miércoles, 28 de septiembre de 2022

Excursión 650: Pino de la Cadena desde Cercedilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cercedilla
Final: Cercedilla
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 11,6 Km 
Desnivel [+]: 369 m 
Desnivel [--]: 369 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 35

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
Ver esta ruta en Relive

RESUMEN
Aunque buena parte del grupo está de viaje en Creta, todavía somos bastantes para reunirnos hoy 35 senderomagos en Cercedilla. Entre ellos José Luis B. dispuesto a llevar a cabo su duocentésima excursión. Comenzamos pasando frente al monumento al senderista Por las calles de Cercedilla tras los pasos de nuestra guía de hoy: Celia

Salimos al campo y nos dirigimos a la ermita de San Antonio. Allí hicimos la foto de grupo.

Tras la foto recorrimos una cuesta arriba para alcanzar la pista llamada Camino del Calvario. Un tramo de ella está asfaltada hasta el embalse de Navalmedio.

Dejando el embalse, que tenía poquísima agua, a la izquierda seguimos por el Camino del Calvario.

En un campamento de multiaventura vimos un grupo de muchachos practicando el tiro con arco. Nosotros seguimos por la senda hasta cruzar el río de Navalmedio.

El día estaba algo nublado pero la temperatura era excelente para caminar. Un poco ha reverdecido el campo con las ultimas, aunque escasas, lluvias.

Atravesamos la pradera de Las Cortes. Cruzamos el río y, cerca de la fuente, paramos a reponer fuerzas. Margarita O. nos presentó a Marta V. que andaba hoy por primera vez con nosotros. También se reincorporó Jose Luis "el de la bota" después de bastantes excursiones ausente. A él todos le saludamos y a la bota todos le rendimos honores.

Después del descanso volvimos al camino. Mientras andábamos Nicolás celebraba la "estrella roja" de José Luis Benavente.

Llegamos al poco al punto que daba nombre a la excursión: El Pino de la Cadena. Ricardo Urgoiti puso esta cadena alrededor del pino donde recibió la noticia del fallecimiento de su padre Nicolás María. En la cadena se ven las fechas de nacimiento y muerte de éste (1840-1924). Además, el 8 y el 4 soldados simbolizan la edad que tenía al morir. Muchas fotos de todos los senderomagos y felicidad de la guía que había alcanzado el objetivo.

Emprendimos camino de regreso. Vistas del Valle de Navalmedio y al fondo La Peñota.

Salimos del pinar en El Ventorrillo donde ya hay sal preparada ya para este invierno.

Ya bajando hacia Cercedilla encontramos un vértice geodésico a 1483 msnm. Desde el mirador de al lado hay una preciosa panorámica.

Dado que algunos no habían parado en el vértice geodésico, el grupo se partió en dos. Mediante los teléfonos se propició el reencuentro 15 minutos más tarde. Estábamos sobre la senda que se llama "trialera del escorpión".

Ya vemos de nuevo el embalse de Navalmedio. Hay que buscar un sitio para tomar los bocadillos. Lo encontramos con vistas al embalse e hicimos una relajada comida. Aprovechando para otro tiento a la bota de José Luis que ya quedó ”seca”.

Celia nos bajó por el Cerro del Corral de Simón (1333 msnm). También con bonitas panorámicas. De aquí por un descenso resbaladizo fuimos al puente sobre el río Pradillo. A nuestra izquierda vemos la ermita por donde empezamos hace unas horas.

Ya por las calles de Cercedilla volvimos a saludar al chico de bronce del monumento al senderista que parece mas fatigado que los senderomagos. Después de 11'600 km. procede buscar un bar donde los cumpleañeros y alguno más nos inviten a las cervecitas. Muchas gracias a Julián y cia.

Esta excursión, muy bien guiada por Celia, resultó muy agradable y con la dureza justa, por ello procede calificarla con 4 sicarias.
José María Pérez

Nos dimos cita en el aparcamiento subterráneo de Cercedilla 35 senderomagos, a pesar de que la excursión coincidía con el viaje a Creta que parte del grupo estaba realizando en esos días. Como el nombre de la excursión indica el objetivo de la misma era conocer, para algunos, re-conocer para otros muchos, un Árbol Singular de la Comunidad de Madrid denominado el Pino de la Cadena.

