Inicio: San Ildefonso
Final: San Ildefonso
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11 Km
Desnivel [+]: 286 m
Desnivel [--]: 286 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 18
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Como viene siendo preceptivo en verano, nos acercamos en esta ruta a disfrutar del río Cambrones y sus refrescantes pozas, que aquí llaman calderas. Con un estupendo día, nos reunimos los 18 participantes en la explanada del Palacio de la Granja, Plaza de España. Nos acompaña por primera vez Alba, Raquel, Adrián y Jorge, hijas y sobrinos de Jorge S. ¡Bienvenidos!. De mascotas, también una nueva, Kirina, que junto a las habituales, sumaron 5.
Desde la explana, iniciamos la ruta, bajando por la calle Infantes, dejando el Parador a la izquierda, cruzamos la Puerta de la Reina para llegar al Museo del Vidrio, descendiendo por la calle Pocillo, hasta la Fábrica de Vidrio.
Allí nos desviamos por el camino de la Mata de la Sauca, cruzando el arroyo de las Flores, el del Chorro Grande y al poco el del Chico, desviándonos por la finca de la Junta de Castilla y León, conocida como Mata la Saúca, en la que nunca habíamos estado. Siguiendo una pista que surge nada más pasar el portón de entrada, nos acercándonos a conocer una preciosa laguna que hay en su interior. La bordeamos por su cara este, parando a contemplar su quieta agua, remanso de paz y sosiego que invitaba a hacer fotos de los árboles reflejándose en su espejo de plata.
Continuamos en dirección noreste campo a través hasta alcanzar la amplia pista que cruza la finca, la seguimos en suave ascenso hasta alcanzar el arroyo del Hueco, que cruzamos por un puente. En este punto, la pista gira en dirección noroeste, ascendiendo por el pinar de la Pedrona hasta llegar a una curva, en la que dejamos la cómoda pista para descender, con fuerte pendiente, campo a través, hasta alcanzar el río Cambrones, al que vadeamos con la ayuda de unas ramas.
Tras cruzarle, paramos a tomar el tentempié a la vera de una agradable poza que entre rocas forma el río. Tras el descanso, había que cruzar de nuevo el río, esta vez por un vado que en las anteriores ocasiones era fácil pasar, pero esta vez la gran cantidad de agua lo hacía complicado. Fernando D-H y yo nos esforzamos en reforzar con piedras el paso, haciéndolo más practicable.
Al otro lado, la senda obliga a remontar el repecho de la margen izquierda del río, alcanzando al poco la Caldera del Guindo, a continuación la de Enmedio y la Caldera Negra, objetivo final de la excursión, donde disfrutamos de su agua, más gélida que en otras ocasiones, en refrescantes baños y saltos desde las rocas., comprobando la gran profundidad a la que debe su nombre.
El regreso lo hicimos volviendo sobre nuestros pasos hasta llegar de nuevo al río, que volvimos a vadear, ahora con más soltura. Al pasar junto a la fuentecilla de Malpaso, volvimos a retomar la senda principal que va junto al río, separándose progresivamente de él. Unos metros más adelante volvimos a descender al Cambrones para contemplar la Caldera Tercera, de gratos baños en anteriores ocasiones y a la que José María llama Caldera Mágica por no sé que leyenda de algún senderemago caminado por sus aguas.
De vuelta al camino principal, al llegar a una gran roca, continuamos por la senda viendo la Caldera Segunda desde lejos, acercándonos a continuación al río para contemplar la Caldera Primera, de bonita estampa, con una pequeña cascada al comienzo de la misma.
Desde ella, seguimos durante un corto trama el río, disfrutando del murmullo del agua y la refrigerante sombra de su arbolado. Volvimos a tomar la senda hasta alcanzar una caseta y acequia de captación de agua. Detrás de la caseta sale una senda, que nada más pasar un portón de hierro se interna en un placentero bosque de robles. con el río a nuestra izquierda, hasta otro portón de hierro y un romántico puente de madera que cruza el río Cambrones, del que nos despedimos en su camino hacia el embalse de Portón Alto, donde entrega sus aguas.
Continuando hasta la pasarela que accede a la pista que baja hacia San Ildefonso, cruzamos el Arroyo del Chorro Grande por el Puente de la Princesa, y seguimos por la calle del Pocillo, Puerta de la Reina y el Parador, regresando así al punto de inicio, la explanada del Palacio de la Granja, donde nos esperaba una grata comida en el restaurante Segovia, con la sorpresa de que nos esperaba Ángel Vallés para hacernos una foto para El Adelantado. José María nos mostró el nuevo vestuario conmemorativo de las 400 excursiones del grupo. Y como estaba anunciada, una tormenta nos obligó a dejar la terraza y meternos dentro para el segundo plato. Los postres, de nuevo en la terraza para finalizar este estupendo día.
Por todo ello, esta excursión se merece 4 sicarias.
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