miércoles, 25 de junio de 2025

Excursión 860: Río Gudillos y arroyo de la Gasca desde el Alto del León

FICHA TÉCNICA
Inicio: Alto del León. Guadarrama 
Final: 
Alto del León. Guadarrama
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,7 Km 
Desnivel [+]: 405 m 
Desnivel [--]: 405 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 22

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RESUMEN
Es cosa sabida que nuestro amado líder recurre a mentirijillas piadosas en las convocatorias, para que no se le venga abajo el personal, y cuando se trata de una excursión de 18 Km y 800m de desnivel por Siete Picos, suele apuntar “vamos a realizar una sencilla vuelta por 7 picos”, y como no se ríe ni nada, pues payá que vamos, y al final hasta lo disfrutamos. En esta ocasión, como están cayendo por Madrid unos treinta y pico grados, el reclamo fue : “ haremos una excursión fresquita y con sombra…” aunque se le escapó informar del recorrido.

La cosa es que en el puerto no se estaba mal a la hora que habíamos quedado y aunque los 20 km (más el regalo habitual), prometidos por Antonio asustaban un poco, unos cuantos se presentaron dispuestos a cumplir y completar, al resto se nos hizo bola la veintena, y nos hicimos una de "estrellas fugaces", un eufemismo para en realidad decir que íbamos a andar poquito, eso sí en un ejercicio de derroche de imaginación, inventando excusas variopintas del estilo: “o podo esta tarde el peral o lo pierdo”, o “tengo que estar a las 4 en casa, mi gata es muy de parir después de comer”, yo dije que me había apuntado a “conocer el arte brutalista madrileño, y teníamos una visita a una iglesia de Moratalaz.

Cruzamos la antigua N-VI, que estaban asfaltando, dejando atrás el promontorio donde la estatua de un león de piedra indica el punto más alto del puerto desde que se instaló a instancias de Fernando VI, en el año1749, (esto lo leí en el Marca), que por cierto ya ha llovido desde entonces, y el león sigue ahí.

Pasado un portón, nos dirigimos hacia el Cerro de la Sevillana, junto a las ruinas de lo que fueron fortificaciones y bunkers de la Guerra Civil. 

Junto a uno de ellos nos hicimos la foto del grupo, antes de que hubiese una desbandada. Seguimos por el GR-10, enseguida pasamos bajo el tendido de alta tensión, con su habitual chisporroteo de vaya usted a saber lo de voltios que lleva para que suene así.

Superada una bajada entre grandes rocas, alcanzamos el Collado de la Sevillana y es aquí donde los primeros, que seguíamos fielmente a Antonio tomamos el sendero que sale a la izquierda, del Arcipreste se llama, en honor a uno de Hita bastante golfo. Pero un segundo grupo, más rezagado, al llegar a este cruce siguió por el GR-10, hasta que al no vernos, contactaron con Antonio y tuvieron que regresar para poder seguir con el resto.

Ya todos juntos, seguimos por el bonito y sombreado sendero que desciende lentamente en busca del nacimiento del río Gudillos, porque a estas alturas ya sabíamos que al embalse del Tejo, como inicialmente estaba previsto, no íbamos a ir por estar en obras y los accesos cortados desde febrero. Por lo que contaron porque tenía peligrosas fugas.

Pasamos junto a la fuente Majada Pericón, con bañera incluida, en la que Kiro se dio un buen chapuzón.

Rodeados de frondosos pinos y musgo, llegamos al Cordel de la Campanilla, pasado el arroyo del Cuervo. Por él seguimos para pronto desviarnos a la izquierda y acercarnos a las proximidades del nacimiento del río Gudillos, donde se ubica una laguna, muy menguada, aunque con ranas, que precede a las surgencias del río.

Cerca del incipiente río paramos en una verde pradera, donde se estaba de lujo tomando el aperitivo del ángelus. Tras el descanso, acompañamos el río en su descenso, vadeamos el arroyo del Cuervo, prácticamente seco y de lejos contemplamos lo que queda de la Cerca de Montosa, que según nos contó Paco Nieto, fue una extravagante construcción de 1958 que recibió como primer nombre "Albergue Guadarrama", El nombre actual le viene por el arroyo que fluye bordeando su cerca sur.

