lunes, 25 de febrero de 2019

Excursión 449: Loma de Bailanderos y la Najarra

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de la Morcuera
Final: Puerto de la Morcuera
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 16,8 Km
Desnivel [+]: 990 m
Desnivel [--]: 990 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 31

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN
Con el recuerdo de la bonita excursión por la nieve realizada la semana anterior todavía aún fresco, treinta y un senderomagos y cuatro mascotas acudimos a la llamada de Antonio con la intención de repetir experiencia y con ganas de sacar partido a los crampones recién estrenados por muchos de nosotros.

Con ese ánimo llegamos al aparcamiento del puerto de La Morcuera, desde donde ya se podían apreciar unas bonitas vistas, que anticipaban las que nos esperaban más adelante. En un extremo encontramos el refugio y el hito que marca el inicio de la Cuerda Larga. 

Tras pasar la puerta de acceso en la valla de madera del puerto, giramos a la derecha y nos internamos en el pinar hasta conectar con la pista por la que discurre el GR-10.1. Durante esa parte del recorrido cruzamos el arroyo de la Najarra, el del Canchal y dejando el refugio del Vivero a la izquierda, el arroyo de Navahondilla; este último vadeándolo, ya que el puente tenía placas de hielo, lo que le hacía peligroso.

El tiempo primaveral nos permitía disfrutar, con animadas charlas y bonitas vistas, de esta parte menos exigente del trayecto.

Salimos del pinar para llegar a los Pinganillos, una pradera desde la que se divisa la Cuerda Larga y el ascenso que nos espera. Ahí nos reagrupamos y aprovechamos para hacer la foto de grupo. 

Continuamos la marcha y pasamos por el Refugio del Pinganillo, que se encuentra muy bien conservado y listo para utilizar. En esta parte del ascenso tenemos el pinar a nuestra izquierda y a la derecha vistas sobre Peñalara y los Montes Carpetanos.

Dejamos el camino para adentrarnos por una senda medio cubierta por el matorral que nos dirige en línea recta hacia la loma de Bailanderos y Asómate de Hoyos. Atravesamos de nuevo el Arroyo de Navahondilla y a su orilla paramos para reagruparnos y realizar el “Ángelus”, esto es, tomarnos el tentempié de media mañana.

Con las fuerzas repuestas continuamos la subida y al poco volvemos a parar para ponernos los crampones, ya que la nieve empezaba a hacer su aparición. A partir de ahí el ascenso se fue haciendo cada vez más duro, además de por la pendiente, porque en algunas zonas la nieve estaba hueca y pisabas en falso, lo que propició algún que otro tropezón sin importancia.

Cada uno a su ritmo, el grupo se fue dispersando, buscando el mejor trazado según las condiciones de cada uno. Eso sí, el día magnífico, y las vistas cada vez más espectaculares. 

Bailanderos nos esperaba a la izquierda mientras coronamos el pico Navahondilla que en el último tramo ganó en pendiente y que nos recibió con un viento un tanto desapacible, por lo que, tras las fotos de rigor, nos encaminamos hacia Asómate de Hoyos, donde buscamos ponernos a refugio del viento la mayoría del grupo para tomarnos el bocadillo.

Otra parte había continuado hacia Bailanderos y por “avanzados” les tocó pagar las cañas de después. Nos juntamos con ellos en el Collado de Pedro de los Lobos, base de este pico; ahí empezó el “baile”, propiciado porque los bloques rocosos que cubren la cima se balancean ligeramente al paso de una persona. Las grandes rocas nos obligan a avanzar con cuidado y el ascenso por el pedregal se hace bastante fatigoso.

La llegada a la cumbre bien merece un descanso, y con el día tan soleado muchos de nosotros optamos por tumbarnos a lo largo de las rocas en busca del primer bronceado. Mientras, otros disfrutaban de la espectacular vista de la Cuerda Larga y aprovechaban para fotografiar este impresionante entorno.

En este punto de la excursión el grupo se divide, ya que una parte decide abordar la Najarra (puro masoquismo, palabras textuales de los integrantes). El resto comenzamos el descenso siguiendo el PR-11. La opción a priori más sencilla y rápida se convierte en una bajada lenta y trabajosa debido a las placas de hielo que nos vamos encontrando por el camino. De hecho, cuando llegamos al aparcamiento el grupo de la Najarra acababa de llegar. Esta vez el grupo de Segovia se quedó sin cervecitas, pero el resto pudo disfrutar de la merecida recompensa en Miraflores; ya nos cobraremos la deuda en otra ocasión.

Mis impresiones de la excursión no han podido ser más satisfactorias: paisaje variado, nieve, crampones, buenas subidas y bajadas junto con un tiempo espectacular hace que le otorgue a esta marcha la calificación de 5 sicarias.
Celia Marazuela Sanz

No hay comentarios:

Publicar un comentario