miércoles, 9 de mayo de 2018

Excursión 403: El río Eresma por Armuña

FICHA TÉCNICA
Inicio: Añe
Final: 
Armuña
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  17,9 Km
Desnivel [+]: 319 m
Desnivel [--]: 288 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 33

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta


TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

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RESUMEN
En esta ocasión el Gmsma iba a mi pueblo, Armuña, y yo tenía mucho interés en que fuese una excursión muy bonita, especial, que quedara en el recuerdo de todos los senderomagos. Creo que lo conseguimos, yo pasé un día muy agradable y entrañable recorriendo lugares que me traen muchos y buenos recuerdos. Gracias al Boss, todo estuvo muy bien organizado.

Al comenzar la marcha en Añe, vimos que el día elegido fue un acierto, pues el campo  nos recibió con todos los colores y olores desplegados. Hasta el río Moros, que cruzamos nada mas empezar la marcha nos sorprendió con mucha agua (desde que se construyeron los Ángeles de San Rafael, el caudal del río ha bajado considerablemente). Nada mas pasar el puente sobre el Río Moros nos adentramos en el Soto de Añe, donde nos maravillamos con un bosque de fresnos  de los más importantes de Europa. Vimos además que el Soto es el lugar donde los ganaderos llevan sus rebaños de ovejas en primavera y verano.

Proseguimos la marcha por nuestra senda que a la derecha tenia la Fresneda y a la izquierda el Pinar, donde observamos que la mayoría de los pinos tenían incisiones (picas) de las que se obtiene resina, aunque los del lugar la llamamos miera.

En España la especie más utilizada para la obtención de resina ha sido el pino resinero. Cuando los troncos tienen un diámetro de 30 cm, lo que tiene lugar cuando superan los 50 años de edad, se puede iniciar el resinado. A mediados de marzo se inician las labores, que consiste en hacer unas incisiones en el tronco. Esta herida provoca la supuración de la resina, que fluye por la incisión y resbala por el tronco en donde es recogida en un recipiente, el pote, que se vacía cada 15-20 días.

Las incisiones, también llamadas picas, se inician por la parte baja del tronco y cada año se extienden hacia arriba. A los cinco años el resinero da por agotada esa cara del tronco e inicia nuevas incisiones en otra parte del tronco. Así procede sucesivamente hasta que el tronco queda rodeado por cinco surcos. En este momento se da por terminado el aprovechamiento resinero del árbol. Los árboles son productivos entre 25 y 50 años, por lo que tienen una vida  en torno a 100 años.

El Ayuntamiento de Armuña tiene actualmente unos 20.000 pinos, cuya explotación cede a los resineros por 0,50€  pino/año.

Hoy en día la resina se utiliza para, adhesivos, tintas, barnices, esmaltes, pinturas, impermeabilizantes, productos de limpieza, bebidas, goma de mascar, productos para el control de plagas, aguarrás, disolventes, fragancias. También se utiliza en la industria farmacéutica para medicamentos anti-ulcerosos y  antibacterianos. En los últimos años se le han descubierto aplicaciones antivirales, anticancerosas e incluso para el tratamiento del SIDA.

Las provincias con mayor producción de resina son Segovia, Ávila y Soria. En los años 80 la actividad resinera se fue reduciendo hasta ser meramente testimonial. Todos los resineros que había en el pueblo desaparecieron. Sin embargo, a partir de 2010 hay un renacer de la actividad como consecuencia del incremento de los precios de la miera y el incremento del mercado de productos ecológicos y sostenibles.

Continuando con la excursión, inmediatamente llegamos a la desembocadura del Río Moros en el Río Eresma y al Molino de Hornos, cuya reparación del tejado ha permitido que no se derrumbe. A partir de aquí aceleramos el paso, alcanzando casi velocidad de crucero, y a las 12:00 en punto, paramos en el Puente de Hierro, para nuestro irrenunciable  Angelus.

El Puente de Hierro está en la Vía Verde del valle del Eresma, que ha recuperado el trazado del ferrocarril Segovia-Medina del Campo, que estuvo en activo durante más de 100 años, hasta los años 80. El itinerario rehabilitado transita desde Segovia hasta Olmedo, dividido en tres etapas de longitud muy similar, contando en total con 73 kilómetros para disfrutar en bicicleta.