Fue promovida por la Organización Sindical Española, conocida comúnmente como Sindicato Vertical de los Trabajadores, con la intención de crear una residencia de las “Hermandades del Trabajo”. 

Posteriormente fue usada como granja y según cuentan se hizo famosa porque los ecologistas soltaron los visones que en ella criaban. Aquí más información.

Cruzamos el río Gudillos y proseguimos por una pista paralela al río, que resonaba a nuestra izquierda, conectando con el GR-88. Fue aquí donde el grupo de estrellas fugaces nos separamos del resto, para regresar más directos al puerto.

Por lo que me ha contado mi buen amigo Paco Nieto, ellos continuaron por el GR-88, cruzaron por un puente el río Gudillos, pasaron frente al apeadero de la estación de Gudillos y entre los túneles de la autopista A-6 y del ferrocarril.

Iniciaron el ascenso junto al arroyo de la Gasca, pasaron por el túnel, bajo la carretera N-VI y lo remontaron por una bonita senda, llamada de la Umbría, en la que abundan las nada autóctonas secuoyas, una sorprendente curiosidad de la zona.

Con el susurro constante del arroyo de la Gasca, llegaron a la pradera donde se cruzan varios caminos, donde pararon a dar cuenta de los bocadillos.

Como iban bien de tiempo, prefirieron machacarse un poco más subiendo al Collado de la Gasca y de allí, subieron al Cerro Piñonero, coronado por un búnker que parece un submarino. Giraron a la izquierda para salir al encuentro del GR-10, por el que descendieron hacia el puerto.

En el bar del Alto del León, se tomaron, como antes habíamos hecho nosotros, las cervezas de final de esta ruta y a la que califico con 4 sicarias, o más.
Jesús Cordero


miércoles, 18 de junio de 2025

Excursión 859: Fresnedillas de la Oliva y su Museo Lunar

FICHA TÉCNICA
Inicio:  Fresnedillas de la Oliva
Final:  Fresnedillas de la Oliva
Tiempo: 2 a 3 horas
Distancia: 7,6 Km 
Desnivel [+]: 124 m 
Desnivel [--]: 124 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable:
Valoración: 5
Participantes: 47

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RESUMEN
Nos reunimos en Fresnedillas de la Oliva, 47 senderomagos, con la intención de disfrutar de una jornada de confraternización, que incluía las siguientes actividades:

- Sencilla marcha de senderismo, apta para cualquier condición física. Ruta circular de 7,6 Kms y 124 m de desnivel. Al final resultó más dura de lo previsto a causa de la alta temperatura reinante.

- Visita guiada al Museo Lunar de Fresnedillas, con piezas únicas, que pertenecieron a los programas Apolo, varios de los cuales, llegaron a la Luna, en los años 60 del siglo pasado.

- Actividad aeroespacial con vuelo virtual, (con gafas tridimensionales), por los planetas de nuestra galaxia, con explicación de sus características por parte de Lili “La Astronauta”.

- Comida de hermandad en un restaurante de la localidad.

A esta jornada, se han podido apuntar miembros del GMSMA, que hacía tiempo no participaban en las actividades del grupo, a causa de pequeñas lesiones, o que después de 17 años de actividad nos vamos haciendo mayores.

A las 10 de la mañana, estábamos citados en el aparcamiento del Museo Lunar. El día se presentaba caluroso, con temperaturas entre 27ºC a las 10h y 30ºC a las 12 de la mañana.

Comenzamos la marcha con puntualidad japonesa, ya que teníamos que finalizarla, a las 12h, para iniciar la visita al Museo Lunar. El objetivo principal de la marcha, era conocer, el Fortín de la Degollada (gran construcción defensiva de la guerra civil en las proximidades de Fresnedillas).

Enseguida, pasamos por la fuente de la Zorra, situada a la salida del pueblo en dirección a Navalagamella, y pudimos identificar la silueta de las dos Machotas, la Baja o de los Tres Ermitaños y la Alta o El Pico del Fraile.

Pronto llegamos al arroyo de la Moraleja y lo cruzamos por un puente de lajas de piedra denominado La Puente, que nos permite cruzar el arroyo de forma segura cuando el arroyo viene con mucha agua. 

