miércoles, 22 de marzo de 2023

Excursión 686: Las Pilillas de la Pedriza desde Canto Cochino

FICHA TÉCNICA
Inicio: Canto Cochino. La Pedriza 
Final: Canto Cochino. La Pedriza
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 7,6 Km 
Desnivel [+]: 601 m 
Desnivel [--]: 601 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 30

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Por segundo miércoles consecutivo, íbamos a realizar una ruta por los roquedos pedriceros. Hoy vamos a subir por el famoso Hueco de las Hoces, a mi juicio uno de los barrancos más agreste pero transitable, que podemos encontrarnos en la Pedriza. Buscando en mis fotografías, hacía 10 años que no hacía la subida completa.

De nuevo, el punto de reunión es el aparcamiento de Canto Cochino. Mientras hacemos tiempo para la llegada de todos los integrantes de la ruta de hoy, aprovecho para enseñarles a varios compañeros el mapa de Desi que conseguí la semana pasada en una tienda de Manzanares. Es el mapa mas completo de nombre de riscos de la pedriza, que he visto.

Una vez reunidos todos los caminantes que estábamos, y tras los protocolarios saludos y demás, salimos de los quioscos de Canto Cochino, en dirección a cruzar el puente de los Barracones sobre el rio manzanares.

Luego vimos que no estábamos todos, pero es que en Canto Cochino no hay cobertura móvil, y si alguien tiene algún problema para llegar, o bien consigue hablar con alguien para avisarle antes de que este cruce el collado de Quebrantaherraduras, o una vez atravesado este ya no hay comunicación posible.

Hoy llevamos la compañía de tres de nuestras mascotas, mis dos peques se han quedado en casa. Cuando me pregunta Raquel por ellas, y le contesto que dados los agujeros que hay en la subida por el hueco de las hoces, he preferido no traerlas, la cara que pone es un poema. Sin embargo, los 3 intrépidos trotadores de 4 patas que vienen con nosotros, son más grandes y seguro que no van a tener problemas para subir. 

Después de la experiencia que tuve con Jara subiendo un día por la zona de la Tortuga hacia el Collado de Tres Coronas, he preferido no arriesgar. Ese día la cogí del arnés para superar un paso, y casi se me escurre y se me cae en el interior de uno de los agujeros entre rocas. Me pegue un buen susto, y hoy no estaba dispuesto a exponerme de nuevo a esa situación.

Nada más cruzar la pasarela sobre el río Manzanares, giramos a la derecha y llegamos a una gran pradera verde que separa el río Manzanares y el arroyo de la Majadilla, cerca ya de la confluencia de ambos. Nos dirigimos a otra pasarela de madera que hay para salvar el arroyo de la Majadilla.

Una vez cruzado el arroyo, salimos al encuentro de la senda que a nuestra derecha viene del Tranco y hacia nuestra izquierda se dirige, por la margen izquierda del arroyo de la Majadilla, hacia el refugio Giner.

Nosotros giramos a la izquierda y seguimos por ella unos pocos metros, pero tenemos que ir muy atentos, para desviarnos por un sendero que sale a nuestra derecha, antes de llegar a la altura de Peña Sirio.

Antes tenía como referencia un cartel que había a la derecha. Si os digo la verdad esta vez no me he fijado si todavía estaba o no. Ese sendero en un primer tramo va paralelo a un pequeño arroyo, y se va internando hacia el Barranco de los Huertos.

El estrecho sendero sube zigzagueando, hasta alcanzar una gran pradera cubierta de matorral, por donde discurre el pequeño arroyo de los Huertos, y rodeada por la derecha, izquierda y frente por grandes rocas que hacen las delicias de los amantes de la escalada por sus múltiples vías. A nuestra derecha en primer plano, el cancho de los Brezos.

En nuestra dirección y en la parte mas alta acertamos a identificar la silueta puntiaguda de la aguja Jose Luis Iradier, custodiada a ambos lados por el risco de los Principiantes y risco de la Zarpa, y el Castillo. Un poco más abajo y a su derecha, el castillete y el muro dallas.

Para avanzar por la pradera, podemos elegir entre varios senderos que luego giran a la izquierda para dirigirse al barranco del hueco de las hoces. Antonio elige el que va as pegado a la derecha y justo a la altura del muro dallas, cambia de dirección y gira a nuestra izquierda.

A partir de este punto, vamos a ir guiándonos por unos puntos que hay pintados en las rocas. Hace tiempo eran de color morado y ahora con el transcurso del tiempo más bien tienen un tono en algunas rocas entre anaranjado y rosado.

Estas marcas nos van a ayudar a progresar por el hueco de las hoces. Si bien es cierto que no es adecuado ir poniendo marcas en la montaña, si no fuera por estas, sería complicado subir por este lugar.

