Inicio: Añe
Final: Armuña
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 17,9 Km
Desnivel [+]: 319 m
Desnivel [--]: 288 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 33
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
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PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
En esta ocasión el Gmsma iba a mi pueblo, Armuña, y yo tenía mucho
interés en que fuese una excursión muy bonita, especial, que quedara en el
recuerdo de todos los senderomagos. Creo que lo conseguimos, yo pasé un día muy
agradable y entrañable recorriendo lugares que me traen muchos y buenos
recuerdos. Gracias al Boss, todo estuvo muy bien organizado.
Al comenzar
la marcha en Añe, vimos que el día elegido fue un acierto, pues el campo nos recibió con todos los colores y olores
desplegados. Hasta el río Moros, que cruzamos nada mas empezar la marcha nos sorprendió con mucha agua (desde que se construyeron los Ángeles de San Rafael,
el caudal del río ha bajado considerablemente). Nada mas pasar el puente sobre el
Río Moros nos adentramos en el Soto de Añe, donde nos maravillamos con un bosque de
fresnos de los más importantes de
Europa. Vimos además que el Soto es el lugar donde los ganaderos llevan sus
rebaños de ovejas en primavera y verano.
Proseguimos la marcha por nuestra senda que a la derecha tenia la Fresneda y
a la izquierda el Pinar, donde observamos que la mayoría de los pinos tenían
incisiones (picas) de las que se obtiene resina, aunque los del lugar la
llamamos miera.
En España la especie más utilizada
para la obtención de resina ha sido el pino resinero. Cuando los troncos tienen un diámetro
de 30 cm, lo que tiene lugar cuando superan los 50 años de edad, se puede
iniciar el resinado. A mediados de marzo se inician las labores, que
consiste en hacer unas incisiones en el tronco. Esta herida provoca la
supuración de la resina, que fluye por la incisión y resbala por el tronco en
donde es recogida en un recipiente, el pote, que se vacía cada 15-20
días.
Las incisiones, también llamadas
picas, se inician por la parte baja del tronco y cada año se extienden hacia
arriba. A los cinco años el resinero da por agotada esa cara del tronco e
inicia nuevas incisiones en otra parte del tronco. Así procede sucesivamente
hasta que el tronco queda rodeado por cinco surcos. En este momento se da por
terminado el aprovechamiento resinero del árbol. Los árboles son productivos
entre 25 y 50 años, por lo que tienen una vida
en torno a 100 años.
El Ayuntamiento de Armuña tiene
actualmente unos 20.000 pinos, cuya explotación cede a los resineros por
0,50€ pino/año.
Hoy en día la resina se utiliza para,
adhesivos, tintas, barnices, esmaltes, pinturas, impermeabilizantes, productos de limpieza,
bebidas, goma de mascar, productos para el control de plagas, aguarrás,
disolventes, fragancias. También se utiliza en la industria farmacéutica para medicamentos anti-ulcerosos y antibacterianos. En los últimos años se le
han descubierto aplicaciones antivirales, anticancerosas e incluso para el
tratamiento del SIDA.
Las provincias con mayor producción de
resina son Segovia, Ávila y Soria. En los años 80 la actividad resinera se fue
reduciendo hasta ser meramente testimonial. Todos los resineros que había en el
pueblo desaparecieron. Sin embargo, a partir de 2010 hay un renacer de la
actividad como consecuencia del incremento de los precios de la miera y el
incremento del mercado de productos ecológicos y sostenibles.
Continuando
con la excursión, inmediatamente llegamos a la desembocadura del Río Moros en
el Río Eresma y al Molino de Hornos,
cuya reparación del tejado ha permitido que no se derrumbe. A partir de aquí aceleramos el paso, alcanzando casi velocidad de crucero, y a las 12:00 en
punto, paramos en el Puente de Hierro, para nuestro irrenunciable Angelus.
El Puente de Hierro está en
la Vía Verde del valle del Eresma, que ha recuperado el trazado del ferrocarril
Segovia-Medina del Campo, que estuvo en activo durante más de 100 años, hasta
los años 80. El itinerario rehabilitado transita desde Segovia hasta Olmedo,
dividido en tres etapas de longitud muy similar, contando en total con 73
kilómetros para disfrutar en bicicleta.
