Inicio: Embalse de Picadas
Final: Embalse de Picadas
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 19,6 Km
Desnivel [+]: 320 m
Desnivel [--]: 320 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 15
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RUTA EN WIKILOC
RESUMEN
Buscando un sitio de agua donde poder aplacar el sofocante calor que estaba previsto tener en Madrid, nos acercamos al embalse de Picadas, en el que el año pasado hicimos una bonita excursión en canoas con baño incluido.
Desde el aparcamiento del Mesón El Puerto, iniciamos la ruta, acercándonos a la cola del embalse, donde chiringuitos y mesas casi al pie del agua hacen las delicias de los que se acercan hasta aquí buscando agua y bares en los que aplacar la sed.
Buscamos el paso por debajo del puente nuevo de San Juan, para cruzar por el viejo al otro lado del Alberche, el río que forma este largo y profundo embalse y así evitar tener que pisar la M-501. A nuestra derecha, una estupenda panorámica de la presa del pantano de San Juan. Bordeamos el agua hasta llegar a un área recreativa, donde nos hacemos la foto de grupo.
Continuamos, por la pista que en dirección suroeste deja el Cerro del Cubo a nuestra derecha, pasamos bajo uno de los arcos del puente que utilizaba la línea férrea del Tietar. Enseguida a nuestra derecha, pasamos junto a las instalaciones de la depuradora del CYII.
La pista sigue el trazado de la Cañada de Talavera, también llamada del Puente de San Juan. El ascenso es suave y continuo, por un firme en muy buen estado. A nuestra izquierda la siempre presente Loma de las Labores. En un cruce de caminos, la pista gira en dirección sureste, a la vez que gana altura rápidamente, permitiendo unas bonitas vistas del pantano de San Juan e incluso de las ruinas del Monasterio de Santa María la Real de Valdeiglesias que visitamos en la excursión 363.
En un cruce, abandonamos la cañada y nos acercamos al Cerro del Pajar del Fraile, que bordeamos en dirección sur primero y este después. El sol comienza a notarse y agradecemos las sombras de las numerosas encinas y pinos de gran porte, característicos de esta zona.
Con bonitas vistas de la Almenara, completamos el rodeo que estamos dando al Cerro del Pajar del Fraile descendiendo en dirección noreste hacia las ruinas de un caserío, en el Cerro Pocito, que aún funciona como granja.
A partir del caserío, la pista se vuelve senda, y con fuerte pendiente desciende hasta la vía verde que bordea el embalse de Picadas. Alcanzado el objetivo, junto a un puente, no tardamos en zambullirnos en el agua, mientras otros se toman el tentempié de media mañana.
Aplacado el sofoco, iniciamos el recorrido por el borde del embalse, siguiendo lo que fueron las vías del ferrocarril del Tiétar.
Esta línea parte de la necesidad de los militares de poseer una explotación ferroviaria propia para realizar en ella prácticas reales.
Ante esta necesidad, en la ley del 17 de julio de 1895 se autorizó al Ministerio de la Guerra para adquirir la línea de Madrid a San Martín de Valdeiglesias, concesión que había sido otorgada el 1 de junio de 1883 a don José Rodríguez Batista, y prolongarla hasta La Fuente de San Esteban en la provincia de Salamanca.
La escritura se firmó el 28 de diciembre de 1904 y el material para circular por esta línea sería el repatriado de Cuba. (tres locomotoras "Mogul" modelo de 1898). Dado que era absurdo construir dos ferrocarriles con 42 kilómetros paralelos, el 24 de marzo de 1927 se dispuso la compra de la línea Madrid-Almorox.
Por Real Decreto del 3 de enero de 1930 se procede a la compra y el 1 de febrero el Estado se hace cargo de la línea modificando el trazado original de la línea a San Martín, haciéndolo partir del punto más conveniente de la explotación Madrid-Almorox. Finalmente sería Villamanta
La situación en 1934 era la siguiente:
Esta línea parte de la necesidad de los militares de poseer una explotación ferroviaria propia para realizar en ella prácticas reales.
