miércoles, 15 de noviembre de 2023

Excursión 740: Dehesa Bonita de Somosierra y Cascada de los Litueros

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Somosierra
Final: Puerto de Somosierra
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 13,1 Km 
Desnivel [+]: 475 m 
Desnivel [--]: 475 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 45

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Salimos 4 senderomagos de Majadahonda con muchas ganas de disfrutar de esta bonita excursión del otoño.

Durante el camino, por la carretera de Burgos hubo mucha niebla pero afortunadamente cuando llegamos al punto de encuentro había desaparecido y hacia un sol radiante.

Llegamos casi a las 10,30 y aparcamos junto a la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves, en el puerto de Somosierra, donde ya estaban esperando una gran multitud de compañeros; esta salida ha sido muy concurrida supongo que por el buen tiempo y porque no era de gran dificultad.

Al momento, enfilamos la carretera y en unos pocos pasos nos desviamos a la izquierda y entramos en un bosque de robles con sus hojas amarillentas, la llaman la “dehesa bonita”, muchas de las cuales ya estaban en el suelo y te deleitabas mirándolas, pero, ¡¡horror!!, nos encontramos con el arroyo de la Dehesa que llevaba bastante agua y que parecía un poco complicado de vadear.

Dudamos entre quitarnos los zapatos, lo que algunos hicieron, o buscar un punto por donde poder pasar.

Finalmente se encontró un tronco un poco resbalosillo para poder cruzar y con la ayuda inestimable de Ángel, Santiago y Joaquín, pasamos todos y no hubo que lamentar que nadie cayera al agua.

Continuamos el paseo por este entorno tan bonito y agradable, sin pendientes, en un día cálido y soleado, pisando una mullida alfombra de hojas de robles y nos íbamos parando de vez en cuando para ver algunos árboles singulares como el precioso Acebo de la Dehesa de Somosierra (AS nº 78), que tiene 12 metros de altura y unos 250 años, mas adelante un magnífico castaño, el  Abedul de la Dehesa (AS nº 18), que tiene una altura de 25 metros y más de 200 años, ante el que posa nuestra excelente guía, Celia y un cerca el Mostajo de la Dehesa (AS nº 224), con 12 metros y unos 120 años.

Al ir a buscar el otro Mostajo de la Dehesa (AS nº 223), parte del recorrido estaba un poco fangoso y Julián se hundió con una pierna hasta la rodilla; fue necesaria la ayuda de dos compañeros para ayudarlo a salir del atolladero, nunca mejor dicho. Por fin lo encontramos, tiene 15 metros y unos 150 años. También nos encontramos con unos acebos alineados que parecían un muro, ¡¡qué bonito!! 

Salimos del robledal y disfrutamos de unas vistas excelentes en el Mirador de la Dehesa Bonita, un balcón rocoso con excelentes vistas. Desde lo alto podíamos ver, mientras tomábamos el tentempié de media mañana, una masa arbórea de colores amarillos y ocres, puro otoño, vamos. 

Volvimos sobre nuestros pasos hasta alcanzar la Fuenfría, una fuente con forma de alargado pilón, con un agua que hacía honor a su nombre. Un poco más abajo hay otro árbol singular bien escondido, un  abedul (AS nº 17), con 17 metros de altura y unos 150 años.

Más adelante cruzamos el arroyo de la Dehesa un par de veces, esta vez sin ninguna dificultad.

Seguimos caminando por unos pinares al lado del arroyo para salir a una pista, ya sin arboleda y un poco cuesta arriba, que cruza el arroyo de los Cambronales y, poco después nos paramos donde hay un refugio que sirve de punto de vigilancia de incendios forestales, para reunir a todo el grupo.

Desde allí se tiene una amplia panorámica de toda la Sierra de Guadarrama, desde los Montes Carpetanos, Peñalara y Cuerda Larga, y más cercano, se puede ver el pueblo de Somosierra.

Seguimos caminando por la pista y nuevamente entramos en otro pinar, hasta que llegamos a unas piedras y  pudimos ver desde lejos la chorrera de los Litueros, lugar excelente para quedamos a comer mientras disfrutábamos de las vistas.

A partir de ahí empezamos a bajar por una pista que conducía a donde estaban los coches, pero nos desviamos a la derecha para ver de cerca la Chorrera; este recorrido fue, al menos para mí, el más dificultoso. La pista de subida estaba un poco enfangada del agua procedente de los arroyos de los Cambronales y Prado Antón y después de subir empezamos a bajar, sin senda, por en medio de la maleza, !!hacía falta un machete para poder avanzar!!

Una vez abajo nos encontramos con el arroyo de las Pedrizas que hubo que vadear con cuidadín, con la ayuda de los bastones y de algunos compañeros, y quiero agradecer a Santiago sus consejos sobre la forma correcta de pasar el mismo.

Después otra subida por un camino un poco estrecho y ya POR FIN podíamos ver la cascada de los Litueros desde enfrente, donde el arroyo de la Peña, procedente de la Cebollera, se precipita entre impresionantes rocas graníticas desde una altura de 40 metros, formando la cascadas con más caudal y altura de la Comunidad de Madrid. Espectacular, me encantó, bueno nos encantó a todos.

De regreso, vadeamos el punto en que el arroyo de la Peña se une al de las Pedrizas, dando lugar al río Duratón, uno de los pocos cursos de agua de la Comunidad de Madrid que no vierte sus aguas al río Tajo, si no al río Duero, aguas abajo de la localidad de Peñafiel, tras 106 km de recorrido.

Enfilamos hacia el puerto de Somosierra, donde habíamos dejado los coches, subimos por un tramo de la antigua N-1 los últimos metros de esta maravillosa y otoñal excursión, que bien se merece la máxima puntuación, un 5.
Margarita Balbontín

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