sábado, 10 de marzo de 2018

Excursión 393: Santa Lucia - La Fortaleza - Fataga

FICHA TÉCNICA
Inicio: Santa Lucía de Tirajana
Final: 
Fataga
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia:  14,5 Km
Desnivel [+]: 522 m
Desnivel [--]: 594 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 32

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta






















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN

No se porqué pero cuando uno anda relajado en alguna excursión como esta, o demasiado ocupado como ocurre habitualmente, se me olvida nombrar al escribano de oficio que cuente las andanzas del día, y en esos casos me toca a mi contarlas

De la mano de Carlos nuestro buen amigo grancanario, acompañado en esta ocasión por Adrián, Ali y Ramón comenzamos esta ruta, que nos iba a llevar por el barranco de Tirajana en Santa Lucía, precioso municipio de su cabecera.

En este recóndito pueblo canario resulta que uno de los senderomagos peninsulares se casó cuando estuvo residiendo en Gran Canaria. ¿quien fue?....Bueno, dejando esta curiosa anécdota en suspense, comenzamos a descender por el Valle de las Palmeras, con un paisaje típicamente africano, por el que Adrián nos iba contando a los rezagados la evolución de los cultivos del valle.

Antes las palmeras se usaban para hacer cestos y las pitas para hacer cuerdas, pero en los últimos 50 años estos usos fueron decayendo y hoy día se han abandonado, como abandonados parecen los campos por los que transitamos. Sin embargo algunos otros se reviven y vuelven a cultivarse, como en este caso son los olivos y sus riquísimas aceitunas, que excelentemente aliñadas degustamos en toda la isla.

Así enriquecidos por los comentarios de Adrián sobre todo tipo de plantas y flores fuimos acercándonos a la Sorrueda, donde tomamos nuestro habitual almuerzo de el ángelus, acompañados por dos simpáticos gatitos, uno sin hambre y otro al contrario, con mucha hambre y donde Carlos, el boss canario nos tiró de las orejas a los rezagados: ”hay que ir más rápido que nos llegamos a comer”, raro comentario viniendo de un canarión, metiéndonos prisa a los peninsulares, aunque como pudimos ver en los días que por Gran Canaria estuvimos, el famoso aplatanamiento canario ha pasado a la historia.

Así es que roto el sosiego, hala, a seguir el camino hacia La Fortaleza, una montaña considerada sagrada para los primeros pobladores, ya que las estructuras de la cima de la Fortaleza Grande controlaban el equinoccio de primavera y el solsticio de verano, que marcaban los ciclos agrícolas nativos y tenían una gran importancia para medir el paso del tiempo y las estaciones. Prospecciones recientes han puesto al descubierto en este roque una serie de estructuras, piezas y grabados que han hecho pensar que allí se alzó el santuario aborigen de Humiaga, mencionado por las crónicas castellanas como el lugar en el que los aborígenes de la isla se rindieron tras la conquista de 1483.

El almogaren de Humiaga se describe en las fuentes españolas como un templo construido a modo de castillo en la cumbre de un monte, con varios habitáculos en forma de capillas, donde se realizaban procesiones y ceremonias que incluían el ganado como parte del rito.

En el centro de interpretación de la fortaleza es donde los estrellas fugaces, 16 de los 32 senderomagos, divididos por arte de magia en partes iguales,  abandonaron a los avezados que se encaminaron hacia Fataga , cruzando la presa de Tirajana y alcanzando el sendero S-47, que forma parte de los 2000 km de senderos señalizados que hay en Gran Canaria, para por una rocosa y preciosa subida alcanzar el Barranco de Fataga y el pueblo que le da nombre, donde habíamos quedado para comer en El Labrador.

Los fugaces disfrutamos del centro de interpretación de la Fortaleza y de su museo antropológico, a cambio sufrimos el viaje en guagua hasta Fataga, ya que los 5 km que hay a pie hasta Fataga, se transformaron en más de 20 por carreteras curvosas y peligrosas, donde más de uno pensó que ya no sabíamos si subíamos o bajábamos y si íbamos o veíamos en la dirección correcta.

