viernes, 19 de abril de 2024

Excursión 767: Ruta Vicentina. Salema - Sagres

FICHA TÉCNICA
Inicio: Salema. Portugal
Final: Sagres. Portugal
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 18,2 Km 
Desnivel [+]: 551 m 
Desnivel [--]: 532 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 17

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Hoy retomamos la Ruta Vicentina por tierras portuguesas que el grupo inició el año pasado. Nos reunimos los senderomagos en el punto de encuentro, supermercado Intermaché, en Sagres, no muy lejos del Cabo San Vicente.

Distribución de coches para dirigirnos a Salema, comienzo de nuestra ruta de hoy.

Salema
es un pueblecito de pescadores con una maravillosa playa de arena blanca. El día se presentaba nublado y fresquito, perfecto para caminar. Nos acompañan nuestros amigos de cuatro patas, Twitter, Senda y Kiro cuidando que ningún compañero se quede atrás.

Foto de grupo en la playa de Salema y comenzamos a caminar sobre pasarelas y escaleras de madera que nos llevan al principio de la senda.

Rodeados de vegetación y flores, vemos los primeros acantilados, nos llama la atención una flor que nos hace pensar en una orquídea salvaje y resultó ser un lirio español. Preciosa flor que llena de color azul púrpura el camino de este sendero portugués.

Vemos praia Santa, preciosa cala que está cerca del fuerte de Figueira.

Desde lo alto del acantilado, estas ruinas nos recuerdan que en el siglo XVII vigilaban la entrada de corsarios, moros y españoles. Pertenece al municipio de Vila do Bispo.

Pasamos por praia de Figueira, Praia de Faia do Carro y el verde de la vegetación seguía abrazando las playas y acantilados por donde caminábamos.

Comentando las ganas de darnos un baño, aparece Praia das Furnas. Los más atrevidos enseguida cambiaron al bañador y ¡al agua patos!. Un pequeño tentempié “El Angelus“, risas, chascarrillos y continuamos camino.

Tomamos un sendero y, sin dejar de contemplar el mar, vemos gente que levantaba el vuelo en sus parapentes, dejándose caer por los acantilados volando como pájaros y llenando el cielo de colores. 

Tan absorta estaba esta servidora con tan bellas imágenes, viendo sus coloridas acrobacias, que en lo más llano de esta ruta, besé el suelo en una inesperada caída.

Este doloroso bautizo de mi primer tropiezo hizo venir corriendo a Fran desde lo alto mientras Paco intentaba socorrerme. Me levanté color naranja como el color de la tierra del sendero y Fran con agua intentó devolverme a mi color natural.

Recuperada y, con la ayuda del ánimo de todos, llegamos a la praia naturista do Zavial. Todo el recorrido lleno de miradores naturales con subidas y bajadas muy respetables.

Alcanzamos Praia do Zavial, para comer el bocata al cobijo del restaurante Zavial donde unas bebidas fresquitas y una buena sentada, aliviaron las ruta. El hielo y las risas de mis compañeros hicieron que los morados que empezaban a florecer en mi cara no tuvieran importancia.

Levantamos el campamento y nos dirigimos hacia el fuerte do Zavial, situado en el acantilado entre las praias de Ingrina y Zavial dónde antiguamente existía una almadraba para la pesca del atún.

Este fuerte lo mandó construir Don Luis de Sousa, un terremoto y consecuentemente un maremoto en 1.755 causó su total desmoronamiento, ahora solo quedan unas precarias ruinas.

Por el camino vemos los bufaderos que son aperturas en la roca producidas por la erosión del mar, por la que sale el aire y el agua a presión cuando hay fuerte oleaje.

Continuamos con unas vistas impresionantes sobre los acantilados Joâo Vaz, Arco, praia do Barranco y praia do Rebolinhos totalmente de piedra.

Por fin alcanzamos Praia do Marthinal, desde la que se divisan a lo lejos las primeras edificaciones de Sagres. Caminamos la larga playa con abundantes algas en su arena. Me pareció increíble llegar después del percance que tuve y con una ruta larga y rompepiernas por la cantidad de subidas y bajadas.

El buen ánimo de todos hizo que esta excursión quede gratamente en mi recuerdo. Agradecer a Sagrario y Paco D. todo el trabajo que lleva la organización de este viaje.

Por las maravillosas vistas, el clima, la dificultad y la caída doy 5 sicarias a esta ruta.
Lola Bosque


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