miércoles, 4 de enero de 2023

Excursión 675: La Maliciosa por las Guarramillas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 12,7 Km 
Desnivel [+]: 779 m 
Desnivel [--]: 779 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 20

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta







TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Hoy me ha tocado el honor de elaborar la crónica de la primera excursión de este recién estrenado año 2023.

Una marcha para empezar a purgar los pecados por todos los excesos realizados en estas comidas navideñas, y eso que todavía nos quedaba por delante la festividad de los Reyes Magos y como no, degustar su típico roscón.

Los compromisos familiares, el cuidado de los nietos y otros menesteres ineludibles, hizo que a esta primera convocatoria del año solo acudiéramos unos cuantos participantes. Entre ellos, el benjamín del grupo, nieto de Carlos y Bea de tan solo 7 años, pero ya con hechuras de todo un montañero.

La propuesta para estrenar el año era hacer una de las rutas más clásicas y tradicionales que se pueden realizar en la sierra de Guadarrama, la ascensión a la cima de la Maliciosa desde el Puerto de Navacerrada pasando por el Alto de las Guarramillas.

Por desgracia en estas fechas no había atisbo de nieve en sus cumbres, ni tampoco en su vecina Peñalara, ya que este invierno está transcurriendo en estos primeros compases, con temperaturas demasiado benévolas para la estación en la que nos encontramos.

El punto de partida, el Puerto de Navacerrada con sus 1,858 mts de altitud, es el puerto más alto de todos los que cruzan la Sierra de Guadarrama, y una de las vías más importantes de comunicación entre las Comunidades de Madrid y Castilla y León.

Tenemos que remontarnos al siglo XIII, para ubicar los primeros caminos que ascendían hasta este paso, conocido por entonces como Puerto de Manzanares. Sin embargo, en esa época era el puerto de la Fuenfría el paso que acaparaba todo el protagonismo, como punto de trasiego de nobles y reyes en sus viajes desde Madrid hacia la ciudad de Segovia, y más tarde hacia los palacios de Valsaín y La Granja.

No fue hasta el año 1788, cuando se inaugura una nueva carretera que uniría las localidades de Villalba y La Granja, pasando por lo que hoy llamamos Puerto de Navacerrada, cuya construcción duró 10 años, pasando desde entonces a ser el puerto más usado para cruzar entre las provincias de Madrid y Segovia, en detrimento del Puerto de la Fuenfría, que poco a poco fue cayendo en desuso.

Aun así, en esa época durante los duros meses de invierno, la nieve bloqueaba el paso de personas y animales por el nuevo puerto que quedaba cerrado, el túnel de Guadarrama, inaugurado en 1963 solucionó definitivamente el problema.

Aquí os dejo un artículo sobre las hospederías que se abrieron a uno y otro lado del Puerto, como consecuencia de la apertura de este nuevo paso.

Aunque desde finales del siglo XIX ya había empezado el interés por el montañismo y por el esquí en la zona del Ventorrillo, no fue hasta el año 1923, que se inaugura la línea férrea entre Cercedilla y el Puerto, cuando comienza la explosión urbanística y turística en el puerto de Navacerrada.

Hecha esta pequeña introducción, vamos al lío. Una vez realizados los correspondientes saludos e intercambios de las preceptivas felicitaciones de comienzo de año, nos pusimos en marcha desde el aparcamiento del Puerto de Navacerrada, donde se notaba que estábamos en plenas vacaciones navideñas, porque se constataba una mayor afluencia de vehículos y personas, si lo comparamos con un día laborable normal.

Salimos del aparcamiento del Puerto, y giramos a la izquierda para empezar a subir por la calle Dos Castillas, dejando a nuestra derecha el edificio del hotel y restaurante Pasadoiro, y un poco más adelante el edificio de la agrupación de rescate de Montaña de la Cruz Roja.

A nuestra izquierda quedaba el edificio de la Mutualidad General deportiva y más adelante la estación inferior del telesilla de las Guarramillas.

Recorrido este primer tramo, seguimos de frente y tras superar una barrera que impide el acceso de vehículos. Abandonamos el asfalto, para seguir por una pista de tierra por donde está marcado el transitado sendero PR-17, también conocido como senda las Cabrillas, hacia el risco de Emburriaderos.