Allí, gracias a la intervención del Carlos se consiguió cambiar la ensaladilla rusa por una ensalada, lo que contribuyó a que no se tuviese que aflojar el cinturón después de la comida. Por la tarde, nuestros amigos canarios nos llevaron al carnaval de Maspalomas, pero esa es otra historia.

Por lo bonito de la ruta y por la compañía canaria esta excursión de merece 5 sicarias.

viernes, 9 de marzo de 2018

Excursión 392: Cruz de Tejeda - Roque Nublo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cruz de Tejeda
Final: 
Roque Nublo
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  13 Km
Desnivel [+]: 571 m
Desnivel [--]: 503 m
Tipo: Sólo ida
Dificultad: Media
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 5+
Participantes: 34

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

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RESUMEN
Nuestra primera ruta por la Isla de Gran Canaria y para empezar a ambientarnos (aplatanarnos), salimos media hora tarde, nuestra guagua  y el primer grupo a recoger, no se reconocen en el parque de Santa Catalina y después de llamadas de comprobación, al fin consiguen entenderse y llegar a por resto del grupo.

Salimos hacia la Cruz de Tejeda, pero ya nada más salir, el tamaño del autobús y la anchura de las curvas de las carreteras parecían no ser compatibles en sus dimensiones, pero nuestro chófer, Guillermo, nos demostró su pericia desde la primera curva.

Llegamos por autopista hasta Santa Brigida, precioso pueblo, situado en el barranco de su mismo nombre, donde las casas, blancas, amarillas y un sinfín de tonalidades ocres, nacen de una tierra volcánica rodeadas de palmeras, cactus, dragos y demás frondosa vegetación, como cualquier valle gallego.

El tiempo nos acompaña y el cielo despejado y ventoso, nos permite ir observado con una claridad tropical, todo el barranco en su sinuoso ascenso hacia San Mateo, donde podría decirse que cual pueblo gallego cultiva las papas, berros, frutas y demás hortalizas obtenidas de su verde y productiva vega, aprovechando el clima tropical y la fértil tierra volcánica.

Después de mil curvas, llegamos a la Cruz de Tejeda, corazón de la isla. Aparcamos nuestro autocar y sin perder un minuto comenzamos la ruta con una inicial subida prolongada y rodeada por los restos quemados del último incendio que ocurrió el pasado verano. Podemos ver externamente quemados el pino canario, el único que resiste los incendios y que volverá a reverdecer en poco tiempo.

Alcanzamos rápidamente al primer mirador de la Degollada de Becerra, desde donde se puede ver el más famoso horizonte de la isla, toda la caldera de Tejeda, con el pueblo y sus barrios salpicados de blancas casas al fondo, no de lejanía, sino de profundidad. Tejeda está considerado  uno de los pueblos más bonitos de España.

La postal que tenemos delante nos deja observar, el Roque Nublo (1811 mts), como testigo  expectante del más antiguo volcán que fue el centro de la isla.

“Es como una tremenda conmoción de las entrañas de la tierra, parece todo ello una tempestad fosilizada, pero también una tormenta de fuego, de lava, más que de agua.”  Miguel de Unamuno.

Hacia la derecha al lado de la plataforma el rostro de una mujer tendida que mira al cielo y la caída de su cabellera recreando el Risco de la Folguera. Al fondo el lugar sagrado de los antiguos aborígenes de la isla, (los canarii) al que llamaban Bentaica (el que sostiene)  hoy  llamado Roque Bentayga . Completamos la postal con Altavista, Montaña del Brezo, Artenara, Tamadaba y Los Moriscos entre otros. Inevitable dejar guardado en mil fotos semejante paisaje, que nos iría acompañando a lo largo de toda la ruta.