Continuamos por un camino paralelo al arroyo, que transcurre entre una dehesa de encinas y una vegetación de ribera, con varios tipos de árboles y arbustos característicos de zonas con agua.

Seguimos caminando por el llamado Cordel del puente de San Juan, que es un ramal de la Cañada Real Leonesa, en su parte oriental, desde donde se pueden observar el Cerro de La Almenara, San Benito. Las Machotas, Siete Picos, La Bola Del Mundo y La Maliciosa.

Llegamos a nuestro objetivo de la jornada: El Fortín de la Degollada, uno de los mejores búnkeres, que se pueden visitar en la Comunidad de Madrid, y que junto al Blockhaus 13 de Colmenar de Arroyo, son de los mejores de toda la zona centro de España.

Gran construcción defensiva de la guerra civil, construida en hormigón, mampostería de granito y ladrillos, aprovechando los recortes del afloramiento granítico.

La estructura está compuesta por un puesto de mando cubierto a retaguardia, una gran trinchera que comunica dos fortines circulares, que a su vez, cuentan con nidos de ametralladora cubiertos. Fue la posición más al noroeste de la 1ª Brigada de la 71 División del ejército sublevado.

Al regresar a Fresnedillas desde el fortín, pudimos observar el Cerro del Morro, al cual ascendimos en la excursión nº 540 (información suministrada por la dirección estadística del GMSMA, que está al tanto de todo)

Después de 7,4 kms de sencilla marcha circular, llegamos a Fresnedillas, donde como he comentado anteriormente, visitamos el Museo Lunar. 

Cuenta con piezas únicas, que pertenecieron a Neil Armstrong, trajes de astronautas, monos de trabajo, antenas, equipos electrónicos en bastidores de la época, a través de los cuales, se emitían y recibían las señales de las naves espaciales. También se exponen paneles conmemorativos de las distintas misiones Apolo, algunas de las cuales se posaron en la Luna.

Finalizamos la jornada con una excelente comida en el restaurante Amador de Fresnedillas.

En resumen, jornada muy completa con actividades diversas y a la que califico con 5 sicarias, (Esta calificación en parte es debida a la alegría de volver a ver y charlar con amigos senderistas que hacía tiempo que no veía)
Nicolás Pizarro

miércoles, 11 de junio de 2025

Excursión 858: Sierra de Malagón desde El Espinar

FICHA TÉCNICA
Inicio: El Espinar 
Final: El Espinar
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 14 Km 
Desnivel [+]: 600 m 
Desnivel [--]: 600 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 10

MAPAS 
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RESUMEN
Hoy nos juntamos 10 amigos en el aparcamiento que hay junto a la plaza de toros y al auditorio municipal Gonzalo Menéndez Pidal de El Espinar.

El día ha amanecido nublado, y con la posibilidad de que se produzca alguna tormenta a lo largo del día y esto también ha contribuido a tan poca concurrencia, junto con el desnivel de unos 600 mts a salvar en la ruta de hoy.

Partimos del aparcamiento y cruzamos la carretera SG-500, que une esta población con Ávila. Pasamos junto a la Cruz de Santa Quiteria, que parece ser son los únicos restos que perduran de lo que en su día fue una ermita.

Nada más pasar la Cruz, tomamos un sendero a mano izquierda que, tras pasar junto a algunas construcciones ganaderas, se encamina hacia los pinares de Aguas Vertientes, que se extienden entre las localidades de El Espinar y San Rafael.

Atravesamos una puerta y entramos en la zona de la ladera conocida como la Mata de San Blas, y más concretamente en la zona de Las Lanchas. Se trata de un terreno cubierto de canchales berroqueños aplanados que se descuelgan por la ladera del monte, entre el pinar.

Hoy como primer objetivo del día nos hemos marcado la visita a una cantera de piedra de molino descubierta a finales del año 2019, fruto de la investigación y el trabajo tenaz de tres vecinos de El Espinar.

