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miércoles, 24 de octubre de 2018

Excursión 430: Cresta y Cóncavo de Siete Picos

FICHA TÉCNICA
Inicio: 
Puerto de Navacerrada
Final: Puerto de Navacerrada
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia:  12 Km
Desnivel [+]: 563 m
Desnivel [--]: 563 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 29

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN

El día ha levantado espléndido, con un poco de retraso sobre el horario previsto salimos 29 senderomagos del aparcamiento del Puerto de Navacerrada (1858 msnm). Buena parte de nuestros compañeros no se ha podido sumar pues están recorriendo otras latitudes al sur de la Península.

Tenemos por delante uno de los recorridos más clásicos de la Sierra de Guadarrama, los Siete Picos o, como mantienen algunos autores, como Julio Vias en “Memorias del Guadarrama. Historia del Descubrimiento de unas montañas”, Sierra del Dragón como se la conocía en la Edad Media, posiblemente por la larga y dentada silueta de la cresta de esta montaña.

Tomamos la carretera asfaltada que sale junto a los bares e instalaciones de la estación de esquí en dirección NW hacia la Residencia de los Cogorros. Al final de las vallas que delimitan las pistas de la estación giramos a nuestra izquierda, dirección SW y nada más tomar el Camino Schmid (PR M-5) nos desviamos por la primera senda que nos sale a nuestra izquierda, se trata de la Senda Herreros (PR M-8) que asciende suavemente por la ladera hacia la Pradera de Siete Picos. 

En la Pradera, tras dos kilómetros aproximadamente de caminata, estamos a 1945 metros, dejamos la Senda Herreros y, en dirección W, afrontamos uno de los primeros desniveles importantes, en 900 m de recorrido tenemos que superar 200 de desnivel hasta llegar al 7º de los picos, conocido como Somontano con 2.138 msnm. 

Como eran las 12, paramos para reponer fuerzas, unos cuantos subimos hasta el vértice geodésico y, tras las fotos de rigor, bajamos para reunirnos con el resto para tomar líquido y comer algo. Por el mismo motivo, pero con diferentes disculpas, unos cuantos rondamos a Jose Luis y damos buena cuenta del tinto que lleva en su bota.

Retomamos el camino por una de las sendas que dirigiéndose hacia el W discurren en suave descenso hacia los picos sexto, quinto, cuarto, y tercero. Dependiendo de la cercanía a las rocas con ascensos y descensos entre ellas en los que hay que poner un poco de cuidado para no tropezar.

Parte muy entretenida, siempre con vistas espectaculares. Hacia el E, La Bola del Mundo (Guarramillas) y la Maliciosa, al NE la Peña Citores y Peñalara, al N los Pinares de Valsain y el comienzo de la llanura “fabricada” por el Duero y sus afluentes, al W el Montón de Trigo, la Pinareja y la Peña del Oso y finalmente, al S, los pinares del valle de La Fuenfría, Cercedilla y la llanura de la Cuenca del Tajo.

Estos paisajes espléndidos nos han despistado y nos hemos saltado la “ventana” de piedra que se encuentra en el tercero de los Picos. Nos encontramos entre el tercero y el segundo, Javier, Jorge, Paco y unos cuantos más, se acercan a trepar por las dos cumbre que forman el segundo de los picos.

Esperamos un poco y, ya su vuelta, tomamos la senda que, camino del Majalasna, el de menor altitud de los siete (1.934 msnm).

Tras un descenso de casi 150 m llegamos junto al roquedal granítico que forma este pico, como en el Somontano, un numeroso grupo nos animamos a subir hasta la cumbre y el resto siguieron andando hasta la fuente de la Pradera del Majalasna para comenzar el almuerzo. Tras la sesión fotográfica en la cumbre, destrepamos las rocas y nos unimos al grupo para comer.

Nada más ponernos en marcha, a menos de 100 metros nos acercamos a las rocas donde no se sabe quién, ha grabado el petroglifo del buitre en dos figuras, una de la cabeza y largo cuello y otra de cuerpo entero.

Retomamos la marcha, recorremos unos 500 metros por la Senda de los Alevines, dejándola por otra, ya en la zona conocida como Cóncavo de Siete Picos, que nos llevará a la Senda Herreros, que retomamos en la ladera sur de los Picos.

