miércoles, 25 de mayo de 2016

Excursión 296: Monte de Romanillos

FICHA TÉCNICA
Inicio: Boadilla
Final: Boadilla

Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  15,7 Km
Desnivel [+]: 158 m
Desnivel [--]: 158 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: 
Valoración: 3
Participantes: 40

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
Por fin algunos se salieron con la suya y han conseguido que yo escriba una crónica. Teniendo en cuenta que conozco la zona, imagino que me será más fácil, así que al grano.

Personados en el lugar indicado, se comprobó que acudimos a la cita 40 senderomagos, distribuidos en 28 hombres y 12 mujeres. Una vez hechos los correspondientes saludos de rigor, nos disponemos a comenzar esta marcha circular a través del monte Romanillos, que después de la anterior de la Pedriza, donde las piedras nos hicieron tanto sufrir, había de ser un paseo dominical. A ella nos acompaña por primera vez Paco S. amigo de Pepe M.

Partimos de la urbanización del Olivar de Mirabal tomando un camino que transcurre paralelo a la carretera M-113 que une Boadilla del Monte con Brunete. Dicho camino atraviesa unas tierras de cultivo para a continuación adentrarse en el monte Romanillos.

Este monte se ubica dentro del curso medio del Parque Regional del río Guadarrama y pertenece en su mayoría al término municipal de Boadilla del Monte y una pequeña parte a Majadahonda, su principal vegetación está compuesta por dehesas de encinas, pinos, fresnos, alguna tierra de cultivo y grandes praderas donde pastan algunos rebaños de ovejas.

El monte pertenece a los descendientes de la Casa de Alba, concretamente al Duque de Berwick y Don Jacobo Hernando fitz James Stuart, descendientes de la Casa de Alba; parece ser que esta finca en otros tiempos tenía más habitantes que el propio Boadilla, y los actuales propietarios, hace unos años lo vallaron para cortar el paso (puertas al campo), pero los  ayuntamientos de Boadilla y Majadahonda interpusieron una denuncia. El Juez ha dictado un Auto por el que ordenó, como medida cautelar, que se diera acceso a los caminos eliminando para ello cualquier obstáculo existente: puertas, cadenas, piedras, barras, etc

Pero volvamos a la marcha. Una vez dentro del monte tomamos un camino que desciende junto al arroyo Calabozo hacia el río Guadarrama, más abajo cruzamos dicho arroyo, que en los últimos días han desbrozado y han construido un puente con los troncos que han cortado. A muy pocos metros de dicho puente nos encontramos con un acueducto de cuatro arcos construido en ladrillo y junto a éste los restos de un depósito de agua y dos pozos. Dicho acueducto parece que se utilizaba para llevar el agua de los pozos a unas huertas que se encuentran como a un kilómetro

Una vez en dicho lugar y después de las fotografías correspondientes, nos dividimos en dos grupos: Antonio y los que traían perros se fueron campo través, para no pasar junto a una casa en la cual se encontraban varios mastines; el resto seguimos por el camino que traíamos hasta  llegar a otro camino que tomamos a la derecha y asciende en dirección a la casa ya citada y que es utilizada por los pastores, siendo en otros tiempos propiedad de los capataces  de dicha finca

Al acercarnos a la casa nos reciben tres grandes perros mastines que imponían respeto, y aunque los componentes del Gmsma estamos preparados para grandes gestas en este caso nadie quiso arriesgar lo más mínimo, y lo entiendo por que yo tuve un percance con uno de ellos y lo pasé peor que el día que subí al Yelmo... ¡y ya es decir!. Es cierto que en esta ocasión estaban muy tranquilos, seguramente por la gran cantidad de gente que vieron. Proseguimos el camino y después de cruzar por unos parajes del bosque cubiertos de encinares de gran porte y praderas llenas de flores, llegamos junto a la urbanización Parque Boadilla

Más adelante nos encontramos con una construcción de ladrillo, prácticamente en ruinas, en forma hexagonal que en la actualidad se utiliza para guardar la ovejas. En este punto nos incorporamos al Camino de la Vega, a unos 300 metros nos encontramos con las ruinas del que fuera Palacio de Romanillos, o de los Condes de Montijo, sobre el cual se ha construido una casa para utilidad de los pastores y los vigilantes de la finca, en su parte posterior igualmente se encuentran las ruinas de lo que fue la iglesia del Santísimo Cristo de Patrocinio

Siguiendo dicho camino nos cruzarnos con un gran rebaño de ovejas, que en este tiempo se las ve tan lustrosas, pues tienen abundante comida, debido a lo humeda que ha sido esta primavera.