Recuperados de este primer impacto visual seguimos caminando hasta llegar a los Llanos de la Pez, llamado así por la explotación que se hacía de la resina del pino para el calafateo de los barcos. Sorprende observar estas llanuras y ver numerosos arroyos y charcos, con sus claras aguas procedentes de las lluvias de las últimas semanas, donde tres borrascas seguidas barrieron las islas afortunadas. Pasamos por la zona de El Garañon, Centro de Alojamiento y actividades deportivas en el medio ambiente, y por fin  celebramos el “ángelus” con un frugal tentempié mojado por  la correspondiente bota.

La vegetación que domina el entorno es un joven pinar de repoblación con pino canario, que convive con especies como jaras, jarones, escobones, etc y con especies de matorral como retamas, codesos, salvias y tomillos.

Continuamos nuestro camino, dejando atrás la zona de acampada Bailico y la presa de los Hornos a nuestra derecha, llegando tras ascender un tramo del camino de la plata, a otro impresionante mirador, un despejado paraje denominado El Montañón,   desde el que se podía ver en un circulo de 360º prácticamente toda la isla. Al norte, desde donde habíamos partido, el parador de la Cruz de Tejeda, al Este el Pico de las nieves (1949 mts), el más alto de toda la isla, las antenas de Montaña la Gorra, el pico Campanario, inmensos barrancos con las Presa de Chira,  Presa de Soria, Presa de las Niñas, y hasta la Presa del Mulato, deteniendo y embalsando el preciado liquido en su atormentado y frenético camino hacia el mar y al Oeste, el impresionante Roque Nublo (1762 mts) que emerge como rey y señor, cuarto pico más alto de la isla, después de El Montañón, dominando la caldera de Tejeda.  A lo  lejos, creímos adivinar el perfil del Teide, después de un tranquilo mar azul que le separaba de nuestra isla.

El espectáculo  era impresionante a los cuatro puntos cardinales, sin ser capaces de elegir cual era el mas bello. Nos hicimos nuestra primera foto de grupo con el Roque Nublo al fondo.

Recuperamos el aliento y empezamos una bajada pedregosa y delicada, hacia el aparcamiento de la Goleta, punto de inicio de la ascensión al Roque Nublo, las fuerzas ya andaban escasas en algunos pero el esfuerzo merecía la pena.  Nada más iniciar el sendero de ascenso, pudimos observar  múltiples muestras de la vegetación de la isla, tales como la salvia blanca, el alhelí de cumbre, el tajinaste, el matorrisco, etc. Y nos sorprendió un hermoso y original reloj de luz (que no de sol, ni de sombra, latir del tiempo en Gran Canaria), en el que el rayo de luz que se formaba entre dos placas metálicas nos indicaba la hora exacta (solar).

Seguimos subiendo y  pasamos al lado de una formación rocosa llamada el fraile, y un poco mas adelante , cuando ya algunos pensaban ”hasta aquí he llegado” aparece una gran explanada tal mar petrificado de lava, en cuyo fondo aparecía  la impresionante mole del gran Roque Nublo,  con la rana (tremenda imaginación), a su izquierda.

“Imponente monolito, formación traquito-fonolitica (material volcánico, producto de las erupciones mas violentas y explosivas), con su altura de 67 mts. resaltado por la erosión y de gran valor simbólico para los habitantes de la isla. Fue objeto de culto por parte de la población prehispánica, formando parte de los espacios sagrados, probablemente como hito de alineaciones astronómicas que determinarían su calendario agrícola y cultural.”  Para los actuales grancanarios y visitantes ha sido y es un lugar de visita obligada.

Ya no hacían falta fuerzas para cruzar la explanada, la magia y majestuosidad del lugar nos empujaba y atraía hacia la gran roca.  “ El Roque Nublo tiene su origen en un periodo comprendido entre 5,3 y 3,4 millones de años, cuando se generó un gigantesco estrato-volcán en el epicentro de la isla. “ Fue escalado por primera vez  en 1932 por una expedición alemana.

