lunes, 5 de junio de 2017

Excursión 351: Noceda-Ruta de las Fuentes Medicinales

FICHA TÉCNICA
Inicio: Noceda
Final: Noceda
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia:  11,1 Km
Desnivel [+]: 511 m
Desnivel [--]: 511 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: 
Valoración: 5
Participantes: 8

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

























PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)


RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Aunque cansados por el ajetreado fin de semana vivido, decidimos que el lunes volvíamos al Bierzo para poner fin al viaje por estas tierras del noroeste. El día luminoso y fresquito nos animó y pusimos rumbo a Noceda, pueblo que se extiende a lo largo de 4 km a los pies de la Sierra de Gistredo, y famoso por la calidad y pureza de sus aguas y sus propiedades curativas. Aquí me iba yo a curar mis agujetas de libro conseguidas con mucho esfuerzo en la bajada del Vizcodillo.

Dejamos los coches al lado de la iglesia de San Pedro y empezamos la ruta de las fuentes medicinales también conocida como ruta de la genciana, ya que la zona es pródiga en una planta que lamentablemente se encuentra en peligro de extinción. La genciana se toma en infusiones y se recomienda en tratamientos digestivos.

Cruzamos un camping que suele utilizarse en la época estival para hacer campamentos escolares, e iniciamos la subida hasta alcanzar la Fuente de Juan Álvarez, probamos y seguimos hasta la Fuente del Azufre, allí pudimos comprobar la habilidad de Ángel para beber agua que caía en hilillos por la peña ferruginosa, y de paso teñirnos de color rojizo mientras intentábamos beber un poquito, la verdad es que sabía a cañería oxidada. Continuamos hasta la Fuente de la Salud cuya agua es oligomineral, clorurada y sulfatada, y mientras, algunos aprovechábamos para practicar English pues los exámenes están al caer. Después hicimos la paradita para el tentempié y nos comimos los lazitos cortesía de Mª Ángeles.

Y ya empezamos a ascender al mirador de Las Peñas de La Gualta, que se encuentra situado en unas rocas en forma de torreón con reloj solar incluido, desde aquí pudimos contemplar todo el valle de Noceda y al fondo los montes Aquilianos de un color azulado realmente espectacular.

A partir de aquí comenzamos el descenso ¡que dolor¡ ¡mis agujetas¡, menos mal que había cuerdas para sujetarse, así llegamos a la catarata de Las Peñas de La Gualta, un enorme chorro que cae a plomo sobre un pozo desde unos 20 metros de altura donde puedes relajarte con el sonido del agua sobre las peñas, darte un bañito o hacer un reportaje fotográfico.

Aún nos quedaban dos fuentes más por catar, la del Canalijo, Rosa -muy servicial ella- nos daba a probar el agua con su botellita y la de Rubio –creo que a esta solamente llegó Ángel, con agua bicarbonatada y con propiedades curativas para el reuma. Las imágenes del río Noceda saltando entre las peñas y los bosques de castaños y robles y abedules nos acompañarían a lo largo de todo el recorrido.

Aunque sólo éramos ocho, llegamos al final de la ruta por grupos y nos perdimos un poco por el pueblo que a esas horas -3 de la tarde- estaba tan desierto como la playa de María Isabel –jajaja- la verdad es que con lo joven que soy no sé cómo me he podido acordar de una canción setentera, jajajajaja.

Al final comimos en el restaurante “El Verdenal” ya a la salida del pueblo y pusimos rumbo, unos a Madrid –pasando por Urueña- y otros a Madrid también pasando por San Justo, y así acabó este intenso, fantástico y largo fin de semana.

En resumen, una excursión muy bonita, y más por ser en primavera, lo que hace que se merezca 5 sicarias.
Carmen Vega

FOTOS

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