Comenzamos la dura (durísima) Senda Herrero PR-8 en la que he podido ver muchas caras de cariño y agradecimiento por la ruta elegida.

Zonas en las que a menudo tuvimos que tirar de manos para superar el desnivel, especialmente en la zona de los Riscos de Cueva Lirón. Junto a Juan que lleva toda la ruta en cola de grupo (ejerciendo de Santiago) y los más rezagados (bastante cansados), hemos tardado casi 2 horas en hacer 2000 m superando 309 de desnivel entre el punto más bajo de la ruta y la Pradera de Siete Picos.

Desde allí, pasando por la ladera norte del Telégrafo, alcanzamos rápidamente los remontes de la estación de esquí. Bajamos casi corriendo la pista del Escaparate para llegar lo antes posible a por la ansiada cervecita, dando así por finalizada esta bonita excursión que se merece un 5.
José Luis Molero

sábado, 24 de octubre de 2015

Excursión 258: Ermitas de Tella

FICHA TÉCNICA
Inicio: Tella
Final: Tella
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia:  2,3 Km
Desnivel [+]: 86 m
Desnivel [--]: 99 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/No

Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 16

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN

Si no fuera porque ya habíamos hecho en coche un espectacular recorrido para llegar hasta Tella, diría que el paseíto por el pueblo y sus ermitas sirvió para abrir boca en los Pirineos otoñales con que Juan nos había obsequiado. Pero desde que nos habíamos asomado a los Pirineos en el puerto de Monrepós, ya no había parado la fiesta.

Por Sabiñánigo nos habíamos adentrado en el valle del río Basa, donde los hayedos contrastaban en colorido con los árboles de ribera, especialmente los arces, todos enmarcados en los verdes perennes de las coníferas; tras pasar el túnel de Petralba, habíamos descendido hasta el río Ara por el barranco de San Salvador en un continuo disfrute para la vista; luego por el Ara hasta Ainsa, el ascenso por el valle del Cinca y la sinuosa subida hasta Tella. Además, habíamos abierto boca verdaderamente en Boltaña con unos grandes bocadillos que en muchos casos se transmutaron en menú del día.

Ya en Tella, donde se tienen sensaciones de dejavú seguramente debido a los encantamientos del lugar, tuvimos el placer de caminar despacito y en deportivas, al contrario de lo que viene siendo habitual, deteniéndonos en cada rincón de la aldea, como es el caso de la peculiar entrada a su iglesia parroquial.

Tella
está enclavado en un pequeño cordal, a más de 1.300 m. de altitud, así que el pueblo y los alrededores son una atalaya privilegiada desde la que observar multitud de cumbres y depresiones. Al poco de abandonar el pueblo en dirección a nuestra primera ermita, la de San Juan y San Pablo, sobrecogía la visión de las cimas y sus barrancos, con La Punta de las Olas dando paso a la sierra d’as Zucas a nuestra derecha.

La ermita de San Juan y San Pablo es una preciosidad, una sencilla perla románica situada en un enclave delicioso, entre un prado y un saliente rocoso de la montaña.

Desde allí sólo había que subir una cuesta para llegar a la ermita de la Virgen de la Peña, ésta muy próxima a un mirador natural desde el que se contempla el valle del río Yaga, evocador de brujas ultramontanas y enmarcado por una sucesión de cumbres.

Dicen que las tres ermitas de Tella, al formar un triángulo mágico, protegen a la población de los encantamientos malignos. No sé cuánto habrá de verdad en ello, pero nuestra tercera ermita, la de la Virgen de las Fajanillas, cercana a la anterior, parece más bien hallarse dentro del triángulo formado por las otras dos y por la iglesia del pueblo. A paso sosegado descendimos hasta ella y entre algunas flores dispersas y ciertas zarzas disimuladas entre la vegetación, nos hicimos la foto de rigor todos juntos.

El último tramo hasta el pueblo es muy agradable y discurre por un caminito lindante con los huertos, algunos de los cuales todavía se cultivan a la manera tradicional. ¡Lástima que el caminito no dure un poco más!

