miércoles, 10 de diciembre de 2025

Excursión 893: Collado de Cerro Malejo y cruz de Salvador desde La Panera

FICHA TÉCNICA
Inicio: La Panera 
Final: La Panera
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,1 Km 
Desnivel [+]: 598 m 
Desnivel [--]: 598 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 
Participantes: 18

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














miércoles, 3 de diciembre de 2025

Excursión 892: Cerro Peña de la Cruz desde Navarredonda

FICHA TÉCNICA
Inicio: Navarredonda
Final: Navarredonda
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,8 Km 
Desnivel [+]: 480 m 
Desnivel [--]: 480 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 5
Participantes: 15

MAPAS 
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PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta












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PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
Anunciaban nieve y temperaturas bajo cero en Navarredonda, punto de inicio de nuestra ruta de este miércoles.

A eso se sumaba que muchos compañeros habían optado por la visita trufera en Cifuentes, así que finalmente solo nos reunimos en la plaza 15 senderomagos, dispuestos a seguir a Carlos R. en una jornada que prometía ser invernal.

Preparados para el frio, dejamos los coches y empezamos la caminata con la feliz sorpresa de que las esperadas nubes, habían dejado paso al sol. Las primeras nieves caídas la noche anterior habían desaparecido y sólo quedaba una ligera capa en los tejados y en el borde de las vallas, que recordaba que el invierno estaba a punto de empezar. 

Cruzamos el pueblo con el objetivo de llegar al Cerro de la Peña de la Cruz y disfrutar de sus impresionantes vistas. Pero el camino de subida no fue menos impactante.

Atravesamos el arroyo de La Nava y, avanzando hacia la ruta del robledal, alcanzamos la conocida ‘Senda Manolo’, que nos condujo al interior de la espectacular Dehesa Umbría.

Esta senda está dedicada a Manuel Fernández Martín, querido vecino y caminante de Navarredonda, que dejó su huella en muchas rutas de la zona para que otros pudieran disfrutar de estos paisajes. Una figura entrañable y muy recordada por su amor a la montaña y al senderismo.

Subimos sin apenas descanso por un precioso sendero tapizado de hojas de roble, suavemente cubiertas por una fina capa de nieve. 

Llegamos a un tramo más llano donde se encuentran tres bancos-mirador, con respaldo en forma de hoja de roble: el Mirador de la Dehesa Umbría, el del Valle Medio del Lozoya y el llamado Descanso de Manuel, donde nos hicimos la foto de grupo. Las vistas de la sierra y del valle eran, sencillamente, espectaculares.

Dejamos atrás los miradores y continuamos ascendiendo entre robles de intenso color otoñal, casi desnudos ya, cuyas hojas secas formaban una alfombra continua bajo nuestros pies. Apenas soplaba el viento, así que el ascenso se hacía muy agradable, acompañado siempre de magníficas panorámicas.

Pasados los collados, José María y yo optamos por una alternativa y renunciamos a subir al Cerro de la Peña de la Cruz, dejando que el resto del grupo disfrutara de las vistas de 360º sobre la sierra, los valles y los pueblos.

Lo que parecía una escapatoria cómoda se convirtió en una pequeña aventura: tuvimos que sortear un buen número de vallas y alambradas que cortaban las rutas alternativas que llevábamos previstas.

Pero con tesón de gmsmanos y mucha práctica acumulada, logramos alcanzar finalmente la ruta que nos condujo al collado del Portillo, donde nos reencontramos con el grupo. Allí nos esperaban junto a una caballada de percherones, de lo más amigables, que se dejaron acariciar y fotografiar encantados.

Nos despedimos de Juan y seguimos rumbo al Cerro del Chaparral, este sí, imprescindible para todos. Hasta ese momento nos habían acompañado robles y encinas, pero en las laderas del Chaparral aparecieron las sabinas, pertenecientes al pequeño sabinar del Lozoya.

Aunque son árboles más propios de otros climas, aquí han sobrevivido gracias a la orientación sur, la pendiente y la abundancia de rocas, que les permiten competir con éxito con las otras especies.

Desde lo alto, las vistas del embalse de Pinilla, de los pueblos del valle del Lozoya y de los picos de la sierra eran impresionantes. Y hacia el otro lado, se alcanzaba a distinguir la Peña de la Cabra. Junto a una pequeña y coqueta cruz de hierro, hito singular del punto geodésico, repetimos el ya clásico ritual de las fotos.

Tocaba iniciar el regreso. Para ello debíamos bajar al arroyo del Villar y tomar la senda de vuelta a Navarredonda. Carlos, tras revisar cuidadosamente los caminos, decidió que lo mejor era regresar al collado del Portillo y desde allí buscar una bajada que él sabía que era rápida y más segura.

Rodeamos el cerro con la sierra siempre a la vista, repasando nombres de montañas mientras caminábamos. Las sendas, cubiertas de hojas, se confundían a menudo entre los pasos de senderistas y los senderos abiertos por el ganado. Eran sendas estrechas, “de a uno”, que nos llevaron con rapidez al collado e iniciamos la bajada entre robles.

Aquí la alfombra de hojas era especialmente espectacular. Con cuidado por la pendiente, llegamos casi al borde del arroyo, donde paramos a comer: sol, robles, un ambiente casi mágico y una compañía inmejorable. ¿Qué más se puede pedir?

Ya de regreso, la senda de subida hasta enlazar con el último tramo del camino entre Lozoya y Navarredonda era ancha y suave. En las zonas de umbría aún resistía algo de nieve, y el sol, que seguía acompañándonos, hacía brillar los colores del bosque, haciendo que la pequeña subida se pasara volando.

