domingo, 4 de junio de 2023

Excursión 705: Parque Nacional de los Lagos de Plitvice. Croacia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Plitvička Jezera. Croacia
Final: Plitvička Jezera. Croacia
Tiempo: 7 a 8 horas
Distancia: 15,4 Km 
Desnivel [+]: 185 m 
Desnivel [--]: 185 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 26+24

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* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













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RESUMEN
Después de pernoctar en Zadar iniciábamos la 7ª jornada del recorrido por Croacia llevado a cabo por el primer grupo de GMSMA, desde la maravillosa Dubrovnik hasta Zagreb, la capital de la República de Hrvatska (nombre local para definir lo que conocemos como Croacia).

Después de recorrer unos 145 km en el autobús desde Zadar, por fin este primer grupo del GMSMA íbamos a conocer el increíble Parque Nacional de Plivice, del que tanto habíamos oído hablar por sus inmensos lagos, numerosas cascadas y tupidos bosques.

Inmersos entre las onduladas cumbres de los montes de Mala Kapela, se esconde uno de los más asombrosos caprichos de la naturaleza: los dieciséis lagos de Plivice. Además del área lacustre, hay más de 30.000 hectáreas de bosque y praderas, siendo visitable para senderistas y turistas sólo una mínima parte de dicha extensión.

Declarado parque nacional en 1949 y Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979 (ampliado en el 2000, nueve años después de la Independencia de Croacia), Plivice estuvo sin cartografiarse hasta el siglo XIX.

Los lagos, con pasarelas y senderos acondicionados para su visita, se dividen en dos zonas: Los inferiores discurren por el cañón de Koroma y en su recorrido existen diversas cascadas finalizando en la “Gran Cascada”, una majestuosa caída de agua de 87 metros en varios tramos, siendo el inicial de ellos el más largo, de 62 metros. Los lagos superiores se encuentran dentro de un recinto boscoso.

Este parque nacional es uno de los más visitados de Croacia (desde el final de la pandemia más de 4 millones de visitantes según nos contaron).

El que nuestra visita fuera a llevarse a cabo en domingo, ya nos hacía prever que no íbamos a estar precisamente solos, cosa que desgraciadamente se confirmó ampliamente como ya se verá más adelante.

Gracias a las explicaciones de Ana Fernández (nuestra estupenda guía auxiliada por David Barrena en todo momento durante el viaje), y al detallado plano del parque que ella nos facilitó, comprendimos que hay dos puntos de entrada al parque, ambos ubicados en la carretera principal que circunda el parque y que al día siguiente nos llevaría a Zagreb, a unos 140 km de distancia.

Aunque de acuerdo a las recomendaciones que yo había leído, era mucho mejor entrar por la entrada 1, que se encuentra en la sección inferior de los lagos y permite gracias al sentido de la marcha ver siempre de frente las numerosas cascadas del entorno de los lagos Milanovac, Gravanovac, Kaluderovac, Novakokovica brod… etc, nos veíamos no obstante obligados a entrar por la entrada 2, dado que ésta se hallaba al lado del hotel donde pernoctaríamos (localizado éste ya dentro de las instalaciones del mismo parque).

Básicamente dos rutas principales que los integrantes del GMSMA íbamos a recorrer: La de los lagos inferiores, que se iniciaría en la entrada 2 y finalizaría en la Gran Cascada y regreso (aproximadamente 3,5 km y entre 2 a 3 horas) y la de los lagos superiores, que empezaría y acabaría en la entrada 2, recorriendo los lagos y cascadas superiores (11,9 km y entre 4 a 5 horas de duración). Los lagos superiores no tienen cascadas tan impresionantes como la anterior, pero si hay mayor número de ellas.

Una vez dejadas las maletas en un reservado del hotel y realizadas las consabidas fotos con el oso disecado que te contempla desde el hall del hotel dentro de una cápsula transparente de metacrilato, iniciamos el recorrido entrando por la entrada 2 y discurriendo por una calzada asfaltada por donde circulan los “trenes neumáticos” del parque, llegamos a la pasarela que circunda todo el recorrido de los lagos inferiores.

