miércoles, 13 de diciembre de 2023

Excursión 744: Navacerrada, Walpurgis y presas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Navacerrada 
Final: Navacerrada
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,8 Km 
Desnivel [+]: 569 m 
Desnivel [--]: 569 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 34

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Un año después, nuevamente me ha tocado escribir la crónica de la ruta en la que el frio es protagonista y hace su aparición casi por primera vez en la temporada.

No creo que sea casualidad, sino que forma parte del conjunto de rituales de este querido GMSMA. Tampoco es casualidad el comentario que me hizo una “casi sendero maga” acerca de que los rituales fomentan enormemente el sentimiento de pertenencia al grupo. Yo también lo creo así y ha sido una suerte haber contado hoy con el amparo del grupo, por lo que pudiera haber pasado.

Este miércoles, Antonio nos dio cita en el aparcamiento del restaurante Las Postas en Navacerrada pueblo, donde en otras ocasiones hemos celebrado nuestra comida de Navidad.

El objetivo marcado era una ruta circular de unos 16 km pasando por varios embalses y cuyo punto más alto estaba en el sitio donde estuvo el Real Sanatorio de Guadarrama.

La mayor parte de los 34 senderistas emprendimos muy animados la caminata sin sospechar que el lugar al que llegaríamos estaba envuelto de misterio y leyenda. Tampoco sospechamos el por qué de los colmillos para comer un simple bocadillo, que tampoco estamos tan mal de dientes. Pero vayamos paso a paso.

La ruta comenzó recorriendo un lateral del embalse de Navacerrada. A partir de ahí iniciamos una cómoda y constante subida hasta el punto más alto de la ruta, en el cual habríamos salvado unos 600 metros de desnivel.

Por el Paseo de la Longuera alcanzamos una bonita senda rodeados de árboles, ya casi sin hojas, acompañados de los riachuelos Zahurdón y Navacerrada.

Ya en un paisaje con predominio de pinos, apareció el embalse de Los Almorchones, cuya presa forma la bonita cascada que se ve en la foto que encabeza esta crónica.

Cerquita de allí encontramos mesas y bancos perfectos para la parada del Ángelus. Con ricos bombones celebramos que Encarna ha conseguido su estrella de plata por sus 150 excursiones.

Retomamos la subida hacia la Barranca, pasando al lado del embalse del Pueblo de Navacerrada y a continuación por el del Ejército del Aire, que en su día abastecía al Real Sanatorio de Guadarrama y que ahora oculta un rico ecosistema con varias especies en peligro de extinción.

Encarando hacia la senda Ortiz y muy cerca del parque de aventuras “De pino a pino”, vimos mucho humo debido a las labores de limpieza y quema controlada que están haciendo los forestales en los pinares de la Barranca.

De repente, al salir del bosque y llegar a la explanada del Mirador I del Valle de la Barranca, sentimos el frio colándose hasta los huesos. También oímos el crujir del viento en los árboles.

Y es que habíamos llegado al lugar en el que estuvo el Real Hospital de Guadarrama construido en 1917 para aprovechar los beneficiosos aires de la sierra y así curar a enfermos de tuberculosis. Uno de estos enfermos fue el suegro de nuestro compañero Fernando Ramos, felizmente curado y que quizá coincidió allí con C. J. Cela o R. Alberti. El hospital fue un referente a nivel europeo y funcionó hasta los años 50, cuando los antibióticos se postularon más eficientes que los aires serranos.

Hasta su demolición en los años 90, el fantasmagórico edificio abandonado fue el escenario perfecto para rituales satánicos y contactos con las almas de los allí fallecidos y que quedaron eternamente atrapadas entre sus paredes. Aún a día de hoy hay quien dice que se oyen sus gritos de sufrimiento y sus sombras siguen apareciendo en las oscuras y frías noches de la sierra.

Como evidencia material de todo ello nos ha quedado la famosa película “La noche de Walpurgis” en la que se puede ver merodeando por allí al hombre lobo Waldemar Daninsky y a sus enigmáticas y sensuales vampiresas.

Sin ser del todo conscientes, nosotros también tuvimos cierta sensación de desazón. Nos fuimos de allí sin pararnos demasiado.

Al abrigo de los pinos encontramos un lugar más acogedor para comer tranquilamente y celebrar con ricas pastitas que Marcos Herrero es abuelo de nuevo de una preciosa nieta.

La bajada se nos hizo corta y las vistas fueron espectaculares, con los pueblos de la sierra, el embalse de Navacerrada y al fondo las torres de la ciudad deportiva del Real Madrid.

Al llegar al embalse del Chiquillo, casi todos los senderistas pasamos por encima de su embarrada presa por el simple placer de disfrutar del espectáculo que forman el embalse con el arroyo que lo alimenta y el reflejo de los árboles que lo rodean.

Y así, tras atravesar el pueblo de Navacerrada, llegamos de nuevo al restaurante de las Postas donde habíamos dejado los coches. Estaba cerrado, así que las cervezas tuvieron que ser en el bar Patxi en Becerril.

La ruta ha sido muy disfrutona. Amena, frondosa, fresca y con mucha agua. Pero lo que más me ha gustado es todo lo que he aprendido para hacer esta crónica. Me deja muy buen sabor de boca, así que le doy 5 sicarias.
Mariola Prieto

ANEXOS
En relación a la nueva página en nuestro blog de árboles, los pinos que hemos visto por La Barranca son en su mayoría “Pinus Sylvestris”.

Hay mucha vida, y queremos preservarla, en los embalses de Navacerrada y del Ejercito del Aire, aquí más información del de Navacerrada y aquí del Ejército del Aire. 

Son bonitos los versos que Machado escribió en referencia al Real Sanatorio de Guadarrama, aquí recogidos.

Si te pica la curiosidad, no dejes de ojear los comentarios de la película “La noche de Walpurgis”, aquí disponibles.

Y tampoco te pierdas las advertencias al principio del segundo de sus trailers, que puedes ver aquí.

FOTO REPORTAJES

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