miércoles, 1 de julio de 2020

Excursión 515: Valles de la Angostura y Cerradillas

FICHA TÉCNICA
Inicio: Puerto de Cotos
Final: Puerto de Cotos
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  16,6 Km
Desnivel [+]: 629 m
Desnivel [--]: 629 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas y agua: 
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 19

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta


















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Esta era mi primera excursión, después del confinamiento, en la que participaba. Momento emotivo, por tanto, de reencuentro con los compañeros tras cuatro meses sin vernos.

Habíamos quedado en el puerto de Cotos y tras las correspondientes mascarillas, a duras penas podía reconocer a los participantes de hoy.

Siguiendo a Paco Nieto, que hoy era nuestro guía, enfilamos hacia el final del aparcamiento, para continuar por la izquierda, tras cruzar la carretera M-604, por el Camino Viejo del Paular, señalizado con las marcas blancas y rojas del GR-10.4.

Dejamos a nuestra derecha una caseta de control y entre pinos, con más sombras que claros, vamos descendiendo por el valle, contemplando a nuestra derecha las cumbres de Cuerda Larga, por las que el día prometía ser muy caluroso.

Nosotros, por el pinar, con abundantes zonas de umbría, descendíamos con buena temperatura y con el recuerdo muy presente de Luz, que siempre nos acompañará en nuestras excursiones.

Al poco, volvimos a cruzar la carretera M-604, la que sube al puerto desde Rascafría, y tras descender por unas agradables zetas, llegamos al Camino de las Vueltas, por el que seguimos bajando, entre grandes pinos disfrutando de los bonitos colores y olores del campo. Algunos claros del espeso bosque dejaban a ratos vislumbrar el arroyo de la Angostura y alguna de sus pozas.

Cruzamos un puente sobre el arroyo de la Laguna, procedente de Peñalara, y unos metros más abajo, el puente de los Hoyones, que nos cambió a la otra ribera del arroyo de la Angostura, continuando por una amplia pista, tras pasar por unos puentes de madera.

Unos metros más abajo, breve parada en una bonita cascada con una gran poza, donde nos hicimos algunas fotos. Seguimos descendiendo (¡¡luego habrá que subir!!) hasta llegar a la que nosotros conocemos como Poza del Angostura.

Hicimos allí la parada para el tentempié de media mañana. Paco Nieto se esforzó por no dejarse arrastrar al baño, que es lo que le pedía el cuerpo, y como ahora está prohibido, se conformó resignadamente a meter solo los pies en las gélidas aguas de la poza, mientras contemplaba las idas y venidas de un perro que no paraba de bañarse intentando atrapar una pelota que le lanzaba su dueño.

En la pradera adyacente, próxima al puente de la Angostura, nos hicimos la foto de grupo. Ahora empezaba la recuperación de los 450 metros de cota que habíamos perdido desde el inicio. Lo hicimos por la parte contraria del valle. Por entre los pinos y siempre acompañados por el canto del arroyo de la Angostura saltando entre las piedras y las numerosas pozas que jalonan su recorrido.

Santi (gregario de lujo) iba tirando de mi toda la subida. ¡Gracias!. En las sombras bien pero a la solana ya se dejaba notar el mucho calor del mediodía.

A pocos metros de llegar a la desembocadura del arroyo de las Cerradillas, seguimos la pista que con más pendiente que la que hubiese deseado remonta su cauce por la margen derecha, hasta alcanzar un puente de madera que le cruza.

En ese fresquito lugar, muy verde y con el susurro del agua alegrando nuestros oídos, paramos a comer y algunos a refrescar los pies.

Tras el descanso, con el Circo de las Cerradillas y Cabezas de Hierro a nuestra izquierda, continuamos el ascenso, siguiendo una empinada senda que cruza por dos puentes de madera de nuevo el arroyo, iniciando desde este último un fuerte ascenso hasta dar con una senda que nos llevó al cruce con el arroyo de las Guarramillas.

Nos desviamos un poco para contemplar, una vez más, la conocida Poza de Sócrates, bonito lugar con un encanto especial.

Retrocedimos, y mientras algunos continuamos hasta el refugio del Pingarrón, otros siguieron el arroyo que conduce, con menos vueltas, hasta la pradera cercana a la carretera de Valdesquí.

Por esta zona, junto a la carretera, Jorge Isidro recogió un enorme boletus que le animó el resto del recorrido hasta llegar de nuevo al puerto de Cotos.

En la estupenda terraza del bar del Refugio de Cotos, el de la estación, nos tomamos las cervecitas y refrescos a los que convidaron Leonor (por su santo) y Nicolás ("resucitado" después del COVID-19). ¡¡ Gracias!!, dando así por finalizada esta excursión que bien se merece 4 sicarias.
José María Pérez

FOTO REPORTAJES
* Foto reportaje de José María Pérez

FOTOS

* Fotos de Enrique Cid
* Fotos de Julián Suela
* Fotos de Paco Nieto

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