Allí nuestras sospechas se confirmaron ampliamente. Al ser domingo multitud de turistas de todo tipo abarrotaban las pasarelas (muchos de ellos de nacionalidad china, con niños pequeños y en chancletas) que habiendo iniciado el recorrido de los lagos inferiores desde la entrada 1, se dirigían hacia la parte superior del recorrido en sentido contrario al nuestro, con el que pretendíamos avanzar hacia la Gran Cascada

Una auténtica marea humana que impedía circular con comodidad por las pasarelas y que se concentraba en los sitios desde donde se podrían obtener las mejores fotos.

Después de recorrer unos sufridos casi 2 km por las concurridas pasarelas deteniéndonos para realizar las fotos de las espectaculares cascadas, llegamos por fin a la Gran Cascada.

Esta espectacular cascada de casi 90 metros originaba una tenue “lluvia fina” por el permanente impacto del agua sobre las rocas. En la explanada al pie de la misma nos juntamos para realizar la foto de grupo, así como para que David Barrena se luciera utilizando su peculiar cámara “Instan 360” llevando a cabo una serie de espectaculares fotografías “aéreas” y vídeos rotatorios “tipo helicóptero”, como ya había realizado en otras visitas anteriores a lugares icónicos de Croacia.

Dicha lluvia fina iba a ser el preludio de lo que vendría después. Los incipientes truenos, amplificados al estar encajonados dentro del cañón de Koroma, presagiaban una espectacular tormenta que poco a poco iría aumentando su intensidad con la llegada de más y más relámpagos y truenos, así como con el inicio de un nuevo “Diluvio Universal” con el que empezábamos a calarnos ya hasta los huesos. 

Mala suerte la que tuvimos los del grupo 1 del viaje a Croacia al ir a visitar el parque en domingo con una previsión del tiempo además que anunciaba fuertes tormentas a partir del mediodía.

Como alma que lleva el diablo iniciamos a toda prisa el recorrido hacia el punto P3 del mapa y tras atravesar el puente Kozjak allí llegamos, con la intención de coger el barco que atraviesa los lagos inferiores y que nos permitiría regresar al punto P1 y con ello al hotel, para tener la posibilidad de cambiarnos la empapada ropa y poder comer algo.

Nueva contrariedad a la vista, pues la lluvia seguía arreciando y la cola para coger el barco era “kilométrica”.

Los barcos que atraviesan los lagos inferiores partían cada media hora, y en cada viaje “sólo” admitían 100 pasajeros. Después de esperar cerca de dos horas apretujados bajo los porches del embarcadero, a resguardo de la intensa lluvia que seguía arreciando, pudimos por fin coger el barco todo el grupo junto.

Desde el barco silencioso gracias a su motor eléctrico, se pueden apreciar mejor las cascadas que alimentan los lagos inferiores, y además desde un punto de vista diferente al llevado a cabo desde las pasarelas de bajada hacia la Gran Cascada. Ya dentro del barco y a cubierto bajo su toldilla, la lluvia empezó a amainar, aunque para entonces estábamos calados hasta los “tuétanos”.

Una vez desembarcados el grupo se dividió entre los que a continuación iban a iniciar la segunda parte del recorrido, y los que decidimos regresar al hotel para cambiarnos de ropa, descansar y comer algo.

El recorrido hacia los lagos superiores se lleva a cabo por un sendero serpenteante por las pasarelas entre las aguas, que permite la oportunidad de sentir la naturaleza en su máximo esplendor pues esta parte del Parque Nacional se caracteriza por tener una vegetación frondosa, así como paredes de roca caliza.

Las aguas transparentes de color turquesa de los lagos superiores tienen un mayor número de cascadas que los inferiores, pero, aunque no son de gran altura. la gran abundancia de ellas hace que su contemplación sea memorable y, sin duda, guardaremos un grato recuerdo de todo lo visto.

