miércoles, 20 de marzo de 2019

Excursión 452: Paseo por La Jarosa

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Jarosa
Final: La Jarosa
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 18,5 Km
Desnivel [+]: 563 m
Desnivel [--]: 563 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 3,5
Participantes: 19

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Para realizar una ruta tranquila, sin grandes esfuerzos y bonitas vistas, nada mejor que el entorno de la Jarosa, donde nos dirigimos en busca de un plácido por sus pinares y embalse.

Quedamos en al Área Recreativa La Jarosa I, en el aparcamiento del chiringuito existente a los pies de la Ermita de Nuestra Señora de La Jarosa, construida en 1956, por voluntarios del pueblo de Guadarrama. En agosto se efectúa una romería en su nombre.

Iniciamos la marcha, cruzando la carretera y la puerta de acceso de pescadores al embalse, prosiguiendo junto a su orilla, dado su bajo caudal, hasta alcanzar las inmediaciones del extremo izquierdo del muro de contención de su lado noreste. Nos acompañan por primera vez Teresa y Mayte.

A nuestra izquierda dejamos los restos de una espadaña, perteneciente a la antigua Ermita de San Macario, que formaba parte de la aldea de La Herrería, desaparecida en el siglo XVII.

Esta zona era conocida como Berrueco de la Herrería o Berrueco de San Macario. El embalse fue construido en el año 1968. Aún hoy en día, cuando el nivel del agua lo permite, se puede pasear entre los restos de las antiguas casas de la aldea que quedaron bajo las aguas del embalse.

Salimos del embalse por otra puerta de pescadores, dejando sus espléndidas panorámicas con el azul del agua contrastando con el verde de los pinares y la colosal cruz del Valle de los Caídos destacando en el horizonte. Cruzamos la carretera y proseguimos por una senda que poco a poco se va cerrando entre zarzas que nos van envolviendo, lo que nos obliga a agacharnos en varias ocasiones, saliendo al fin a una pista semiasfaltada que bordea el Cerro de la Viña, por la que continuamos.

Seguimos las marcas verdes y blancas del sendero local y un círculo rojo sobre los árboles, indicativas de la senda temática SL-M-44005 “por las trincheras”. Pasada la barrera, dejamos de andar por pista para transitar por una vereda, que recorre paralela el pinar. Poco antes de un kilómetro, atravesamos la pista, dejando a la izquierda una bifurcación de caminos.

Continuamos de frente por la senda, que se separa de la pista momentáneamente para volver a casi juntarse poco más adelante. Ya comenzamos a ver restos de trincheras, que pasan casi desapercibidas ocultas por la vegetación. Giramos a la izquierda, para ascender a un altozano en el cual quedan restos del puesto de guardia de las tropas nacionales que cubría las trincheras enclavadas en sus laderas y que desde aquí dominaban posibles ataques desde el valle.

Regresamos al camino y cruzamos la pista, prosiguiendo por otro ramal que asciende con dirección norte. En breve estamos en otra bifurcación, las indicaciones nos guían a la derecha para encontrar restos de un refugio y nidos de ametralladora, que defendían este alto. Son los restos del puesto de mando del ejército nacional, utilizado por la Columna Iruretagoyena que controlaba la ladera de la Solana de fuente la Teja, un entramando de trincheras y barracones. Este cuerpo del ejército se adueñó más tarde de Villafranca del Castillo y Villanueva del Pardillo.

Retornamos a la pista, andamos unos metros y torcemos a izquierda, donde hay una gran profusión de trincheras y otro puesto de guardia, así como un búnker muy deteriorado. La senda nos lleva en bajada hasta una pista, justo en el cruce con el arroyo de la Chorrera, donde está la fuente del Horcajo.

Seguimos aguas abajo el arroyo por la llamada Vereda del Agua, antiguo trazado de una canalización de agua, en la que de vez en cuando se pueden ver alcantarillas con la inscripción de "Regiones devastadas. Año 1954".

Caminamos asombrados por el cañón por el que discurre el arroyo de la Jarosa, que recoge en este punto el caudal del arroyo de la Chorrera y del arroyo de los Álamos Blancos. Escuchamos el torrente de agua que se despeña por una catarata impresionante que vemos a lo lejos, poco después de pasar junto a las ruinas de una edificación que nos queda a la derecha.

La vereda remonta el cañón ofreciendo sus bonitas panorámicas. Poco antes de un kilómetro, nos devuelve al cruce de pistas por el que pasamos anteriormente, giramos a derecha sin llegar a él, para continuar por otra pista, que baja hasta el arroyo de la Jarosa, donde aprovechando unas mesas de madera paramos a tomarnos el tentempié de mediodía y en su explanada hacernos la foto de grupo.