Vamos progresando entre grandes bloques siempre persiguiendo las ubicaciones de esos puntos. Aunque como os he comentado, hace mucho tiempo que no paso por esta zona, y las últimas veces en que he estado lo he hecho en bajada, desde siempre es una zona que me ha encantado, sobre todo por el laberintico camino que la atraviesa.

Pasamos por debajo de un pasadizo que forman dos rocas apoyadas entre sí, en algunos documentos la llaman la Gran Cuevona, y aprovechamos para parar en este punto y reagruparnos ya que el grupo viene muy estirado.

Desde aquí se tienen unas maravillosas vistas hacia la izquierda y por orden, el risco del Castillete, el Muro Dallas, el risco de las Tres Puntas, Cancho Butrón, y Coronas, abajo el collado de Quebrantaherraduras, enfrente toda la cuerda de los Porrones, collado de Valdehalcones, etc. A la derecha la mole de Peña Sirio.

Seguimos subiendo por los pasillos trazados entre las rocas y las encinas, hasta la confluencia con el arroyo del Hueco de las Hoces. A partir de este punto, la subida nos da una ligera tregua y avanzamos en un tramo más o menos llano.

Antonio, nos avisa que vamos a desviarnos hacia el jardín de Peña Sirio a realizar el tentempié de media mañana para que no nos pasemos el desvío.

Cuando llegamos a este, hacemos una pequeña parada de reagrupamiento para que no se nos despiste nadie. Desde este punto podemos ver el risco del jamón, el dinosaurio del hueco de las hoces y sobre ellos otros riscos y agujas.

Detrás de esa zona está la lagunilla del Yelmo, y sé que hay alguna senda que baja desde ella hasta el Hueco de las Hoces. Mientras llega el resto del grupo me entretengo intentando hacerme la idea de por dónde puede bajar esta senda. El caso que es que parece accesible.

Una vez reagrupados, coge los mandos del grupo Julián, y nos encamina hasta el Jardín de Peña Sirio a reponer fuerzas.

Hasta este punto, la ruta ha sido entretenida, pero si vamos atentos a los puntos no tiene pérdida. Pero recordando mis andanzas por este lugar, echo en falta algo. Me viene a la mente que había una zona de rocas con algún paso, no vamos a decir que complicado, pero si difuso. Pienso que quizás el camino que ha elegido Antonio ha superado ese punto por otro lugar, y no me he dado cuenta, pero aun así sigo mosqueado.

Cuando terminamos de reponer fuerzas, volvemos sobre nuestros pasos hasta el arroyo de los Huertos, y proseguimos subiendo por el mismo, la mayor parte del tiempo dejándolo a nuestra derecha.

A la altura del risco del Hueco de las Hoces, voilá, damos con la zona que yo recordaba. Tenemos que ayudarnos de las manos para progresar por las rocas y salvar este pequeño escollo.

El arroyo queda unos cuantos metros más abajo y el camino hay que sortearlo por la parte media de las rocas.

Sobre todo, hay que prestar atención a las puntos y marcas, porque en cualquier momento cabe la posibilidad de despistarnos y coger una trocha por la izquierda que se complica, o bajar por la derecha hacia el arroyo, entre rocas, donde parece adivinarse unas flechas moradas pintadas abajo.

Sin embargo, yo creía recordar que justamente se continuaba por el medio, donde no se aprecian marcas. Me adelanté un poco y efectivamente por allí era.

El grupo se ha dividido en varios subgrupos. Cada uno sube con mayor o menor dificultad en la medida que sus
condiciones se lo permiten. Julián tira para adelante con el grupo que íbamos en cabeza, y yo, intuyendo que podía haber despiste en este lugar, me quedo parado en una pequeña oquedad.

Al cabo de un rato oigo por los walkies a Antonio, indicando que paremos los de adelante. Ha llegado al punto que os he comentado anteriormente, y había tirado hacia la izquierda, y no veía por donde avanzar. Como estoy cerca retrocedo a su encuentro y les indico por donde continúa el camino correcto. Una vez pasado este punto, ya el resto del Hueco de las Hoces es un paseo.

Más adelante la canal se bifurca a la altura del Pan de Kilo que queda a nuestra izquierda. Justo en la bifurcación podemos observar el elefante del Yelmo. Si seguimos de frente iríamos a parar a la parte de atrás del Yelmo. Sin embargo, si tiramos por la parte derecha, saldríamos a la parte delantera del Yelmo, a la zona donde se encuentra la torre de la Valentina.

En esta zona también me suena que, desde la pradera del Pan de Kilo, hay un paso hacia la zona del Camello, pero nunca me he aventurado por ella. Sí intenté un día, siguiendo un mapa de escaladores, acceder desde el Pan de Kilo hacia la Portilla del Predicador, pero me tuve que dar media vuelta.

