martes, 18 de abril de 2023

Excursión 693: Ruta Vicentina. Odeceixe - Azenha do Mar

FICHA TÉCNICA
Inicio: Odeceixe. Portugal
Final: Azenha do Mar. Portugal
Tiempo: 3 a 4 horas
Distancia: 10,2 Km 
Desnivel [+]: 289 m 
Desnivel [--]: 252 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 35

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Esta es la última etapa de nuestra aventura por el Parque Natural del Sudoeste Alentejano, el plan inicial era hacer la cuarta etapa completa “Zambujeira do Mar – Odeceixe” de 21 km, también el plan inicial era hacerla con una temperatura agradable, en abril, antes de comenzar los desagradables calores a los que últimamente nos está acostumbrando la climatología. Pero una cosa es lo que planificamos y otra es lo que pasa, y en abril tenemos una ola de calor inesperada que empieza a hacer mella en los integrantes de la expedición.

Antonio, le pidió a Paco que acortase la ruta para hacerla más asequible y Paco así lo hizo, y nos lanzó la propuesta para terminar en Azenha do Mar, lo cual todos recibimos con mucha alegría.

A las 9:00 estábamos en el punto de encuentro en Vila Nova de Milfontes, algunos se despedían porque tenían que volver un día antes. También nos enteramos que Sol no se encontraba bien ¿serían los excesos del guateque de la noche anterior?. Una vez que nos despedimos y nos contamos las últimas novedades nos montamos en los coches, unos hacia el inicio de la ruta y otros al final de la ruta, para dejar los coches para poder llevar a los conductores una vez terminásemos la ruta al punto de origen.

Son las 10:00 y es hora de empezar a caminar, al poco nos hacemos una foto de grupo, por si luego se nos pasa, que en estas rutas cada uno va a su ritmo y se hacen muchos grupos pequeños.

Comenzamos subiendo una cuesta y seguimos caminando hasta que alcanzamos un mirador sobre la playa de Odeceixe, donde nos tropezamos con una locura más: el estuario del río Seixe.

Contemplamos desde lo alto su desembocadura y la playa de Odeceixe. Nadie puede discutir que esta estampa es maravillosa. ¡Qué color tienen estas aguas! y como no podía ser de otra manera nos pusimos a mirar, que para eso son los miradores y nos hicimos fotos, muchas fotos, y nos hicimos una foto de grupo preciosa, hasta que nos pusimos a andar y nos fuimos, aunque seguro que todos queríamos más fotos y dejar este momento grabado para siempre en nuestra cabeza.

Seguimos caminando, deleitándonos con las curiosas formaciones de las rocas, con plegamientos, con dibujos arañados, cuadrículas……..Rocas que se erosionan y se segregan de la costa, quedando divididas en medio del mar.

Paisajes marinos que se combinan con los colores de la arena y de las piedras, de las dunas petrificadas, de las plantas.

Formas caprichosas que unas veces dan alas a nuestra imaginación y otras veces parecen esculturas talladas por la mano del hombre.

Un submarino que emerge del mar y que sin lugar a dudas el hombre no lo hubiese podido construir con tanta exactitud y, como es lógico, nos fotografiamos, lo fotografiamos y nos volvemos a retratar, hasta que muy a nuestro pesar volvemos a caminar.

Y seguimos contemplando arcos de rocas en el mar, arena y acantilados y una frondosa vegetación y de repente vemos que los coches que dejamos al final de la ruta ya están a la vista, !!!pero si no hemos tomado el ángelus y ya estamos terminando la ruta!!!. No está claro qué pasó, ¿Un error de cálculo?¿Nos liamos con los nombres de los pueblos?¿La ruta se elaboró durante el guateque? !!!quién sabe lo que pasó!!!.

Podíamos hacer tres cosas, quedarnos tomando cañas (no parecía serio), volver sobre nuestros pasos o seguir y dar la vuelta después de un buen rato y volver a Azenha do Mar y esto último es lo que hicimos.

Para llegar a Azenha do Mar hay que hacer una bajada bastante empinada, es sin duda el tramo más complicado de la ruta, las vistas de los acantilados siguen siendo una maravilla. Llevamos cuatro días viendo estos paisajes y no dejamos de sorprendernos.

Terminamos la bajada y seguimos por una pasarela de madera para pasar por el aparcamiento donde tenemos los coches, y seguimos avanzando un poco más para tomar el ángelus, hoy la temperatura es muy agradable y no hace falta buscar una sombra y podemos tomar algo mirando el mar embravecido rompiendo sobre las rocas.

Caminamos algo más hasta que es buena hora para darse la vuelta. Como siempre, los caminos de regreso los hacemos rápidos, sin fotos y sin mirar demasiado.

Esta crónica la escribo después de varias semanas, mirando fotos y tirando de memoria, y me ha servido para recordar una viaje fabuloso. 

No puedo terminar la crónica sin dar un agradecimiento muy especial a Paco y Sagrario, por la propuesta, por la organización de un viaje tan complejo, por la paciencia con nosotros.

Mil y mil gracias. La valoración es de 5 Sicarias sin lugar a dudas.
Fernando Ramos 


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