A la derecha y más abajo dejamos las ruinas de lo que fue en su día el albergue Álvaro Iglesias, hoy como tantos edificios del Puerto, en estado ruinoso.

En unos 15 minutos y tras un ascenso de poco más de 100 mts de desnivel, alcanzamos un pequeño collado, que aparece nombrado en algunos mapas como Raso de Arriba, antes de llegar al risco de Emburriaderos.

Desde este punto nos asomamos al valle de la Barranca, con vistas de la cuerda de las cabrillas, con la senda de la Tubería más abajo, y con la garganta del Infierno a nuestra izquierda. También podemos ver los riscos de Cancho Negro, riscos de la Maliciosa y la majestuosidad de la cima del mismo nombre.

Después de un pequeño descanso para gozar de la estupenda panorámica, giramos bruscamente hacia la izquierda y enfilamos hacia la ladera del Ventisquero de la Estrada, un empinado sendero con un tramo con mucha piedra suelta y un poco incómodo de andar, para alcanzar la pista hormigonada y el sendero PR-11 que sube por ella desde el puerto hacia el Alto de las Guarramillas.

Aquí el grupo ya se ha empezado a estirar, y cada uno sube al ritmo que sus pulmones y sus fuerzas les permiten.

Una vez alcanzada la pista, proseguimos por ella, en dirección al Alto de las Guarramillas, que debe su nombre a las cuatro Guarramillas o cumbres que lo forman, que separan a su vez los cuatro ríos que nacen en sus laderas. Tres de ellos discurren hacia tierras madrileñas y uno hacia tierras segovianas. Esos ríos son: Guadarrama, Manzanares, Lozoya y Eresma, que alimentan a su vez dos cuencas, Tajo y Duero.

Vamos pues a por el primer objetivo del día. La primera Guarramillas está situada a 2.179 mts. Es una cumbre rocosa donde se haya ubicada una escultura de la Virgen de las Nieves.

Está situada por debajo de la estación superior del telesilla, y anexo a este edificio se encuentra el bar La Bola que, por su situación a 2.180 metros de altitud, ostenta el título del bar más alto de Madrid y de la Sierra de Guadarrama.

No debemos confundir esta escultura de una Virgen con niño y que porta dos esquís a la espalda, con la otra imagen de las Virgen de las Nieves que hay en el camino de la pradera de Siete Picos, cerca del Cerro del Telégrafo, al otro lado del puerto, obra del escultor José María García Moro.

Esta imagen parece proteger a los esquiadores que se deslizaban por las 4 pistas que parten de este punto: Guarramillas I, Guarramillas 2, Pala Montañeros y Pluviómetro, las cuales llevan ya tiempo fuera de uso.

Algunos de nosotros llegamos hasta ella, por las antiguas escaleras que hay en su vertiente Oeste. Antes de llegar a este punto, el grupo ya se ha fragmentado y los integrantes que van en cabeza pasan de largo esta primera cumbre.

Una vez realizadas las protocolarias fotos a la imagen de la Virgen, pasamos por delante de la estación del telesilla y del bar que se encuentra cerrado (esta abierto en los meses de junio a septiembre).

Justo detrás de estas instalaciones se ha colocado recientemente un vértice geodésico, más alto que los habituales, coronado por una antena de la Red de Estaciones GNSS (Global Navigation Satellite System) y nos dirigimos de nuevo hacia la pista de hormigón (camino de 3,2 kms de longitud que salva 400 mts de desnivel desde el puerto y que fue creada para el mantenimiento del centro repetidor de TV) para un poco más adelante abandonarla, hacia nuestro segundo objetivo del día, que coincide con la segunda cumbre de las Guarramillas.

La segunda Guarramilla está situada a 2.227 mts de altura, y también es conocida como cerro del Cristo, ya que en su cumbre hay una cruz con el Cristo de los Montañeros, que lleva en esta ubicación desde 1961, soportando los rigores invernales.

Desde este punto, retomamos el último repecho de la pista, y el corto tramo que nos separa ya de las edificaciones del antiguo centro emisor de TV.

