Inicio: Canto Cochino
Final: Canto Cochino
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 11,8 Km
Desnivel [+]: 853m
Desnivel [--]: 853 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 23
PERFIL
RESUMEN
Continuamos ruta cruzando el arroyo de la Dehesilla y empezamos a subir por unas pendientes ya más pronunciadas y muy pronto nos encontramos “La Calavera”, perfectamente conducidos por nuestro gran guía de La Pedriza, Paco Cantos, siempre en cabeza del grupo, y ahora con Antonio cuidando la retaguardia, ambos muy apoyados en sus responsabilidades respectivas por Paco Nieto siempre comunicados por walkies.
Continuamos subiendo empinadamente hasta la pared que forma la base del macizo del Pájaro. Rodeamos este macizo en sentido de las agujas del reloj siempre ascendiendo. Pasamos por debajo de la Muela y se acentúan ya las pendientes de granito en un sendero desdibujado e irregular en el que Antonio, que camina cerrando el grupo junto a Ángel, Donaire, Antolín, Jesús C. y yo mismo, no tiene muy buenas sensaciones y decide tumbarse en el suelo para intentar recuperar el buen tono, al tiempo que ingiere varios geles e hidrata un poco. Pero lo más restaurador para Antonio, fue la estimulante conversación sugerida por Jesús C. y seguida luego por todos los presentes sobre inconfesables asuntos impropios de ésta crónica.
Es precisamente cuando reiniciamos la marcha que observamos a lo lejos un zorro que, no solo no nos muestra miedo, sino que se acerca a la carrera a nosotros y osa pedirnos sutilmente, y a su manera, el bocadillo montañero que come de la mano de varios de nosotros sustituyendo en esta excursión a los ausentes Teo y Lucas.
Dejamos atrás al zorro y reanudamos la marcha en una subida muy irregular, y divertida, entre rocas de granito de formas caprichosas y formaciones imposibles, con vegetación de pinos y encinas, y con un recorrido muy lento e interminable sembrado de varias trepadas y destrepadas más o menos comprometidas, pasos aéreos y bajo roca etc.
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Una vez más, con la habitual alegría de saludar a los amigos, hoy nos reunimos en La Pedriza un grupo más reducido de lo habitual formado por 23 senderistas en un día soleado y caluroso de otoño.
Iniciamos puntualmente el recorrido a las 10:30 en el aparcamiento de Canto Cochino, caminando por la margen izquierda del arroyo de la Majadilla en lo que será el tramo parcial más horizontal de todo el recorrido.
Avanzamos a paso lento hacia el Refugio Giner de los Ríos por una senda que transcurre de forma más o menos paralela al río, que se inicia en una explanada donde vemos la formación rocosa conocida como el “Cerdito”, pero posteriormente se transforma en un sendero invadido por las jaras que en sus primeros metros fue testigo de una primera incidencia, ya que nuestro amigo José Luis tuvo que entregarnos la bota de vino y regresar al aparcamiento, al sentirse indispuesto a consecuencia de un lumbago que venía arrastrando desde hace días.
La mencionada incidencia hizo que el grupo se fragmentara, provocando algunos retrasos en un trazado que no era muy evidente a causa de las distintas variantes, y desdoblamientos, que se proponían a nuestro paso.
En estos primeros compases, el grupo avanzado progresa bien, guiado por Paco Cantos en vanguardia, y acompañado en ésta tarea de dirección por Antonio, pero en formación algo irregular, hasta producir una considerable separación entre los dos subgrupos ya ostensiblemente divididos, cuya circunstancia obliga a un reagrupamiento en el Refugio Giner de los Ríos.
Continuamos ruta cruzando el arroyo de la Dehesilla y empezamos a subir por unas pendientes ya más pronunciadas y muy pronto nos encontramos “La Calavera”, perfectamente conducidos por nuestro gran guía de La Pedriza, Paco Cantos, siempre en cabeza del grupo, y ahora con Antonio cuidando la retaguardia, ambos muy apoyados en sus responsabilidades respectivas por Paco Nieto siempre comunicados por walkies.
