Inicio: Cruz de Tejeda
Final: Roque Nublo
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13 Km
Desnivel [+]: 571 m
Desnivel [--]: 503 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 34
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
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PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
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PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Nuestra primera ruta por la Isla de Gran Canaria y para
empezar a ambientarnos (aplatanarnos), salimos media hora tarde, nuestra guagua y el primer grupo a recoger, no se reconocen
en el parque de Santa Catalina y después de llamadas de comprobación, al fin
consiguen entenderse y llegar a por resto del grupo.
Salimos hacia la Cruz de Tejeda, pero ya nada más salir, el
tamaño del autobús y la anchura de las curvas de las carreteras parecían no ser
compatibles en sus dimensiones, pero nuestro chófer, Guillermo, nos demostró su
pericia desde la primera curva.
Llegamos por autopista hasta Santa Brigida,
precioso pueblo, situado en el barranco de su mismo nombre, donde las casas,
blancas, amarillas y un sinfín de tonalidades ocres, nacen de una tierra volcánica rodeadas de
palmeras, cactus, dragos y demás frondosa vegetación, como cualquier valle
gallego.
El tiempo nos acompaña y el cielo despejado y ventoso, nos
permite ir observado con una claridad tropical, todo el barranco en su sinuoso
ascenso hacia San Mateo, donde podría decirse que cual pueblo gallego cultiva
las papas, berros, frutas y demás hortalizas obtenidas de su verde y productiva
vega, aprovechando el clima tropical y la fértil tierra volcánica.
Después de mil curvas, llegamos a la Cruz de Tejeda, corazón de la isla. Aparcamos nuestro autocar y sin
perder un minuto comenzamos la ruta con una inicial subida prolongada y rodeada
por los restos quemados del último incendio que ocurrió el pasado verano.
Podemos ver externamente quemados el pino canario, el único que resiste los
incendios y que volverá a reverdecer en poco tiempo.
Alcanzamos rápidamente al primer mirador de la Degollada de Becerra, desde donde se
puede ver el más famoso horizonte de la isla, toda la caldera de Tejeda, con el pueblo y sus barrios salpicados de
blancas casas al fondo, no de lejanía, sino de profundidad. Tejeda está considerado
uno de los pueblos más bonitos de
España.
La postal que tenemos delante nos deja observar, el Roque Nublo (1811 mts), como
testigo expectante del más antiguo volcán
que fue el centro de la isla.
“Es como una tremenda conmoción
de las entrañas de la tierra, parece todo ello una tempestad fosilizada, pero
también una tormenta de fuego, de lava, más que de agua.” Miguel
de Unamuno.
Hacia la derecha al lado de la plataforma el rostro de una
mujer tendida que mira al cielo y la caída de su cabellera recreando el Risco de la Folguera. Al fondo el lugar
sagrado de los antiguos aborígenes de la isla, (los canarii) al que llamaban
Bentaica (el que sostiene) hoy llamado Roque
Bentayga . Completamos la postal con Altavista, Montaña del Brezo,
Artenara, Tamadaba y Los Moriscos entre otros. Inevitable dejar
guardado en mil fotos semejante paisaje, que nos iría acompañando a lo largo de
toda la ruta.
Recuperados de este primer impacto visual seguimos caminando
hasta llegar a los Llanos de la Pez, llamado
así por la explotación que se hacía de la resina del pino para el calafateo de
los barcos. Sorprende observar estas llanuras y ver numerosos arroyos y
charcos, con sus claras aguas procedentes de las lluvias de las últimas
semanas, donde tres borrascas seguidas barrieron las islas afortunadas. Pasamos
por la zona de El Garañon, Centro de
Alojamiento y actividades deportivas en el medio ambiente, y por fin celebramos el “ángelus” con un frugal tentempié
mojado por la correspondiente bota.
La vegetación que domina el entorno es un joven pinar de
repoblación con pino canario, que convive con especies como jaras, jarones,
escobones, etc y con especies de matorral como retamas, codesos, salvias y
tomillos.