Lo primero que podemos apreciar, cuando nos acercamos a ellas, son los dos hangares donde se ubicaban las pisanieves que se utilizaban para subir y bajar a los operarios que mantenían estas instalaciones cuando estaba operativo el repetidor de televisión.

Al llegar a la valla que protege el recinto, giramos a la derecha, para ir al encuentro del vértice geodésico de la tercera Guarramilla a 2.258 mts de altitud, que coincide con el punto más alto de todas ellas.

Esta prominencia se aprovechó para construir en 1959 una estación repetidora de señales de la recién nacida Televisión Española (el 28 de octubre de 1956 comenzó sus emisiones desde el centro emisor de VHF ubicado en el paseo de la Habana). Aquí un vídeo del evento.

La señal de televisión en VHF solo se veía en determinadas zonas de Madrid y Toledo, por ello en 1958 se autoriza la construcción de un repetidor en el Alto de Guarramillas, siendo la primera y más antigua del país en desempeñar ese cometido. En este vídeo se muestra aspectos de su construcción, también en este vídeo y en este otro cómo eran antes las antenas.

Para poder llegar a todos los puntos de la geografía, se construyeron otras estaciones repetidoras, que como se puede leer en este articulo supusieron un importante desembolso económico en esa época:

Gracias a este repetidor las ondas lograron superar la complicada orografía de la zona centro peninsular. En su momento, fue un éxito y la señal alcanzaba toda la amplia meseta castellana hasta Santander, gran parte de Aragón, La Mancha y Extremadura.

El comienzo de las emisiones se hizo coincidir con el 12 de octubre, Día de la Hispanidad, seguramente por connotaciones políticas. Aquí un vídeo de aquel día.

La tercera Guarramilla o también llamada Alto de las Guarramillas, es sin embargo más conocida como “La bola del mundo”, por tener su cumbre forma redondeada, estar coronada por antenas, y coincidir esta imagen con la que aparecía en la presentación de los noticiarios televisivos, por lo que excursionistas y esquiadores empezaron a llamarla La bola del Mundo, y con ese nombre popular ha llegado a nuestros días.

Esta estación repetidora, se diseñó como una pequeña estación ártica para que sus moradores pudieran soportar durísimas condiciones meteorológicas. Era frecuente que los trabajadores quedaran aislados varios días consecutivos a causa de las nevadas.

Hay que tener en cuenta que, en algunos inviernos, se han llegado a registrar en ese punto, temperaturas de hasta 20 grados bajo cero y vientos de hasta 190 kilómetros por hora. La nieve ha llegado, en ocasiones, a cubrir por completo los edificios, provocando que en algunos momentos la máquina pisanieves pasara por encima de los edificios sin llegar a verlos.

Estas instalaciones constaban, además de las enormes antenas (la más alta alcanza los 65 mts de altura), de varios edificios, conectados por pasillos subterráneos para que los trabajadores no tuvieran que salir más que en casos extremos.

En esos edificios se ubicaban el centro de control, las habitaciones de los técnicos y del personal de vigilancia (antiguamente guardias civiles), las cocinas, almacenes, garajes y las dependencias que en su día se conocían como «ala del ministro», ya que en sus primeros tiempos podía pasar en ellas varios días el ministro de Información y Turismo, para supervisar personalmente que el centro funcionara sin problemas.

El centro emisor poseía su propio sistema de abastecimiento de agua. Tres tuberías la tomaban del nacimiento del Manzanares, ubicado a 300 metros de las instalaciones.

Los residuos que generaban eran depurados antes de ser arrojados a un pozo negro. Poseía dos líneas de alta tensión, tiradas en exclusivo desde Villalba. Como el centro nunca podía quedarse sin energía, disponía de grandes depósitos subterráneos de combustible para la calefacción y los generadores eléctricos de emergencia (grupos electrógenos).

Su inmejorable ubicación, también ha servido para que se instalaran en sus antenas equipos de telecomunicaciones, que hoy en día prestan servicio de telefonía móvil de voz y datos. Por ejemplo, allí están ubicados parte de los equipos que dan cobertura a los visitantes de los Puertos de Navacerrada y Cotos.

