miércoles, 4 de septiembre de 2019

Excursión 481: El Cojón de Pacheco y Colmillo del Diablo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Boca del Asno
Final: Boca del Asno
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 13,7 Km
Desnivel [+]: 504 m
Desnivel [--]: 504 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: En parte
Valoración: 5
Participantes: 25

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RESUMEN
Miércoles 4 de septiembre 2019. Hoy es el día de mi primera salida con este maravilloso grupo mágico de senderismo. Ya en el coche camino del punto de encuentro en Boca del Asno, la acogida que me brindan es cálida, augurio de experiencias que calman el espíritu.

Una vez todo el grupo reunido y hechas las presentaciones comenzamos la marcha en busca de dos curiosas rocas El Cojón de Pacheco y el Colmillo del Diablo, al abrigo de los pinos del frondoso bosque de Valsaín.

Siguiendo el curso del río Eresma por lo que fueron las Pesquerías Reales, las conversaciones fluyen al frescor de sus arroyos, el de la Cárcabas, del Tesoro, del Telégrafo…comenzamos un ascenso gradual junto al río, acompañados en todo momento por nuestros amigos perrunos, que en sus idas y vueltas nos recogen cual protectores pastoriles, atravesamos un par de puentes de madera sobre el río Eresma y pasamos bajo unas rocas antes de llegar al puente de la Cantina.

Una vez reunidos todos junto a la fuente de la Canaleta, iniciamos la subida por la Vereda de la Canaleja, por donde al parecer antiguamente bajaban los troncos de los pinos. En un cruce de caminos, paramos a tomar el tentempié de media mañana, al que el grupo llama el ángelus.Todos quieren compartir algo de lo que traen, se nota el buen rollo que hay.

Una vez repuestas las fuerzas, dejamos la vereda, que hasta aquí coincidía con el GR-10.4, y giramos hacia el norte, y comenzamos a subir la Peña de la Cuna, siguiendo a Paco Nieto que, sin senda aparente, se guiaba con el móvil entre pinos y helechos hasta dar con una estupenda pista por la que fue más sencillo caminar.

Ya sin apenas pendiente y en ligero descenso, pasamos un arroyo, la discreta fuente de la Peseta y el arroyo de las Lombrices y, cuando parecía que la excursión iba a ser toda por la pista, nos salimos de ella por la izquierda para bajar a cruzar un arroyo y campo a través alcanzar el montón de rocas que conforman el Cerrillo de Cagalobos.

Desde allí, descendimos una senda de la que pronto nos desviamos para, tras una breve bajada, a la derecha de la misma, dar con el famoso cojón, solitario entre pinos albares, acebos y rocas musgosas, que se encuentra abrigado en lo más intrincado del pinar, se diría que oculto a miradas indiscretas.

Alto como tres hombres, está firmemente unido por su pie a la roca madre y ha sido la erosión la que, desgastando la base más que los flancos, ha forjado su singular aspecto que hizo famoso al tal Pacheco.

Paco Nieto nos contó que el tal Pacheco era un fanfarrón de Valsaín que se jactaba de amar cada noche a varias mujeres y al que sus vecinos, en plan de chacota, dedicaron esta peña con forma de testículo berroqueño de cinco metros de diámetro.

También nos contó que la tía de Alfonso XIII, la infanta Isabel Francisca de Asís, personaje asiduo de La Granja, paseábase con un guarda por el bosque cuando, al llegar ante esta roca que ya conocía de oídas, se hizo la tonta, fingiendo no saber el nombre, y el guía, no queriendo herir sus castos tímpanos, le dijo que se llamaba la Pera de Don Guindo, la reacción de la dama ante esta mentirijilla pudorosa, fue decir: “Ya, ya, la Pera...”

Todas las chicas nos hicimos unas fotos de admiración por el tal Pacheco, con el consiguiente cachondeo comparativo de rigor de los chicos, después todos juntos nos hicimos la de grupo.

Entre risas, iniciamos el descenso en busca del Colmillo del Diablo, que nos costó encontrar, pues desde ciertos ángulos, la roca pasa desapercibida, ocultando su forma de afilado y enorme colmillo.

Una vez hechas las fotos de rigor, solo restaba bajar de nuevo a las Pesquerías, siguiendo los hitos de la senda que en dirección noroeste, con bastante inclinación, y rodeada de abundantes acebos, nos llevó a la carretera CL-601, la de la Granja.

Cruzamos el río Eresma por el Puente de Navalacarreta, y remontamos sus aguas hasta alcanzar de nuevo la zona recreativa de Boca del Asno, donde nos tomamos las cervecitas mientras comíamos en las mesas de madera.

Muy contenta por haber hecho la ruta sin problemas y en mejor estado físico del que creía tener, regresamos al aparcamiento para dar así por finalizada esta bonita ruta que me ha encantado y que califico con la máxima nota, un 5.
Olga Sanz

FOTO REPORTAJES

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