Después
del bocadillo, tras andar unos metros por la Vía Verde, y después de pasar por
los Casares, antigua villa romana totalmente tapada por tierra para evitar
espolios. Antonio cogió allí su coche
para ir a recoger los cochinillos que teníamos previsto comer al final del
recorrido. En el último momento deciden acompañarle dos de las personas más serias
del grupo para traer más comida y bebida,
uno es músico y el otro concejal. Volver, volvieron, no diremos cómo ni cuándo.
El
resto del grupo nos desviamos de la Vía Verde para acercarnos a ver el Molino de Caldillas,
actualmente en ruinas, pero que de niño recuerdo ir con mi padre a moler
trigo. El agua que movía el molino no era el del río Eresma, como podría pensarse, sino de un
manantial que nace 50 metros más arriba, que además de abastecer de agua a Armuña
y a Carbonero, suelta tanta agua que entonces permitía incluso mover el molino.
Tras
cruzar el arroyo, iniciamos el tramo final por el Duermo, antes de llegar
a la Ermita de Tormejón, por un
agradable paseo, rodeados de chopos y pinos. Esta vez cruzamos el arroyo de
Tormejón sin problemas, sin embargo hace quince día no pudimos pasar debido al
caudal que traía.
Batiendo
todos los récords, llegamos a la Ermita de Tormejón, el lugar mas emblemático
de Armuña, tanto por el cerro donde se encuentra, un promontorio elevado sobre
el terreno que le rodea y con cortes escarpados en algunas de sus caras; como por lo que representa espiritualmente la
ermita que alberga a la patrona del pueblo y es objeto de romerías.
Sin embargo los cochinillos y sobre todo los
transportistas de los mismos no tenían prisa por llegar. Decidimos, pues, ir a
la Cueva del Moro, donde al parecer ya
en el Paleolítico estuvo habitada. La entrada estaba tan tapada por la
vegetación que dudamos sobre su localización. Los más valientes, después de
quitar con machete las zarzas, conseguimos entrar y andar unos cuantos metros
por la misma.
Tras
el esfuerzo decidimos ir al arroyo a refrescarnos y la Virgen de Tormejón obró un milagro más y aparecieron en el
arroyo unas ansiadas cervezas. Muy
agradecidos procedimos a beberlas, mientras nos apenábamos del resto, que no quiso venir.
Después de subir de nuevo a la ermita, vimos que había venido a vernos Ángel V. el cual además de con su presencia
nos obsequio con unas bonitas fotografías, que al día siguiente aparecieron en
el programa del tiempo de TVE. Todo el pueblo está alborotado con este tema.
Hasta le ha salido familia a Ángel.
A
todo esto los cochinillos sin aparecer!!! Por lo que el grupo de Coros y Danzas
del Gmsma nos obsequió, para hacer tiempo, con una Salve Rociera y una Jota Segoviana.
Cuando
por fin aparecieron los cochinillos, con unos transportistas muy contentos, se produjo una aglomeración en torno a la comida,
que fue visto y no visto. Marcelo y yo que nos entretuvimos abriendo la puerta
de la ermita, nos tuvimos que conformar
con unos huesecillos de cochinillo. Naturalmente la empanada ni la vimos.
Tras
de la comida, después de retozar por la hierba, hubo visita guiada a la ermita
y después de ver el presbítero, las pinturas murales, la tribuna, incluso la
cocina, analizamos detenidamente los capiteles que hay en la entrada, produciéndose
un importante debate sobre las figuras que representaban. Unos defendíamos que
era un macho cabrío fecundando a una hembra, y los más expertos que se trataba
de una sirena mirando de frente. El debate terminó con una demostración
práctica de Antonio y Rosa, que a mí me convenció. Al día de hoy el debate
sigue en las redes sociales.
Finalmente
emprendimos la marcha de casi tres kilómetros hasta Armuña, donde compramos queso ecológico, paseamos por el
pueblo y terminamos en la plaza del pueblo tomando unos refrescos.
Por
la marcha, por el día tan estupendo, por los cochinillos, por los molinos, por
la cueva del Moro, por la ermita de Tormejon,
por la sirena o el macho cabrío, no tengo más remedio que dar una
puntuación de 5+++ sicarias.
FOTOS
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