Después del bocadillo, tras andar unos metros por la Vía Verde, y después de pasar por los Casares, antigua villa romana totalmente tapada por tierra para evitar espolios. Antonio cogió allí su coche para ir a recoger los cochinillos que teníamos previsto comer al final del recorrido. En el último momento deciden acompañarle dos de las personas más serias  del grupo para traer más comida y bebida, uno es músico y el otro concejal. Volver, volvieron, no diremos cómo ni cuándo.

El resto del grupo nos desviamos de la Vía Verde para acercarnos a ver el Molino de Caldillas, actualmente en ruinas, pero que de niño recuerdo ir con mi padre a moler trigo. El agua que movía el molino no era el del río Eresma, como podría pensarse, sino de un manantial que nace 50 metros más arriba, que además de abastecer de agua a Armuña y a Carbonero, suelta tanta agua que entonces permitía  incluso mover el molino.

Tras cruzar el arroyo, iniciamos el tramo final por el Duermo, antes de llegar a  la Ermita de Tormejón, por un agradable paseo, rodeados de chopos y pinos. Esta vez cruzamos el arroyo de Tormejón sin problemas, sin embargo hace quince día no pudimos pasar debido al caudal que traía.

Batiendo todos los récords, llegamos a la Ermita de Tormejón, el lugar mas emblemático de Armuña, tanto por el cerro donde se encuentra, un promontorio elevado sobre el terreno que le rodea y con cortes escarpados en algunas de sus caras;  como por lo que representa espiritualmente la ermita que alberga a la patrona del pueblo y es objeto de romerías. 

Sin embargo los cochinillos y sobre todo los transportistas de los mismos no tenían prisa por llegar. Decidimos, pues, ir a la Cueva del  Moro, donde al parecer ya en el Paleolítico  estuvo habitada.  La entrada estaba tan tapada por la vegetación que dudamos sobre su localización. Los más valientes, después de quitar con machete las zarzas, conseguimos entrar y andar unos cuantos metros por la misma.

Tras el esfuerzo decidimos ir al arroyo a refrescarnos y la Virgen de Tormejón obró un  milagro más y aparecieron en el arroyo  unas ansiadas cervezas. Muy agradecidos procedimos a beberlas, mientras nos apenábamos del resto, que no quiso venir.

Después de subir de nuevo a la ermita, vimos que había venido a vernos  Ángel V. el cual además de con su presencia nos obsequio con unas bonitas fotografías, que al día siguiente aparecieron en el programa del tiempo de TVE. Todo el pueblo está alborotado con este tema. Hasta le ha salido familia a Ángel.

A todo esto los cochinillos sin aparecer!!! Por lo que el grupo de Coros y Danzas del Gmsma nos obsequió, para hacer tiempo, con una Salve Rociera y una Jota Segoviana.

Cuando por fin aparecieron los cochinillos, con unos transportistas muy contentos,  se produjo una aglomeración en torno a la comida, que fue visto y no visto. Marcelo y yo que nos entretuvimos abriendo la puerta de la ermita,  nos tuvimos que conformar con unos huesecillos de cochinillo. Naturalmente la empanada ni la vimos.

Tras de la comida, después de retozar por la hierba, hubo  visita guiada a la ermita y después de ver el presbítero, las pinturas murales, la tribuna, incluso la cocina, analizamos detenidamente los capiteles que hay en la entrada, produciéndose un importante debate sobre las figuras que representaban. Unos defendíamos que era un macho cabrío fecundando a una hembra, y los más expertos que se trataba de una sirena mirando de frente. El debate terminó con una demostración práctica de Antonio y Rosa, que a mí me convenció. Al día de hoy el debate sigue en las redes sociales.

Finalmente emprendimos la marcha de casi tres kilómetros hasta Armuña, donde  compramos queso ecológico, paseamos por el pueblo y terminamos en la plaza del pueblo tomando unos refrescos.

Por la marcha, por el día tan estupendo, por los cochinillos, por los molinos, por la cueva del Moro, por la ermita de Tormejon,  por la sirena o el macho cabrío, no tengo más remedio que dar una puntuación de 5+++ sicarias.
Marcos Herrero

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS

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