miércoles, 22 de enero de 2020

Excursión 505: Valles de los ríos Gudillos y Moros

FICHA TÉCNICA
Inicio: Alto del León
Final: Alto del León
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  20,1 Km
Desnivel [+]: 521 m
Desnivel [--]: 521 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 3,5
Participantes: 21

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Jordi!, Jordi! a ver esa manita… exclama Antonio y yo alcé la manita como principiante obediente frente a los máximos galones del boss sin saber la que me aguardaba. Así que me tocó la china, perdón, me toca cumplir con la tradición redactando la crónica de la excursión número 505, “Valles de los ríos Gudillos y Moros”. En mi tercera salida ya no pude esquivar dicha redacción como iniciado…

Pero ¿a donde vamos? pensé yo, con la nevada que caía antes de la partida. Subiendo con mi coche al Alto del León unos minutos antes de la cita, se puso a nevar con cierta intensidad y pensé que con este temporal y los precedentes del temporal Gloria a lo largo de toda la Península acabaríamos 4 gatos esperando que amainara frente a un café…

Cuál fue mi sorpresa que a la llegada al restaurante estaba un nutrido grupo de unos 20 senderistas muy bien equipados y preparándose para la marcha sin dar mucha importancia ni mostrar gran preocupación por la climatología adversa. ¡Vaya grupo más guerrero y curtido!, pensé.

En pocos minutos iniciamos la marcha por el camino que parte por detrás del león de Fernando VI y justo al lado del edificio cercano en rehabilitación.

Algunas dudas surgen en algunos miembros del grupo a los pocos metros de marcha porque la nieve no deja de caer pero son rápidamente superadas y allá vamos!, 21 excursionistas valientes y tres canes incansables con 20 km de marcha por delante y 600 metros de desnivel.

¿Pongo pinchos?, ¿quito pinchos? . Por el estado del camino, con más nieve que hielo, no queda muy claro la necesidad de llevar los crampones, de manera que solo algunos miembros del grupo optan por usarlos. Yo, como novato en estas lides me voy interesando por todo el material técnico de mis compañeros.

Al poco deja de nevar, aumenta la visibilidad y algunas prendas de abrigo empiezan a sobrar a medida que avanzamos a buen ritmo por pistas y senderos. Disfrutamos de bellos parajes y de una paz cautivadora.

Me sorprende un gran edificio abandonado a modo de nave alargada y aislada en medio del monte. Creo que es Ángel quien me cuenta que cree era una granja de visones que tuvo que cerrar porque un grupo de personas, supuestamente animalistas, liberaron a los animales.

Pero en realidad, Cerca de Montosa, que es como se llama, es una construcción de los años 50 a 60, promovida por la Organización Sindical Española, conocida comúnmente como Sindicato Vertical de los Trabajadores, con la intención de crear una residencia de las “Hermandades del Trabajo”.

En los años 80 (cuando el boom de los montañeros en San Rafael), esta finca se llenaba de mochileros, en la que los chavales de San Rafael se subían muchas veces al tejado, para disfrutar de las estupendas vistas, del silencio y del fácil eco.

El tejado era de zinc, con corcho como aislante, pero con el paso del tiempo se fueron llevando todo lo que podía ser aprovechable. Luego, como tantas otras edificaciones que han abandonado su destino inicial, fue dedicada a almacén de paja para el alimento de ganado vacuno y hoy es un edificio en avanzado estado de ruina. Qué sorprendentes pueden ser las historias por recóndito que sea el lugar…

Merece una pequeña parada y algunas fotos la contemplación de un pequeño lago helado de cierta tonalidad verdosa, realmente muy bonito, donde nace el río Gudillos, muy cerca de la fuente de los Aserraderos. 

Como es costumbre, a las 12h se para para el “desayuno”, que ellos llaman "el ángelus"; frente a la Casa Forestal de las Campanillas, formada por dos edificaciones de grandes dimensiones para lo que cabe esperar en un rincón tan apartado.

Redactando esta crónica me intereso por esta edificación, perteneciente al municipio de El Espinar, y resulta que fue protagonista de nuestra historia política moderna como lugar de encuentro para preparar la Transición y que en los últimos años se ha intentado reconvertir en alojamiento turístico por parte de las administraciones.

