Inicio: Puerto de la Morcuera
Final: Miraflores de la Sierra
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 12 Km
Desnivel [+]: 419 m
Desnivel [--]: 1032 m
Tipo: Solo ida
Dificultad: Alta
Pozas y agua: No
Dificultad: Alta
Pozas y agua: No
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 39
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
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PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
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RESUMEN
Se presentaba otro bonito miércoles senderista, nublado, con
nieve y algo frío, pero no demasiado, ideal para caminar.
Desde el Puerto de la Morcuera íbamos a subir hasta La
Najarra y descender a Miraflores de la Sierra, para lo que habíamos quedado a
las 10:00 en la plaza de toros del pueblo, donde dejaríamos unos coches y
subiríamos con otros al puerto para iniciar la marcha. Los coches llenos irían directamente al
puerto. Lo normal para una ruta donde el comienzo y fin no es el mismo. Un
problema de tráfico fue el culpable de que retrasásemos el comienzo, pues un accidente hizo
que en el acceso a la carretera de Colmenar
hubiese atasco.
Con alegría e ilusión, hacia las 10:35 iniciamos la marcha
ascendiendo hacia Collado de la Najarra, por su cara norte, y al poco empezamos a sudar.
Las nubes altas nos impedían ver las cimas, pero el bonito paisaje lo
compensaba todo. Parecía otra marcha normal y sin novedades que destacar.
¿Quién podía imaginarse que íbamos a batir dos récord en este día?
La nieve, muy compacta y pisada, hacía que subiésemos
despacio, con mucho cuidado y en fila india. Hubo algunos resbalones pero nada
grave. Con sorpresa para todos, RosaSaki se sintió indispuesta y sin fuerzas
para seguir subiendo, y decidió darse la vuelta. Hubo alarma inicial pues no
queríamos que se quedase sola e intentamos convencerla para seguir. No hubo
manera. Esto hizo que el grupo se alargase y dividiese, por lo que hicimos una
breve parada de agrupamiento antes de continuar, pasito a pasito y aprovechando
las huellas de los de adelante.
Parece que era un buen día para esquiar, pues nos
encontramos algunos esquiadores: la nieve debía estar bien. Eso debió pensar José Luis H. que quiso comprobar su estado y, como no tenía otra cosa mejor, ya que
mochila no lleva, dejó caer su móvil para ver cómo se deslizaba pendiente abajo. Hizo
un largo recorrido, indicando que era cierto, la nieve sí estaba en buenas
condiciones. A esta bajada le siguió otra, la de Miguel Ángel, que
demostrándonos el nivel de preparación para la Quebrantahuesos, se lanzó en
picado a recuperarlo, y lo consiguió. Ni el móvil ni Miguel Ángel sufrieron
daños.
Seguimos subiendo y la niebla también, hasta que llegamos al
collado, donde soplaba el viento y hacía frío, por lo que no paramos mucho. Subimos
un poco más hacia la cumbre, buscando el resguardo de unas rocas que se asemejaban a cuatro cestos, donde hicimos la parada de tentempié. La niebla ya lo
cubría todo y cada vez hacía más frío. A pesar de todo, cada uno sacó sus “chuches” y corrió el vino y la alegría.
Tras reanudar la marcha alcanzamos el refugio de La Najarra,
que más bien parecía un iglú. A pesar de lo poco que se veía: fotos y más
fotos. No paramos y seguimos hasta llegar a la cumbre de la Najarra (2120 m.), viendo las
bonitas formaciones de nieve y de hielo que se habían formado en las rocas por el camino. Junto a su vértice geodésico paramos un rato, había que dar testimonio de su conquista, por lo que todos nos
dedicamos a hacer fotos y más fotos, incluso la foto de grupo también la
hicimos a sus pies. Tras las fotos, nos abandonaron nuestras estrellas fugaces, a la vez que comenzaba a salir el Sol, a
ratos al principio y, poco a poco, más persistente, hasta acabar en una tarde soleada.
Iniciamos la larga bajada: y vaya bajada! Al principio con
bastante nieve blanda, que amortiguaba nuestros pasos, se iba bien. Poco a poco
la nieve fue disminuyendo y las piedras aumentando, ya no se iba tan bien.
Empezaron los resbalones y las caídas… y los juramentos: quién ha ideado esta
ruta?, esto no tiene ni p…. gracia, y otros más altisonantes. Menos mal que el sol, ya siempre presente, nos calentaba la tarde. Y sí, aquí es donde se batieron esos dos récords.
El primero lo batió María Ángeles. Paco N. le había contado hasta trece resbalones con caída, pero eran más, muchos más… y siguió cayéndose el
resto del camino. No los vimos todos, pero una estimación aproximada nos da
unos 37, más o menos. Fue una lástima no haber avisado a los ojeadores del
Guines, porque, a buen seguro, lo hubiesen incluido como uno de los récord más difíciles
de superar.
El segundo lo batió Fernando S. Nunca había oído tantos
tacos y juramentos juntos. Fue otro récord histórico, aunque éste, conociendo a
Fernando, seguro que lo vuelve a batir a poco que Antonio programe otra parecida.
En definitiva, bajada larga y dura, con nieve, hielo, piedras y
árboles, que nos dificultaban el caminar. Bajamos por la senda Santé, pasamos
el pinar de Umbrión, el PR12 hasta alcanzar una hermosa pradera, donde comimos y
descansamos un rato. A partir de ahí
todo fue más fácil: tras una breve y brusco descenso pasamos por el PR11, el
embalse de Miraflores y el aliviadero de su presa, llegando a la pista que nos conduciría al pueblo.
Por si esto hubiese sido poco, los conductores tuvimos que
ir hasta la plaza de toros, que queda en el quinto pino, a recoger los coches e ir
a buscar los que quedaron en el puerto. A nuestro regreso, la fiesta de la
cerveza ya había casi terminado y tuvimos que conformarnos con una rápida y sin
aperitivos.
Bonita ruta con bajada larga y dura, que empezamos con niebla y frío, y la acabamos
cansados pero con un bonito y resplandeciente sol. Por eso, por los récord, y
porque lo tengo que poner yo, pues le voy a dar
4,5 sicarias a esta ruta.
F.J. Bartolomé
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