Si se ha estado en Tella y no se ha visitado su famoso dolmen, es un pecado. Así que, al poco de bajar por la carretera, detuvimos unos minutos los vehículos para poder decir que habíamos visto el dolmen.

Lo miramos por arriba, desde abajo, por un lado y por otro, cavilamos sobre cómo se pudo construir y para qué, y dijimos adiós a Tella, o más bien hasta luego, pues seguramente en alguna otra ocasión volveremos allí sin saber si ya habíamos estado y reviviendo esa extraña sensación de dejavú. Y es que subir a Tella es como viajar por el espacio-tiempo.

Madi informa de que no puede conceder la máxima calificación al paseo porque casi no estiramos las piernas, pero que por la belleza del lugar y el entorno otorga 4’5 sicarias.
Melchor

miércoles, 24 de octubre de 2012

Excursión 109: Cerros de Alcalá de Henares

FICHA TÉCNICA
Inicio: Parque de los Cerros. Alcalá de Henares
Final:
Parque de los Cerros. Alcalá de Henares
Tiempo: 6 a 7 horas
Distancia: 17 Km 

Desnivel [+]: 628 m 
Desnivel [--]: 615 m 
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/No

Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 21

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta
































PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
* Track de la ruta (archivo gpx) 


PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
* Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC

Ver esta ruta en Wikiloc

RESUMEN

Esta marcha ha sido propuesta y organizada por Paco Cantos, vecino de Alcalá de Henares y gran conocedor de la zona. Nos ha llevado por el parque de Los Cerros y las tierras que sobrevuelan esta bella ciudad, que llegó a ser, bajo el Arzobispado del Cardenal Cisneros, confesor de la Reina Isabel la Católica y fundador de la Universidad en 1499, el foco intelectual más importante de la época.

Paco dio el pistoletazo de salida desde las riberas del río Henares para conducirnos, entre impresionantes cortados de arcilla, hasta las ruinas del castillo árabe Qal’at Abd-al Salam que pasó a manos cristianas el 3 de mayo de 1118.

Luego ascendimos al cerro Malvecino (698 m), que por obra de la erosión, debería rebautizarse como la “punta” Malvecino pues apenas cabíamos todos en su cima. Pero mereció la pena apretarse un poco para contemplar desde este inmejorable mirador las preciosas vistas sobre el parque de Los Cerros y Alcalá de Henares.

Desde allí iniciamos, por una autentica montaña rusa y entre profundos barrancos, el ascenso a la cima de la meseta del Ecce-Homo (836 m), cima que daba nombre a esta bella excursión.

Allí dimos buena cuenta de los bocatas, sin que faltase el “saludo” de un avión de combate de las fuerzas aéreas… ¿o era que nuestro grupo tan numeroso hiciera saltar las alarmas en la base de Torrejón de Ardoz?

Se hacía tarde y tocaba volver. Rosa e Isabel tenían prisa por regresar y los dos caballeros Antonio “the Boss”y José Luis “Wally” se ofrecieron galantemente a acompañarlas hasta la llegada (¿O fue escaqueo?).

El resto, después de una bajada muy pronunciada, dimos un rodeo para ascender al Cerro de la Virgen y pasar luego a una vasta zona de sembrados que nos sorprendió a todos.

Desde allí, iniciamos de verdad el regreso y después de bajar una pendiente vertiginosa, nos adentramos en el último tramo de la marcha, posiblemente el más bonito y más llamativo: una serie de cárcavas y barrancos cada vez más profundos y estrechos que podía haber sido una trampa peligrosa de habernos alcanzado la lluvia allí metidos.

Menos mal que Paco lo tenía todo bien cronometrado y cuando empezó el diluvio, ya estábamos al abrigo en la “Marisquería de Alcalá” saboreando las cervezas de rigor (Pero, sin mariscos… que somos “paraos”…).

Desde aquí dar las gracias a Paco Cantos por habernos enseñado estos bellos y poco  conocidos rincones de esta parte limítrofe de la Comunidad de Madrid, de habernos contado desde las alturas una parte de la historia de Alcalá y de haber clavado nuestra hora de llegada minutos antes de que empezase a diluviar.

La agencia Madi Senderismo, directamente y sin vacilación, ha otorgado a esta bonita excursión cultural su nota máxima de 5 Sicarias.
Antolín