: Baja
Pozas y agua: No
Ciclable: Sí
Valoración: 4,5
Participantes: 33
MAPAS
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
TRACK
RESUMEN
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
Como aperitivo para patear la sierra de
Jaén, de camino a Matamulillos y la Chimba, Paco D. nos había preparado una
paradita en el castillo de Otiñar; así estirábamos un poco las piernas.
El día anterior, en nuestro recorrido
urbano por Jaén y sus monumentos, ya muchos de nosotros habíamos quedado
sorprendidos del relieve tan accidentado en que se asienta la ciudad, con
escabrosas montañas enmarcándola en su parte sur. Hoy tocaba adentrarnos en la
sierra por el valle del río Quiebrajano, por el cual discurría una de las principales vías de comunicación con Granada
en la Edad Media.
Como consecuencia de la conquista de
Jaén por Fernando III, éste firmó con el rey nazarí de Granada, Alhamar, un tratado
muy ventajoso para el rey cristiano, el Pacto de Jaén, en el que se
establecieron nuevas fronteras con el reino de Granada que permanecerían casi
inalterables hasta la conquista de dicho reino por los Reyes Católicos
(Wikipedia dixit).
Pues bien, el castillo de Otiñar se encuentra situado a dos leguas en línea recta de la ciudad de Jaén, distando una legua más de la antigua frontera, de lo que fácilmente se infiere que se irguió como puesto de vigilancia y defensa de la ciudad de Jaén.
Pues bien, el castillo de Otiñar se encuentra situado a dos leguas en línea recta de la ciudad de Jaén, distando una legua más de la antigua frontera, de lo que fácilmente se infiere que se irguió como puesto de vigilancia y defensa de la ciudad de Jaén.
La carretera que se interna en el valle
serpenteando desde la ciudad ya ofrece en sí misma el atractivo de unas vistas
esplendidas de la sierra y el valle, discurriendo en buena parte sobre los
cañones del río.
Cuando se alcanza la cota próxima al cauce, pasado el desvío a la población de Otiñar, a la derecha se abre el barranco de La Tinaja, por el cual se accede al castillo.
Cuando se alcanza la cota próxima al cauce, pasado el desvío a la población de Otiñar, a la derecha se abre el barranco de La Tinaja, por el cual se accede al castillo.
Nada más comenzar a andar, Paco D. llamó
nuestra atención para que nos fijáramos en la gran concavidad rocosa formada
bajo la colina que sustenta el castillo. En ella se pueden apreciar, amén de
rastros de fogatas intemporales, diversos petroglifos, entre los que predominan
los formados por varios círculos concéntricos. Parece ser que datan de la edad
del cobre y pudieran tener relación con sepulcros colectivos de la época.
Siguiendo la senda que avanza por el
barranco y girando a la izquierda, se observaban ya los restos del castillo,
pero, antes de continuar, nos entretuvimos a media ladera recreándonos con un
espléndido almendro en flor, una señal más de que este invierno no es invierno.
Enseguida llegamos a los restos del
castillo, entre los que deambulamos haciendo nuestras propias hipótesis sobre
el uso que tenían en su momento las diversas dependencias.
Destacaba, entre todas, la torre del homenaje, aún erguida en buena parte. Desde sus proximidades oteamos el paisaje, alzando la vista para contemplar las elevadas cumbres que nos rodeaban.
Destacaba, entre todas, la torre del homenaje, aún erguida en buena parte. Desde sus proximidades oteamos el paisaje, alzando la vista para contemplar las elevadas cumbres que nos rodeaban.
Antes de abandonar las ruinas, mientras seguíamos aventurando usos remotos
del lugar, Jesús C., a la vista de varias buchacas distribuidas en línea en la
base de la construcción, hizo la más imaginativa predicción de todas: Que
servían para introducir maderos y que así, cada año, los
costaleros de Jaén pudieran sacar el castillo en procesión.
Ya sólo quedaba bajar por el mismo
camino y continuar viaje unos cuantos kilómetros más en dirección a nuestro
objetivo principal del día.
Este paseo inicial fue cortito pero muy
chulo. Madi le otorga 4 sicarias y media.
Melchor
FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de Francisco Nieto
* Foto reportaje de Francisco Nieto
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