Inicio: El Collado. Bustarviejo
Final: El Collado. Bustarviejo
Tiempo: 4 a 5 horas
Distancia: 12,4 Km
Desnivel [+]: 637 m
Desnivel [--]: 637 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4
Participantes: 22
MAPAS
* Mapas de localización y 3D de la ruta


PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
TRACK
PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH
RUTA EN WIKILOC
RESUMEN
Para esta ruta quedamos en el aparcamiento que está enfrente del Campo de Fútbol Municipal de
Bustarviejo, conocido como
el Collado.
Desde allí, bajamos en dirección contraria al campo de fútbol, pasamos junto a una laguna y continuamos por un camino que nos llevó hasta el pueblo de Bustarviejo y así evitamos ir por la carretera, que sería el camino más corto.
Entramos en el pueblo atravesando el
arroyo de las Flores y nos dirigimos hacia la
Plaza de la Constitución, donde se encuentra el Ayuntamiento y donde ya están colocando los adornos navideños de este año.
Atravesamos el pueblo de sur a norte y salimos por el camino que transita al lado del arroyo de las Ferminas, que fue el que nos marcó la subida durante un buen tramo de nuestra ruta.
El camino es un sendero rodeado de árboles y zarzales que se cierra como si de un túnel se tratase y que nos guía con un ligero ascenso siguiendo el curso del arroyo.
Una vez fuera del túnel el camino, poco a poco, se vuelve angosto y poco transitado, lleno de maleza y con una inclinación considerable. Empezamos una subida de las que nos gustan en el GMSMA. Curiosamente y contra todo pronóstico, nadie se queja. ¿Será porque Carlos ya nos va acostumbrando a estas cosas del penoso campo a través?
Hay camino, pero no es evidente y hay que ir buscando en todo momento por donde va a riesgo de equivocarnos y volver hacia atrás.
Con una altura considerable y con unas buenas vistas, procedemos al famoso Ángelus de las 12:00h para reposición de las fuerzas mermadas en la subida.
Una vez concluido el almuerzo continuamos, pues aún nos queda una buena parte del ascenso hacia La Albardilla, que es un pequeño montículo rocoso de 1.656 m de altura.
Aquí ya empieza anotarse el viento helado que nos acompañará en toda la ascensión por la parte alta de esta sierra.
Seguimos hacia el Collado Abierto o de Hernán García, también conocido como el Collado de la Peña de Las Grajas, por el cercano pico rocoso que allí hay con este nombre. Lo de Collado Abierto nunca fue mejor colocado, pues no hay puerta que cierre el paso del gélido viento y que nos dejará a todos helados.
En este punto se juntan los caminos del
Mondalindo (de 1.830 m), el de la bajada hacia la
Mina de Plata de
Bustarviejo y el de la subida a
la Braña.
En esta maravillosa ubicación paramos para hacernos la foto de grupo de rigor, y sería aquí donde nos despedimos de la parte del grupo de estrellas fugaces y que comenzaron su vuelta hacia donde dejamos los coches.
El resto seguimos hacia la empinada ascensión por un cortafuegos al pico de Cabeza de la Braña, de 1.770 m de altitud.
Delante del pico se encuentra una caseta de observación de agentes forestales, en donde hay un pequeño mirador con unas vistas espectaculares del valle entre
Bustarviejo y
Miraflores de la Sierra.
Una vez alcanzado el alto de La Braña, empezamos la bajada en dirección hacia el Puerto de Canencia. Por allí cerca hay alguna fuente y por eso Carlos, haciendo honor a su apellido “Fuentes”, va en su busca para la ampliación de su repertorio. Encontró la fuente del Piornal y no sé si alguna más.
Pronto la bajada se hace más y más pronunciada, y el camino se vuelve de nuevo tortuoso, haciendo que descendamos con la mayor de las precauciones para no tropezar y estropear tan bonita ruta.
Llegamos al final de la bajada hasta cerca del Collado Cerrado o Hermoso. Lo de Cerrado también le viene al pelo, pues aquí el aire se detiene algo y se hace más llevadero que en cotas más altas y despejadas.
De todas formas y como hace algo de viento todavía, nos acercaremos a un mirador cercano donde comimos y disfrutamos de las mejores vistas del bien llamado
Valle Hermoso, con la protección de un roquedal a nuestras espaldas. Un balcón al valle espectacular y que nos hace pasar un rato muy agradable en buena compañía, reponiendo fuerzas y deleitándonos de unas maravillosas vistas con gran variedad de colores otoñales amarillos y ocres.
Después de este merecido descanso, acometimos el tramo final del camino que nos llevó al aparcamiento, pasando por el
manantial de la Gregoria. Ya solo es seguir la senda del
GR-10 y no hay perdida.
A esta espectacular ruta, no exenta de esfuerzo en subida y bajada, por su belleza y encanto le doy 4 sicarias de puntuación.
Jorge Isidro Sánchez
FOTOS