Más adelante encontramos lo que en su día fueron unas trincheras excavadas en la arena, sin ningún tipo de refuerzo de hormigón o piedra, utilizadas en la batalla de Brunete. En este punto nos sentamos para tomar un tentempié, ya que desde aquí hay unas excelentes vistas hacia el río Guadarrama el Castillo de Aulencia y las antenas de centro astronómico de seguimiento espacial (ESAC)

Seguimos caminando paralelos a la carretera M-503 que va desde Majadahonda a Villanueva de la Cañada, hasta encontrarnos con el puente sobre el río Guadarrama, junto a este puente y pegado al río se encuentran los restos de lo que fuera un puente que construyó el bando nacional durante la Batalla de Brunete para que cruzara el río la artillería pesada, una vez terminada la guerra lo desmontaron.

Aquí el Camino de la Vega toma un giro de noventa grados a la izquierda y discurre junto al río Guadarrama hasta la carretera M-513, este camino que ahora toma este nombre en realidad es la vía pecuaria del Cordel Segoviano, aunque el trazado no coincide siempre pues con alguna intención dejaron que la vegetación cubriera lo cubriera en parte.

Unos kilómetros más adelante nos encontramos con dos árboles catalogados como Singulares de la Comunidad de Madrid. Se trata de dos Alcornoques Mediterráneos (Quercus Suber), junto a estos y por todo el bosque se encuentra una pradera de flores y sobre ésta algunas y algunos se tumbaron (parecían los conejitos de la película de Bambi, qué tiernos). Junto al río la vegetación está compuesta de fresnos, chopos y zarzas, y como en este momento están soltando los chopos sus semillas envueltas en penachos de pelos blancos (que muchos confunden con polen), en una parte del camino todo el suelo estaba algodonoso, como si hubiera nevado

Un poco más adelante torcemos a la izquierda  para tomar un camino que atraviesa unas tierras de cultivo, que en otros tiempos eran las huertas que se regaban con el agua de los pozos que conducían a través del acueducto.

Seguidamente nos incorporamos al camino que habíamos traído esta mañana encontrándonos de nuevo con dicho acueducto, y junto a él, aprovechamos para hacernos la foto de grupo

Cruzamos de nuevo el arroyo y enfilamos la subida para más adelante abandonar el monte por donde habíamos entrado, dejando atrás tan bello espectáculo que la naturaleza nos había brindado, con una florida explosión primaveral, su vegetación, sus praderas, sus árboles de gran porte y su historia plasmada en sus ruinas.

Más adelante llegamos a los coches y nos disponemos para partir hacia el restaurante O´Carro, en el cual degustamos su famoso codillo estilo gallego, sus croquetas y su vino ribeiro, que al ser tan suave cayeron unas cuantas botellas, asi sin darnos cuenta.

Como en este caso el camino no ha sido muy exigente, he pensado otorgar a la marcha tres sicarias.

miércoles, 11 de mayo de 2016

Excursión 295: La Pedriza por el El Yelmo y Hueco de las Hoces

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino

Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  11,2 Km
Desnivel [+]: 823 m
Desnivel [--]: 823 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 30

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
No pensaba yo ni mucho menos que la varita mágica de Melchor se iba a posar en mi, pero sí, después de 2 o 3 intentos frustrados de conseguir un redactor para la crónica, todos fallidos, me tocó.

Hay que empezar de nuevo por el principio de los escritores, así que los que hace mucho tiempo que no escribís id preparándoos. Así que allá vamos.

En esta ocasión Paco Cantos, uno de los mejores conocedores de la Pedriza y sus delicias había diseñado esta excursión hace más de un año, a la espera de tener un miércoles en que las piedras estuviesen secas, templaditas pero no requemadas y que no hiciese mucho calor, condiciones todas ellas para que la Pedriza no se convierta en un infierno.

Nos acompañó por primera vez Pilar, bienvenida, y como casi siempre que vamos a la Pedriza, Antonio B., amigo de Joaquín y que parece que ha nacido allí por todo lo que sabe de la zona.

Empezamos cruzando el río Manzanares, repletito de agua bajaba y decía “báñate ahora que a partir del 1 de junio de 2016, va a salir a 3000 euros el bañito, aprovecha ahora...pero  nada, ningún senderomago hizo caso al río porque la cabeza de la excursión ya enfilaba el Barranco de los Huertos hacia arriba y no era cuestión de perderse nada más empezar.

Para arriba que queda mucho hasta tomar, por indicación de Antonio B. el camino que nos llevara al Hueco de la Hoces, camino que balizó personalmente con hitos, que algún capullo no hace mas que tirar. Gracias a sus indicaciones avanzamos rápidos por los comienzos del festival pedricero, llegando en un pis-pas de 2 horitas a la primera sorpresa que había preparado Paco C., el la ha llamado " El Jardín Prohibido”.

