miércoles, 19 de diciembre de 2018

Excursión 439: Las dehesas de Zarzalejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Zarzalejo Estación

Final: Zarzalejo Estación
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 15,2 Km
Desnivel [+]: 309 m
Desnivel [--]: 309 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 3
Participantes: 35

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
En esta ocasión me toca hacer la crónica de una marcha que no terminé con el grupo, ya que en un punto del camino cuando se despedían las estrellas fugaces y debido a que en el recorrido no pasamos por ningún pinar, a Marcos, mi primo, y a José Luis B. se les ocurrió que no se querían irse de la zona sin visitar algún pinar, así que no lo dudé y en compañía de Ana CH y Isabel nos dirigimos por el camino más recto a la Estación, donde habíamos dejado los coches para después de tomarnos unas cañas y despedirnos de ellas deseándonos feliz Navidad, cogimos el coche y nos dirigimos a un pinar que se encuentra por encima del pueblo de Zarzalejo.

Una vez en este lugar nos pusimos a mirar por si aún en estas fechas quedaban níscalos. Marcos, no podía ser otro, nada mas bajar de del coche y en el primer pino que miramos encontró unos cuantos, lo que nos animó pensando que la recolecta seria fructífera, pero no fue así, y aunque encontramos unos pocos cada uno, no fue lo que esperábamos.

Bueno, vamos a la marcha, Antonio nos había citado en la Estación de Zarzalejo y Pajares, concretamente en la plaza del Llano del Soldado, junto a la iglesia de Ntra. Sra. De La Asunción. Esta iglesia se construyó en el año 1955, y se encuentra a los pies de las dos moles graníticas de Las Machotas, la Machota alta, 1.464m, popularmente llamada Pico del Fraile, y la Machota baja, 1.404 m, y forman parte de las estribaciones meridionales de la Sierra de Guadarrama.

Zarazalejo se reparte en dos núcleos urbanos, arriba el pueblo antiguo, y abajo la Estación, tradicionalmente conocido por los Pajares.

Desde este punto comenzamos a caminar en dirección al pueblo, y como a unos 600 metros nos desviamos a la izquierda por la calle de la Vía, que desemboca en un puente construido sobre las vías del tren que comunica Madrid con Ávila.

Nada más cruzar dicho puente nos encontramos con dos caminos, uno de ellos con un cartel que indica Molinos y como nuestra intención era llegar al molino nos adentramos por éste que trascurre a través de dehesas, características de la zona, con prados de mayor o menor densidad arbórea, habitualmente de fresnos, melojos y robles, salpicadas de formaciones rocosas de granito, los denominados berrocales, esta zona se conoce como La Picorucha.

En uno de los prados observamos gran cantidad de fresnos trasmochados y en los demás mucho ganado vacuno, caballar y ovejas.

Siguiendo unos kilómetros más adelante nos encontramos con las ruinas de un molino harinero de rodezno, que en la excursión 388 ya habíamos visitado. Este molino se encuentra en cierto estado de deterioro, conservando en pie algunas de las paredes así como parte del acueducto que servía para trasladar el agua del arroyo más cercano.

Sobre la puerta de entrada una gran piedra, colocada como dintel, tiene un cartel grabado: LA REEDIFICACION SE REALIZO EN EL AÑO 1881. POR MANUEL SANTOS VENTURA.

Según consta en algunos escritos es probable que el original datara sobre los siglos X al XIII, dado que en esta época fue la mayor difusión de este tipo de molinos de rodezno, que significa de rueda horizontal, todos ellos se encontraban en zonas montañosas.

Se trata de un molino harinero que utilizaba las aguas del arroyo de La Portezuela que a través de un acueducto construido para salvar el desnivel, depositaba las aguas en una balsa o represa en cuyo fondo se abre una apertura que hace llegar el agua con fuerza a los mecanismos que mueven la piedra para moler. 

Al entrar en la estancia del molino nos encontramos con un habitáculo, que aún se conserva, que podría haber servido para el alojamiento del molinero, y cuyo interior existe una cocina con chimenea así como una piedra lisa adosada a la pared. No es difícil imaginar las noches, sobre todo en invierno, y las duras condiciones que vivían estas personas.

También se puede observar algunas ruedas de piedra esparcidas por el interior del molino así como  la apertura que comunica con el caz, y piedras labradas que en su momento estarían colocadas estratégicamente para componer la edificación.

Después de la parada en dicho molino y recordar cómo en la anterior marcha, junto a este lugar, el amigo Alejandro se arañó en la cabeza, por lo que hubo que prestarle unos primeros auxilios, reanudamos la caminata. Cruzamos el arroyo de la Portezuela para desembocar en unas fincas ganaderas que cruzamos, después saltamos una valla de piedra y nos incorporarnos a un camino.

Siguiendo dicho camino, después de pasar junto a unas edificaciones construidas para el ganado, llegamos a las inmediaciones de la vía del tren, a la altura del túnel de la Cañada, desde aquí iniciamos una subida para alcanzar la cuerda de las Hontezuelas, en cuyo alto nos paramos para tomar el tentempié a la hora del ángelus, así como para hacernos las fotos de grupo, y digo fotos porque fueron varios los que dispararon sus cámaras.

En este último trayecto alguien se percató de que habíamos pasado junto al vértice geodésico del portacho (1.112m). Paco que colecciona vértices, no podía pasar sin hacerse la foto de rigor, por lo que retrocedió hasta encamarse a él. 

Posteriormente continuamos por dicha cuerda hasta llegar a la carretera de Fresnedillas a Robledo Chavela, con la intención de cruzarla y visitar un pinar, ya que a Antonio se le sugirió intentar llegar hasta allí con el fin de buscar níscalos, y aunque el GMSMA, es un experto en cruzar vallas, en esta ocasión tenía demasiada dificultad, por tal motivo giramos 180º para descender al valle e incorporarnos al camino que nos llevaría a la Estación, donde habíamos dejado los vehículos, por este recorrido algunos que nos gusta la micología, salimos de la formación del grupo, con el fin de buscar setas de cardo, y la verdad si encontramos, pero la mayoría agusanadas.

Según caminaba oigo a mi espalda que me llamaban y lo primero que pensé es que había perdido algo, que se me podría haber caído de la mochila, pero eran como ya dije Marcos y José Luis B. y ya sabéis cual eran sus intenciones.

En este punto el grupo se desvió y según deduzco de los mapas del recorrido aportados por Paco N. y las fotos con texto de José María, siguieron por el camino de San Martin de Valdeiglesias, llegaron a un punto que para acceder a una finca vallada se toparon con una puerta que consistía en un somier y su respectivo colchón.

Visitaron los fortines y trincheras de la guerra y las canteras que visitamos en la excursión anterior. También creo que les tocó saltar unas cuantas vallas, pero eso está dentro del ADN del grupo.

Como mi crónica ha sido un poco atípica, ya que no termine con el grupo, y la ruta no ha sido muy exigente, le concedo tres sicarías.
Enrique Cid

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