Una vez llegados a la última de ellas por ser la más alejada, el grupo inició el retorno al hotel por el lado contrario al de la subida.

El total de la distancia recorrida por parte del primer grupo del GMSMA en el Parque Nacional de Plivice, incluido el trayecto en barco, fue de un total de14,8 km.

A esta inolvidable excursión le asigno 4,5 sicarias. A pesar de la intensa lluvia de la primera parte y al inmenso gentío de un domingo, la espectacularidad del parque bien se las merece.
Joaquín Sastre


viernes, 2 de junio de 2023

Excursión 704: Parque Natural de Biokovo. Croacia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Mirador SkiWalk. Croacia
Final: Pico Vosac. Croacia
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 7,8 Km 
Desnivel [+]: 317 m 
Desnivel [--]: 249 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 26+24

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RESUMEN
Preparados los 26 senderomagos a enfrentarnos al reto de la excursión que nos ofrece el Parque Natural de Biokovo.

Partimos en bus desde Makarska hasta el punto de salida de nuestra andada, que no es otro que el mirador de Biokovo.

Sin hacer ningún esfuerzo nos encontramos en el mirador Skywalk, se trata de una estructura semicircular acristalada en el suelo y barandillas con caída al vacío, no apta para personas con vértigo. De vértigo son las vistas que ofrece, mar, montaña e Islas cercanas.

Comenzamos la andadura siguiendo la estela del Guía local 'Soran' y la serpiente multicolor gemesmaniana.

El bus nos sirve de apoyo a lo largo del recorrido, en él se nos queda Isabel como estrella fugaz ave voladora, más adelante nos encontraríamos con ella.

La vegetación es abundante y variada, pinos negros, hayedos, robles. Nos encontramos con una fauna variada, ovejas lanudas, lagartos, caballos salvajes y libres, que para los que somos de ciudad impresiona.

A su vez apreciamos depresiones donde se labran pequeñas huertas, mayoritariamente con el cultivo de la patata.

Aparecen nubes y sin compasión descargan sobre nosotros, nos pertrechamos con chubasqueros, capas y paraguas, el agua no nos doblega y seguimos a nuestro guía como si tal cosa.

El camino va en ascensión suave fundiéndonos con un paisaje excepcional de roca calcárea, donde se producen oquedades con almacenamiento de agua, también alguna sima.

La lluvia va desapareciendo. Paramos en un mirador increíble y llegan sorprendiéndonos las estrellas fugaces Isabel y Marisa, para sorpresa de sus respectivos, aquí tomamos el obligado ángelus.

Las estrellas fugaces van en su bus, el resto a caminar, Rosa y Marcos H nos contagian y alegran con sus cánticos hasta llegar al refugio Sinjal, aquí explosionamos, cantando y bailando a coro.

Tanto el guía como el conductor nos dan una sorpresa ofreciéndonos un licor, zumo de manzana, té y unas empanadillas dulces, todo casero/artesano. Independientemente de lo anterior han sido muy majos y amables, ésta es una opinión unánime. Final de la ruta.

Nos despedimos del guía y conductor emocionados, nosotros nos queríamos quedar y ellos venir.

En resumen, hemos pasado un día increíble, una excursión de lujo, que con este grupo es fácil conseguirlo.

Quiero agradecer el trabajo de nuestros guías Ana y David, por cuidarnos, mimarnos y cubrir nuestras espaldas.

