miércoles, 19 de octubre de 2022

Excursión 659: Navares de Enmedio otoñal

FICHA TÉCNICA
Inicio: Navares de Enmedio
Final: Navares de Enmedio
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 8,2 Km 
Desnivel [+]: 132 m 
Desnivel [--]: 132 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 45

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RUTA EN WIKILOC

RUTA EN RELIVE
Ver esta ruta en Relive

RESUMEN
Celebrábamos el día del Pilar, cuando recibimos una llamada de Marcos para saber si nos apuntábamos para la excursión semanal de los miércoles. Con ganas aceptamos la invitación al plan.

Nos habían citado el miércoles, 19 de octubre a las 10.30h de la mañana en la plaza de la iglesia. La excursión comenzaba a las 11h, y para los más puntuales Marcos gestionó la apertura del bar del pueblo, para que la espera se hiciera más amena.

Hacía muchísimo viento y la previsión para el día mostraba lluvia, pero tuvimos suerte, nos hizo un día espléndido. Enseguida estábamos todos reunidos; 45 senderomagos. Encantados de ser dos de ellos y de comenzar a andar.

Salimos por la Calle de la Fragua, giramos a la derecha por la pradera del río, dejando el lavadero a la derecha, y cruzamos el arroyo “Los Navares” por un puente de madera.

A continuación, caminamos por la senda de los huertos. Más adelante encontramos a la izquierda las ruinas del Molino Viejo, el más antiguo de los cuatro que hubo por la zona. Estuvo operativo hasta 1940.

De nuevo cruzamos el arroyo, ahora por el Puente San Roque, que daba servicio al Molino Viejo allá por la primera mitad del siglo XVIII. Disfrutamos del plácido camino por la dehesa de Navares.

A la izquierda pasamos junto a la piscina donde otras veces ha acabado las rutas por aquí. Dimos con el molino de Santa Ana, conocido como “La Fábrica”, después pasamos por “El colmenar”. En este punto había que cruzar la carretera, y más adelante ascendimos a las canteras o pozos de los Comedores. 

Se encuentran en la loma de la “Pedraja” donde se extraían las muelas de los molinos cerealeros como el que tenía los abuelos de los Cid. En uno de los pozos encontramos restos de la fabricación de las ruedas de molino.

Nos hicimos la foto de grupo con vistas al “Molino Cid”. Marcos nos rememoró sus vivencias infantiles en este molino familiar, del que hoy solo se aprecian algunas paredes y trazos de las huertas.

Continuamos en dirección a las charcas de los Blancares, donde recogimos la arcilla que necesitamos para recrear el fogón que usaban los Kawéskar en sus canoas.

Los Kawéskar eran tribus nómadas canoeros en la Tierra del Fuego, que vivían en embarcaciones hechas con corteza de Coigüe, cuya madera es parecida al roble, y que usaban esa arcilla en el interior de la misma, para crear una zona ignífuga para instalar un fuego que mantenían constantemente encendido.

Todo esto lo expliqué porque tiempo atrás había hecho la tesis doctoral sobre esa tribu, y junto con Marcos vine a esta charca a recoger su arcilla para la recreación de una de esas embarcaciones.

Este dibujo realizado por Marcos, reproduce la vida de los Kawésgar, aborígenes nómadas por los canales patagónicos (Estrecho de Magallanes y Canal de Messier) que vivían desde hace más de 6.000 años hasta finales del siglo XIX. En el centro de la canoa se puede apreciar el fogón, que llevaban en sus desplazamientos.

Descendimos por la Bodega del Trillero y regresamos a Navares entre álamos, espinos albar, endrinos y otras especies arbóreas junto al arroyo de los Navares, que mostraban sus más vivos colores otoñales . Escuchar a Marcos hablar sobre la flora del lugar era sin duda un verdadero privilegio.

Una vez en Navares, tuvimos el placer de ver la exposición de los dibujos de Marcos en la casa del médico, que hacía función de centro cultural.

El grupo se dividió en dos y mientras una mitad se fue a ver la exposición, los demás esperaban su turno en el bar Faustino.

El aperitivo lo tomamos en la “Huertona” y a la hora del almuerzo nos deleitaron con un cordero al horno de pan acompañado con una buena ensalada, por aquello de recuperar fuerzas. 

Las bandejas de barro con el cordero recién salido del horno, las recogimos en la tahona de la hermana de Marcos.  nuestro agradecimiento a la familia de Marcos y a Maite y Natalia por su encomiable trabajo.

Como hay que puntuar la ruta, le otorgo un 4.
Luis Ruiz

FOTO REPORTAJES

No hay comentarios:

Publicar un comentario