Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 17,1 Km
Desnivel [+]: 801 m
Desnivel [--]: 801 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Dificultad: Media
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 41
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
La
cita era el puerto Alto del León, los coches del GMSMA iban ocupando el aparcamiento
delante del Asador, al lado del hórreo tipo asturiano que allí han montado. El
día, soleado y espléndido. Algunos habíamos llegado con cierto temor al frío que
podría hacer por la altura, sin embargo, no hacia viento y el cielo estaba limpio
y despejado. Comenzada la ruta, enseguida empezamos a despojarnos de prendas innecesarias.
Nos
ponemos en marcha hacia el cerro de la Sevillana, de 1510 metro. La senda es amable
y con grandes piedras redondeadas, típicas de la sierra de Guadarrama. El camino discurre por la divisoria de cumbres y
en paralelo a la cerca que separa Madrid y Segovia. Por el camino aparecen
distintos restos de trincheras, búnkers y casamatas construidas, por la
existencia de un prolongado frente, durante la Guerra Civil.
Pronto
llegamos al Monumento del Arcipreste de Hita, un conjunto de piedras declarado
Monumento de Interés Nacional en 1930, y que recuerda la figura del clérigo y
literato Juan Ruiz, autor del libro del Buen Amor. Algunos aprovechamos la
oportunidad de hacer una pequeña escalada, y encontrarnos con un pequeño Belén,
protegido por un hueco entre las piedras. ¿Será señal de que la Navidad se
acerca?. ¡Por el tiempo reinante nadie lo
diría!
El
paisaje que podemos contemplar durante la ruta es espectacular. A nuestra
derecha, un auténtico verde mar, que forman los pinares del valle del río Moros;
más allá, la meseta segoviana. A nuestra izquierda se divisan las torres de
Madrid, pero no mucho más, porque aunque el cielo en lo alto está limpio y no
se aprecia la típica boina, una especie de neblina impide ver el resto de la
ciudad; se supone que son los restos de contaminación que hicieron saltar las
alarmas los días pasados.
Los
cerros se iban sucediendo. Cuando llegamos a la Peña del Cuervo, de 1706
metros, hicimos un pequeño alto para tomarnos un breve aperitivo, pues había que prepararse para las
subidas que nos esperaban.
A continuación, vino el cerro Mostajo de 1717 metros, para luego llegar al collado de Gibraltar, a 1698 metros, inicio de la subida a la Peñota.
A continuación, vino el cerro Mostajo de 1717 metros, para luego llegar al collado de Gibraltar, a 1698 metros, inicio de la subida a la Peñota.
A
los 1920 metros se encuentra la primera cumbre, situada a mano izquierda, una
vez que se alcanza la arista, que aparenta la cara de una esfinge.
Después de un pequeño tramo entre rocas y vegetación, por el lado norte de la arista, llegamos al callejón que separa las dos puntas gemelas de la cima principal, alcanzamos el vértice geodésico, que se alza a 1945 metros, llamado pico Carpentier.
Estupendo lugar donde hicimos un descanso y disfrutamos del buen tiempo y del maravilloso paisaje. La panorámica desde aquí es excepcional, abarcando gran parte de la sierra de Guadarrama: desde los Montes del Escorial, al Oeste, hasta el lejano Peñalara, pasando por la muralla que conforman la Sierra de Hontanares y la Mujer Muerta; al otro lado del Moros, Montón de Trigo, Siete Picos y La Maliciosa, al Este.
Después de un pequeño tramo entre rocas y vegetación, por el lado norte de la arista, llegamos al callejón que separa las dos puntas gemelas de la cima principal, alcanzamos el vértice geodésico, que se alza a 1945 metros, llamado pico Carpentier.
Estupendo lugar donde hicimos un descanso y disfrutamos del buen tiempo y del maravilloso paisaje. La panorámica desde aquí es excepcional, abarcando gran parte de la sierra de Guadarrama: desde los Montes del Escorial, al Oeste, hasta el lejano Peñalara, pasando por la muralla que conforman la Sierra de Hontanares y la Mujer Muerta; al otro lado del Moros, Montón de Trigo, Siete Picos y La Maliciosa, al Este.
Posteriormente
continuamos un ratito hacia el Este, hasta llegar al collado Cerromalejo, donde
dejamos la cuerda y comenzamos a
descender por un camino incorporándonos al interior de los esplendidos pinares
que habíamos contemplado desde arriba para girar hacia el Oeste, buscando ya el
camino de vuelta. A la sombra, al lado de un puente sobre el pequeño arroyo
Gargantilla, aprovechamos para descansar, tomarnos las principales viandas y
hacer la foto de grupo.
Luego proseguimos por un camino amplio y llano, a cuya orilla tuvimos la oportunidad de deleitar la vista con otros tesoros de la flora como son los distintos tipos de setas que íbamos viendo. Aunque la climatología de este año no ha sido muy propicia, siempre surgen ejemplares que nos enseñan la grandeza de la naturaleza.
Llegado un momento del camino, que se bifurcaba a derecha e izquierda, Antonio optó por hacerlo un poco más divertido, sorteando una valla y poniéndonos a trochar, hasta encontrarnos de nuevo con el sendero del Arcipreste que nos devolvía al punto de partida.
Luego proseguimos por un camino amplio y llano, a cuya orilla tuvimos la oportunidad de deleitar la vista con otros tesoros de la flora como son los distintos tipos de setas que íbamos viendo. Aunque la climatología de este año no ha sido muy propicia, siempre surgen ejemplares que nos enseñan la grandeza de la naturaleza.
Llegado un momento del camino, que se bifurcaba a derecha e izquierda, Antonio optó por hacerlo un poco más divertido, sorteando una valla y poniéndonos a trochar, hasta encontrarnos de nuevo con el sendero del Arcipreste que nos devolvía al punto de partida.
Algunos
nos retrasamos un poco, tratando de seguir apreciando las bellezas de la
naturaleza, y esperando a Joaquín, al que se le había caído la navaja al saltar la valla y había vuelto a
buscarla.
Como
buen final de ruta, terminamos disfrutando de unas cervezas frescas en el
asador del León, invitados por los cumpleañeros de turno. Ya era bastante
tarde, el sol se estaba poniendo y la noche venia enseguida.
La jornada había
sido completa; la ruta y el tiempo excepcional y la compañía y el ambiente
magnifico, y el disfrute total. Madi concede a esta excursión la calificación
de 5 sicarias.
Ángel R. Otero
FOTO REPORTAJES
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