Inicio: San Ildefonso
Final: San Ildefonso
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 13,1 Km
Desnivel [+]: 550 m
Desnivel [--]: 556 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 7
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RESUMEN
Cuando el observatorio estadístico del Gmsma publique la revista del 2016, esta excursión aparecerá como la menos concurrida de toda la temporada. Tan solo siete senderomagos acudimos a "la tranquila y fresquita excursión" que Antonio nos había preparado. Fue una excursión diferente, ya que nos permitió poder charlar en grupo e ir comentando la flora que íbamos viendo. Después de esta excursión ya distingo los robles de los manzanos, y la retama de los cambrones.
Por primera vez vino mi hijo, Jorge, el cual quedo encantado con la marcha y con la gente.
Quedamos como de costumbre, pasada la verja del Palacio, y comenzamos la excursión con una temperatura excelente y el cielo lleno de "borreguitos"; ideal para caminar.
A pesar de ser una ruta muy conocida, el camino no está señalizado y hay que estar atentos en la Urbanización Caserío de Urgel para no equivocarnos. Tras pasar una puerta metálica verde entramos en el robledal de Navalosar y comenzamos a ascender, dejando a nuestra derecha el arroyo de Peña Berrueco, que abandonamos más adelante.
Nos llamó la atención un manzano silvestre, cargado de frutos, por lo que quedamos emplazados para finales de septiembre para la recolección.
Después de cruzar el arroyo de la Fuente del Infante y pasar por entre cambrones, llegamos a un pinar y sin llegar a cruzar el arroyo del Chorro Grande, llegamos a la base del citado chorro, donde paramos a comer un tentempié. Tuvieron mucho éxito las pastas armuñanas, a base de almendras.
El Chorro tenía poca agua, pero siempre es impresionante ver los tres tramos del mismo, que juntos sobrepasan los 80 metros de caída, casi vertical. Cuando el agua abunda, es todo un espectáculo.
Allí nos hicimos la foto del grupo y nos deleitamos con las vistas de Segovia y el Embalse del Pontón, incluso Rosa B. y yo cantamos una jota segoviana.
Continuamos ascendiendo, por la derecha del chorro, hasta la parte superior por una senda con una fuerte pendiente. Después de pasar por la zona peligrosa, por lo resbaladizo de las piedras, continuamos ascendiendo hasta una poza, donde Angel V. como es su costumbre se baño. Otras solo se mojaron los pies.
Desde aquí continuamos hacia el suroeste, manteniendo la altura hasta cruzar el arroyo de la Fuente del Infante, para luego ir descendiendo hasta un cortafuegos y la pista que baja del puerto del Reventón. Después de coger un sendero llegamos hasta el esquinazo de los jardines de Palacio. Tras atravesar el arroyo de los Carneros y pasar por la Puerta del Cebo, que según Melchor, era donde al parecer alimentaban (cebaban) a la caza mayor que después cazaban los reyes, llegamos a la Fuente de la Plata donde el grupo se dispuso a comer, salvo dos estrellas fugaces que decidieron comer en un restaurante de la Granja.
El grueso del grupo después de comer continuaron bajando por el puente de los Tres Maderos, para después cruzar la carretera que sube a Navacerrada, llegar al punto de partida tras pasar por el puente del Niño y un Campo de Polo, medio abandonado, que no sabemos qué utilidad tiene y que fue reconstruido por el Gobierno Central cuando éramos ricos.
Como siempre, la excursión acabó con unas cervezas, que Pepa muy amablemente invitó dado su próximo cumpleaños.
Qué mejor fin de curso que una tranquila excursión por tierras segovianas y en un municipio declarado Reserva de la Biosfera , que dispone de las mejores sendas para disfrutar en verano y que está a solo 76 kilómetros de Madrid. Los Borbones lo tenían claro. Por todo ello, la excursión se merece, como mínimo 4 sicarias.
Feliz verano a todos. Nos vemos en septiembre.
Marcos Herrero
FOTOS
Marcos Herrero
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