Ya hace tiempo que ha dejado de albergar en sus instalaciones a personal de mantenimiento de televisión que prestaban servicio las 24h, durante los 365 días del año, para garantizar la continuidad de las emisiones. En algunas ocasiones se quedaban aislados varios días al no poder llegar los relevos.

Los revestimientos metálicos con forma de cilindro o cohete (en algunos artículos lo llaman el cohete de Tintín por ser similar al que aparece en alguna de sus aventuras), pintadas de color rojo y blanco, que cubren las antenas son radomos.

Protegen a los equipos que hay instalados en las torres de las inclemencias meteorológicas: Agua, nieve, hielo y viento, así como las escaleras de acceso para llegar a ellos. Cuentan que antes de ser colocados, los vientos tumbaron alguna de las antenas en varias ocasiones.

En 1981 y como preámbulo a los juegos olímpicos, con la entrada en servicio de las instalaciones de Torrespaña, conocido popularmente como el Pirulí, la estación empezó a perder protagonismo.

En el año 2010, tras la llegada de la TDT y producirse el apagón analógico, cesaron las emisiones de televisión. Las instalaciones fueron compradas por Abertis, que sigue explotándolas actualmente., como repetidores de señales para RNE y Onda Madrid.

Por ello, desde hace ya algunos años ha surgido cierta controversia sobre si hay o no que mantener o desmantelar estas infraestructuras y reponer el paisaje natural. He oído argumentos en ambos sentidos. Unas a favor de su desmantelamiento por su obsolescencia, y otras que abogan por mantenerlas por considerar que son un punto de referencia para montañeros y excursionistas, y parte de la historia de la sierra de Guadarrama. De momento ahí siguen.

Nosotros aprovechamos este punto para reagruparnos con los compañeros que ya llevaban un rato en la cima, ya que no habían pasado por las otras Guarramillas, y realizar la parada del Ángelus y reponer fuerzas.

Luego, nos dirigimos hacia la cuarta y última Guarramilla, situada unos metros más abajo a 2.248 mts de altura, donde está ubicado un cono de orientación donde están grabados los relieves y nombres de todos los picos que se pueden observar 360º alrededor. 

Aquí Antonio se entretiene mostrando a Gonzalo, el pequeño del grupo, como utilizar e interpretar la información que allí aparece.

De aquí realizamos una pequeña travesía entre piornos, para retomar el camino natural que baja hacia el collado del piornal, marcado como sendero PR-16.

Algunos nos quedamos comentando algunas de las vistas que se pueden apreciar desde este punto, y el grupo se vuelve a estirar de nuevo.

Siguiendo el sendero, un poco más abajo dejamos a la derecha unas ruinas de lo que fue el antiguo refugio de la Maliciosa.

En unos 20 minutos de bajada, por el sendero, alcanzamos el collado y nos acercamos a ver y fotografiar el pluviómetro que allí hay instalado. En este collado confluyen, varios senderos.

Por la derecha el camino de subida desde la barranca por la fuente de la campanilla, y por la izquierda el sendero que baja hacia el PR-18 en dirección al arroyo de la Condesa, que junto con el arroyo de Valdemartín y el arroyo del Cuervo, formarán las primeras escorrentías del río Manzanares.

Desde aquí alcanzamos a ver que los compañeros de cabeza ya han alcanzado la cuerda que se dirige a la Maliciosa.

El grupo de cola, empezamos a acometer el penúltimo tramo de fuerte subida que nos queda hoy en dirección a la cumbre, siguiendo el trazado del sendero PR-16.

Avanzamos despacio, animando a Gonzalo que arde en deseos de salirse del camino y trepar por las pedreras que se desprenden de la cuerda.

Con paso pausado pero firme, alcanzamos la cresta sureste. A partir de este punto la subida se suaviza y en pocos minutos alcanzamos la cumbre. Nuestros compañeros ya están acabando de tomar el almuerzo, y nosotros sin demora nos ponemos a ello.

Aparecen en la cumbre varios ejemplares de cabra montés, que pueblan habitualmente estos lares, en busca de comida humana. Algunos aprovechan para fotografiarse cerca de ellas, ya que están demasiado sociabilizadas por la afluencia de gente en esta cima y en otras muchas.

