Inicio: Pto de Navafría
Final: Pto de Navafría
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 22,8 km
Desnivel [+]: 441 m
Desnivel [--]: 443 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Ciclable: En parte
Valoración: 3
Participantes: 22
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
RESUMEN
Como
nos había anunciado Antonio la marcha se prometía larga; quizá eso y alguna que otra excusa, resultó
que el grupo se vio reducido a solo 22 senderistas y sin participación
femenina, lo que no ocurría desde hacía años.
El
día era primaveral, pero aproximándonos a la sierra, sobre la cuerda de los Carpetanos,
veíamos asentada una espesa capa de nubes, que no invitaba mucho a meternos en
ella. Cuan pastor, nuestro guía Antonio, fue deteniendo los vehículos en
Lozoya, antes de subir al puerto. Se pensó en hacer un recorrido alternativo,
pero faltaban nuestros compañeros de Alcalá. Madrugadores ellos, se habían
saltado el pastoreo, y ya estaban arriba esperándonos en el puerto de Navafría
un poco desesperados y echando medias pestes. A ellos les tenemos que agradecer
que la ruta realizada fuera la prevista.
La
senda que discurre durante bastantes kilómetros por el linde de las provincias de Segovia y Madrid, comenzó con una fuerte subida, que
nos hizo entrar en calor rápidamente. Sabíamos que era lo más difícil de la
ruta así que a pasarlo rápido.
Como
por arte de magia, al rato las nubes habían desaparecido y las pequeñas flores
amarillas al borde de la senda eran la alegría de la mañana. Enseguida habíamos
llegado al Alto de la Pinilla y alcanzado el Pico del Reventón, sin
desperdiciar la oportunidad de hacer alguna foto sobre un montón de nieve de la
senda que se resistía a desaparecer.
Cuando
llegamos al Reajo Capón ya era la hora del aperitivo. Al sol, al abrigo del
norte y sobre unas rocas contemplando el valle del Lozoya con sus embalses de
la Pinilla y Rio Sequillo y la Cachiporrilla enfrente, el aperitivo sabia a
gloria; momento que aprovecho José María para la foto de grupo. En la lejanía, al
este, se distinguían los embalses de Puentes Viejas y del Atazar; al oeste, sobre
Peñalara, las nubes se resistían a
desaparecer, aunque no tardamos mucho tiempo en poder contemplar y disfrutar de
la elegancia de su perfil que tiene desde esta zona cual aprendiz de Cervino.
Las
conversaciones discurrían animadas entre el fútbol, con la resaca del último
partido de la Champions, derbi madrileño, y el recuerdo de las alegrías previas
al encuentro que habíamos celebrado el miércoles anterior. Aunque había también
otros temas de interés, en especial sobre el género que precisamente estaba
ausente en la excursión. Alguna propuesta fotográfica original no llegó a
cuajar, más asociada quizá a otras latitudes o al cuerpo de bomberos.
Camino
del Reajo Alto, las vistas a nuestra izquierda, de la provincia de Segovia,
eran espectacularmente primaverales: una gran llanura verde con muchas motas
marrones que dibujaban sus villas. Pasamos también por las bonitas lagunillas
en el alto del Hornillo, con sus preciosas ranitas verdes de San Antonio.
En
Reajo Alto, se dieron la vuelta nuestros compañeros de media excursión, con las
correspondientes disculpas previas. La senda seguía horizontal, las vistas de
la Cabrera eran excepcionales, como una pequeña sucesión de montañitas de
chocolate separadas de todo el resto. A la altura de Lomo Gordo, Antonio dio un
golpe de timón y nos pusimos a descender cortafuegos abajo, casi 250 metros de
desnivel, hasta llegar al Camino Horizontal, pista forestal que da honor a su
nombre, y terminaría llevándonos de
nuevo al puerto de Navafría, desde donde habíamos partido.
Mirando
hacia el noreste, podíamos distinguir la vieja ruta del tren en desuso
Madrid-Burgos y su túnel, que fue objeto de búsqueda en la excursión 188,
La Chorrera de San Mamés; incluso vimos dos cervatillos, que alguien comentó
que serian los recién nacidos en aquella ocasión.
Las
vistas seguían siendo espectaculares desde el camino dulce serpenteando entre
pinos y cruzado por distintos arroyos. Precisamente al lado del Arroyo de la
Chorrera disfrutamos de nuestros bocatas de senderistas.
Reanudada
la ruta, ¡que tres ejemplares de boletus
pinicola nos encontramos!. Juntitos y de un kilo cada uno, algo
espectacular, un poquito maduros eso sí; luego hubo más setas, unas magnificas
bolas blanca de hasta medio kilo (calvatia
utriformis). La primavera es que lo hace todo hermoso.
La
senda horizontal continuaba, los kilómetros acumulados ya eran muchos, y las
ganas de llegar más, y todos intentábamos calcular el total de kilómetros que
iban a resultar.
Terminamos
en el pueblo de Lozoya, en la terraza del bar Serna, con dos grandes banderas Atléticas
en su frente, tomándonos las correspondientes cervecitas frías, que sabían a
gloria. Agradeciendo a Antolin y Pepe A, su invitación, felicidades por su
cumpleaños.
Excursión
aunque larga, casi 23 kms, suave, agradable y entretenida con estupendas
vistas, en un buen día de primavera, y en magnifica compañía. Madi concede a
esta excursión la calificación de tres sicarias.
Ángel
R. Otero
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