domingo, 15 de septiembre de 2019

Excursión 484: Skaftafell y Glaciar Vatnajökull. Islandia

FICHA TÉCNICA
Inicio: Skaftafell. Islandia
Final: Skaftafell. Islandia
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 18 Km
Desnivel [+]: 823 m
Desnivel [--]: 823 m
Tipo: Circular
Dificultad: Alta
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 31

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Estamos en el Parque Nacional de Skaftafell, es una zona de naturaleza virgen, al sur de Islandia, donde se encuentran enormes glaciares como el Skaftafellsjökull el Svínafellsjökull y Vatnajökull,(está claro que jökull es glaciar en Islandés) este último es el segundo más grande de Europa en extensión y su masa helada supera a todos los demás glaciares de Europa juntos, con un espesor medio de 400 m y con zonas que superan los 1000 m, quedando parte de su masa helada por debajo del nivel del mar.

Cuando nos dirigíamos a nuestro hotel en Höfn, bordeamos la parte sur-este del glaciar Vatnajökull y pudimos observar una de sus lenguas, destino de esta 484 excursión del GMSMA. Merece la pena mencionar que ayer realizamos una excursión por el Laki o Lakagígar, cerca del cañón del Eldgjá (en la mitología nórdica los volcanes eran un símbolo del travieso dios Loki, el dios del caos, el fuego y la destrucción), lugar de una belleza y naturaleza espectacular muy difícil de describir, creo que de los sitios naturales más impresionantes que he visitado, si vais a este rinconcito de la naturaleza no os lo podéis perder.

Amanece totalmente despejado y con muy buena temperatura, el día promete, tras el desayuno, esperando la salida de nuestro autobús, salimos a dar una vuelta en el entorno del hotel y contemplar la belleza de estos lugares, a nuestros pies el atlántico, hoy bastante más calmado que días anteriores y a nuestra derecha esa imponente masa de hielo, el glaciar Vatnajökull que visto desde esta distancia, se asemeja a una impresionante estación de esquí. 

Partimos a la hora marcada, con nuestro bus-todoterreno y llegamos al aparcamiento del Parque de Skaftafell, junto al centro de interpretación del parque, tal como estaba previsto, el grupo se dividió en dos, unos para ascender paralelos a la lengua del glaciar Skaftafellsjökull, un brazo del glaciar mayor, el Vatnajökull, excursión que previamente ya había sido bautizada de larga, difícil, dura…. y otros, para realizar otra marcha guiados por Macka, nuestra guía.

Comienza nuestra caminata a 77msnm desde el aparcamiento del centro de interpretación, desde una pista perfectamente asfaltada y señalizada que lleva a la cascada Svartifoss, cascada que visitaremos al final de la marcha. 

A escasos 100m tomamos un pequeño sendero a la derecha, que discurre por un mini bosque de abedules enanos, (especie traída de Canadá con idea de forestar parte de Islandia) y, poco a poco, vamos tomando altura, no habíamos recorrido ni 2 km y ascendido 150m, cuando los abedules empiezan a desaparecer.

Llegados a este punto, nos encontramos a nuestra derecha el final de la lengua del glaciar, formando un pequeño lago, sin salida al mar y donde trozos de hielo en forma de pequeños icebergs navegan a ninguna parte, hasta que se funden en el lago. De este surgen algunos torrentes en forma de riachuelos que avanzan al encuentro del mar.

El sendero, ahora amplio, transita entre tonos de verdes intensos por el musgo, junto con el negro y el marrón de la lava y, ya sin la protección de los abedules. Solo 3 km andados y 260m de ascenso para contemplar a nuestra derecha gran parte de la lengua del glaciar que nos acompañará, durante toda la subida y, qué mejor sitio, para hacernos la primera foto del grupo.

Seguimos nuestra suave ascensión y habiendo recorrido unos 6,2 km llegamos al mirador del Vatnajökull, un lugar como este tan cargado de magia, sitio ideal para reponer fuerzas, hora del ángelus.

