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RESUMEN
Después de la reciente ruta televisada de hace menos de un mes, de nuevo Telemadrid nos pidió colaborar en otra grabación de ruta con agua, en esta ocasión para el programa Disfruta Madrid.
El valle de la Fuenfría siempre asegura agua incluso en verano, además de ofrecer un sinfín de ruta con encanto, tires para donde tires, por eso elegimos acercarnos a la Ducha de los Alemanes, que con todo lo que había caído en este último mes, seguro que ofrecería un bonito espectáculo, como así fue.
En el aparcamiento que hay enfrente de Casa Cirilo esperamos a Patri y Sergio, la reportera y cámara que rodarían nuestra ruta. Hechas las presentaciones y la primera toma, cruzamos la carretera y nos dirigimos, en dirección norte, hacia el puente del Descalzo.
El Puerto de la Fuenfría fue el paso principal de la Sierra de Guadarrama hacia Segovia desde tiempos remotos y hasta la apertura del Puerto de Navacerrada a finales del siglo XVIII, bajo el reinado de Carlos IV.
Fue el marco ideal para una nueva grabación antes de bajar a contemplar la escondida lápida vertical de piedra, con una cruz y las letras T.S de M, que según parece corresponden a Teodoro Sáenz de Miera, quien fue alcalde de Cercedilla en los años 30 del siglo pasado, asesinado en este lugar. La lápida fue colocada por su familia para su recuerdo.
Al otro lado del arroyo se encuentra la fuente de la Salud, construida en piedra y con el nombre grabado en ellas, es una de las aproximadamente 70 fuentes que se encuentran en el montañoso término de Cercedilla, la mayoría de ellas, unas 50, se hallan en el valle de la Fuenfría, que ya su nombre lo dice todo.
Unos metros más arriba nos desviamos a la derecha para seguir por una pista forestal denominada Camino Agromán, nombre de la empresa que iba a hacer esa parte de la Carretera de la República.
A pocos metros paramos a realizar otra toma con un pequeño salto de agua como fondo. Pasamos junto al azud que capta agua del arroyo y unas rocas desde las que el agua se derrama con fuerte tronío.
Continuamos el ascenso entre hermosos pinos, primero con el arroyo de la Fuenfría a nuestra izquierda, después con el de la Navazuela, que desemboca en el anterior junto a una bonita pradera, algo anegada, por la que cruzamos.
Dejando el puente de Navazuela a la izquierda, y remontamos la margen izquierda del arroyo de la Navazuela, entre pinos, tejos, enebros y helechos, hasta dar con la primera de las bellas cascadas que forma este arroyo.
Debe su nombre a las duchas que se daban en ella los primeros montañeros de la sierra -varios de ellos de origen alemán- a principios del siglo XX. Antiguamente se le llamaba "chorro del Árbol Viejo", por un viejo tejo que sigue creciendo junto a ella.
Rebasando el puente de madera remontamos unos metros más el arroyo para ver otras dos cascadas también de bella estampa, donde nos hicimos la foto de grupo.
De allí, nos dirigimos en dirección sureste, hacia la senda Victory, llamada así en honor de Antonio Victory, que fue presidente de la Sociedad Peñalara y gran conocedor de la Sierra de Guadarrama.
La senda coincide con el PR-6, está marcada por puntos morados y discurre medio equidistante a la Carretera de la República, entre pinos de gran porte y sin grandes desniveles, excepto el inicial que entre tejos asciende al mirador de Matagitanos, un roquedal con impresionantes vistas del valle, donde paramos a tomar el almuerzo de media mañana.
Fue por aquí cuando a Jorge la llegó una enigmática llamada de su mujer en la que le decía: ¿Os habéis enterado de lo que ha pasado?, pero se cortó y nos quedamos con la intriga hasta que después otras llamadas también entrecortadas nos fueron poniendo al tanto del apagón total de luz que estaba sufriendo la península, mientras nosotros disfrutábamos de la radiante luz del día en tan bello entorno.
Algo preocupados por los acontecimientos, ascendimos con suave pendiente hasta alcanzar la bonita fuente-refugio Aurrulaque, en la que un sombrero homenajea a Antonio Sáenz de Miera (1935-2021), escritor, jurídico y empresario español nacido en Cercedilla y comprometido con la defensa de la naturaleza. Promovió la declaración del Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama.
Fue también promotor de la fiesta montañera del Aurrulaque, en la que todos los años se adorna el valle con un monumento nuevo. Aquí más información sobre su figura.