No hacían falta mas fuerzas, ya estábamos allí y podíamos tocarlo, de las vistas no digo nada al ser inenarrables. Otras mil fotos robadas al lugar nos dejaban sin Gigas. Y allí si vino la gran foto de grupo, al amparo y abrazados por la gran roca. En este momento fue en el que todos nos sentimos de verdad sendero-MAGOS.

Y esto lo notamos al bajar al aparcamiento, pues la visión del autobús esperándonos nos hizo volar  más que andar.  El regreso hasta San Mateo, donde comimos al lado del Mercado, se nos hizo corto. El menú, basado en alimentos autóctonos, ropa vieja, queso de cabra, papas con mojo, tacos de pescado, gofio canario, potaje de berros etc., fue tan abundante que de todas las calorías gastados en la marcha recuperamos el 120%.

El cansancio hizo mella en nosotros y el viaje hasta el hotel fue anodino. No puedo terminar este relato sin hacer mención específica y honorifica a nuestros amigos senderistas canarios: Carlos, Pepe, Adrián y Alicia, puesto que sin ellos y su inmejorable logística no hubiese sido posible pasar tan memorable día.
Aunque la clasificación máxima es de 5 sicarias, yo haría una excepción y le daría 5,5.
Julián Suela

FOTO REPORTAJES

miércoles, 7 de marzo de 2018

Excursión 391: Dehesas de Cercedilla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cercedilla
Final: 
Cercedilla
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia:  14,6 Km
Desnivel [+]: 539 m
Desnivel [--]: 539 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 27

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta















TRACK
Track de la ruta (archivo gpx)

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
Mapa 3D (archivo kmz)

RUTA EN WIKILOC
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RESUMEN
Miércoles víspera de la salida de un numeroso grupo de senderomagos para Las Palmas. La propuesta: un agradable paseo por las dehesas de Cercedilla, una excursión corta y sin mucho desnivel para que nos animáramos todos, incluso los que iban a caminar los cinco días siguientes en tierras canarias. Pero ya desde la convocatoria, empezamos a ver que la mayoría de los viajeros no se apuntaban, preocupados por si por algún motivo se perdían el tan esperado y deseado viaje. 

Así que sólo un ‘pequeño grupo’ de 26 senderomagos y un aspirante, nos juntamos en el aparcamiento de la plaza Cercedilla, para dar este prometido bonito paseo. Ninguno de nuestros perros mascota nos acompañaba esta vez. Esto tenía pinta de demasiado fácil… 

Salimos del pueblo subiendo por la Iglesia de San Sebastián, por el camino que cruza el ferrocarril y bordea la casa del hermano de Paco Cantos, hacia el cerro Colgado. Sube que te sube, celebrando el buen día que nos había tocado y pisando algo de nieve todo el camino, llegamos casi sin darnos cuenta a lo alto del cerro.

En ese momento empezaban a despejarse las nubes que cubrían nuestros picos favoritos, dejando a la vista un paisaje nevado propio de las mejores postales. Así que, como si de un photocall se tratara, empezamos a hacernos fotos: de frente, de espaldas, con Siete Picos al fondo, con la Bola del Mundo, de dos en dos, en grupo… no teníamos fin.

Lentamente retomamos la marcha. El sol seguía luciendo, así que seguimos el camino disfrutando de la mañana, siempre pisando nieve. Pasamos el collado de los Burros en un ascenso suave y constante hasta llegar al embalse de las Berceas. Desde allí, tomamos el camino que sigue la valla (¡cómo no, una valla!), ahora ya con una subida algo más fuerte, hasta la zona de recreo de las Berceas. 

Parada y fonda. Disfrutando de tener la zona recreativa sólo para nosotros, ocupamos todos los bancos como si de una excursión de colegio se tratara. “Comeos ahora el Bocadillo que yo creo que no vamos a parar al mediodía”, dijo Antonio, dando buena cuenta de todo su sándwich, sin tener que compartirlo hoy con Teo.