La belleza del lugar con su pradera, y espectacular mirador sobre el Hueco de las Hoces, hizo callar los primeros rumores de llamar a las sicarias para que hiciesen su trabajo con Paco C, como diseñador de la ruta, y un servidor por alusiones. La verdad un sitio precioso y una entrada también preciosa que recordaba al laberinto de la Pedriza.

Ahí comenzaron algunos a soñar con quedarse en buena compañía en este sitio a retozar un rato y más. Fruto de estos ensoñamientos después de desandar la entrada al Jardín Prohibido el doctor Sanguesa sufrió un doloroso esguince en el tobillo derecho que apenas le permitía caminar.

Ante lo cual, el comité de emergencias decidió que lo mejor sería evacuarlo desde la pradera del Yelmo, lugar accesible desde helicóptero, así que a seguir andando y hacia el Yelmo, aunque una vez vendado el pie y entrado en calor, no hizo falta llamar al 112.

Allí en el la explanada del Yelmo entre Joaquin y Paco C, subieron a mas de 20 senderomagos a través de la estrechita grieta que da acceso a la cima y que es conocida como el Callejón del Miedo, que es lo que debió sentir alguno que a mitad de camino se dio la vuelta.

El resto, más prudentes nos quedamos sesteando en las piedras de la base, tomando el sol y el vino de la bota de José Luis.

Ya después de comer empezamos el descenso a la pradera del Yelmo, donde más de uno y de dos y de media docena quería ver aterrizar al helicóptero que se llevara a Fernando, pero este dijo que no tenia ganas de volar y que se bajaba andando, cosa que hizo en un tiempo récord, para un cojo, acompañado de Joaquin y Antonio B., ya que cuando nosotros acabamos la excursión ellos ya estaban la mar de contentos después de dos jarrotas de cerveza fresquita en el bar de Canto Cochino.

Mientras ellos bajaban el resto nos fuimos a buscar la lagunilla del Yelmo, disfrutando de las vistas del repleto embalse de Manzanares o de Santillana.

Al llegar a la lagunilla, desbordante de agua y verdor, Teo y Lucas se fueron al agua como rayos mientras el resto les contemplamos con un poquito de envidia por bañarse en uno de los rincones más mágicos de la Pedriza.

De allí, bajada a la Gran Cañada y vistazo al Mirador del Tranco, con continuas felicitaciones a Paco Cantos por la bonita excursion de había preparado.

Añadir leyenda
Como parecía que no habíamos llegado demasiado mal hasta allí, tomamos la ruta más larga y dificil para bajar por el Collado de las Tres Coronas y la Tortuga, donde arreciaron las invocaciones a la aparición de las sicarias, ya que el camino, entre rocas y más rocas, muchas veces parecía que había sido soñado por Paco C. y no existía realmente.

Pero en esos momentos de invocación de rayos y centellas, el olor de una cerveza fresquita hace milagros, el camino reapareció llegando con bien al río Manzanares y a Canto Cochino.

Allí José María procedió al reparto de la bonita camiseta conmemorativa de la próxima 300 excursión, nos medio emborrachamos de cerveza y gracias a ello aparecieron en ese momento las sicarias, 5 para calificar a esta excursión de superior.
Antonio López

FOTO REPORTAJES

FOTOS

Excursión 294: Valdemanco - Cascada del Cancho

FICHA TÉCNICA
Inicio: Valdemanco
Final: Valdemanco
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  16,4 Km
Desnivel [+]: 274 m
Desnivel [--]: 274 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 37

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
 
RESUMEN
En esta ocasión nos cita Antonio en el bonito pueblo de Valdemanco en las cercanías de La Cabrera donde nos reunimos 37 senderomagos. Vamos un poco preocupados, pues las predicciones meteorológicas pronostican alta probabilidad de lluvia con tormentas en la zona. Sin embargo, milagrosamente el día transcurre con sol y muy agradable temperatura. (No sabemos qué tipo de acuerdo tiene Antonio con todos los santos para que esto ocurra tan frecuentemente).

Iniciamos la marcha saliendo de Valdemanco, siguiendo la senda de los Huertos, y cruzando un túnel que salva las vías del ferrocarril Madrid-Burgos, en desuso desde 1998. La senda que seguimos discurre paralela a las vías del tren, desde donde se puede observar a nuestras espaldas, la Sierra de La Cabrera con el Cancho Gordo como risco más significativo. Entre endrinos, jaras en flor y otros matorrales con preciosas flores silvestres (entre las que destaca el cantueso), andamos por la zona conocida como El Castillejo. 