A escasos centenares de metros de la primera parada se produce la anécdota de la jornada. Antonio pierde su GPS tras el cambio de pilas. Pese a volver algunos de nosotros sobre nuestros pasos e inspeccionar unos 500 metros de camino nevado y pisado, ni rastro del aparatejo.

Tampoco sirven de mucho las voluntariosas sugerencias de algunos de nosotros, hacedle una llamada, ¿lleva wifi?, ¿lleva bluetooth?, que no, que no, apuntan por ahí los entendidos, que solo es un GPS… ¡Qué contrasentido, el GPS desubicado!… Antonio está convencido que ha quedado enterrado bajo la nieve por alguna de nuestras numerosas pisadas.

Es lo que tiene, que te siga disciplinadamente toda una patrulla… Así pues, Antonio tiene intención de volver por estos lares a recuperarlo si consigue ser de los primeros en pasar en cuanto se retire la nieve. Eso es tener fe. Ya nos contarás Antonio. Por mi parte, la anécdota me sirve para ir conociendo la pasta de la que están hechos mis nuevos compis de senderismo. Entre otras cosas, perseverantes y tenaces…

Algunas bajadas me sorprenden por la dificultad que conlleva su descenso por una mezcla de hielo, nieve y barro y una pendiente considerable, como la del descenso llegando al río Moros, que exige irse sujetando en la alambrada junto a la que descendemos. 

Nada más cruzar el puente del Molino, iniciamos un suave y prolongado ascenso de vuelta al Alto del León. Sobre las 14h paramos a comer al margen del camino. Plásticos para las posaderas resultan muy útiles y las botas de vino es lo más solicitado.

Teo, uno de los perros, se pone las botas recordándonos a cada uno de nosotros el diezmo que le corresponde. ¡Chico listo! Mejor arrancar ya porque parados el frío se hace notar pese a los tímidos rayos del sol que empiezan a aparecer.

El tiempo mejora resultando ser una jornada espectacular a la que no le falta de nada. Nieve recién caída, manada de jabalíes corriendo a lo lejos, algunos corzos, sol y vistas espectaculares de los valles y de la Mujer Muerta cuando el cielo cubierto se retira.

Poco antes de las 16h, el grupo se divide. Una pequeña avanzadilla de tres compañeros, Paco, Jorge y Pepa se adelantan para intentar llegar un poco antes. Acortaron tan solo un 1 km pero llegaron una hora antes… Vaya ritmo!

El resto continuamos nuestra plácida marcha sobre pistas relativamente fáciles, sobre una nieve blanda y agradable de pisar hasta topar con una alambrada. Pista ancha y cómoda a la derecha y a la izquierda, pues no, ¡de frente!

Una nueva sorpresa para este principiante. Sobre las 17h, ni cortos ni perezosos y para poder acortar monte a través atravesamos los 18 la valla por un pequeño agujero improvisado de unos 50 cm. Se confirma, esta gente no se amilana por nada y se aventuran por cualquier camino.

Pese a lo avanzado de la tarde, todavía nos quedan 6 km salpicados de senderos complicados y empinadas cuestas con hielo y nieve.

El cansancio ya empieza a notarse y las piernas ya andan justitas, de manera que la nieve ya no me parece tan bonita ni suave. Me recuerda al monólogo que circulaba por las redes hace unos años sobre un argentino que se fue a vivir a Toronto; de la linda nieve pasó a la “nieve blanca de mierda” en tan solo un invierno.

Un último esfuerzo de unos 500 metros de exigente subida nos lleva a nuestro punto de origen y destino final. El restaurante del Alto del León, también llamado Alto de los Leones en homenaje a valientes soldados en tiempo de guerra. Llegamos sobre las 18h, agotadillos y algo acalorados pese a los 0 grados que marca el mercurio. Por lo menos esta excursión debería tener otorgadas 3.5 sicarias de las 5 posibles.

Como colofón a la jornada, cervezas, cafés y el reparto de la revista anual con las excursiones del 2019, que con tanto cariño edita, creo, que José María. Revista en la que espero aparecer para la próxima edición del 2020 con alguna que otra estrella.

Como balance final solo me resta escribir que para mí lo mejor de la jornada es pensar que el próximo miércoles, ¡repetimos!
Jordi

1 comentario:

  1. Felicidades por la crónica Jordi. Queda aclarado el origen de la misteriosa edificación de Gudillos.
    JLM

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