Ojo con ese camino que viene pintado en algunos mapas, porque a mí me pareció complicado, no hay hitos y hay que ir trepando entre rocas con huecos bastante profundos. Iba solo y cuando lo vi, dije, machote, media vuelta que como caigas en uno de estos no sales vivo.

Este extremo me lo corroboró una persona que me encontré en otra excursión. Él hizo ese tramo en bajada y me comentó que no le resultó nada fácil llegar a la parte baja del Pan de Kilo. Si ya la zona del Hueco de las Hoces es de por sí una zona poco frecuentada, y se han dado algunos casos desafortunados, por la zona que os comento no pasa ni un alma.

Esta vez el grupo no visitó el Balcón Prohibido, que está situado detrás del Pan de Kilo. Nuestro objetivo estaba situado en la canal de la derecha, y por ella subimos.

No hay un sendero definido, pero se progresa con facilidad siempre pegados a la pared del Cancho de las Pilas, parte derecha de la canal. Alcanzada la parte alta de ésta, ya tenemos a la vista en la pared del Yelmo la torre de la Valentina.

Esa vía, a medio camino entre el senderismo y la escalada es por la que algunos intrépidos suben andando al Yelmo, sin utilizar ningún material adicional, más que por seguridad algunos se calzan unos pies de gato.

Avanzamos un poco más por la parte alta de la canal y vamos a visitar dos o tres vivacs en la zona que suelen utilizar los escaladores para pernoctar.

Una vez contemplados, volvemos sobre nuestros pasos y accedemos a la zona de las Pilillas, denominación que recibe este risco debido a las oquedades, normalmente circulares o elípticas, que la erosión ha ido modelando en la superficie más o menos horizontal de la roca, a modo de pequeñas bañeras.

Estas formaciones reciben el nombre técnico de Pilancones. Paramos a descansar en este lugar y algunos aprovechan para acceder a la parte superior del risco, por una pequeña canal que se trepa sin mayor dificultad. En la cima las vistas son espectaculares, porque tenemos a nuestros pies parte de la Pedriza anterior y el embalse de Santillana.

Aprovechamos este idílico lugar y sus estupendas vistas, para realizar la comida.

Finalizada ésta, decidimos pasar a ver como se encontraba de agua la lagunilla del Yelmo. Para ello bajamos a coger el coqueto sendero que viene desde la pradera del Yelmo, y en pocos minutos nos deja en la Lagunilla. Esta es una laguna estacional, que necesita de la lluvia o de la nieve para acumular agua. Custodiada por el cancho de las lagunillas y el risco del mismo nombre, hoy no estaba llena, pero si tenía bastante agua, aunque estaba cubierta por un manto de vegetación acuática que le daba un aspecto especial.

Algunos aprovechamos para acercarnos a la pequeña brecha que hay al fondo de la misma, y que constituye un balcón privilegiado con vistas hacia el Hueco de las Hoces, Peña Sirio, su Jardín, esto es, la zona por donde hemos subido esta mañana.

Reanudamos la marcha y vamos a buscar el paso que hay hacia el este, y que en poco tiempo nos deja en la Senda Carboneras, que baja desde la pradera del Yelmo hacia la Gran Cañada, casi a la altura del collado de la Encina. Ya sin perdida vamos bajando por la misma.

Bueno lo de sin perdida es un decir, porque en un momento dado la mayor parte del grupo se sale de la senda por su parte izquierda. Los 5 integrantes que vamos en cabeza, pasamos por la fuente de Prado Pino o también llamada de la Gran Cañada y en pocos minutos estamos en la Gran Cañada.

Allí estuvimos esperando alrededor de 10 minutos hasta que vimos aparecer al resto de nuestros compañeros por la derecha del risco del Fraile. Por lo que comentan, como no tuvieron suficiente entretenimiento con la subida por el Hueco de las Hoces, fueron en busca de un poco de más diversión. ¡Vaya, y nosotros nos la perdimos!

Ya reunificados todos, cogimos el sendero del GR10, que en unos 45 minutos nos deja de nuevo en el aparcamiento de Canto Cochino.

Como en otras ocasiones, bajamos al pueblo de Manzanares a tomar unas cervezas en una de las terrazas de su plaza, y allí fue donde nos encontramos a Manolo. Había llegado unos minutos tarde, y como no había podido contactar con nadie, coincidió con unos chicos en el aparcamiento de Canto Cochino y se fue con ellos a hacer una ruta por el Collado de los Pastores.

Como no puede ser de otra manera, otra jornada en la pedriza visitando algunos de sus rincones más carismáticos no se merece tener una puntuación menor de 4,5.
Carlos Revilla

FOTOS

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