En cuanto al topónimo, Pico de La Maliciosa o montaña maldita, está relacionado con las dificultades que había para el ascenso a su cima, por lo escarpado de sus caras (excepto la cara norte): Sur, con sus famosas canales, Oeste desde la Barranca y su empinada subida por su cara este desde el collado de las vacas y Mataelpino.

También antiguamente era conocida como La Monja, por la forma que toma cuando la nieve ha caído en su cumbre, similar al tocado de una religiosa.

Y como no, como otros lugares en la sierra de Guadarrama, tiene también su Leyenda: “Antiguamente, en lo alto de la montaña había un vergel, un auténtico jardín con huerta y todo.

Un oasis con agua en abundancia. Las gentes de los alrededores lo veían, pero por más que lo intentaban no podían acceder a él. Únicamente una bruja de un pueblo cercano sabía cómo hacerlo y gozaba de los frutos del fantástico jardín.

 La mujer era conocida como «La Maligna«. Un grupo de vecinos decidieron seguirla para ver como llegaba hasta la cima. La bruja, al darse cuenta, montó en cólera, invocó a los poderes más oscuros y se declaró un pavoroso incendio que acabó con el vergel y dejó la montaña completamente vacía de vegetación. Desde entonces La Maligna es simplemente una roca pelada de granito.”

A pesar de ser tan maligna, desde este punto y con la suerte de tener un día despejado, tenemos unas magníficas vistas al punto que dirijamos nuestra mirada: Zona de la pedriza, Yelmo, collado dehesilla, Alto de Matasanos, Torres de la Pedriza, Cuerda de los Porrones, etc, embalses de Santillana, Valmayor, el Pardo, Monte Abantos, Machotas, Siete Picos, Montón de Trigo, Pinareja, Camorca, Camorquilla, Matabueyes, Dos hermanas, Peñalara, Cuerda larga, Cerro de Valdemartín, cabezas de Hierro, el escalerón, etc. Cuerda de los carpetanos, Puerto de Navafria, cuerda de los Reajos, etc., etc., etc. Llegamos incluso a poder ver las cimas nevadas de Gredos, y las columnas de vapor de la central nuclear de Trillo.

Cuando Antonio da la orden, toda la tropa del GMSMA se pone en marcha, y enfila la bajada de nuevo hacia el collado del Piornal. Al igual que en la subida, en el vagón de cola quedamos unos cuantos que nos tomamos con más calma la bajada, al fin y al cabo, la vuelta igual que la ida no tiene pérdida.

Con algún resbalón que otro, alcanzamos de nuevo el collado del Piornal, y desde aquí encaramos la última subida del día de nuevo hacia el Alto de Guarramillas.

Entre charlas y risas alcanzamos de nuevo la zona de antenas. Hace ya tiempo que nuestros compañeros han pasado por aquí, y para no bajar de nuevo por el mismo camino de subida, hemos visto que han rodeado por la derecha las antenas y se han dirigido hacia el sendero que desciende hacia el puerto por la cara norte de la ladera.

Este camino, baja primero trazando varias zetas, al encuentro de una fuente y del arroyo Frío o de los Puentes, para luego coger el camino que sale a la izquierda y va en ligero descenso en dirección al Puerto, pasando lo que hasta hace poco eran las líneas de los remontes de las pistas de Arroyo Frío y arroyo Seco, ya desmanteladas.

Nosotros, como vamos bastantes rezagados con respecto al grupo, decidimos bajar por la pista hormigonada, con menos complicaciones que la anterior, desviándonos a la altura de la primera Guarramilla para que Jose María sacara algunas fotos de la imagen que no había visto en el tramo de subida.

Seguimos toda la pista hasta el Puerto, al cual llegamos casi al mismo tiempo que nuestros compañeros.

Aunque sea una ruta clásica que hemos repetido muchas veces, por las vistas que se disfrutan desde su cima y por la historia de este lugar bien se merecen una puntación de 4,5.
Carlos Revilla


2 comentarios:

  1. Gracias por compartirnos esta ruta. La Rioja tiene unos parajes naturales espectaculares que tienen que darse a conocer.

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  2. Excelente comentario y documentación!!!

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