El día era algo nublado pero de excelente temperatura para caminar, así que con esta envidiable meteorología nos pusimos manos a la obra. Comenzamos la marcha por el ancestral camino del Calvario, siguiendo los pasos de Celia en su labor de guía para la marcha de hoy.

El inicio de este camino es hoy una empinada calle denominada Avenida de Manuel González Amezúa, en honor al introductor del esquí en España.

Salimos al campo para dirigirnos a la ermita de San Antonio, de reciente construcción (1998), y una vez llegados a la misma nos dispusimos para la foto de grupo, no sin la apertura de un debate sobre la ubicación idónea de la inmortalizadora instantánea. La ermita se encuentra en un precioso paraje de Cercedilla, a los pies de Siete Picos y por debajo del embalse de Navalmedio

Pronto llegamos a la pista asfaltada que va desde la Fonda Real hasta el embalse de Navalmedio por la que nosotros seguimos, pero solo 400 metros, ya que a partir del embalse el camino asciende, con no mucha pendiente, paralelo al río de su mismo nombre, primero por la margen izquierda y después de cruzar el puente, por la derecha.

Las vistas del embalse, con un ínfimo porcentaje de su capacidad de almacenamiento, dejaban entrever la escasez de precipitaciones de los últimos meses. Pocos metros más adelante nos encontramos con unos “arqueros” que probaban su puntería en un campamento multiaventura.

Anduvimos aproximadamente un kilometro, y poco antes de las doce estábamos a la altura de la Pradera de las Cortes donde aprovechamos un pequeño puente de madera para cruzar de nuevo a la margen izquierda y buscar aposento en un pretil junto a una fuente ubicada en la citada pradera.

Era la hora del Ángelus y por tanto de la reposición de fuerzas; aprovechamos el momento para reencontrarnos con una vieja amiga a la que habíamos echado de menos debido a la larga ausencia de su dueño: la bota de José Luis F. Bromas aparte, nos alegramos de la vuelta de José Luis porque ello significa que ha superado sus problemas de salud y que está de nuevo en condiciones de hacernos disfrutar de su compañía.

Repuestas las energías seguimos nuestro camino ascendente, que continua paralelo al río. Una vez que habíamos andado unos 450 metros, el camino gira bruscamente hacia la derecha para ascender hacia el Ventorrrillo. Unos 250 metros más arriba, después del giro antes mencionado, nos encontramos con un viejo conocido: El Pino de la Cadena.

Se trata de un pino albar (Pinus sylvestris) de unos 190 años y con una altura de 24 metros. Este pino está catalogado, con el número 142, como Árbol Singular de la Comunidad de Madrid.

Merecen esta consideración aquellos ejemplares de flora que por sus características extraordinarias, por su rareza, excelencia de porte, edad, tamaño, significado histórico, cultural o científico, constituyen un patrimonio merecedor de especial protección por parte de la Administración.

Este singular pino, aparte de su importancia ecológica, cuenta con una historia interesante. Allá por el 1924, el director del diario ‘El Sol’, solía pasear por la zona de Navalmedio y pararse a descansar a la sombra de un frondoso pino. Precisamente allí fue donde le llevaron la mala noticia de la muerte de su padre. Por ello, en su memoria, compró el pino al maderero propietario y colocó la cadena en la que figura el mensaje «A su querida memoria, 1840-1924» (los años en los que vivió su padre).

Dado que el árbol sigue creciendo, es necesario aumentar los eslabones de la cadena y son los agentes forestales de la CAM los que se ocupan de ello… de lo contario, ¡quedaría estrangulado! La ocasión pintaba oportuna para fotografiarse junto a nuestro viejo amigo, cosa que hicimos para a continuación proseguir subiendo por el camino y llegar a una bifurcación.