Continuamos subiendo empinadamente hasta la pared que forma la base del macizo del Pájaro. Rodeamos este macizo en sentido de las agujas del reloj siempre ascendiendo. Pasamos por debajo de la Muela y se acentúan ya las pendientes de granito en un sendero desdibujado e irregular en el que Antonio, que camina cerrando el grupo junto a Ángel, Donaire, Antolín, Jesús C. y yo mismo, no tiene muy buenas sensaciones y decide tumbarse en el suelo para intentar recuperar el buen tono, al tiempo que ingiere varios geles e hidrata un poco. Pero lo más restaurador para Antonio, fue la estimulante conversación sugerida por Jesús C. y seguida luego por todos los presentes sobre inconfesables asuntos impropios de ésta crónica.
Es precisamente cuando reiniciamos la marcha que observamos a lo lejos un zorro que, no solo no nos muestra miedo, sino que se acerca a la carrera a nosotros y osa pedirnos sutilmente, y a su manera, el bocadillo montañero que come de la mano de varios de nosotros sustituyendo en esta excursión a los ausentes Teo y Lucas.
Dejamos atrás al zorro y reanudamos la marcha en una subida muy irregular, y divertida, entre rocas de granito de formas caprichosas y formaciones imposibles, con vegetación de pinos y encinas, y con un recorrido muy lento e interminable sembrado de varias trepadas y destrepadas más o menos comprometidas, pasos aéreos y bajo roca etc.
Conducidos por Paco Cantos, entramos en un estrecho canal que sube entre la torre de las Arañas Negras, a la izquierda, y el falso Molondrio, a la derecha.
El canal tiene dos opciones: a la derecha una cueva estrecha y ascendente y por la izquierda trepada. Y nuestro guía de hoy decide que subamos por la izquierda en su propuesta de trepada, en su criterio acertado de evitar al grupo el paso por el estrecho y bajo túnel arrastrando sus mochilas.
Llegamos al paso más difícil en el que un reducido grupo que lo exploraba el año pasado no encontraba por donde pasar y resultó que el paso que les pareció más obvio no resultó ser el mejor y tuvo la desgraciada consecuencia de que Antonio se torciera el tobillo. Y ahora enfrentamos ese paso por el único lugar posible, pero con cierta dificultad.
Continuamos por varios pasos y trepadas de piedra. A la izquierda tenemos la Torre del Buitre, y allí enfrente tenemos el Cancho Buitrón y el Gran Molondrio, pero primero hay que bajar a un corral y después subir pasando una cueva hasta llegar al pie de Cancho Buitrón donde comimos y nos hicimos la foto de grupo en un precioso paisaje de rocas, pinos y encinas.
Reanudamos el recorrido, ya en la segunda parte de la marcha, encaminándonos a la pradera de Navajuelos con excelentes vistas de muchos puntos de la Pedriza: El Mogote de los Suicidas, la Pared de Santillana, la Bola de Navajuelos, etc.
Al llegar a Navajuelos nos encontramos con el PR-M2 que seguimos hasta el Collado de la Dehesilla. Nos acercamos a la Bola de Navajuelos donde vimos un escalador en lo alto, al que aplaudimos varios y a continuación alcanzamos el “paso de las Llamas”, que lo afrontamos, unos pasando por debajo y otros por encima de las piedras. Y así llegamos debajo del gran obelisco de granito conocido como “Torro”.
Ya de regreso, y como vamos con bastante retraso, se decide volver en dos grupos, los que tienen más prisa por bajar lo hacen pastoreados por Paco Cantos, entre los que me encuentro, y los más relajados bajan con Antonio.
