Inicio: Puebla de la Sierra
Final: Puebla de la Sierra
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 15,1 km
Desnivel [+]: 936 m
Desnivel [--]: 936 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 10
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta
* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx)
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)
RUTA EN WIKILOC
* Ver esta ruta en Wikiloc
RUTA EN RELIVE
* Ver esta ruta en Relive
* Ver esta ruta en Relive
RESUMEN
Parafraseando a Jaime Gil de Biedma en su De Vita Beata, “en un pueblo” de la Sierra Norte de Madrid, en vez de en el mar que dijo el poeta, “poseer una casa y poca hacienda y memoria ninguna. No leer, no sufrir, no escribir, no pagar cuentas y vivir como un noble arruinado entre las ruinas de mi inteligencia”. Así me gustaría vivir en esta zona alejada de Madrid pero cerca del paraíso.
Con esta pretensión de acercarnos al paraíso, unos cuantos senderomagos y el perro Twitter, acudimos a la cita de Antonio en pos de tan noble empresa.
Traíamos como objetivos subir al Pico de La Tornera, Pico de la Centenera y deleitarnos al final con unos magníficos quesos artesanales que producen en una cooperativa local “Los Apisquillos” donde tengo a un familiar que decidió hace años junto con unos amigos retirarse a una vida rural distinta a la que tenemos la mayoría.
Si tengo que destacar las tres características de esta excursión son, primero la espectacularidad del paisaje, abrupto, virgen donde la vista se pierde en un mar infinito de montañas sin atisbar apenas vestigios de civilización. Donde los oídos se complacen en el silencio absoluto, solo interrumpido por el que produce la propia naturaleza con el viento, arroyos y animales. Sin escuchar el runrún de la civilización humana que inevitablemente se escucha por otras zonas de la sierra madrileña. Por todo ello pienso que estamos en una antesala del paraíso.
La segunda característica es que, para alcanzar ese paraíso, no queda más remedio que sufrir con subida y más subida. Al final computamos unos 900 metros en un recorrido de unos 15 km.
Y la tercera característica es la de ver cómo se nos chafa ese intento de lograr la gloria del paraíso al ponernos los pies en la tierra o mejor dicho el culo, por las numerosas caídas que tuvo el grupo de las que creo pocos se libraron. Toda la zona de la cuerda es una continua cresta de bloques de pizarra y piedra suelta, aspecto que endureció la marcha y que no hizo abandonar las pretensiones iniciales de recorrido.
Una vez hecho el resumen, el lector es libre de abandonar la lectura porque pasaré a detallar la ruta, algo que personalmente siempre pienso es inútil. No sé quien podrá hacer caso de estas indicaciones verbales sin acabar perdido y sin olvidarse a los diez segundos de la nomenclatura usada. Pero como es costumbre el hacerlo, estamos en semana de penitencia y además hemos fracasado en llegar al paraíso no me queda más remedio que describirla.
Los primeros cuatro kilómetros y medio acaparan casi todo el desnivel acumulado con unos setecientos metros de subida continua desde Puebla de la Sierra hasta el primer objetivo del día, Pico de la Tornera con 1865m de altura.
Empezamos por la ladera oeste del pueblo a través de un agradable robledal, atravesando tramos de jara pringosa, donde alguna víbora se interpuso en nuestro camino para premonitoriamente avisarnos de nuestra condición pecadora.
Alcanzamos en poco menos de una hora una pista, donde ya el paisaje se despejó de vegetación, curiosamente llamado La Torrecilla que no tiene nada que ver con el Cerro de la Torrecilla (ver excursión 463 del GMSMA por Alpedrete de la Sierra), y que sirve de antesala de subida a este pico. Si otro día nos decantamos por subir a La Centenera como hoy pretendíamos, una opción puede ser subir entonces por el más conocido Cerro de La Torrecilla mencionado.
Continuamos por pista en exigente subida hasta Cabeza Minga, donde paramos a realizar el Ángelus casi a la una como si todavía no nos hubiéramos adaptado al cambio horario. Departimos sobre vivencias pasadas del grupo mientras con la vista vamos distinguiendo en la cuerda la cima a la que todavía nos queda subir otros doscientos metros.
Puestos en marcha alcanzamos la cuerda desde donde las vistas son ya espectaculares hacia la sierra de Guadalajara y las más conocidas para nosotros de Somosierra y Guadarrama.
A partir de este punto de la cresta empiezan a aparecer los mares de pizarra suelta en subida hacia La Tornera. Vamos deleitándonos con las vistas a nuestra izquierda de la Cabeza del Viejo, Colmenar de la Sierra y resto de la sierra de Guadalajara.
Proseguimos por el lado madrileño de la cuerda, dispuestos a no saltarnos el cierre perimetral entre CCAA y a no hacer el cabra por la cima, pero que no nos evita el hacerlo por la ladera, ya que está inundado de pizarra en arista vista y suelta, que provoca las primeras caídas del día afortunadamente sin consecuencias mayores.
Por el camino aparecen los primeros narcisos de los prados, que con sus flores amarillas nos anuncian la llegada de la primavera, que los robles de la zona se resisten todavía a mostrar.
Dada la dificultad de avance y que la hora se nos echaba encima, decidimos abandonar el segundo objetivo del día de subir a La Centenera y en el Collado de las Portillas emprendemos el abrupto descenso por la Garganta del Portillo, hasta alguna de las pistas forestales que conducen al pueblo. Por el camino o mejor dicho por el campo a través, algunos de nuevo toman contacto, nunca mejor dicho, con la realidad terrenal yéndose al suelo por lo empinado y deslizante que está el terreno con arena suelta.
Continuamos unos tres kilómetros por la pista que nos llevaría hacia la zona de La Torrecilla por donde empezamos a subir, pero que por no repetir camino y ahorrarnos algún kilómetro se decide bajar al Arroyo Valluengo y posterior subida a la loma de Cui La Lagunilla, por una trocha que oculta una conducción de agua para el pueblo.
Una vez alcanzada esta loma, se atisba finalmente el pueblo al que llegamos por cómoda pista con refrescante chapuzón en pilón para el perro y aperitivo cultural escultórico, antes de las cervezas, por el Valle de los Sueños justo en la entrada del pueblo para todos los senderomagos.
Finalmente la hija de mi prima no pudo atendernos para despacharnos el ansiado queso de cabra que producen, por estar liada en los corrales y el grupo se queda sin lograr otro de los objetivos del día.
Dejo en mis fotos el cartel que tienen en la entrada por si en otro futuro intento de acercarse al paraíso algún senderomago quiere redimir sus penas por aquí.
Por todos estos intentos aunque loables pero fallidos en nuestra búsqueda de la gloria y el paraíso no puedo dar la máxima calificación a esta ruta pero como se me ve el plumero en lo que me gusta la zona y siendo generoso daré cuatro sicarias a la excursión de hoy.
César Rodríguez Bachiller
FOTOS
* Fotos de César Rodríguez
* Fotos de Jorge Montero
No hay comentarios:
Publicar un comentario