Por fin, tras atravesar un portón, alcanzamos el camino del Lozoya para recorrer el tramo final que nos llevaría hasta la iglesia de San Miguel, frente a la cual habíamos aparcado los coches.

Una excursión que parecía destinada a ser desapacible y que, sin embargo, terminó siendo una de las más bonitas de este otoño tardío. Sin duda, merece 5 sicarias.
Leonor

FOTO REPORTAJES

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Excursión 891: Cabeza de la Braña desde Bustarviejo

FICHA TÉCNICA
Inicio: El Collado. Bustarviejo
Final: 
El Collado. Bustarviejo
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,4 Km 
Desnivel [+]: 637 m 
Desnivel [--]: 637 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 22

MAPAS 
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RESUMEN
Para esta ruta quedamos en el aparcamiento que está enfrente del Campo de Fútbol Municipal de Bustarviejo, conocido como el Collado.

Desde allí, bajamos en dirección contraria al campo de fútbol, pasamos junto a una laguna y continuamos por un camino que nos llevó hasta el pueblo de Bustarviejo y así evitamos ir por la carretera, que sería el camino más corto.

Entramos en el pueblo atravesando el arroyo de las Flores y nos dirigimos hacia la Plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento y donde ya están colocando los adornos navideños de este año.

Atravesamos el pueblo de sur a norte y salimos por el camino que transita al lado del arroyo de las Ferminas, que fue el que nos marcó la subida durante un buen tramo de nuestra ruta.

El camino es un sendero rodeado de árboles y zarzales que se cierra como si de un túnel se tratase y que nos guía con un ligero ascenso siguiendo el curso del arroyo.

Una vez fuera del túnel el camino, poco a poco, se vuelve angosto y poco transitado, lleno de maleza y con una inclinación considerable. Empezamos una subida de las que nos gustan en el GMSMA. Curiosamente y contra todo pronóstico, nadie se queja. ¿Será porque Carlos ya nos va acostumbrando a estas cosas del penoso campo a través?

Hay camino, pero no es evidente y hay que ir buscando en todo momento por donde va a riesgo de equivocarnos y volver hacia atrás.

Con una altura considerable y con unas buenas vistas, procedemos al famoso Ángelus de las 12:00h para reposición de las fuerzas mermadas en la subida.

Una vez concluido el almuerzo continuamos, pues aún nos queda una buena parte del ascenso hacia La Albardilla, que es un pequeño montículo rocoso de 1.656 m de altura.

Aquí ya empieza anotarse el viento helado que nos acompañará en toda la ascensión por la parte alta de esta sierra.

Seguimos hacia el Collado Abierto o de Hernán García, también conocido como el Collado de la Peña de Las Grajas, por el cercano pico rocoso que allí hay con este nombre. Lo de Collado Abierto nunca fue mejor colocado, pues no hay puerta que cierre el paso del gélido viento y que nos dejará a todos helados.

En este punto se juntan los caminos del Mondalindo (de 1.830 m), el de la bajada hacia la Mina de Plata de Bustarviejo y el de la subida a la Braña.

En esta maravillosa ubicación paramos para hacernos la foto de grupo de rigor, y sería aquí donde nos despedimos de la parte del grupo de estrellas fugaces y que comenzaron su vuelta hacia donde dejamos los coches.

El resto seguimos hacia la empinada ascensión por un cortafuegos al pico de Cabeza de la Braña, de 1.770 m de altitud.

Delante del pico se encuentra una caseta de observación de agentes forestales, en donde hay un pequeño mirador con unas vistas espectaculares del valle entre Bustarviejo y Miraflores de la Sierra.

Una vez alcanzado el alto de La Braña, empezamos la bajada en dirección hacia el Puerto de Canencia. Por allí cerca hay alguna fuente y por eso Carlos, haciendo honor a su apellido “Fuentes”, va en su busca para la ampliación de su repertorio. Encontró la fuente del Piornal y no sé si alguna más.

Pronto la bajada se hace más y más pronunciada, y el camino se vuelve de nuevo tortuoso, haciendo que descendamos con la mayor de las precauciones para no tropezar y estropear tan bonita ruta.

Llegamos al final de la bajada hasta cerca del Collado Cerrado o Hermoso. Lo de Cerrado también le viene al pelo, pues aquí el aire se detiene algo y se hace más llevadero que en cotas más altas y despejadas.

De todas formas y como hace algo de viento todavía, nos acercaremos a un mirador cercano donde comimos y disfrutamos de las mejores vistas del bien llamado Valle Hermoso, con la protección de un roquedal a nuestras espaldas. Un balcón al valle espectacular y que nos hace pasar un rato muy agradable en buena compañía, reponiendo fuerzas y deleitándonos de unas maravillosas vistas con gran variedad de colores otoñales amarillos y ocres.

Después de este merecido descanso, acometimos el tramo final del camino que nos llevó al aparcamiento, pasando por el manantial de la Gregoria. Ya solo es seguir la senda del GR-10 y no hay perdida.

A esta espectacular ruta, no exenta de esfuerzo en subida y bajada, por su belleza y encanto le doy 4 sicarias de puntuación.
Jorge Isidro Sánchez

FOTOS

Excursión 890: Buscando trufas en Cifuentes

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cifuentes. Guadalajara
Final: Cifuentes. Guadalajara
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 7,1 Km 
Desnivel [+]: 129 m 
Desnivel [--]: 129 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 
Participantes: 28+20

MAPAS 
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