A partir de aquí todo es bajada hasta el collado. La parte más empinada pasa por el risco de Mataelvicial, La bajada se hace dura por el sendero roto, el cansancio y las infinitas piedras que no se acaban nunca.
En interminable e infame bajada llegamos al collado de la Dehesilla y ya solo nos queda alcanzar el Tolmo, hasta Prado Peluca donde cruzamos el arroyo para descender por la autopista hasta Canto Cochino.
No se describe en esta crónica lo acontecido en grupo que bajaba con Antonio, pero a tenor de las fotos publicadas parece que hubo cansancio y una relajante parada en el collado de la Dehesilla, con ciervo y todo.
En esta ocasión no fue posible hidratarme con la tradicional cerveza debido a que el bar del aparcamiento estaba cerrado, pero los del segundo grupo, bien que lo hicieron en la plaza de Manzanares el Real.
Calificación: 5 sicarias por la variedad del trazado, singularidad del paisaje dificultad y belleza del recorrido. Inicialmente la valoración fue 5 plus o 5+1 , pero le descuento el 1 plus por el descenso de regreso por la inmunda pedrera que no aportó gran cosa, habiendo rutas alternativas más fáciles cuando lo esencial de la excursión ya se había disfrutado con nota de sobresaliente.
José Antonio D.
Continuamos por varios pasos y trepadas de piedra. A la izquierda tenemos la Torre del Buitre, y allí enfrente tenemos el Cancho Buitrón y el Gran Molondrio, pero primero hay que bajar a un corral y después subir pasando una cueva hasta llegar al pie de Cancho Buitrón donde comimos y nos hicimos la foto de grupo en un precioso paisaje de rocas, pinos y encinas.
Reanudamos el recorrido, ya en la segunda parte de la marcha, encaminándonos a la pradera de Navajuelos con excelentes vistas de muchos puntos de la Pedriza: El Mogote de los Suicidas, la Pared de Santillana, la Bola de Navajuelos, etc.
Al llegar a Navajuelos nos encontramos con el PR-M2 que seguimos hasta el Collado de la Dehesilla. Nos acercamos a la Bola de Navajuelos donde vimos un escalador en lo alto, al que aplaudimos varios y a continuación alcanzamos el “paso de las Llamas”, que lo afrontamos, unos pasando por debajo y otros por encima de las piedras. Y así llegamos debajo del gran obelisco de granito conocido como “Torro”.
Ya de regreso, y como vamos con bastante retraso, se decide volver en dos grupos, los que tienen más prisa por bajar lo hacen pastoreados por Paco Cantos, entre los que me encuentro, y los más relajados bajan con Antonio.
A partir de aquí todo es bajada hasta el collado. La parte más empinada pasa por el risco de Mataelvicial, La bajada se hace dura por el sendero roto, el cansancio y las infinitas piedras que no se acaban nunca.
En interminable e infame bajada llegamos al collado de la Dehesilla y ya solo nos queda alcanzar el Tolmo, hasta Prado Peluca donde cruzamos el arroyo para descender por la autopista hasta Canto Cochino.
No se describe en esta crónica lo acontecido en grupo que bajaba con Antonio, pero a tenor de las fotos publicadas parece que hubo cansancio y una relajante parada en el collado de la Dehesilla, con ciervo y todo.
En esta ocasión no fue posible hidratarme con la tradicional cerveza debido a que el bar del aparcamiento estaba cerrado, pero los del segundo grupo, bien que lo hicieron en la plaza de Manzanares el Real.
Calificación: 5 sicarias por la variedad del trazado, singularidad del paisaje dificultad y belleza del recorrido. Inicialmente la valoración fue 5 plus o 5+1 , pero le descuento el 1 plus por el descenso de regreso por la inmunda pedrera que no aportó gran cosa, habiendo rutas alternativas más fáciles cuando lo esencial de la excursión ya se había disfrutado con nota de sobresaliente.
José Antonio D.
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