Tras el descanso, proseguimos para enseguida cruzar el arroyo de la Jarosa y por una pista remontar un cerrillo para volver a bajar y alcanzar un área recreativa en la que algunos nos dejan por tener prisa, haciendo así solo la mitad del 8 del trazado de esta ruta.

Continuamos la segunda parte de la ruta, que nos llevará a conocer los pinos plateados que este bosque esconde. Cruzamos para ello el arroyo del Picazuelo y enseguida el de la Calle de los Álamos, enlazando con el Camino de la Carrasqueta, por ser la pista que sube hacia el cerro de este mismo nombre.

En el primer cruce nos abandonan otro grupo de estrellas fugaces que se vuelven hacia el embalse, el resto proseguimos por la pista hasta llegar a las proximidades del Barranco del Tomillar, donde nos desviamos a la derecha para seguir una supuesta senda que remonta la orilla izquierda de este arroyo, y digo "supuesta" porque de la bien señalizada senda que viene en los mapas no queda casi nada.

Tras luchar contra la maleza, al fin alcanzamos una pista, que cogiéndola hacia la derecha nos hubiese llevado enseguida a los pinos plateados, pero alguien se empeñó en ir a ver la cruz del Valle de los Caídos desde cerca del muro que rodea el recinto, por lo que cogemos la pista a mano izquierda alcanzando a los 1,2 km el mencionado muro, con una perspectiva de la cruz en la que solo se veía su enorme mástil.

Para no desandar el camino, decidimos ir al encuentro de los pinos plateados campo a través, lo que le dio un aire de aventura e improvisación de por dónde seguir a la ruta que en contrapartida dificultó, por las jaras y matorral, el recorrido.

Poco antes de alcanzar de nuevo la pista, en el Barranco del Tomillar, paramos a tomarnos los bocadillos y descansar de tan costoso trayecto, que nos hizo agradecer sobremanera el volver a caminar por tierra despejada, al alcanzar la pista, que enseguida dejamos para continuar por otra que sube hacia el Alto de la Sacristía, donde comenzamos a ver con mayor frecuencia extensiones de pino plateado.

Este pino es también conocido como: pino salgareño, pino gargallo, pino pudio, pino maderero o pino nasarro. Su nombre específico actual, nigra (pinus nigra Arnold), alude al color oscuro de sus hojas en contraste con el blanco de su corteza. Es un pino de gran talla que puede alcanzar los 50 metros, su copa es irregular y tiene raíces secundarias superficiales, que le permite adherirse a las rocas. Florece en primavera produciendo abundantes piñas cada 4 o 5 años, madurando en el siguiente otoño y esparciendo los piñones en la posterior primavera.

A pesar de una regeneración difícil, puede superar los 500 años. Resistente a la sequía y fríos invernales, prefiere los suelos calizos, frescos y profundos. Su hábitat está situado entre los 800 y 1.600 m.

Alcanzado el cortafuegos que corona el cerro, lo dejamos a la derecha para descender por la Calle de los Álamos hacia el Bosque Plateado, lugar de mayor concentración de estos pinos. Antes de llegar a un arroyo, disfrutamos de las espectaculares vistas que un recodo del camino proporciona de la Sierra de Guadarrama, desde el Montón de Trigo a Cuerda Larga, pasando por Siete Picos, la Maliciosa, Bola del Mundo y la Pedriza.

Dando una cerrada curva, cruzamos por un puente el Barranco de los Lobos y al poco el arroyo del Bercial para descender paralelos al arroyo de la Calle de los Álamos por la senda temática SL-M-44006, conocida como la del Bosque Plateado, señalizada con franjas verde y blanca más un circulo gris.

En cómodo y atractivo paseo, descendimos el arroyo de la Calle de los Álamos que sin cruzarlo nos llevó al Área Recreativa La Jarosa II. Pasado el chiringuito, giramos a la derecha para seguir por la carretera bordeando el embalse, cruzar el arroyo del Picazuelo, para enseguida alcanzar el aparcamiento del Área Recreativa La Jarosa I, donde habíamos dejado los coches, dando así por finalizada la ruta.

Las cañas para celebrar todo lo visto y disfrutado en esta excursión, que se merece 3,5 sicarias nos las tomamos en la terraza del restaurante La Brisa de la Plaza de España de Guadarrama.
Paco Nieto

FOTO REPORTAJES
Foto reportaje de Francisco Nieto

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