Y yo tan contenta, habíamos subido todo lo que había que subir y a partir de ahí cuesta abajo y pronto en Cercedilla. Pero no, no seríamos el GMSMA. Julián dijo que si era un paseo demasiado corto, que habíamos subido poco... Paco Donaire también apuntó algo en ese sentido y Antonio se dio por aludido.

Así que, ni corto no perezoso dijo “nos vamos” y tomó un camino de vuelta diferente al inicialmente planeado. Algunos muy contentos y otros casi a regañadientes, seguimos a nuestro líder en su camino alternativo. 

Empezamos a subir, bordeando el arroyo de Cerromalejo, entre pinos. Un camino precioso, pero casi vertical (al menos al amigo de Antolín y a mí nos lo parecía). Pero tengo que reconocer que fue la parte más bonita de la excursión.

El camino tenía más nieve, las hojas de los pinos parecía que estaban llenas de algodón y al fondo las montañas y cerros nevados del principio, ahora mucho más cerca, hicieron las delicias de todos. Pero sobre todo de nuestros incansables fotógrafos que tanto disfrutan tomando fotos y tanto nos hacen disfrutar cuando las repasamos y recordamos las excursiones. Cuando por fin llegamos arriba resultó que estábamos en la mismísima carretera de la República. 

Desde allí, y ya por camino conocido, con un espectacular día de sol y nieve, bajamos hacia la Ducha de los Alemanes, desde donde salimos del camino. Bordeando el arroyo de la Navazuela, hundiéndonos en la nieve que llegaba hasta el borde del agua, continuamos bajando hasta enlazar con la calzada que sube al puerto de la Fuenfría.

Descendimos por este precioso tramo del camino Borbónico, con sus puentes sobre el arroyo de la Fuenfría, que todos los años Ángel y su grupo segoviano recorre con sus amigos canarios. Parecía un homenaje al grupo que emprendía al día siguiente el camino hacia las islas. 

De vuelta, paramos a un tentempié en las Dehesas donde algunos chicos habían subido en autobús a disfrutar de la nieve. Bordeando Casa Cirilo, continuamos hacia el Collado de los Burros, donde cerramos el círculo con el camino de subida.

De allí bajamos al pueblo donde tomamos las merecidas cervezas en el bar peruano en el que tan bien nos atienden. Otra magnífica excursión a la que, por sus hermosos paisajes y la mezcla de sol y abundante nieve, le otorgamos unas merecidas 4,5 sicarias. 
Leonor

FOTO REPORTAJES

miércoles, 28 de febrero de 2018

Excursión 390: Embalse de Navacerrada

FICHA TÉCNICA
Inicio: Las Postas. Navacerrada
Final: 
Las Postas. Navacerrada
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia:  9,8 Km
Desnivel [+]: 218 m
Desnivel [--]: 218 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas y agua: Sí
Ciclable: 
Valoración: 4
Participantes: 44

MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta





















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

RESUMEN
Día emblemático este 28 de febrero de 2018. El grupo conmemoraba exactamente el 10º aniversario de su primera marcha, cuando seis amigos se reunieron para comer en Navacerrada y decidieron dar un paseo previamente para estirar las piernas, dando origen así, de forma imprevista, a la creación de lo que con el paso del tiempo se denominaría el GMSMA. ¡Cuánto hay que agradecer a estos pioneros después de casi 400 excursiones! Tres de ellos siguen acompañándonos cada miércoles en las caminatas y el resto nos hacen los honores andando con nosotros de cuando en cuando y, sobre todo, compartiendo mesa en fechas señaladas como ésta. Especial mención hay que hacer de Antonio, nuestro querido “boss”, fundador del grupo, quien, con una tenacidad de hierro, una paciencia digna de Job y, sobre todo, un espíritu lúdico, nos regala cada miércoles nuestro recreo semanal.

Aunque el tiempo meteorológico no era de lo más propicio, 44 de nosotros nos habíamos apuntado para caminar un poco antes del tradicional cocido en Las Postas, sobre todo porque la ocasión lo merecía. Llovía débilmente y se preveía agua durante todo el día.