El Espinar ha sido un municipio con gran tradición harinera, de hecho, en su término llegaron a existir hasta 17 molinos, la mayoría de los cuales estaban situados entre la parte alta de la garganta del río Moros y en la de Las Rinconadas. Todos ellos estaban construidos en piedra: viviendas, paneras, cuadras, cubos, etc., Muchos de esos materiales se extraían de los berrocales que hay en la misma ribera del río.

El trabajo de estos tres vecinos permitió localizar en los roquedos de la Mata de San Blas, varios vestigios de lo que en otro tiempo llegó a ser una cantera de extracción de ruedas de molino, y dado la cantidad de los restos encontrados, se puede decir que fue una de las canteras de este tipo más grandes de la provincia.

La cantera y su descubrimiento ha quedado descrito en el libro “Molinos harineros de El Espinar y Vegas de Matute” escrito por Juan Sánchez Cubo y Pedro Bigeriego.

Actualmente se ha balizado una ruta con postes y marcas de PR desde el pueblo, que permite acercarse a esta cantera y siguiendo un itinerario marcado, con indicadores por el interior de ésta, que permite ir localizando lo distintos restos de los trabajos efectuados en esta cantera.

En ese recorrido podemos apreciar piedras en sus distintos estados de extracción, marcadas, con el surco rebajado con varios niveles de profundidad, así como huecos resultantes o alveolos circulares resultado de la extracción de las muelas. También se ha colocado un cartel informativo donde se explica cómo se realizaba la extracción de las muelas de molino.

Para poder extraer las mismas, primero se trazaba una circunferencia de entre un metro y metro y medio sobre la superficie granítica y alrededor de ella se iba tallando un surco que perimetraba el anillo y que había que ir rebajando hasta alcanzar el grosor deseado de la muela

Posteriormente se introducían cuñas de madera en todo el perímetro del surco y a continuación se echaba agua para dejarla helar. La dilatación del agua y de la madera ejercía una presión que separaba la muela de la roca base.

Otro método de extracción consistía en picar varias entalladuras en V por la base perimetral del surco realizado y se ponían cuñas de madera solapadas por dos pletinas de hierro que permitían su deslizamiento. Estas muescas se llamaban “buratos”.

Finalmente se realizaba la ultima fase del trabajo y la más sensible, la extracción a golpe de maza, puntero, palanca y maceta hasta que el bloque se desgajaba. 

Durante los trabajos de extracción muchas veces las piedras se partían y quedaban inservibles, para disgusto de los canteros, como también se pude apreciar en algunos de los restos.

Una vez extraídas eran transportadas en carros hasta los molinos, dónde se realizaba el rayado o picado definitivo en las caras de contacto de las muelas. Cantero y molinero hacían esta operación y procedían a la colocación de las piedras solera y volandera, dejando un espacio entre ambas, para permitir que el grano se pudiera moler.

Nosotros no realizamos el recorrido completo de la cantera, para no entretenernos mucho, dado que el cielo amenazaba lluvia. Pero si pudimos ver algunas de las piedras en sus distintos estados de extracción, y aprovechamos para realizar la foto del grupo en una muela que se encontró en La Panera y fue trasladada a esta cantera cedida por la comunidad de Ciudad y Tierra de Segovia.

Aquí os dejo un track de uno de sus descubridores. y aquí otro, por si os apetece realizar el recorrido completo.

Una vez finalizada la visita, tomamos una senda que cruza el arroyo que baja de los prados del Coteo y nos encaminamos hacia los prados de la Vieja. Este tramo no tiene arbolado y hoy damos gracias a que el día está nublado, ya que, con la humedad del suelo fruto de las lluvias caídas la noche anterior y la temperatura, con sol hubiéramos sufrido un poco en esta travesía.

En estas zonas salvamos algunos enormes charcos que ocupaban prácticamente todo el ancho del camino, por donde mejor pudimos, unos mejor que otros …..

Nos vamos aproximando al arroyo del Boquerón, y al otro lado ya divisamos la vereda de Santa Quiteria que viene desde la Cruz por la que pasamos al comienzo. Hay un puente por el que podríamos pasar a la otra orilla del arroyo, y realizar la subida por la vereda.

Un poco más delante de este punto nos abandonan Julián y Paco que hoy tienen compromisos que atender.

