miércoles, 24 de abril de 2024

Excursión 771: Cerro del Pendón desde Miraflores

FICHA TÉCNICA
Inicio: Miraflores de la Sierra
Final: Miraflores de la Sierra
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 17,3 Km 
Desnivel [+]: 773 m 
Desnivel [--]: 773 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 15

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
La excursión de hoy daba comienzo en la estación de Miraflores de la Sierra, situada en la línea Madrid-Burgos, donde paraban los trenes regionales de esta línea hasta 1993.

Tras la eliminación de estos trenes, la estación quedó sin servicio de viajeros. Tras el derrumbe en el túnel de Somosierra en 2011, no circulan servicios ferroviarios por este tramo.

La ruta había sido propuesta por Carlos R. y catorce senderomagos nos dimos cita a las 10:30. En el último momento se acercó Ricardo F., invitado por Carlos, para gran alegría de muchos de los integrantes de la excursión, ya que se trata de un excompañero de Telefónica. Además, este hecho propició que se rompiera el empate a favor de los telefónicos, siendo esta vez mayoría. Empezamos la caminata paralelos a las vías del tren, pasando por el viaducto sobre el arroyo del Valle.

En este primer tramo aprovechamos para saludar a los compañeros y ponernos al día, hoy con mayor motivo ya que nos acompaña por primera vez desde hace un montón de meses Esteban, un querido amigo que sufrió un percance en Pirineos el año pasado y del que ya se encuentra totalmente recuperado ¡Bienvenido de nuevo!

El camino deja las vías ocultándose en un túnel y sigue por una pista forestal, que abandonamos para empezar el ascenso hacia El Hornillo.

Continuamos por la senda que asciende por la Cuesta del Chorrillo entre jaras, muchas de ellas en flor, cruzamos el arroyo de Navacerrada, dejándolo a nuestra izquierda, y al fondo, Cabeza Arcón.

De vez en cuando vamos parando para descansar y aprovechamos para disfrutar de las magníficas vistas que tenemos hoy, entre montañas y una densa vegetación.

Una panorámica de La Pedriza nos permite localizar, de izquierda a derecha: Los Fantasmas, el Collado de la Dehesilla, la Pared de Santillana, el Collado de La Ventana, el Cancho de la Herrada, La Esfinge y Las Torres. (Estudiarlo, que entra en el examen).

Sin prisa pero sin pausa, seguimos el ascenso y cuando llegamos a El Badén, hacemos el descanso para almorzar.

El sitio es realmente curioso, ya que se trata de una nava periglaciar (terreno llamo y sin árboles, a veces pantanoso, situado generalmente entre montañas, que ha sufrido los efectos del arrastre del hielo-deshielo).

Aquí es donde prácticamente nace el arroyo de Navacerrada, cuyo nombre hace referencia a su lugar de nacimiento, la nava cercada en la que nos encontramos. El recinto se encuentra vallado y con mucha hierba, por lo que deducimos que se usa para que pasten los animales.

Tras el breve descanso, afrontamos la parte dura del día, ya que la subida a El Pendón además de un considerable desnivel hay que hacerla por un sendero que apenas se distingue, ya que las jaras se han cerrado mucho en este tramo poco transitado.

La pericia de Carlos hace que sea más fácil de lo esperado, y rápidamente nos encarrila por un senderito que avanza sin problemas hacia la cumbre.

Parada para ver las vistas: Por encima de El Badén, a la izquierda La Perdiguera, El Cancho de El Reloj, Cabeza Arcón, el collado de los Tres Pasos, Cabeza de La Braña y el Cerro del Collado Abierto y el Cordal del Mondalindo. (Otra pregunta de examen). Más fácil de identificar para mí, La Najarra (aún con nieve) y el puerto de La Morcuera.

Como curiosidad el Cancho del Reloj es la Piedra del Mediodía para los Bustareños, porque antiguamente servía para saber la hora desde el Valle.

Llegamos por fin al Cerro de El Pendón (1.544 mts), donde las vistas merecían la foto de grupo, y también individuales, como ya es tradición, en el vértice geodésico que corona el cerro.

La panorámica 360° es espectacular, así que nos deleitamos un rato, reconociendo aquí y allá las distintas cumbres.

La temperatura era muy agradable, pero a estas horas el sol ya calienta así que la bajada entre pinos se agradece, y la subida hacia Cabeza Arcón, ni te cuento.

A mitad de la cuesta se abre un mirador natural sobre el valle. Desde este punto y hasta la cima, las rocas nos ofrecen formas caprichosas que invitan a fotografiarse con ellas.

Llegamos a Cabeza Arcón (1.557 mts), curioso macizo-isla cuya disposición le convierte en uno de los mejores miradores de las montañas que lo rodean: Sierras de La Cabrera, de La Morcuera, y las Cuerdas de la Cabeza y Vaqueriza. (Tercera pregunta de examen).

A sus pies aprovechamos para comer y tomar fuerzas para afrontar la parte final de la ruta: descubrir el secreto que esconde Peña Hueca.

De camino hacia allí, descendimos hacia la fuente del Mostajo, por un sendero es muy agradable. Estas fechas primaverales son muy agradecidas, ya que nos obsequia con flores que solo podemos ver en esta época del año: peonías, orquídeas silvestres, cantueso, margaritas… 

Al llegar a Prados Colladitos nos desviamos hacia la gran sorpresa del día.

Al llegar a Peña Hueca nos encontramos con una mole granítica formada por un conjunto de rocas dispuestas de tal manera que puedes introducirte en su interior. Pero ¡ojo!, la entrada no es sencilla de localizar.

En nuestro caso fue fácil porque llevábamos al maestro Carlos que nos indicó dónde estaba (y vosotros la podréis conocer si pasáis el examen).

Ahora sí que sí ya solo nos quedaba bajar; el primer tramo fue por un pinar, así que había que ir un poco atento a las piñas en el suelo, siempre tan traicioneras.

El último tramo discurrió paralelo al arroyo del Valle, que nos llevó de nuevo hasta el viaducto del principio de la ruta.

Antes de llegar a él, atravesamos el arroyo por un renovado puentecillo y tras ascender ligeramente por una senda alcanzamos de nuevo el trazado de las vías del tren y enseguida la estación de Miraflores, terminando así esta magnífica ruta, que califico con 4,5 sicarias ya que, citando a nuestro querido Paco C., la excursión perfecta no existe.

Las cervezas nos la tomamos en una terraza del bar Brindis de Miraflores, donde brindamos por el feliz final de esta bonita y exigente ruta.
Celia Marazuela Sanz

FOTOS

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