En este punto debería comenzar la descripción del camino que íbamos a seguir, pero lo cierto es que, apenas a 50 metros de comenzar la marcha se iba a producir el accidente más importante que nunca habíamos sufrido. Y, como pasa muchas veces con estas cosas, de la manera más tonta. No estábamos trepando por las rocas, ni atravesando obstáculos dificultosos, ni siguiendo senderos irreconocibles… Sólo estábamos descendiendo por unos escalones, a la salida del aparcamiento, para bajar a una calle del pueblo. Seguramente por la existencia de barro en torno al último peldaño, Juan dio un traspiés y quedo tendido en el suelo rabiando de dolor; era su rodilla, que había sufrido las consecuencias del resbalón. Tuvo que acudir una ambulancia para llevarle al hospital y someterse al día siguiente a cirugía; la avería, con ser importante, es de las que se solucionan con el paso del tiempo. Juan, como nos tiene acostumbrados por su carácter, la está afrontando con entereza, paciencia y optimismo. ¡Qué fácil es decirlo y qué difícil hacerlo! Es como si el destino nos hubiera querido dar un aviso, justo al cumplir los 10 años, cebándose con la persona más experimentada del grupo y más pendiente de la seguridad. Así son las cosas.

Después de haber esperado la llegada de la ambulancia, unos cuantos amigos acompañaron a Juan y el resto reiniciamos el camino. Los parajes por donde anduvimos son harto conocidos y por eso mismo reconfortantes en cierta medida, si bien la fina lluvia y algo de neblina les daba un aspecto difuminado y un tanto irreal. Traspasamos enseguida el portillo de pescadores que da paso al embalse y anduvimos por sus orillas. El nivel del embalse es por ahora escaso, por lo que caminábamos por zonas habitualmente cubiertas por el agua.

No podía faltar la corta subida al cerro de Las Cabezas, desde donde hoy el panorama era un poco tristón. Nos encaminamos a continuación a la presa y, dejándola atrás, bajamos de nuevo a la orilla del embalse y cruzamos la carretera de Madrid para, en un suave ascenso, llegar hasta la ermita de San Antonio, que está en lo más alto. Por último, siguiendo el vallejo del arroyo de La Golondrina, cerramos el círculo en el aparcamiento del restaurante.

Allí nos esperaban un montón de compañeros: Unos cuantos, a los que les asusta la lluvia; otros que, no pudiendo dar el paseo previo, no querían desaprovechar esta ocasión tan señalada. Los prolegómenos de la comida se alargaron bastante debido a la cantidad de saludos y parabienes entre unos y otros. Dio tiempo incluso a que algunos de los que habían acompañado a Juan pudieran regresar a la hora de empezar a comer.

El cocido estaba bastante rico, pero, como siempre, lo mejor vino después. Se le hizo entrega a Antonio de un pequeño recuerdo, trabajado con esmero por Paco D., consistente en una foto “virtual” enmarcada donde aparecen los 6 pioneros del grupo. Con Rosa D. y Antonio de maestros de ceremonias, se repartieron un montón de estrellas atrasadas de todos los colores (avisados quedaron los agraciados de que esperamos celebrarlas con muchas cañas durante semanas y semanas). Esta vez costó que Joaquín se arrancara con “El niño de las monjas”, pero finalmente cedió a las presiones; y es que sin nuestro himno extraoficial no somos nadie; vamos a tener que afiliar a Joaquín al régimen de artistas.

Destacar que los iniciadores del grupo presentes se llevaron una ovación y, por supuesto, hubo un recuerdo para Juan que recibió a distancia unos sentidos aplausos.

Me habría gustado que Madi otorgara 5 sicarias en este día, pero, sintiéndolo de verás, es imposible por lo que ocurrió. Lo dejaremos en 4 pues siempre es reconfortante el calor de los amigos como para poder superar una mala nota.
Melchor