Desde allí, pudimos observar, al fondo, donde dos lenguas del glacial se funden en una sola, el cielo con un tono algo oscuro, posible preludio de formación de una tormenta; jodo con la posibilidad, en menos de un minuto, empezaron a caernos unas pequeñas gotas de agua-nieve que pronosticaban… ángelus interruptus.

Ascendimos un poco mas y llegamos a otro mirador con una gran roca vertical, que nos ofreció el mejor espectáculo para nuestro ojos, a unos cientos de metros abajo, la lengua del glaciar en su máximo esplendor, con más de un kilómetros de anchura, donde sus enormes bloques de hielos se precipitan lentamente hacia el lago. 

Queríamos inmortalizar ese magnífico paisaje y, junto a la piedra vertical, fuimos posando los integrantes de esta excursión; tan absortos estábamos en la belleza del lugar, que no nos dimos cuenta, de que las pequeñas gotas de agua-nieve, habían obtenido la mayoría de edad y en menos de 5 minutos, esas recién nacidas, se habían convertido en enormes copos de nieve, que en minutos, lograron que el paisaje pasara del verde, negro y marrón a un blanco inmaculado.

En pocos minutos llegamos al punto en el que giraríamos hacia la izquierda, para bordear la base del Kristinartindar, la parte más alta de nuestra excursión 727 msnm, para desde allí descender paralelos a otra de las lenguas del glaciar, como ya no había que subir más, se impuso un ritmo rápido, había que cumplir dos objetivos, llegar a la hora marcada al centro de interpretación y huir de la nevada.

Ese día y a la misma hora de nuestra marcha, se estaba celebrando la final de la copa del mundial de baloncesto, Argentina – España. En días anteriores, coincidiendo con los desplazamientos en nuestro bus-todoterreno, Carolina nos retransmitía los partidos de la selección. En el anterior, España – Australia, pudimos comprobar la consistencia del bus-todoterreno, pues a los pies del Kristinartindar, escuchamos el final del partido ¡CAMPEONES! y como no, otra foto del grupo en blanco, cantando y saltando por este logro de la selección.

Ahora bajábamos mucho más alegres, una pequeña parada “técnica” nos situó frente a la otra lengua, en esta, ya no había hielo, otra evidencia de la regresión del glaciar. Pronto la nieve pasó a su estado líquido. Llevábamos unos 12 km de marcha y vimos lo que podía ser un rayito de sol, recordamos lo que Macka nos comentaba todos los días, en Islandia un ratito de lluvia y un ratito de sol, pues hoy no, se olvidaron del segundo ratito. 

El camino, algo embarrado pero cómodo para andar, nos llevó a una amplia cresta que domina el inmenso paisaje de este Parque Nacional. Por el norte, las montañas se sumergen bajo el hielo del Vatnajokull, por el oeste, contemplamos los ondulantes dibujos que las morrenas trazan en el hielo del Skeidararjokull; hacia el este, las cascadas de seracs de los glaciares que rodean el Havannadalshnukur; y hacia el sur, los serpenteantes torrentes que fluyen hasta el mar.... 

Descendimos de la cresta y nos encontramos con la cascada Svartifoss, despeñándose entre verticales columnas de basalto perfectamente hexagonales. Si sonase música, claramente estaríamos frente a un gigantesco órgano de catedral.

Nos encontrábamos a menos de un kilómetro para terminar esta espectacular ruta, una paradita para contemplar otra cascada, esta de menores dimensiones, no recuerdo su nombre, pero puedo asegurar que terminaba en foss. Tomamos camino de vuelta, que es el mismo por el que empezamos por la mañana, que nos condujo al centro de visitantes, donde no reunimos con el resto del grupo.

Esta excursión por su duración, distancia, paisaje, climatología, compañía y Campeones de Baloncesto, se merece la máxima puntuación 5 sicarias.
Paco Donaire

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