En cuanto a la calificación le doy 4 sicarias.
Enrique Téllez 

jueves, 1 de junio de 2023

Excursión 703: De Vidoba Gora a Bol. Croacia

FICHA TÉCNICA
Inicio: 
Vidoba Gora. Croacia
Final: Bol. Croacia
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 9,1 Km 
Desnivel [+]: 50 m 
Desnivel [--]: 789 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 4
Participantes: 26+24

MAPAS 
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RESUMEN
Cuarta jornada de nuestro recorrido por Croacia. No era la primera vez que, condicionados por el horario de los ferrys, nos dimos cita en el vestíbulo del hotel a las 05:30 h de la mañana. Había que llegar al puerto para subir al catamarán y, como quedaba relativamente cerca, las maletas fueron hasta allí por un lado en furgoneta, mientras nosotros llegamos por otro dando un cómodo paseo. De este modo, a las 06:00 h dejamos atrás la pequeña ciudad portuaria de Jelsa, en la alargada y frondosa isla de Hvar, para llegar una media hora más tarde al puerto de Bol, en la isla de Brač. Desde allí, un autobús nos llevaría hasta el aparcamiento de Vidova Gora, donde iniciaríamos la ruta.

Eran las 07:30 h cuando arrancamos, por lo que me atrevería a catalogar el inicio de ruta como uno de los más madrugadores del GMSMA. Con nuestros guías, Ana a la cabeza y David al final, nos dirigimos directamente al mirador que, con sus 780 m de altura, es el punto más elevado de la isla y del archipiélago.

La mañana era limpia y luminosa, así que tras cientos de fotos a las impresionantes vistas que ofrece este mirador de la propia isla y la vecina Hvar, comenzamos nuestro descenso de esta ruta lineal de unos 9 km de recorrido y con el desnivel propio de la altura en que nos encontramos, ya que nuestro destino es, de nuevo, el pueblecito costero de Bol, más concretamente, la playa de Zlatni Rat.

El sendero, perfectamente señalizado, discurre por un paisaje espectacular. Sin embargo, la pronunciada inclinación del terreno, plagado de guijarros sueltos, hace casi imposible levantar la vista del suelo. De hecho, hubo alguna caída que otra sin consecuencias. Sin embargo, vimos que resultaba prudente levantar la vista de vez en cuando para evitar llevarnos por delante las enormes telas de araña que atravesaban el camino o, peor, toparnos en plena cara con su rechoncha tejedora de ocho patas.

Las zetas de la senda dieron paso a tramos más cómodos y menos pedregosos. Tras una parada para un tentempié, continuamos la bajada por el valle cubierto por multitud de flores, muchas de ellas endémicas. A esta altura se podía vislumbrar a lo lejos nuestro destino, la picuda playa Zlatni Rat.

Ya en las inmediaciones de Bol, a nuestra izquierda vimos lo que parecía un almacén de una de las múltiples canteras de la isla, famosas por la extracción de piedra caliza de gran pureza y brillo, debido a la ausencia de otros minerales en su composición.

Se exporta a todo el mundo y resulta sorprendente saber que las columnas de la entrada de la Casa Blanca en Washington DC están talladas en la piedra caliza de esta isla de Brač. A medida que nos adentramos en el pueblo de Bol, llaman la atención los tejados de algunas casas cubiertos de lajas irregulares de piedra, a modo de tejas, pintadas totalmente de blanco.

Eran las 10:30 h cuando llegamos al puerto de Bol y apenas faltan 2 km para finalizar la ruta que discurre por un sombreado y agradable paseo junto a la costa, con algunos tenderetes, bares y restaurantes.

De vez en cuando, vemos en la orilla escaleras que dan directamente al mar, a modo de piscinas naturales. Por fin llegamos a la playa de Zlatni Rat, que significa “Cuerno dorado”. Es la playa más fotografiada y publicitada de Croacia por su peculiar forma y transparentes aguas. No es de arena, sino de piedrecitas redondeadas y blancas que, si bien resultan incómodas para caminar descalzo, resultan ideales para darse un chapuzón sin pringarlo todo de arena. Debido a la forma picuda de esta playa, uno de los costados detiene el oleaje haciendo que el opuesto parezca una piscina. Así que algunos fue llegar, ponernos el bañador y al agua.

No le doy cinco sicarias porque no llevo bien caminos tan pedregosos, pero cuatro no se las quita nadie.
Fernando Díaz-H.