El camino principal, el del Calvario, continúa subiendo por la pradera de las Vaquerizas, lugar donde en su día hubo un campamento de la OJE, para llegar hasta la misma estación de ferrocarril de Navacerrada. En esta encrucijada, nosotros optaríamos por el camino que asciende a la derecha hacia el Ventorrillo, a donde enseguida llegaríamos.

Al contrario de lo que ocurre con muchos apartados parajes de la sierra cada vez más frecuentados, el Ventorrillo es hoy un lugar olvidado y casi desconocido para la mayoría de aficionados a la sierra de Guadarrama, por la poderosa razón de estar situado junto a la gran curva sin visibilidad que forma allí mismo la transitada carretera M-601, donde es muy arriesgado detenerse con un automóvil.

Sin embargo, si la curiosidad del eventual visitante pudiera más que este inconveniente, aquel tendrá la oportunidad de reconocer todavía en este paraje algo de aquel lugar bullicioso donde hace más de un siglo se concentraban cientos de skieurs, como se decía entonces, para deslizarse sobre sus tablas de madera a lo largo de la improvisada pista de la carretera del puerto de Navacerrada y la cercana pradera de las Vaquerizas.

La antigua casa de peones camineros desapareció hace muchos años para dejar lugar al actual edificio de viabilidad invernal que teníamos ante nuestros ojos, donde se estacionan las máquinas quitanieves y se almacenan toneladas de sal para despejar de nieve la carretera en invierno.

Descendimos por la trialera del Escorpión y pasamos junto a la casita de la ILE (Institución Libre de Enseñanza), si bien por error, en los mapas de IGN está señalizada como Casa de las Mariposas.

En la segunda mitad del siglo XIX toma fuerza una corriente educativa basada en el “krausismo” (filosofía que introduce en España Julián Sanz del Río), y es Francisco Giner de los Ríos quien inicia un proyecto educativo independiente del estado y de la iglesia. Giner materializa esta forma de enseñanza, libre de ideologías y religión, fundando en 1876 la Institución Libre de Enseñanza (ILE), separada del modelo educativo oficial.

Este método de la ILE se fundamentaba en el aprendizaje por medio del paisaje y la naturaleza, armonizando los estudios con la visión de los paisajes.

Por ello Giner de los Ríos lleva a sus alumnos a caminar por la Sierra de Guadarrama, en aquella época una gran desconocida (la primera excursión de Giner de la que se tiene constancia escrita se realiza en julio 1883).

A principios del siglo XX la ILE construye la casita por la que estábamos pasando, un albergue para las colonias de verano donde seguir formando a los jóvenes alumnos. Constancio Bernaldo de Quirós en "Obras del Guadarrama", en el artículo de la época titulado La "Casita" de la Institución nos decía: "...la "casita" de la Institución merece toda nuestra simpatía y gratitud. No paséis ante ella sin una sonrisa de afabilidad y un saludo de respeto"; estoy seguro que, aún sin saberlo, no faltaría esa sonrisa y ese saludo que nos pidieron en el pasado siglo. Aquí más información de este emblemático lugar.

Avanzamos unos metros para pasar junto al vértice geodésico “El Ventorrillo” donde parte del grupo hizo una parada para disfrutar de las vistas y para hacerse fotos.

Cumplidos los deseos de algunos senderomagos, seguimos descendiendo en dirección al embalse de Navalmedio, pero en sus cercanías nos desviamos a la derecha para cruzar por el mismo puente que en nuestra subida. Al otro lado del puente, avanzamos unos 800 metros, y dado que eran las 14:00 horas, buscamos un lugar apropiado, con vistas al embalse, para dar cuenta de nuestros bocadillos.

Con ánimos renovados seguimos en dirección a Cercedilla hasta alcanzar el cerro del Corral de Simón, cerro que forma parte de los contrafuertes que separan las aguas que bajan de Siete Picos de las del Puerto de Navacerrada.

Ya quedaba poco para llegar a Cercedilla y, por tanto, al fin de la excursión, cosa que hicimos a eso de las 15:00 horas; buen momento para buscar un sitio donde celebrar algunos cumpleaños atrasados, y como era mi caso el haber dado cumplimiento a mi 200ª excursión.
José Luis Benavente

No hay comentarios:

Publicar un comentario