El resto, como nuestro objetivo es alcanzar el camino del ingeniero a la altura de la fuente del cazo, tomamos la pista que sube por el lado derecho del arroyo (izquierdo sentido subida), que es por dónde venimos nosotros. 

Volvemos a entrar en tramo de pinar. A los lados de la pista los helechos se muestran en su máximo esplendor, como casi todos los años por estas fechas, pero si cabe este año están más altos y exuberantes fruto de la primavera tan lluviosa que hemos tenido.

La pista va subiendo poco a poco paralela al arroyo del Boquerón, pero a varias decenas de metros de éste, lo que no nos permite divisarlo. Pasamos cerca de la cascada que hay en ese arroyo, pero en esta ocasión no nos desviamos para contemplarla.

En la zona conocida como los Artiñuelos, la pista realiza un pequeño zigzagueo y esto ya nos avisa que nos quedan pocos metros para cruzarnos con la Camino del ingeniero. Cuando llegamos al cruce, nos apartamos un poco y aprovechamos para realizar la parada del Ángelus y reponer fuerzas.

Algunos aprovechamos para acercarnos a refrescarnos a la fuente El Cazo que está un poco más arriba de donde nos detuvimos. Según se continúa subiendo por el Camino del Ingeniero, queda unos 30 mts a la derecha, y se ve fácilmente porque está señalizada con un cartel colocado sobre un pino con su nombre.

Tiene un ancho caño encajado entre las rocas y proviene de un manantial que nunca se seca. Junto a la fuente hay una vieja taza o cazo que le debe de dar el nombre a la fuente.

Esta fuente aparece en el libro “Descubriendo nuestras fuentes” recogida con la denominación del “recodo del Boquerón con la vereda del ingeniero” a una altitud de 1500 mts.

Una vez finalizado el tentempié, tomamos el Camino del Ingeniero dirección San Rafael.

Pasamos primero por un cruce de un sendero que baja por nuestra derecha, con bastante inclinación y con las huellas inequívocas de haber sido trazado por el tránsito de bicicletas de montaña. Nosotros obviamos este primer desvío y seguimos por el camino.

A unos 900 mts aproximadamente desde la fuente, tomamos a nuestra derecha un sendero que al principio tiene un trazado muy difuso, y que en sus primeros metros da la impresión de llevarnos hacia atrás. 

Luego según vamos avanzando va ascendiendo por la ladera de forma bastante tendida, cada vez por un camino más ancho y evidente, hasta alcanzar el camino que discurre por la loma, junto a la valla divisoria entre las provincias de Ávila y Segovia, términos municipales de Peguerinos y El Espinar.

Este sendero que transita por la loma nace en el inicio del Camino del Ingeniero, y en sus primeros metros salva de forma un poco abrupta unos 40 mts de desnivel, para luego ya transitar prácticamente sin perder desnivel ni casi ganarlo hasta el collado de las Lagunas.

Tomamos el sendero a izquierdas, dirección al collado de las Lagunas. Jorge I. nos va recordando que está prácticamente a 3 kms de su casa de Peguerinos.

Decidimos abandonar el sendero de forma momentánea y a través de una puerta cruzar la alambrada hacia terrenos de Ávila para visitar las verdes praderas de pasto que se ubican al otro lado.

Durante aproximadamente un kilómetro y algunos cuantos metros más, transitamos por un sendero que recorre parte de estas praderas, que en esta época del año lucen una alfombra verde esplendorosa.

Un poco antes de que este camino termine en una pista ancha de tierra que va en dirección hacia las lagunas de Poyales (o también conocidas como lagunas de Peguerinos), tomamos a nuestra izquierda otro pequeño sendero que se encamina de nuevo hacia la valla divisoria, a la altura de otra puerta que nos devolverá de nuevo al término municipal de El Espinar.

Una vez pasada esta segunda puerta, seguimos por un estrecho sendero que va pegado junto a la alambrada divisoria, hasta alcanzar en un cruce el camino que habíamos dejado anteriormente. Proseguimos siempre en dirección hacia el collado de las Lagunas, por un terreno prácticamente llano. 

Más adelante, a nuestra derecha, nos encontramos con un tronco de árbol medio seco, que tiene dos ramas en cruz, y al que muchos le llaman el crucifijo por su forma. Algunos aprovechan para hacerse una foto delante de su singular tronco.

