Inicio: Manzanares el Real
Final: Manzanares el Real
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,2 Km
Desnivel [+]: 539 m
Desnivel [--]: 539 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 19
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
RESUMEN
A veces pasa.
Se convoca una ruta determinada pero luego viene la meteorología y es la que
tiene la última palabra. En este caso teníamos previsto una para visitar las Pirámides
de la Pedriza pero el haber nevado unos días antes y una bajada posterior de la
temperatura, hacía presagiar la presencia de hielo en el recorrido y por
consiguiente la peligrosidad de éste. Así que, se cambió la ruta por otra más
sencilla.
Amaneció con
un sol y una temperatura muy agradable para andar. Quedamos a las 10:00 de la
mañana en el aparcamiento de Manzanares el Real, enfrente del Castillo de los
Mendoza.
Desde allí los senderistas del grupo (esta vez éramos 19) nos
dirigimos, pasando por el antiguo puente sobre el río y por las ruinas del
antiguo castillo (anterior en su construcción al de los Mendoza), a la Ermita de
Nuestra Señora de la Piedra Sacra.
Esta ermita aunque fue construida en el siglo
XVI, algunos autores consideran que mucho antes fue un lugar de culto de las
tribus que poblaban estas tierras. Con un poco de imaginación, uno se puede
abstraer en el ambiente mágico de las ceremonias realizadas por los druidas en
aquellos tiempos. Si las piedras pudiesen hablar, ¿qué nos contarían? Volvemos
a la realidad y continuamos la marcha en dirección norte hasta llegar a la
calle Virgen del Puerto donde girando a la izquierda nos adentramos en el pinar
en dirección noroeste.
Caminamos por la orilla del río Manzanares por unos
senderos serpenteantes salpicados por grandes rocas y pozas donde hasta no hace
mucho tiempo eran lugares para darse un baño. Ahora está prohibido. Comenzamos a subir hacia la cima de la Camorza. A medida
que lo hacemos, empiezan a aparecer las primeras manchas de nieve,
afortunadamente sin estar helada.
Vamos ascendiendo uno tras otro, por uno de los
senderos de los varios que hay, contemplando a nuestra derecha la nevada Cuerda
Larga, hasta alcanzar un collado a 1120 metros de altura que separa a las dos
Camorzas de 1172 y 1213 metros. Desde
aquí se divisa la otra parte de la loma, con la Sierra del Hoyo al fondo.
Desde
el alto de una peña, tres machos de cabra montesa, con sus enormes cuernos, nos
observan sin apenas inmutarse. Aprovechamos para hacerles algunas fotos. Desde
este collado teníamos intención de girar a la izquierda para visitar a la
Camorza Menor pero la nieve que había nos quitó la idea. Proseguimos el camino
en dirección a la Camorza Mayor.
Antes de llegar, paramos en un lugar con unas
magníficas vistas de la Cuerda Larga y la Pedriza a comer un tentempié para
recobrar fuerzas. Ñam ñam…que bueno está todo, eso sí, bien regado con el vino
de bota que algunos compañeros (que serían las paradas sin ellos) nos traen.
Con energías renovadas nos dirigimos ya directamente hacia la cima de la
Camorza Mayor. En ella hay una caseta que parece que es de vigilancia. Si hasta
ahora habíamos tenido buenas vistas, esto es lo más.
Tenemos una panorámica general
espectacular: al sur Manzanares el Real con su castillo, el pantano de
Santillana, el Cerro de San Pedro (todo blanco por la nieve), la Sierra del
Hoyo; por el norte casi toda la Pedriza y la Cuerda Larga. Como es lógico nos
inflamos a hacer fotos.
Después de saturar nuestras retinas con tanta belleza,
iniciamos el descenso por un sendero hacia el Collado de Quebrantaherraduras.
Llegamos a él y cruzándolo los 19 senderomagos (esta vez no hubo estrellas
fugaces) tomamos el PR-M16 en dirección
al Berzosillo.
Pasamos por una zona de mesas que parecen sacadas de una
película de ”Los Picapiedra” y llegamos al Collado del Terrizo que también
estaba cubierto por la nieve.
Dejamos el PR-M16 y continuamos por la Majada del
Caco. Por allí nos sentamos junto a una valla de piedra y con el sol dándonos
de frente, nos dispusimos a tomar (ahora sí) el bocadillo de la comida. Se
estaba de lujo aquí. No hacía frío, ni hacía viento. Solo faltó echarnos una
siesta. Repuestas las fuerzas continuamos en dirección noroeste y pasamos por
una zona con una gran cantidad de pinos rotos y caídos. Esta zona esta
infectada por la Armillaria y por el
Tomicus Destruens.
La Armillaria es un patógeno del bosque que puede
ser muy destructivo. Es responsable de la enfermedad llamada “podredumbre
blanca” que ataca las raíces de los árboles.
El Tomicus Destruens es un escarabajo que se alimenta y
desarrolla en el tronco de los árboles. La combinación de ambas plagas es la
que hace que caigan y mueran tantos como vimos.
Dejamos esta zona
de pinos desolada y llegamos a Canto Cochino. Cruzamos el aparcamiento en dirección al río.
Atravesamos un puente o
pasarela de madera y continuamos por el GR-10 por la orilla izquierda del río.
Pasamos por un sitio donde se ubicaba el embalse de la Garganta. Continuamos
por el Tranco y giramos a la derecha
para atravesar otro puente por el río y callejear por la urbanización de
chalets hasta llegar a la Plaza del Pueblo en Manzanares el Real donde como no
podía ser de otra manera, nos tomamos las correspondientes cañas.
Por el
maravilloso día, la compañía, las maravillosas vistas y el buen ambiente, está
excursión se merece la calificación de: 5 sicarias.
Joaquín Pérez
FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de Francisco Nieto
Joaquín Pérez
FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de Francisco Nieto
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