* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
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RESUMEN
Cuando bajamos de los vehículos, lo primero que observamos, mirando en dirección a Madrid, es un mar de nubes que cubría toda la parte baja de Guadarrama.
Nos presentamos en este lugar 31 senderomagos, y una vez realizados los saludos protocolarios, Antonio me comentó que había consultado con la inteligencia artificial para ver a quién le tocaría hacer la crónica en esta ocasión, y resultó que fui yo el afortunado (no sé qué datos tendrá míos esta inteligencia, pero cuando me la eche a la cara se entera).
Nada más pasar unas antenas de Ejército del Aire tomamos un desvío a la derecha, camino de La Gasca. La temperatura resultaba muy agradable, con un poco de viento, el día tenia una luz maravillosa y siguiendo por este camino llegamos a un mirador desde donde se divisan los pueblos de El Espinar y San Rafael. A lo alto también se ve Cueva Valiente y a José María le pareció el sitio ideal para realizar la foto de grupo.
Seguimos bajando por dicho sendero para encontrar el arroyo La Gasca. En este punto el camino es muy horizontal y muy agradable de caminar, el monte está esplendoroso, con unas tonalidades dignas de un cuadro al óleo de Marcos, con muchísimo agua cristalina chorreando por todas partes.
Tras franquear un portón pasamos junto a unos árboles gigantescos, secuoyas, según me informo. Las secuoyas pueden vivir más de 3.000 años y producir madera cada año. Tienen tanta madera, hojas y piñas que pesan más que cualquier otro árbol del mundo, el récord es de más de 600 toneladas.
Enseguida nos tocó volver a pasar el arroyo para situarnos en el margen derecho y en esta segunda ocasión alguien tuvo la mala suerte de resbalar en una piedra y meter los pies en el agua.
Una vez reanudada la marcha tomamos el camino siguiendo el curso del río Gudillos en dirección al manantial. Aquí, al fondo, se ven las cumbres nevadas de la Mujer Muerta.
Después de superar estas dificultades, continuamos caminando por estos paisajes tan maravillosos hasta llegar a unas charcas para anfibios un poco abandonadas.
Seguimos caminando hasta encontrarnos con el camino del Cordel de las Campanillas y allí nos paramos a comer y a esperar a un grupo que se habían quedado retrasados.
Aproximadamente a unos dos kilómetros adelante, nos desviamos del camino para tomar la Senda del Arcipreste que sube hacia el Collado de la Sevillana. Yo, que ya iba un poco cansado, temí que me costaría mucho superar esta subida, pero la superé sin mucha dificultad, si bien es cierto que tampoco es tan empinada como parecía en un principio.
Una vez arriba, tomamos el camino en dirección al Alto del León, pasando por el búnker del Cerro de la Sevillana, y ya no quedaba más que cruzar la carretera para ir a los vehículos y terminar la marcha tomando unas cervezas o lo que a cada uno le apeteció.
A esta marcha le daremos 4 sicarias.
Enrique Cid
FOTO REPORTAJES
FOTOS
Lugar maravilloso para vacacionar.
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