miércoles, 13 de diciembre de 2017

Excursión 380: Las Tijerillas de la Barranca

FICHA TÉCNICA
Inicio: Los Almorchones
Final: 
Los Almorchones
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  9,4 Km
Desnivel [+]: 534 m
Desnivel [--]: 534 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 4
Participantes: 48

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN

De nuevo nos reunimos como cada miércoles, pero en esta ocasión no era uno más, era especial, porque celebrábamos que llevamos ya 10 años compartiendo emociones, paisajes, vivencias e ilusiones mientras caminamos cada semana por sendas, valles y montañas con las mismas ganas y expectación del primer día.

Y como viene siendo habitual en los últimos años, lo íbamos a conmemorar en el restaurante Las Postas, en Navacerrada, atraídos por su reconfortante cocido y por ser uno de los pocos sitios en los que podemos reunirnos los más de 70 amigos que el GMSMA ha logrado conectar desde que, precisamente. aquí en Navacerrada, decidieran sus pioneros realizar la primera excursión.

Si en aquella ocasión fueron 6 los participantes, hoy nos hemos reunido 48, batiendo así el récord del año. La ruta, a propuesta de Juan, discurría por la Barranca, con inicio en el aparcamiento existente junto al pequeño embalse de los Almorchones, que a pesar de su reducido tamaño, nos ofrecía una grata imagen al verlo rebosante de agua junto a los otoñales árboles de su rivera.

Desde el aparcamiento echamos a andar, ascendiendo muy suavemente por el Camino de los Almochones, paralelos al río Navacerrada, entretenidos en animosas charlas, algunas favorecidas por compañeros que hacía tiempo no venían, mientras helicópteros en prácticas de la UME sobrevolaban la hilera que habíamos formado a nuestro paso. Sin apenas darnos cuenta habíamos recorrido los dos kilómetros que nos separaban hasta alcanzar de los aparcamientos de la Barranca.

Allí nos enteramos que Santi ha tenido que regresar a Madrid a por no sé qué, total que Antonio acompañado de algunos más se quedan para esperarle.

El resto proseguimos, tras reagruparnos junto al embalse del Pueblo de Navacerrada, que con la buena luz del día estaba precioso, medio helado, reflejando en sus cristalinas aguas todo su entorno. Lo cruzamos por la parte superior del muro de su presa, para iniciar desde el otro lado el ascenso de mayor pendiente, en dirección norte, por las laderas de la Fábrica, que estaban cubiertas de nieve.

Siguiendo las marcas verdes y blanca de la senda de las Tijerillas, no tardamos en llegar al arroyo del mismo nombre, también llamado de la Maliciosa, al que cruzamos por unas resbaladizas piedras, que al estar mojadas nos obligó a extremar los cuidados para no caer a su gélida agua.

Al poco, el denso bosque se fue clareando y en un roquedal sin arbolado, al que llaman Mirador del Peñotillo, pudimos contemplar unas maravillosas vistas hacia el sur del valle de la Barranca, perdiendo la vista hasta el embalse de Navacerrada, que relucía como un mar de plata.

Lo que era una fresca brisa, un poco más arriba, al alcanzar un collado al pie de de la Cuerda de las Buitreras, cerca de la Ventana de La Maliciosa, era ya una fuerte ventisca, que calaba como un frío cuclillo entre la ropa, disipando de momento todos los calores acumulados en el ascenso.

Resguardados del viento tras unas grandes rocas del collado, paramos a tomar el tentempié, refrescados por el airecillo, que a pesar de todo se percibía, pero gratificados por los rayos del sol, que nos sabían casi mejor que las vituallas.

Tras el descanso y después de contemplar un precioso arcoiris desde el collado, iniciamos el descenso, la parte más dificultosa de la ruta, por la gran cantidad de nieve acumulada entre los pinos, con tramos congelados y rocas deslizantes. Afortunadamente el trayecto era corto y pronto dimos con la fuente de la Campanilla, donde fue inevitable hacerla sonar como manda la tradición. Junto a ella nos hicimos la foto de grupo.

Continuamos por la senda que en dirección sur desciende hasta la pista en la que la Comunidad ha colocado, al igual que en otras partes del Parque, un enorme hito, éste rotulado como Puerta de la Maliciosa.

Por la pista continuamos, tomándola a nuestra derecha, y tras cruzar por unos puentes el Regajo del Pez y el Arroyo de Peña Cabrita, las fuentes del río Navacerrada, nos salimos de ella para descender por una senda que discurre por la rivera derecha del recién nacido río Mavacerrada, cuya agua fluyendo cantarina era todo un placer para nuestros sentidos.

Pasada la fuente de Mingo, dejamos a nuestra derecha las instalaciones del área recreativa "De Pino a Pino"y recuperada la pista, caminamos plácidamente por ella, dejando los dos embalses de la Barranca, azules y nítidos como el cielo, a nuestra izquierda. Enseguida alcanzamos de nuevo el aparcamiento de la Barranca, donde Jesús nos esperaba con una grata sorpresa, cerveza y empanada para todos, e incluso un caldo calentito que nos quitó el frío de inmediato.

Reconfortados y animados por lo poco que nos quedaba, el regreso a donde habíamos dejado los coches por el Camino de los Almorchones, se nos hizo más corto que a la ida. De nuevo los helicópteros pusieron la nota de color en sus constantes idas y venidas.

En Las Postas nos reunimos con el resto de compañeros que no habían podido acompañarnos en la ruta y con los que ya no vienen a andar pero que es grato abrazar en días como hoy. El cocido, el buen ambiente y la alegría de un año más hizo muy grata la comida.

En la sobremesa hicimos entrega a Antonio de un nuevo GPS, como muestra de agradecimiento del grupo por toda la dedicación e incansable labor que realiza para que esta maravilla de los miércoles perdure. José María también mereció nuestro reconocimiento por su gran dedicación y le renovamos su maltrecha cámara para que siga haciendo sus estupendos reportajes y fotos de grupo.

Y no faltó el talento de Paco Cantos al piano; el "Niño de las Monjas" de Joaquín, que todos coreamos ya como un himno; y el "Cosas que Pasan", de José María, más emocionado que nunca en su emotivo relato. Y a continuar por muchos años más, que esto no se acaba.

Por todo ello, esta excursión se merece 4 sicarias navideñas.
Paco Nieto

No hay comentarios:

Publicar un comentario