miércoles, 10 de marzo de 2021

Excursión 551: Cabeza Piñuécar y Peña del Alemán

FICHA TÉCNICA

Inicio: Gasolinera km 79 A-1
Final: Gasolinera km 79 A-1
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 16,7 km
Desnivel [+]: 352 m
Desnivel [--]: 352 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: 
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 35

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta




















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












TRACK
Track de la ruta (archivo gpx) 

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH 
* Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Este miércoles el “Boss” nos convocaba en la salida 79 de la N-I para hacer un recorrido de unos 15 km por una zona cercana a Buitrago que guarda numerosos recuerdos de la guerra civil del pasado siglo. El tráfico nos fue favorable, por lo que pudimos parar en Buitrago a tomarnos un café matinal antes de reunirnos con el resto de senderomagos en el punto de encuentro.

La excursión de hoy se ha divido en 2 partes muy parecidas en duración y distancia pero muy diferentes en contenido:

· La primera sería hasta llegar al helipuerto de Gandullas, durante la que pudimos ir viendo los diferentes restos de lo que fue el frente de Somosierra sector Piñuecar-Gandullas.

· La segunda parte de vuelta al coche, transcurrió por los tranquilos senderos, prados y poblaciones ganaderas de la zona.

La temperatura y pronóstico del tiempo eran ideales para andar, así que ilusionados y alegres iniciamos la marcha a la hora acordada detrás del “Boss”, que nos encaminó por el lado izquierdo de la carretera dirección Buitrago, la cual abandonamos a unos 400m para después de atravesar una puerta para ganado, adentrarnos en la zona de lo que fue un frente de guerra.

Los primeros días de la Guerra Civil Española (1936-1939), el objetivo de unos era avanzar hacia Madrid y tomarla cuanto antes, para lo cual era muy importante tener el control de los accesos y de los embalses que suministraban el agua a la capital.

Esta zona que visitamos era clave por ser acceso rápido desde el norte por carretera y por el túnel del ferrocarril, además de tener cercanos los embalses de El Villar y Puentes Viejas. Por ello el objetivo fundamental de los otros, era defender tanto los embalses como cortar el acceso a la capital.

La historia dice que desde el 18 de julio se sucedieron tiroteos, escaramuzas y bombardeos, hasta que se consolidó un frente entre ambos bandos en el mes de noviembre de 1936, que se mantuvo fijo hasta el fin de la guerra: unos quedaron sin poder avanzar en la zona de cerros Cabeza Piñuécar y Retamosa, y otros atrincherados en la zona del cerro Velayos (Peña del Alemán) cortando el paso hacia los embalses y la capital. Esta breve reseña trata de explicar la abundancia de trincheras, fortines, cráteres y demás parapetos bélicos que hay en la zona.

Siguiendo con el recorrido, ascendimos por la ladera ante la mirada curiosa del ganado vacuno que pastaba tranquilamente. Son abundantes los restos de trincheras y “puntos de observación” que vamos dejando camino del cerro Cabeza de Piñuécar (punto más alto de la ruta de hoy con 1222m.), al cual llegamos casi sin darnos cuenta pues fuimos entreteniéndonos en pasar bajo alguna que otra valla y en efectuar paradas breves para quitar la sobrante ropa de abrigo.

Cabeza Piñuécar tiene punto geodésico debajo del cual permanece lo que fue bunker-observatorio y puesto de mando de los que querían tomar Madrid. Desde este cerro se pueden controlar perfectamente las poblaciones, embalses y accesos de la zona. El espléndido día permitió a los senderomagos disfrutar de las bellas vistas y hacerse numerosas fotografías.

Descendimos en dirección a Buitrago, dejando en nuestro camino trincheras, un abrevadero, unas colmenas, alguna cerca, un depósito de agua del Canal de Isabel II, hasta llegar a Cabeza Retamosa, donde quedan los restos de un fortín rectangular del que salen dos líneas de trincheras; la de la izquierda conecta con un bunker circular llamado observatorio Casado. Seguimos dirección sur hasta llegar a otro fortín cercano llamado La Llorona que es el último parapeto bélico en el frente de los que pretendían tomar Madrid. Aquí hicimos la preceptiva “parada del ángelus” para tomar un refrigerio.

De nuevo en marcha y en dirección sur, nos desviamos a la derecha llegando al cerro Velayos, renombrado Peña del Alemán en memoria de Max Salomón, herido gravemente en esta posición durante los primeros combates.

Este cerro es el punto más al norte en el frente que defendían los que se oponían a la toma de la capital y desde el cual también se puede controlar toda la zona. Aquí quedan restos de una casamata, de varias trincheras y de lo que fue puesto de mando; un poco más abajo encontramos un túnel que fue usado como polvorín.