Continuamos nuestro camino, dejando atrás la zona de
acampada Bailico y la presa de los Hornos a nuestra derecha, llegando tras
ascender un tramo del camino de la plata, a otro impresionante mirador, un despejado
paraje denominado El Montañón, desde el que se podía ver en un circulo de
360º prácticamente toda la isla. Al norte, desde donde habíamos partido, el parador
de la Cruz de Tejeda, al Este el Pico de
las nieves (1949 mts), el más alto de toda la isla, las antenas de Montaña la Gorra, el pico Campanario, inmensos barrancos con
las Presa de Chira, Presa de Soria, Presa de las Niñas, y hasta
la Presa del Mulato, deteniendo y embalsando el preciado liquido en su
atormentado y frenético camino hacia el mar y al Oeste, el impresionante Roque Nublo (1762 mts) que emerge como
rey y señor, cuarto pico más alto de la isla, después de El Montañón, dominando
la caldera de Tejeda. A lo lejos, creímos adivinar el perfil del Teide, después de un tranquilo mar azul
que le separaba de nuestra isla.
El espectáculo era
impresionante a los cuatro puntos cardinales, sin ser capaces de elegir cual
era el mas bello. Nos hicimos nuestra primera foto de grupo con el Roque Nublo
al fondo.
Recuperamos el aliento y empezamos una bajada pedregosa y
delicada, hacia el aparcamiento de la
Goleta, punto de inicio de la ascensión al Roque Nublo, las fuerzas ya andaban escasas
en algunos pero el esfuerzo merecía la pena. Nada más iniciar el sendero de ascenso,
pudimos observar múltiples muestras de
la vegetación de la isla, tales como la salvia blanca, el alhelí de cumbre, el
tajinaste, el matorrisco, etc. Y nos sorprendió un hermoso y original reloj de
luz (que no de sol, ni de sombra, latir del tiempo en Gran Canaria), en el que
el rayo de luz que se formaba entre dos placas metálicas nos indicaba la hora
exacta (solar).
Seguimos subiendo y pasamos al lado de una formación rocosa
llamada el fraile, y un poco mas
adelante , cuando ya algunos pensaban ”hasta aquí he llegado” aparece una gran
explanada tal mar petrificado de lava, en cuyo fondo aparecía la impresionante mole del gran Roque Nublo, con la rana (tremenda imaginación), a su
izquierda.
“Imponente monolito,
formación traquito-fonolitica (material volcánico, producto de las erupciones
mas violentas y explosivas), con su altura de 67 mts. resaltado por la erosión
y de gran valor simbólico para los habitantes de la isla. Fue objeto de culto
por parte de la población prehispánica, formando parte de los espacios
sagrados, probablemente como hito de alineaciones astronómicas que
determinarían su calendario agrícola y cultural.” Para los actuales grancanarios y visitantes ha
sido y es un lugar de visita obligada.
Ya no hacían falta fuerzas para cruzar la explanada, la
magia y majestuosidad del lugar nos empujaba y atraía hacia la gran roca. “ El
Roque Nublo tiene su origen en un periodo comprendido entre 5,3 y 3,4 millones
de años, cuando se generó un gigantesco estrato-volcán en el epicentro de la
isla. “ Fue escalado por primera vez
en 1932 por una expedición alemana.
No hacían falta mas fuerzas, ya estábamos allí y podíamos
tocarlo, de las vistas no digo nada al ser inenarrables. Otras mil fotos
robadas al lugar nos dejaban sin Gigas. Y allí si vino la gran foto de grupo,
al amparo y abrazados por la gran roca. En este momento fue en el que todos nos
sentimos de verdad sendero-MAGOS.
Y esto lo notamos al bajar al aparcamiento, pues la visión
del autobús esperándonos nos hizo volar más que andar.
El regreso hasta San Mateo, donde comimos al lado del Mercado, se nos
hizo corto. El menú, basado en alimentos autóctonos, ropa vieja, queso de
cabra, papas con mojo, tacos de pescado, gofio canario, potaje de berros etc., fue
tan abundante que de todas las calorías gastados en la marcha recuperamos el
120%.
El cansancio hizo mella en nosotros y el viaje hasta el
hotel fue anodino. No puedo terminar este relato sin hacer mención específica y
honorifica a nuestros amigos senderistas canarios: Carlos, Pepe, Adrián y
Alicia, puesto que sin ellos y su inmejorable logística no hubiese sido posible
pasar tan memorable día.
Aunque la clasificación máxima es de 5 sicarias, yo haría
una excepción y le daría 5,5.
Julián Suela
FOTO REPORTAJES
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