miércoles, 21 de junio de 2017

Excursión 354: El Zorro y el Lobo de Cercedilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cercedilla

Final: Cercedilla 
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 14,5 Km 
Desnivel [+]: 745 m 
Desnivel [--]: 745 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 3,5
Participantes: 30

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta

















TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN

Ante los calurosos días que estamos sufriendo este mes de junio, el Boss nos ha preparado una suave excursión circular de 12 km y unos 600 m de desnivel máximo  por la zona de Cercedilla: Camorritos, pradera de Navarrulaque, miradores de los poetas,.. y al final como objetivo, encontrar un lince y un lobo dibujado en unas piedras que hay en la zona.

Esta vez éramos sólo Esteban F, y yo los senderomagos de Campamento, y tuvimos suerte esta mañana de no encontrar mucho tráfico por lo que en 50’ ya entrábamos en el nuevo y gratuito aparcamiento subterráneo que tiene Cercedilla, que era el punto de encuentro de hoy. Como disponíamos de 20’ para tomarnos un café antes de la salida, nos encaminamos junto con el Boss hacia el café Colonial, regentado por las hermanas Sotero (Montse, Pilar y Cristina) que son como familia para mí. Estaba paladeando mi expresso cuando el Boss me informa que “he sido tocado por la varita mágica y se me ha adjudicado la redacción de la crónica de la excursión”. Vaya – pensé - sigue siendo peligroso vivir descuidado estos minutos iniciales de las marchas….pues al tajo, papel en blanco y a ver cómo sale mi tercera crónica del GMSMA.

A las 10 en punto y después de los tradicionales saludos, besos, comentarios,… iniciamos la marcha desde la plaza mayor de Cercedilla los 30 senderomagos que habíamos acudido hoy a la convocatoria del Boss; nos acompañaba por primera vez  José Luis F. Jr., dueño de nuestra mascota Teo y tan majo como su padre.

Pasando por delante de los nuevos aparcamientos torcemos a la izquierda por Paseo de los Rincones subiendo hacia el camino de la Cerca de la Mata, por el cual abandonamos enseguida las casas.

A la altura del arroyo de La Teja, tiramos hacia la derecha hasta un depósito de agua, desde donde hacemos un hábil zig-zag diseñado por el Boss por los caminos de Mata Robledal, Levante, Rio Pradillos y Majavilan,  que nos hacen llegar rápidamente hasta el apeadero de Camorritos, donde se encuentra también una pequeña capilla.

Este primer tramo de 2.7 km nos ha permitido subir un desnivel de 175 m sin enterarnos.

A partir de aquí, atravesamos un par de veces la pequeña vía del tren que une desde 1923 Cercedilla con el Puerto de Navacerrada y luego el Puerto de Cotos, siguiendo el camino de Siete Picos hasta llegar al arroyo del “Polvillo” (vaya nombre, espero que no se lo pusiera alguien como recuerdo de una mala tarde).

Unos 400m más adelante torcemos a la izquierda hacia la vía que atravesamos de nuevo (km 4 de nuestra marcha)  y durante unos 500m seguimos paralelos casi a la vía, tras lo cual giramos a la izquierda en sentido norte.

Aquí el Boss nos avisa que iniciamos la única subida un poco exigente de la marcha de hoy.

Después de unos 300m de ascenso paramos a refrescarnos en las agradables y frescas aguas del riachuelo Pradilllo, donde, como chiquillos que somos, lo pasamos en grande mojamos nuestras gorras y sombreros. Otros como Marcos, se dedicaron con fortuna a buscar setas.

Ya sin más paradas, subimos prácticamente paralelos al cauce del Pradillo hasta la cota máxima de esta marcha (1710m)  donde enlazamos con el Camino de Pata de Cabra que pertenece a la Senda Herreros que sube a Siete Picos. Llevamos 6 km y 510 de desnivel y hemos podido oler la jara florida que abunda en la zona y contemplar al completo la majestuosa silueta de Siete Picos; bueno en realidad desde este lado Sur sólo se aprecian 6 picos, pues no se puede ver Majalasna como me apuntó un versado en el tema.

Aquí torcemos a la izquierda siguiendo este Camino Pata de Cabra en dirección a los miradores de los poetas, que según el Boss se encuentran a 3 km prácticamente llanos, aunque pararíamos antes a comer el bocadillo en la pradera de Navarrulaque, que queda a mitad de camino.

Puestos de nuevo en marcha nos sorprende una fuente con agua fresquita que hace las delicias de todos, pues el día es de bochorno, sin una gota de brisa; no obstante el calor no nos agobia pues la marcha el Boss la ha diseñado aprovechando la sombra de los árboles.

A los pocos metros unas rocas nos sirven de asiento  para descansar y esperar a unos senderomagos rezagados que se habían adentrado (a sabiendas pues son estrellas negras experimentadas) en otro sendero que seguía hacia el norte en lugar de torcer a la izquierda. Dadas las vistas que teníamos desde allí y la cercanía a la generosa fuente,  y una vez consultado vía radio el Boss, se decidió tomar el pequeño refrigerio de las 12. Por cierto que luego me enteré que estas peñas donde nos encontrábamos se llaman las Rocas de Lain porque hay escrito en una de ellas unos párrafos de Pedro Lain Entralgo sobre la Sierra de Guadarrama y además que existe un petroglifo de un dragón dibujado. Lamentablemente el dragón no le vi, pero seguro que habrá otra ocasión.

