FICHA TÉCNICA
Inicio: El Berrueco
Final: Patones de Abajo
Tiempo: 3 horas
Distancia: 12,3 km
Desnivel [+]: 396 m
Desnivel [--]: 605 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 3
Participantes: 13
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
MAPA 3D GOOGLE EARTH
RESUMEN
Hemos recorrido la primera de las
seis etapas que forman la Senda del Genaro que bordea el embalse del Atazar,
desde el Berrueco hasta Patones de Arriba y posterior prolongación a Patones de
Abajo.
Hemos disfrutado de las diferentes vistas que la senda nos ha proporcionado del embalse y la parte sur de la Sierra de la Cabrera, un recorrido utilizado desde antaño por pastores de la comarca y mucho antes, por las tropas musulmanas del emirato de Muhamed I de Córdoba que dominaron estas tierras.
Por momentos nos hemos creído estar vigilando el horizonte al subir a la Atalaya de Torrepedrera desde su privilegiada ubicación, que aunque muy restaurada, aún conserva su piedra original, de tipo pedernal formada por grandes trozos casi sin desbastar.
La senda prosigue por el espacio que media entre la carretera y el cierre ganadero. La jara, aromática y pringosa inunda buena parte del recorrido, que discurre por entre la linde de las fincas cerradas y la carretera, cuando va sobrealzada, o con tramos en trinchera.
Por momentos nos hemos creído estar vigilando el horizonte al subir a la Atalaya de Torrepedrera desde su privilegiada ubicación, que aunque muy restaurada, aún conserva su piedra original, de tipo pedernal formada por grandes trozos casi sin desbastar.
La senda prosigue por el espacio que media entre la carretera y el cierre ganadero. La jara, aromática y pringosa inunda buena parte del recorrido, que discurre por entre la linde de las fincas cerradas y la carretera, cuando va sobrealzada, o con tramos en trinchera.
Dejamos de ver por bastante tiempo el embalse y sus entornos. Al poco, abandonamos la senda que discurre junto a la carretera, ante la mirada de la Atalaya al fondo.
Tras una subida de hasta los 1082 metros, hemos bajado en rápido descenso entre matorral y restos de árboles calcinados, testigos silenciosos del incendio que hubo en esta zona, hasta alcanzar el escondido reino de Patones de Arriba, pueblo de pizarra y cuestas empedradas, que parece anclado en otro tiempo al conservar su estructura y sabor medieval, donde pintores y fotógrafos tiene cientos de rincones donde extasiarse.
Pasamos junto a uno de los símbolos del pueblo, la antigua iglesia de San José, del siglo XVII, en la que está ahora ubicada la Oficina de Turismo, toda una postal miles de veces inmortalizada por los que cada fin de semana se acercan a pasear por estas estrechas calles y degustar la gastronomía de sus numerosos restaurantes.
Desde él hemos descendido a Patones de Abajo, siguiendo una bonita senda que pasa bajo los canales que llevan el agua a Madrid procedentes de los embalse del río Lozoya.
Y con el hambre acumulada y los pies cansados, por los casi 13 Km recorridos, nos hemos apresurado a dar cuenta de los huevos con morcilla, carne, chorizo, lomo o panceta que nos esperaban en nuestro entrañable bar Manolo de Patones de Abajo.
Allí fuimos atendidos con la simpatía y buen hacer que caracteriza a María y las chicas que lo regentan, renovando el buen ambiente del grupo, que iba en aumento conforme más cerveza y chupitos nos servían.
Y con el hambre acumulada y los pies cansados, por los casi 13 Km recorridos, nos hemos apresurado a dar cuenta de los huevos con morcilla, carne, chorizo, lomo o panceta que nos esperaban en nuestro entrañable bar Manolo de Patones de Abajo.
Allí fuimos atendidos con la simpatía y buen hacer que caracteriza a María y las chicas que lo regentan, renovando el buen ambiente del grupo, que iba en aumento conforme más cerveza y chupitos nos servían.
Y siguiendo el encargo de
Antolín, me he puesto en contacto con la Agencia Madi Senderismo, que aunque
atareada en bajar una y otra vez la calificación de la deuda, ha tenido a bien
otorgar 3 Sicarias en su escala de 5 Sicarias a esta ruta, a pesar de que
algunos senderistas clamaban por un 4, pero ya se sabe que estamos en la era de
los recortes.
Paco Nieto
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