Inicio: La Isla
Final: La Isla
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 16,9 Km
Desnivel [+]: 566 m
Desnivel [--]: 566 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 19
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
RESUMEN
Alguien muy sutilmente tiró la caña y
nunca mejor dicho, ya que fue junto al río, y yo piqué sin
poder esquivar el anzuelo, así que
me tocó hacer la famosa crónica que
caracteriza al GMSMA, aquí va, espero que al menos sea de vuestro agrado.
Empezaré con un pequeño prólogo de mi vida
con el grupo, ya que es mi primera crónica, y
la verdad, tenía ganas de contarlo.
Fue un 4 de marzo del 2015 cuando comenzó mi aventura con
vosotros, gracias a mi padrino por llamarlo así,
el señor Nieto y su blog, que me dijo que podía asistir a las rutas de los miércoles,
poniéndome en contacto con el Boss, que es así como le llaman cariñosamente a
Antonio, y que me llevó en su Ferrari rojo al punto de encuentro "El
Boalo", para hacer la ruta de las Cabras, una vez allí, las presentaciones
de rigor, percibiendo que iba a pasar con ellos mucho tiempo de mi vida.
El médico de familia el doctor Sangüesa,
todo un cuerpo de gimnasio me llevó la pesada mochila en los tramos complicados.
Y el míster adonis de Joaquín me levantó del suelo en mi primera caída y ese
arnés, al trepar por las clavijas, que la desconfianza hizo que me pusiera
Juan..., al final, un gran día. Una ruta que me dejó huella y un bonito
recuerdo de vosotros.
Prometí seguir en el grupo por tan bonita
ayuda que mostraron todos hacia mí,
algunos ese día no daban nada por mi continuación, lo sé, “esta no vuelve, seguro”, pensaría
más de uno, pero no les puedo reprochar nada, ya que era verdad que no estaba preparada….no
conocían mi aptitud, pero ¿veis?, continuo con vosotros y con más ganas cada miércoles,
por difícil que sea la ruta. GRACIAS A TODOS POR VUESTRA PACIENCIA Y ACOGIDA,
POR HABERME AGUANTADO EN ALGUNAS RUTAS,..... SOIS TODOS MARAVILLOSOS, no sois
un grupo, sois una familia, gracias por vuestro cariño y compresión, por haber
apostado por mí y por mi ilusión de conocer otros lugares, no podéis imaginar
la vida que me habéis regalado tan altruistamente.
En la zona recreativa de La Isla, en
Rascafría, quedamos 19 senderomagos para ir en busca del "Tejo Milenario
del Barondillo", después de saludar con abrazos y besos nos dirigimos al
encuentro de la belleza que la naturaleza y el tiempo nos regala cada
miércoles, en esta ocasión guiados por el señor Nieto.
Caminábamos ensimismados por el jugueteo
del agua del arroyo de la Angostura, que remontábamos muy próximos a su
refrescante orilla, llegando, casi sin darnos cuenta, a lo que me pareció un
fotograma de “Memorias de África” o de las “Cataratas del Niágara”, por lo
espectacular del salto de agua que teníamos frente a nuestros ojos.
Ahí, nos hicimos muchas fotos, y una vez alcanzada
la cima, otras tantas con el espectacular embalse del Pradillo de fondo, que
invitaba a un baño, si no fuera porque era un poco temprano para el mismo, a
pesar de que se presentaba una mañana muy calurosa.
Continuamos caminando por el sendero que
discurría a la orilla del arroyo de la Angustura, hasta llegar una pequeña cascada
y una poza muy bonita, de la que me enamoré enseguida, más fotos junto a ella, pero
tampoco aquí habíamos acumulado aún ganas de bañarnos.
Continuamos remontando el arroyo,
siguiendo las sendas que más se acercaban al mismo, en un continuo sube y baja,
entre matorrales y pinos, con el calor cada vez más
presente, hasta llegar al puente de la Angostura, un bonito lugar lleno de encanto,
donde el arroyo pasa entre rocas que estrechan su cauce. Más fotos sobre el
puente.
Desde allí nos acercamos a una
impresionante poza que hay cerca del puente, y donde los más valientes, sin
pensarlo, cambiaron la ropa por el bañador de una forma discreta sin poder ver
sus bellezas (lo digo en plan cariñoso, no ser mal pensados), y acto seguido se
tiraron al agua, y a pesar de que el agua estaba helada, disfrutaron como
niños. El resto nos quedamos sin baño, conformándonos con hacerles las fotos de
cómo se tiraban una y otra vez.
Terminado el primer baño, proseguimos,
ahora ya sí, en busca del tejo milenario, por una pista que sale donde el
puente con suave pendiente hacia el arroyo Valhondillo o Barondillo, que de las
dos formas se llama. Al alcanzarlo por segunda vez, paramos a tomar el
aperitivo, junto a su cauce y un deposito de cemento, justo a la hora
del ángelus, mientras uno, del que no quiero dar su nombre, se quedó atrás para
darse otro baño, en una poza del arroyo tan al natural como la vida misma....porque
se le había olvidado el bañador.
Reanudamos el camino, y para darle más
emoción, en lugar de seguir la ancha senda, al señor Nieto se le ocurrió
meternos por una estrecha senda que remontaba el arroyo Valhondillo, pero que
enseguida se fue perdiendo, lo que propició que siguiéramos por otro arroyo,
hasta que se corrigió el rumbo y, entre todo tipo de vegetación, llegamos de
nuevo a las proximidades del arroyo Valhondillo.
Pronto comenzamos a ver gran
cantidad de tejos, y al rebasar una valla, nos topamos con el famoso tejo,
reinando entre todos, allí estaba rodeado de protección, tiene tantos años que ni
la suma de todos nuestros años alcanzaban la edad del tejo, que ronda los 1500 a
1800 años, toda una historia, todos sacamos fotos de “la abuela”, pues es
hembra.
También nos hicimos la foto de grupo,
que nunca puede faltar en las excursiones del GMSMA. Junto a la orilla del
arroyo hicimos la parada para darnos nuestro merecido descanso y comer.
Continuamos la marcha, pero ya por una
cómoda pista que nace junto al arroyo y que baja al Raso del Baile, por donde
seguimos hasta llegar al arroyo de Peña Mala, nueva parada y descenso por un
emboscado sendero que sale siguiendo la margen derecha de este último arroyo
hasta alcanzar el Camino de las Vueltas, paralelo al arroyo de la Angostura.
Al poco llegamos otra vez a la poza de la Angostura, en la que de nuevo se bañaron los más osados, esta vez en mayor número, porque las horas acumuladas de marcha y el calor empujó a los indecisos, incluido Antolín, toda una novedad, a meterse, olvidando lo fría que estaba el agua.
Tras el baño, en el puente de la Angostura nos dividimos, ya que algunos tenían prisa, y los restantes se quedaron, dándose otro baño en el embalse del Pradillo, ya que el día era tremendamente caluroso.
Al poco llegamos otra vez a la poza de la Angostura, en la que de nuevo se bañaron los más osados, esta vez en mayor número, porque las horas acumuladas de marcha y el calor empujó a los indecisos, incluido Antolín, toda una novedad, a meterse, olvidando lo fría que estaba el agua.
Tras el baño, en el puente de la Angostura nos dividimos, ya que algunos tenían prisa, y los restantes se quedaron, dándose otro baño en el embalse del Pradillo, ya que el día era tremendamente caluroso.
Por todo ello le doy 5 sicarias a esta
ruta que nos dio a conocer al longevo tejo del Barondillo y las pozas del valle de
la Angostura.
Rosa Cabreo
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