En este ambiente solaz estábamos, cuando en lugar de nuestros esperados compañeros, aparecieron un grupo numeroso de jóvenes alegres de 3º de la ESO, provenientes al parecer de Collado Mediano, que se encontraban de excursión con sus profesores. Tal como alguno constató conocían bien a Pepa, senderomaga de esa localidad.

Consultado de nuevo el Boss por radio, se decide continuar camino hacia la pradera cercana de Navarrulaque a la que llegamos en un abrir y cerrar de ojos,  esta vez guiados por Paco N. 

Casi al llegar encontramos un gran banco de madera homenaje a Enrique Herreros (Malasaña 1903- Picos de Europa1977) que fue humorista, dibujante (La Codorniz), cineasta, fotógrafo, grabador, montañero (senda de los Herreros)…y por si fuera esto poco, fue descubridor de Nati Mistral y manager de Sara Montiel ( casi na¡).

Un poco más adelante y junto a un indicador de los cruces de caminos que se dan en ese punto (senda de Herreros, de las Encinillas, de los Alevines, Carretera de la República…), se encuentra la Puerta de la Fuenfría, una de las entradas al Parque Nacional Sierra de Guadarrama.

Una vez recargadas nuestras cantimploras en la fuente del refugio de Aurrulaque que está en la pradera de Navarrulauqe y reagrupados de nuevo los 30 senderomagos de hoy, tomamos asiento a la sombra por las cercanías para dar cuenta del bocadillo.

Finalizado el tiempo de viandas y después de tomar la consabida foto de grupo, esta vez realizada por uno de los escolares que disfrutaban como nosotros de la pradera, reiniciamos la marcha.

Bueno, no exactamente, pues dedicamos otros 15’ a sacar fotografías a los varios saltimbanquis que hay en el GMSMA, mientras realizaban peligrosas figuras y equilibrios junto al monumento de traviesas en honor de Siete Picos y los primeros caminantes de esta sierra.

Estos monumentos que se encuentran en la pradera, se instalan algunos años con motivo del “Aurrulaque”, que es un evento sociocultural que lleva celebrándose más de 30 años, a fin de difundir y defender los valores de la Sierra de Guadarrama.

Se suele celebrar en julio y consiste en una marcha por la sierra, organizada por el ayuntamiento de Cercedilla junto con varios grupos-sociedades de montaña, que finaliza en la pradera de Navarrulaque. Suele contar con bastantes representantes de la vida cultural y literaria madrileña.

Tomamos la carretera de la Republica y en los siguientes 900 metros nos divertimos verificando la hora en el “reloj solar de Cela”, admirando las vistas desde el mirador de Vicente Aleixandre y desde el mirador de Luis Rosales, y dejando plasmadas en cientos de fotografías la belleza simpar del lugar.

A poco más de 1 km y bajando 200 m de desnivel, en la zona llamada Herrén de Cebrián, nos encontramos con las piedras que guardan los petroglifos del lince y el lobo (último objetivo de la marcha de hoy). Más fotos, más poses, charlas tranquilas,…desde luego hoy íbamos sobrados de tiempo…hasta Angel R.O. se echó una cabezadita.

Como anécdota decir que durante la bajada oímos en la lejanía helicópteros y sirenas de bomberos, pero no podíamos ver qué sucedía, pues caminábamos entre los pinos; por ello la bajada fue rápida y silenciosa (yo diría que un poco de acojono sí que se notaba) hasta que desde las piedras de los petroglifos vimos que estaban tirando agua en una zona lejana en la que no se veía fuego, por lo que supusimos que estaban de entrenamiento. Posteriormente vecinos de Cercedilla me informaron que se trataba de apagar un rescoldo que un rayo había provocado la noche anterior.

Sobre los petroglifos y en base a posteriores investigaciones de Paco N. resulta que ni lince ni lobo, se trata en realidad de la cabeza y cuerpo entero de un zorro, o al menos eso parece, que han sido realizados al igual que otros petroglifos de la zona, por un artista local.

La bajada la continuamos por la falda del monte, siempre a cubierto de los rayos solares hasta llegar al arroyo de la Teja, donde entramos en lo que es la urbanización de Camorritos y por la Calle  Ramón y Cajal llegamos raudos de nuevo hasta la vía a la altura del apeadero. Cerca en una esquina y casi abandonado, está el monumento en memoria del ingeniero José de Aguinaga, promotor y fundador de esta colonia de Camorritos.

Luego, ya por el camino de las Tajas, atravesamos de nuevo el arroyo de la Teja, y paralelos a la vía pasamos delante del centro hípico los Ciruelos (con bonito expositor de copas-jarras que se ven desde la calle) y tomando a la izquierda el camino de la Cerca de la Mata, entramos en un suspiro de nuevo en Cercedilla.

Allí nos acoplamos en una terraza al lado del ayuntamiento para tomar las preceptivas cervezas de recompensa. El bar se llama “El Paso” y nos trataron a cuerpo de príncipe: no sólo nos sirvieron rápido las frescas jarras con el dorado líquido, sino que fuimos obsequiados por la dueña, con un refrescante y personalizado rociado de agua pulverizada…gracias Pety.

Y aunque la tarde estaba calurosa, al volver no sufrimos para entrar en los coches ya que les habíamos dejado en el parking subterráneo. Hasta en esto había pensado nuestro Boss¡¡

Finalmente y siempre aceptando la posible corrección posterior de “nuestros mayores” y “estrellas superiores”,  le doy 3’5 sicarias a esta tranquila y bonita excursión.
Alejandro Merino

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS
Fotos de Antonio López
Fotos de Enrique Cid
Fotos de Joaquín Sastre
Fotos de Paco Nieto

No hay comentarios:

Publicar un comentario