TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RUTA EN WIKILOC
RESUMEN
Agosto, aunque a finales. Calor, aunque más bien poco. Aun así: NUEVA JORNADA DE RUTA DEL AGUA. Para estar fresquitos y si es posible para que los ‘acuáticos’ nos demos un bañito. En esta ocasión, parece que la última acuática de la temporada, vamos a repetir una bonita excursión que ya hicimos el verano pasado. Será por el
rio Lozoya, ese en cuyas aguas si te bañas se te pone la nariz como una …… como una….. po ….pooooo ……. ¡zanahoria! Eso eso, ‘si te bañas en el
Lozoya se te pone la nariz como una zanahoria`.
Zanahorias aparte, resulta que el día salió más bien fresco, a priori frio, lo que después de las largas olas de calor de este verano, es de agradecer. Pero entonces que: ¿llevamos bañador o llevamos forro polar? En muchos casos ganó el bañador, aunque apostaría a que en alguna mochila había un forro polar o un anorak.
Nos reunimos en el aparcamiento de antiguo restaurante de Los Claveles, pegadito al de La Isla, en la M-604, cerca de Rascafría. Comenzamos a caminar rio arriba, pasamos junto al puente de La Isla, sin cruzarlo.
Por debajo pasa el
arroyo de la Angostura, aunque
Google Maps le denomina
río Lozoya (el de la zanahoria). Realmente este nombre lo adopta tras la unión del
Angostura con el
Aguilón, unos km aguas abajo.
Algo más adelante llegamos a la cascada del embalse del Pradillo, siempre espectacular. En esta ocasión con menos agua que en otras temporadas.
Aprovechamos para hacer un montón de fotos. Seguimos caminado aguas arriba dejando el embalse a nuestra izquierda, en cuya cola hay varios árboles caídos. y una pequeña construcción de la presa.
Ligeramente más arriba giramos bruscamente a la derecha, alejándonos del rio y cruzamos la carretera que une el Puerto de Cotos con Rascafría (M-604), e iniciamos una cuesta.
Apenas unos metros después, cuando llevamos 1,5 km, hacemos una breve parada junto a una construcción-almacén. Paco nos cuenta (como siempre que pasamos por aquí) que allí estaba la llamada ‘
Casa de la Horca’ y el motivo de este nombre. En tiempos en que esta zona era territorio segoviano y como
Rascafría estaba muy lejos de
Segovia, este pueblo tenía la potestad de juzgar y condenar.
Y aquí es donde ahorcaban a los condenados a muerte. Hasta aquí venían andando, cruzando el llamado
Puente de Perdón. Que se llamaba así porque los presos tenían una última oportunidad de apelar su sentencia en el propio puente. Si eran perdonados, podían cruzarlo y ser liberados, pero si no, continuaban hacia la
Casa de la Horca para ser ajusticiados
Este es el motivo histórico del nombre del puente. Actualmente podemos considerar un nuevo motivo para ese nombre: A los que lo cruzan andando, se les perdona la abusiva cuota que sí se aplica a los que lo cruzan un poco más adelante en coche, nada menos que 9 €, si quieres acceder a la zona de
Las Presillas.
Continuamos ascendiendo un poco, vemos varias patrullas forestales, tal vez debidas al riesgo de incendios que ha habido en este agosto, con tan tristes resultados que todos conocemos. En esta zona hay muchas moras. Cato algunas y verifico que estaban en su punto.
Pasamos junto a una
lagunilla, que esta vallada, ya que es un criadero de anfibios. Y está vallada para que ¿no cojamos ranas? ¿no las asustemos? ¿no pisoteemos el entorno?
Pasamos junto a un depósito de agua e inmediatamente después, cuando llevamos 3,4 km Llegamos a la explanada totalmente despejada de árboles, en que se encuentra el Mirador de los Robledos, que da nombre a la ruta, y nos hacemos en él la foto de grupo.
Aquí también destacan una de esas señalizaciones tipo brújula en que se nos indica el nombre del monte o zona a que señala la aguja cuando la giramos.