Ante esta necesidad, en la ley del 17 de julio de 1895 se autorizó al Ministerio de la Guerra para adquirir la línea de Madrid a San Martín de Valdeiglesias, concesión que había sido otorgada el 1 de junio de 1883 a don José Rodríguez Batista, y prolongarla hasta La Fuente de San Esteban en la provincia de Salamanca.
La escritura se firmó el 28 de diciembre de 1904 y el material para circular por esta línea sería el repatriado de Cuba. (tres locomotoras "Mogul" modelo de 1898). Dado que era absurdo construir dos ferrocarriles con 42 kilómetros paralelos, el 24 de marzo de 1927 se dispuso la compra de la línea Madrid-Almorox.
Por Real Decreto del 3 de enero de 1930 se procede a la compra y el 1 de febrero el Estado se hace cargo de la línea modificando el trazado original de la línea a San Martín, haciéndolo partir del punto más conveniente de la explotación Madrid-Almorox. Finalmente sería Villamanta
La situación en 1934 era la siguiente:
- Desde Villamanta a Pelayos de la Presa en construcción bastante avanzada.
- Desde Pelayos a San Martín de Valdeiglesias tendida la vía.
- Desde San Martín de Valdeiglesias a Casavieja en construcción avanzada con el túnel de la Venta del Cojo en parte perforado. Túnel llamado así por la Venta que se encontraba en ese lugar y que daba servicio a La Cañada Real Leonesa Oriental. No llegó a construirse realizándose sólo la boquilla de este y se encuentra en la división entre las provincias de Ávila y Madrid. En este puerto se localiza el nacimiento del Río Tiétar.
- Desde Casavieja a Arenas de San Pedro sin comenzar.
Para celebrar el buen ritmo de las obras, se transportó una locomotora hasta San Martín de Valdeiglesias realizándose un viaje con autoridades civiles y militares a modo de inauguración entre San Martín de Valdeiglesias y Pelayos de la Presa, siendo el único tren que verían aquellas vías.
En el ramal del Tiétar, que quedó postergado tras la Guerra Civil, tuvo las estaciones de: Aldea del Fresno, Navas del Rey, apeadero junto a la depuradora de Pelayos, Pelayos de la Presa, San Martín de Valdeiglesias.
Convertida en la actualidad en Vía Verde del Alberche, está poco acondicionada, transitable pero sin señalización ni mantenimiento alguno, para vergüenza de las administraciones implicadas.
Se localiza entre San Martín de Valdeiglesias y el dique de Picadas, con una longitud de 14 km, ampliables en 6 más hacia Cadalso de los Vidrios. En este enlace se detalla muy bien su historia.
Convertida en la actualidad en Vía Verde del Alberche, está poco acondicionada, transitable pero sin señalización ni mantenimiento alguno, para vergüenza de las administraciones implicadas.
Se localiza entre San Martín de Valdeiglesias y el dique de Picadas, con una longitud de 14 km, ampliables en 6 más hacia Cadalso de los Vidrios. En este enlace se detalla muy bien su historia.
Nosotros recorrimos el tramo hasta la presa con un calor sofocante, solo aplacado por el túnel que a mitad de camino dio algo de frescor al recorrido, y alguna que otra sombra bajo los escasos árboles del camino, otro aspecto a mejorar, así como la limpieza de márgenes y recogida de basura que el homo inciviqus deja en ellas.
El paseo por la margen del embalse es muy placido y enriquecedor por las variedades de bosque mediterráneo que hay, con diferenciación entre las laderas de solana y umbría, con bosque cerrado y verde.
A la vuelta, nada más pasar el túnel nos dimos un necesario baño, el segundo del día, en una especie de calita, donde nos esperaba además la grata sorpresa de unas latas bien frías de cerveza proporcionadas por Pepe A, al que casi elevamos a la categoría de santo por su gesto, que nos permitió continuar con mejor ánimo el resto de la ruta hasta regresar de nuevo al aparcamiento de donde habíamos partido, pasando de nuevo por la zona recreativa, ahora muy concurrida por niños en canoas.
En resumen, estupenda ruta que combinó cerros y llanuras, bosque y playa, sol y agua, pero demasiado calurosa, por lo que es recomendable hacerla en épocas o días de menos sol, aún a costa de tener que renunciar a los baños. Por todo ello, esta excursión se merece 4 sicarias.
Paco Nieto
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