El Aurrulaque, nombre que se da a los montes comunales de Cercedilla, nació, como iniciativa de la Fundación Cultural Cercedilla, en 1984 con el objetivo de disfrutar del paisaje y fomentar el senderismo haciendo una marcha y un acto colectivo cada verano.
En plena pradera de Navarrulaque, nos encontramos otro monumento, un hito de granito denominado Puerta de la Fuenfría que conmemora la declaración de Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama en 2013. Y cerca de allí, unas rocas a modo de mesa conmemoraron en el Aurrulaque de 2002 el año Internacional de las Montañas.
En ella, Patri imitó la postura del avión que siempre hace Jorge con bastante éxito y equilibrio.
Unos metros más allá, se sitúa el Monumento a los Primeros Caminantes de la Sierra de Guadarrama, singular y alegórico: siete traviesas de madera colocadas en artístico semicírculo apuntando a los Siete Picos.
Monumento a ganaderos, cabreros, leñadores, maestros, geólogos, escritores, pintores y pioneros del montañismo.
Y siguiendo la Carretera de la República, a la derecha, nos acercamos a ver la hora en el Reloj de Cela, que si hay sol, la da con precisión astronómica desde el Aurrulaque de 1995, donde se declaró "caminante de la Sierra del Guadarrama antes que Nobel" y que dio cuenta de sus correrías por estos parajes en Cuaderno del Guadarrama, publicado ese mismo año. Situándonos en la baldosa que más se aproxima a la fecha del día, levantando el brazo, la sombra indica la hora solar, que en nuestro caso eran las 12:20, es decir, las 13:20 hora oficial de una España sin luz, pero que a nosotros no nos hacía falta para saber la hora.
Continuamos un poco más adelante, hasta dar a la izquierda con el mirador de Vicente Aleixandre, levantado sobre unas rocas en forma de quilla de barco en el Aurrulaque de 1985, y desde el que se domina una magnífica vista de la inconfundible silueta de Siete Picos, que durante gran parte de la Edad Media fue conocido como "Sierra del Dragón" por la silueta de esta montaña, que se asemeja al dorso dentado de estos seres mitológicos tan del gusto de esa época. Aquí volvimos a hacer otra toma para el reportaje, el lugar lo merecía.
Seguimos, entre rocas escritas con poemas de varios poetas, que perlan la zona, como el de J. García Nieto: “Afila Siete Picos en la sombra / su aguda dentellada”, a Gabriel García Tassara “Cumbres de Guadarrama y de Fuenfría / columnas de la tierra castellana”.
Continuando por la bonita senda, llegamos al mirador de Luis Rosales, tras pasar primero por el vértice geodésico que hay a su derecha. El mirador fue inaugurado en el Aurrulaque de 1986, en homenaje a este poeta, que veraneaba en Cercedilla.
Allí pudimos deleitarnos con las hermosas vistas del paisaje, mientras grababan la última toma, y disfrutar de su famoso poema dedicado a su amada Cercedilla “Las noches de Cercedilla / las llevo en mi soledad / y son la última linde / que yo quisiera mirar”. Buscamos un libro de poesía que se suele encontrar en un recinto cerrado, a modo de buzón, incrustado en la roca, pero no estaba.
Regresamos sobre nuestros pasos para continuar descendiendo por la carretera, para dejarla 600 metros más adelante a la izquierda, siguiendo la Vereda Alta, un sendero que baja en dirección suroeste, en un primer tramo con cierta pendiente, hasta la fuente del Pocito, que estaba medio perdida y fue recuperada en el año 2000 con motivo de la fiesta montañera del Aurrulaque de ese año.
Acompañamos en su descenso al río de la Venta hasta cruzarlo por un pintoresco puente de madera. A pocos metros, a la derecha, se encuentra la fuente del Tercer Retén, con alto muro de piedra y nombre grabado en él. Desde aquí, solo nos quedaba regresar al punto de inicio, el aparcamiento por la carretera de las Dehesas.
Como Casa Cirilo estaba cerrada, los bocadillos y unas ricas magdalenas que había comprado Carlos en Cercedilla nos las tomamos en una de las mesas de piedra que hay junto al aparcamiento, acompañados por el murmuro del agua de la cercana fuente de la Teja y el trino de los pájaros, dando así por finalizada esta excursión que bien se merece 4,5 estrellas.
Paco Nieto
VÍDEOS DE LA RUTA
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