Vemos El Paular, Rascafría, Peñalara, Claveles, etc. También esta el monolito-monumento dedicado a los
Agentes Forestales.
Seguimos, metiéndonos de nuevo en el bosque, y al llegar a un puente que cruza el
arroyo de La Umbría, paramos para el Ángelus.
Poco después, en un nuevo giro a la derecha, alcanzamos el arroyo del Pedrosillo y seguimos por una amplia pista paralela al arroyo. Pasamos por unas cuantas casas y fincas de recreo o vacaciones. Como una con una cuadra de caballos (km 7) o la llamada Pinar de los Alemanes (km 8,4).
Esta pista desemboca en la carretera, cerca del
Monasterio de El Paular. La cruzamos y retrocedemos por ella unos 100 metros, para girar a la izquierda y entrar en la zona de
Las Presillas. Cruzamos el rio por un puente que, aunque no es el del
Perdón, como llegamos andando, somos perdonados de la correspondiente cuota. Vemos que han instalado barreras de acceso y todo, no vaya a ser que algún coche se cuele sin ser perdonado.
Y llegamos a
Las Presillas (9,5 km), esas fenomenales piscinas naturales llenadas con aguas del
rio Lozoya. Sí, aquí ya sí se llama zanahoria, digo
Lozoya.
Me llama la atención que no hay mucha gente, tal vez por ser miércoles, tal vez porque el día iba a ser fresquito, tal vez porque aún en agosto mucha gente esta fuera de vacaciones, tal vez por el castigo de los 9 €, o tal vez por una mezcla de todo ello.
Unos cuantos nos damos un refrescante y relajante baño, que, además de dejarnos la nariz como una zanahoria, nos deja como nuevos. ¿Qué como estaba el agua? Pues fenomenal.
Para mi gusto más caliente que fría, pero seguro que hay quien opina que estaba helada. A ver, seré raro, pero es que a mi me gusta que el agua me refresque, y no que me caliente, si esta fría pues nadas un poco y se acabó el frio. Tras el baño comemos el bocata en la terraza del bar-chiringuito que hay en Las Presillas.
Cruzamos el rio allí mismo y seguimos de nuevo aguas arriba. Un poco más adelante pasamos por la desembocadura del
arroyo Aguilón siguiendo por el
Angostura, que es como se llama hasta aquí, y aún vuelve a cambiar de nombre más arriba, pasando a ser
arroyo de las Guarramillas, por ser éstas donde nace.
Algo mas adelante, hacemos una paradita en una fantástica y refrescante poza, junto a un puente sobre el rio (km 10,5 de nuestra ruta). Cruzamos el puente y seguimos junto al agua, esta zona es especialmente encantadora.
Pasamos junto a una fuente, que, por algún tipo de fenómeno paranormal extraterrestre no la tenía controlada Carlos Revilla. Lleva una inscripción: Fuente del Acampado. Parece que este nombre se puso recientemente por los miembros de un campamento de Acción Católica.
Cuando llevamos casi unos 12 km nos encontramos con una antigua central eléctrica, ‘
la fábrica de la luz´, como se las llamaba entonces. En su interior aun quedan resto de la maquinaria que se usaba.
También están los restos de un caserón, la que fue en su momento la del guarda que velaba por el correcto funcionamiento de la central.
De nuevo cruzamos el rio y cuando ya casi estamos terminando (km 12,5) pasamos junto a una construcción de madera, que tiene toda la pinta de haber sido hasta no hace demasiado un bar/merendero. Una pena que ya no lo sea. Está en un sitio es muy agradable.
Y terminamos, unos 13 km. Y para cerrar la jornada vamos a tomar algo al bar de La Isla, por el que habíamos pasado al inicio de la ruta. Donde nos invita Leonor, que acaba de ser abuela. Felicidades Leonor.
No sé qué tiene este bar. Más de una vez no solemos ser bien recibidos, en esta ocasión la camarera parece cabrearse con nosotros ‘porque esta muy liada y no da abasto`. Tal vez necesite un ayudante y así tratar mejor a los clientes en vez de espantarles.
Por lo demás, bonita y refrescante ruta, la califico con 4 sicarias.
Jorge Montero