* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
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RESUMEN
Me llamó Paco Nieto para ver qué me parecía subir al Cerro del Castillo con luna llena desde mi pueblo, Collado Mediano, y como no podía ser de otra forma, me encantó la idea.
No siempre se puede hacer una ruta saliendo de la puerta de tu casa, ni recorrer con tus amigos aquello que mejor conoces.
Me acerqué al aparcamiento de la entrada al pueblo, junto a la rotonda de la bandera y a la sombra del Castaño de Indias de Collado Mediano, árbol singular nº 271 de la Comunidad de Madrid, con una altura de 21 metros, un árbol majestuoso y emblemático, conocido por su gran antigüedad y belleza, es un símbolo de la naturaleza persistente y robusta, ofreciendo una sombra refrescante en verano y un espectáculo de colores en otoño.
Cuando estuvimos todos, echamos a andar camino de la parroquia de San Ildefonso, la bonita iglesia del pueblo, a cuyos pies nos hicimos la foto de grupo con los 23 participantes de hoy, 8 mujeres, 9 hombres, 4 niños y 2 niñas, en parte gracias a la amplia aportación de la familia y amigos de Carlos M.
Callejeando cuesta arriba, iniciamos la subida al Cerro del Castillo por su lado sur, enseguida alcanzamos la avenida del Pinar, por la que continuamos hasta llegar al depósito de agua.
Desde allí, seguimos por un sendero con tramos escalonados que nos llevaron a La Cobañera, un monumento natural en forma de pequeña cueva, conocida por sus excelentes vistas panorámicas y su importancia histórica y geográfica, que es todo un símbolo del pueblo, forma parte de su escudo.
Junto al conglomerado rocoso hay un excelente mirador del valle que tiene a sus pies, desde el que se divisa el Monte Abantos, el Monte Redondo y las Machotas.
Al alcanzar la pista que circunda la ladera del Cerro del Castillo, pensaba que Paco nos llevaría por el camino más tradicional para subir a la cumbre, pero nos dirigió directos hacia ella por un sendero a la sombra, algo agreste, por el que no había pasado nunca, justo en el límite con la parte devastada por el incendio del verano de 2022.
Un incendio que arrasaba la cara sur del Cerro del Castillo, y que acababa con cerca de 70 hectáreas de vegetación. Todavía quedan algunos troncos calcinados, testigos de la tragedia.
Superada la exigente cuesta, alcanzamos la Pradera del Collado, donde comenzamos a disfrutar de la puesta de sol, que comenzaba a ocultarse entre La Peñota y el Puerto del León, un magnífico espectáculo que disfrutamos aún más desde lo más alto del Cerro del Castillo, al que llegamos tras acercarnos a visitar el mirador en el que antes había una plataforma metálica, que se derrumbó y ahora yace tristemente tirada bajo las rocas, afeando el paisaje.
Contemplando el lento desvanecimiento del sol entre las montañas, tiñendo de rojo el horizonte, nos tomamos los bocadillos encaramados a las rocas de la cumbre, situada a 1341 metros de altura, mientras contemplábamos las impresionantes vistas del Cerro de San Pedro, el embalse de Santillana, la Pedriza con el Yelmo, la Maliciosa, el Puerto de Navacerrada, Siete Picos, Montón de Trigo, Peña del Águila, La Peñota, Cabeza Líjar, Cueva Valiente, Abantos, las Machotas y toda la planicie madrileña. Todo un espectáculo.
Apenas terminamos de contemplar el dorado ocaso por el oeste, tuvimos que girarnos hacia el sureste porque comenzaba a salir la luna llena por el Cerro del Telégrafo, con la Sierra de Hoyo de fondo, un privilegio que disfrutamos entusiasmados, sobre todo los niños, fue un momento precioso.
Desde un promontorio rocoso estuvimos un buen rato contemplando el lento ascenso de la luna, de color rojo al principio, pero que conforme ganaba altura iba blanqueando su redonda cara.
Tras las innumerables fotos, que nunca llegarán a plasmar la grandiosidad de tan mágica escena, comenzamos el descenso por la cara este de la sierra.
Una serpenteante procesión de luces recorrió la cresta, con estupendas vistas del embalse de Navacerrada y un rosario de luces de su pueblo, y por un estrecho sendero encajonado entre el seco matorral bajamos hasta bordear las antenas de Telefónica hasta alcanzar la urbanización Virgen de la Paloma.
En este punto, el grupo se dividió en dos, una parte regresó al pueblo de Collado Mediano por La Cobañera y pasada la media noche llegaron al pueblo.
El resto subimos a Cabeza Mediana, coloquialmente conocido como el Cerro del Telégrafo, pasando por la urbanización de Parque Collado.
Subimos por una amplia senda la ladera de Monteredondo hasta alcanzar la pista que conduce a la cima de Cabeza Mediana.
El vértice geodésico que señalizaba los 1331 metros de altura que tiene este romo cerro, se encuentra partido y tirado en el suelo, una pena. Desde aquí, pudimos apreciar las preciosas vistas nocturnas de los pueblos de la zona y del telégrafo óptico, una estructura histórica utilizada en el siglo XIX para la comunicación rápida mediante señales visuales.
Construido hacia 1846, al estilo del francés ideado por Claude Chappe en 1791, dotado de grandes brazos articulados y una bola, que según su disposición hacían referencia a los distintos fonemas, con los que se enviaban los mensajes cifrados de una torre a otra
Finalmente, descendimos hasta Collado Mediano por el camino de las Canteras, con bonitas vistas de Madrid y pueblos colindantes. Cruzamos la carretera M-601 y concluyendo la ruta a las dos y media de la madrugada.
Fue una excursión memorable que combinó naturaleza, historia y camaradería bajo la luz de la luna llena.
Por lo bonito de la puesta de sol y la luna llena recorriendo los alrededores de mi pueblo, le doy un 4.
Pepa Santos
Excelente excursión, se ve muy interesante.
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