Este árbol nos indica que estamos cerca ya del peñón dónde se ubica la famosa cruz de Pedro Álamo. Cruz que prácticamente no se ve hasta que estás debajo de ella. Rodeamos el peñón y vamos a buscar la grieta que permite alcanzar su cruz.

La leyenda de esta cruz es muy popular y conocida, y hay que remontarse hasta el año 1617, como indica una inscripción que hay bajo ella, para conocer su origen.

Cuenta esta leyenda que un vecino del Espinar que estaba por esta zona de noche fue sorprendido por una fuerte tormenta. Invocó al Cristo del Caloco pidiendo ayuda para poder llegar sano y salvo a la población. Como agradecimiento, coloco en este peñón una cruz de piedra que hoy ya ha desaparecido y que ha sido sustituida por una cruz de hierro.

Cuando estamos en la cruz realizando las correspondientes fotos de rigor y disfrutando de las vistas que se tienen desde este emplazamiento, empieza a tronar y a caer algunas gotas de lluvia. Recordando la leyenda y aunque alguno propuso realizar la comida en este punto, decidimos bajar lo antes posible y evitar una posible tormenta aquí arriba dónde nos encontramos más expuestos.

El objetivo era bajar lo antes posible al Camino del Ingeniero. Para ello, bajamos campo a través, buscando siempre el recorrido mas obvio y cómodo, intentando localizar un trazado que llevo en un track. Desde luego si había senda, la vegetación la ha cubierto, por lo menos en la parte más alta de la ladera, o yo no fui capaz de encontrarla.

Vamos bajando de forma bastante cómoda sorteando pinos y matorrales, buscando siempre los mejores pasos y en un punto determinado conseguimos enlazar con este difuso trazado que tenía marcado. Seguramente si el recorrido se hace en subida en lugar de bajada como estamos realizando nosotros, sea más evidente seguir su trazado hacia el peñón. Intentamos seguirlo ladera abajo y sin mayores problemas alcanzamos el Camino del Ingeniero.

Una vez agrupados todos, nos dirigimos hacia la majada del Brezo para realizar allí la comida, junto a la fuente del mismo nombre.

Se trata de un pequeño claro en el bosque donde todavía persisten las ruinas de lo que en su día fue un refugio o chozo seguramente usado por los gabarreros que recorrían estos bosques recopilando troncos y leña.

La fuente se ubica por debajo del Camino del Ingeniero, junto a un pequeño sendero paralelo. Es una pequeña fuente de piedra con caño, y con un capazo que a modo de pila recoge el agua que de él se desprende. Según se indica en el libro de las fuentes de esta zona, fue destruida accidentalmente en unos trabajos madereros, y reconstruida en el año 2017, por el ayuntamiento de El Espinar.

Una vez finalizada la comida, tomamos el sendero que, desde las ruinas de la majada, baja ladera abajo en dirección a la pradera del Coteo. El sendero sigue un trazado más o menos claro, pero en algunos tramos baja en fuerte inclinación, pero se puede seguir sin mayores problemas.

Atravesamos el camino por el que pasamos esta mañana, entre la cantera (que ahora queda a nuestra derecha) y el camino del arroyo del Boquerón, y proseguimos hacia abajo por una pista cómoda. Más adelante alcanzamos un cruce a nuestra derecha, donde encontramos un poste indicativo de la ruta que se dirige hacia la cantera.

Pasamos de nuevo por la cruz de Santa Quiteria y alcanzamos el aparcamiento sin más novedad, y lo más importante, sin que nos haya caído ni una sola gota de agua. Luego pudimos ver en la vertiente de Madrid el destrozo que habían realizado las tormentas y el granizo a lo largo de toda la tarde.

Como colofón nos acercamos con los coches hasta el aparcamiento público que hay junto a la iglesia y nos fuimos a la plaza a tomarnos un merecido refrigerio en una de sus terrazas donde fuimos invitados por Jorge M. por su reciente cumpleaños.

Aunque gran parte del trazado ya era conocido por el GMSMA, le otorgo una puntuación de 4 sicarias.
Carlos Revilla 

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