* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
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RESUMEN
Soy poco dado a explayarme pero habéis tenido la deferencia de solicitar mi relato y os lo voy a dar: Una multitud de senderomagos acudimos puntuales a la cita (45 senderomagos, 7 perros y 1 bota de vino).
La meteorología pronosticaba un día templado y sin precipitaciones, ideal para nuestra actividad. Ya en el inicio, se comentaba que era el cumpleaños de nuestro compañero Jorge I. al que su familia le había dado la sorpresa de presentarse para pasar más horas con él. Una sorpresa agradable para todos.
Comenzamos la marcha, liderados en esta ocasión por Carlos R. y después de saludar a Antonio en el punto de encuentro, a la vera del embalse menguado de La Jarosa.
Enfilamos hacia las aguas del embalse, luego por el arroyo del Picazuelo y al poco rato llegamos a la boca sur del viaje de agua (túnel) que proviene del embalse de la Aceña, sito en Peguerinos, en la vertiente norte. Estos dos cursos de agua son los principales aportes al embalse de La Jarosa.
Proseguimos a la vera del arroyo hasta que nos desviamos de él en busca del cercado de Cuelgamuros, para encontrar un paso franco que nos permitiera introducirnos cual furtivos en el recinto.
En subida en zetas, llegamos al Risco de la Brulera y al punto más alto, el altar Mayor (1336m). Esta capilla se diferencia de las demás por su planta circular y las excelentes vistas del Valle de Cuelgamuros y de la Basílica y su gigantesca cruz. Las vistas no eran muy nítidas por la presencia de un velo de finas nubes que enturbiaban el horizonte.
Una vez logrado este primer objetivo, tuvimos que ir con cautela y sigilo (es un eufemismo ya que no había manera de bajar el nivel de las voces) pues, si nos hubieran detectado los guardas de la zona, nos habrían amonestado, ya que al parecer no se debe entrar sin permiso de Patrimonio Nacional.
Desde este punto se podía observar el anteriormente llamado Valle de los Caídos, que junto con el Vía Crucis, nos sitúa en nuestro triste pasado reciente.
Este valle, a través de la Ley de Memoria Democrática de 2022, ha retomado su nombre anterior, Valle de Cuelgamuros, con el que ha figurado en documentos oficiales anteriores a la guerra civil.
Ejemplo de ello son, entre otros, los informes de la repoblación de pinos que se hizo en esa zona en los años 30, al mismo tiempo que en otros montes de la sierra, como por ejemplo, en La Pedriza, en Manzanares El Real.
En este punto paramos para hacer el "Ángelus", ¡qué sitio tan adecuado! Este altar y otras capillas que fuimos encontrando en el descenso forman parte del Vía Crucis que fue construido en esta zona.
Allí nuestro compañero Jorge, una vez que le cantamos el Cumpleaños Feliz, nos obsequió con chocolatinas y bombones de licor chino. Todo muy rico y bien recibido.
Hecha la foto grupal de rigor, iniciamos el descenso hacia el sur por la interminable escalinata granítica y sus descansillos pétreos. (Reflexión personal: cuánto trabajo "Ad maiorem Dei gloriam". Sin palabras)
Durante la bajada, pasamos por tres capillas que forman parte del citado Vía Crucis. Esta construcción, comparada con la inmensa cruz que se vislumbra fácilmente, pasa desapercibida. Y es bastante desconocida. Es un camino de bloques de piedra y escalones que no está terminado, ya que algunos tramos no están conectados entre si. Parece que el constructor, José Banús, no pudo acabar tan ingente obra en 1944.
A mitad de bajada, abandonamos las escaleras en dirección Este, en una pendiente descendente constante, y salimos del entorno saltando por una mella del cercado de piedra y sintiendo que dejábamos atrás nuestro estado furtivo.
Llegamos al arroyo de la Jarosa o Guatel Segundo, que es el desagüe del embalse de La Jarosa, y tras vadearlo, paramos a comer, junto a un antiguo molino hidráulico.
Tras la colación de nuestras viandas, iniciamos en dirección Norte el regreso a nuestro punto de partida.
Por el camino, noté que tenía algo en el cuello y al quitármelo observé que era una oruga. Me dejó un escozor y rojez que me duró hasta el día siguiente. Mal presagio porque pronto empiezan las procesionarias.
Llegamos al muro de contención del embalse y evitando el asfalto, por sendas bien pisadas, llegamos al final de esta bonita ruta circular. Le doy una valoración de 3,5
Ángel Muñoz
FOTO REPORTAJES