Seguimos descendiendo hacia el sur, buscando la garganta que forma la Cascada del Cancho. A nuestra izquierda vemos la gran cantera de granito de Navalafuente .En la zona existe un predominio casi absoluto de roca granítica, donde canteros venidos de Colmenar Viejo, comenzaron en los años 50 del pasado siglo, a extraer enormes bloques de piedra, con los que se elaboraban adoquines destinados a distintas calles de Madrid. 

Dejamos la cantera y proseguimos la marcha por el llamado Camino de Guadalix, llegando hasta la carretera M-631, la cual cruzamos para continuar por la senda que nos lleva a la depuradora de Bustarviejo y  al arroyo de Garguera que seguimos por su orilla izquierda, que en rápido descenso, y con mucha agua nos lleva a las cercanas cascadas. Por la zona abundan los fresnos, sauces y endrinos. 

Continuamos descendiendo el cauce del arroyo que está cada vez más encajonado y cubierto de jaras en flor. En la loma del desfiladero con preciosas vistas de Navalafuente y de las chorreras del arroyo de Garguera paramos a comer.

Tras el descanso, descendemos por las rocas del desfiladero para escuchar y ver de cerca la cascada, que se mostraba impetuosa en su avance, ya que salva un desnivel considerable en varios saltos. En ésta época, y tras las abundantes y recientes lluvias el arroyo baja caudaloso. Nos acercamos a la base de la cascada mayor y nos deleitamos con su espectacular salto de agua. 

Continuamos el descenso que nos lleva hasta un puente cercano al Molino del Jaral. En este lugar realizamos la foto de grupo, pues los que hacen la ruta corta nos dejan para llegar a la cercana Navalafuente y volver a Madrid.

Continuamos ascendiendo una pequeña cuesta con bonitas vistas de jarales y margaritas en flor. Nos acercamos de nuevo a la carretera M-631 y recorremos el camino tradicional entre Navalafuente y Valdemanco, que discurre paralelo al arroyo Albalá, en algunos momentos muy cercano al mismo, lo cual alegra nuestra vista y oídos. 

Llegamos a la Cantera de los Navazales donde los grandes bloques de granito se apilan como inexpugnables murallas, y continuamos en dirección norte, hacia la sierra de La Cabrera.

La senda transcurre bajo la sombra de robles y encinas con un tupido manto de flores silvestres. Cruzamos el arroyo Gamonal, que un poco más abajo se une al arroyo Albalá y llegamos a una choza de piedra, antiguo refugio de pastores, que se llama Choza de Jaramala.


Antonio decide alargar la excursión,  para visitar la preciosa Laguna del Carrizal. Para ello, cruzamos la carretera M-633, que une Valdemanco con Venturada, y rápidamente tras girar a la derecha, en dirección oeste, nos encontramos con esta bonita laguna endorreica, con un fondo granítico que impide el drenaje de las aguas y que al no tener salida fluvial, forma temporalmente una laguna de 1,28 Hectáreas que permite la reproducción de diversas clases de anfibios como la ranita de San Antón, el tritón jaspeado, el gallipato, el sapo y la rana común entre otras especies. 

Bordeamos la laguna, dando una vuelta completa y observamos un espectáculo único donde se reflejan las montañas del fondo en las claras aguas de la laguna. Una vez disfrutado de la quietud y tranquilidad del lugar continuamos la marcha ascendiendo hasta llegar a un puente de piedra que cruzamos y que salva las aguas del río Albalá. 

Proseguimos a la derecha e iniciamos otro ligero ascenso que nos lleva de nuevo al arroyo Albalá el cual tuvimos que vadear, con cierto riesgo a la integridad física de los senderomagos, debido a la cantidad de agua que llevaba, y por lo mojado de las piedras de su cauce.


Continuamos el camino entre jaras en flor y rocas graníticas, llegando al túnel que pasa bajo las vías del ferrocarril y que habíamos cruzado por la mañana, llegando final y felizmente a Valdemanco.

En resumen preciosa excursión, sin lluvia, excelente temperatura, abundante agua por los arroyos que hemos visitado y una explosiva vegetación con abundantes flores primaverales silvestres, que han despertado nuestros sentidos y la delicia de los asistentes.

Pasando de nuevo por el túnel, bajo las vías del tren, llegamos de nuevo a Valdemanco, donde nos tomamos las refrescantes cervezas de rigor, para las que varios senderomagos con nuevas estrellas y otras celebraciones nos han invitado en un bar de la bonita plaza mayor del pueblo.

Por todo lo que he contado, califico esta preciosa marcha con cinco sicarias.
Nicolas