La distancia en línea recta desde el cerro Velayos al cerro La Llorona es de 400m. escasos, por lo que me imagino que podían hablarse perfectamente los defensores de ambos bandos. Al parecer, en lugar de hablarse preferían pegarse tiros,….nunca entenderé estas cosas…

Atravesando unos prados tomamos hacia la izquierda un sendero (el Cordel del Bosque) que nos lleva directamente al fortín de Peñas Zorreras, que era defendido por los mismos que el cerro Velayos. A escasos metros se encuentra el helipuerto de Gandullas donde efectuamos la preceptiva foto del grupo, y donde finaliza la primera parte de esta marcha.

Retrocediendo un poco para evitar ir por la carretera, tomamos un camino (Camino de la Nava) que nos llevó al cercano pueblo de Gandullas. Como el resto de poblaciones de la zona, Gandullas posee un buen número de casas restauradas al igual que ocurre con su iglesia patronal Ntra. Sra. de la Paz, reconstruida en los años 40 del pasado siglo sobre los restos de la original del siglo XVII.

Como curiosidad, se exhibe una muestra de “la piedra de las veces de la reguera”, que es una especie de reloj de sol (piedra redonda con muescas) de origen medieval que se utilizaba para dar el turno de riego de los prados y huertos; aquí el agua llegaba desde la cercana sierra de La Acebeda.

Salimos de Gandullas por el camino de los Zarzos en dirección al cercano Piñuécar que dista unos 3,5 km. No obstante y como ya eran las 2 de la tarde pasadas, paramos en un prado a la izquierda de la marcha para tomar el bocadillo.

Reanudamos la marcha con el apetito saciado y entre alegres charlas, por lo que casi sin darnos cuenta llegamos a Piñuécar, donde pudimos admirar la Iglesia de San Simón Apóstol del siglo XV con su campanario coronado por cigüeñas, así como el nombre de alguna calle como “travesía cantarranas”; pero lamentablemente el bar-social del pueblo estaba cerrado y no pudimos tomarnos una refrescante cerveza.

Resignados dejamos Piñuécar y tomamos el cordel de las vaquerizas hacia Aoslos; antes de llegar a entrar a esta población torcimos a la izquierda en dirección a Casa de Bellidas (sólo queda en pie una casa). Una vez leído los carteles informativos sobre el lugar, tomamos un camino que nos llevó al Altillo de Bellidas y hasta los coches en apenas 30’.

Destacar en este último trayecto las ruinas de la iglesia de Santo Domingo, que fue la iglesia parroquial de la zona en el siglo XVI y lugar de reunión del “tribunal de las aguas”.

Anotaciones y anécdotas sobre la excursión:

- Hoy contamos de nuevo con la compañía de Manuel y Toñi que hacía mucho tiempo que no compartían camino con nosotros.
- Participaron en la marcha dos nuevas mascotas, Senda y Tilo, que acompañaron a Twitter, siempre fiel a las marchas del Gmsma.
- La mayoría de los carteles informativos de los restos bélicos están desgraciadamente totalmente deteriorados e ilegibles.
- A lo largo de la primera parte de la marcha era destacable el olor a tomillo, tomillo rastrero, lavanda, romero, cantueso….siempre dependiendo de la nariz consultada. 
- En la segunda parte del recorrido, abundaron los caminos encajonados por lindes de piedra, algunos con abundante barro, ganado pastando y el olor a leña quemada en los hogares de las casas.
- Durante la comida del bocadillo, algunos senderomagos, yo no tuve esa suerte, afirmaron ver en el prado las bellas mariposas limón (insectos de unos 5 cm cuyos machos tienen alas de color amarillo limón con un punto rojo y sus hembras tienen alas de color blanco.
- Paco C. olvidó sus prendas de abrigo en la parada del ángelus, y una vez retornado al lugar sólo pudo recuperar el polar pues el cortavientos se lo habría llevado …..el viento.
- Para Angel R.O. esta excursión era la número 300, lo que le hace acreedor de la envidiada “estrella roja” que sólo poseen 4 senderomagos actualmente.

Doy a esta entretenida excursión de hoy la calificación de 4 sicarias.
Alejandro M.

FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS
* Fotos de Jorge Montero
* Fotos de Julián Suela
* Fotos de Paco Nieto
* Fotos de Yana Bokalo

1 comentario:

  1. Habéis cometido un error en el resumen. Peñas Zorreras no era defendida por los mismos que el Cerro Velayos (Republicano). Peñas Zorreras era una posición del Bando Nacional. Rectificarlo. Gracias

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