miércoles, 4 de octubre de 2023

Excursión 731: Abantos desde Robledondo

FICHA TÉCNICA
Inicio: Robledondo
Final: Robledondo
Tiempo: 5 a 6 horas
Distancia: 15,9 Km 
Desnivel [+]: 668 m 
Desnivel [--]: 668 m
Tipo: Circular
Dificultad: Media
Pozas/Agua: No/Sí
Ciclable: Sí
Valoración: 5
Participantes: 28

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta

















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta













TRACK

PANORÁMICA 3D GOOGLE EARTH

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RESUMEN
El día aún no se adivinaba y ya estaba despierto, imposible volver a conciliar el sueño. Es miércoles y hoy, ¡por fin!, podré ir con el GMSMA. Me siento como fiera encerrada, dando vueltas por la casa, sin sentido alguno, esperando la hora de salida.

A las 9h30 estamos en el punto de encuentro, frente al bar Avenida, en la población de Robledondo, a 1360 msnm (metros sobre el nivel del mar). Los primeros coches van llegando. Saludos de bienvenida por doquier, hasta que, a la hora precisa, Antonio inicia su marcha y esa es la señal de salida del grupo de los 28 senderomagos, que aún seguirán a lo largo del camino en amenas charlas e intercambiando anécdotas varias ya desde la salida, haciendo la ruta más suave y agradable. Contamos, por primera vez, con la presencia de Luis.

Robledondo, como muchos otros pueblos de la zona, tiene su origen en la repoblación de Segovia de estas tierras. Este pueblo, de poco más de 230 censados, es una pedanía de Santa M.ª de la Alameda que perteneció a Segovia y concretamente al Sexmo de Casarrubios, con El Escorial a la cabeza, división administrativa perteneciente a la Comunidad y Tierra de Segovia.

A las 10h00 es el momento del inicio de la ruta, encaminándonos hacia la salida del pueblo, descendiendo la calle se toma el camino del Venero que va bordeando el arroyo Robledondo atravesando el puente que, al igual que el camino, ha quedado fuertemente dañado por las caudalosas lluvias de fechas recientes.

Tomamos el Camino de la Cancha y constatamos que el deterioro del firme producido por las lluvias va a ser muy común a lo largo del mismo. Nos encaminamos por el sendero, comenzando la subida, dejando atrás el pueblo.

Atravesamos una valla a través de un portón, asegurándose que queda tal como se encontraba. Proseguimos la ruta no sin recrearnos en el hermoso paisaje.

A los pocos minutos hacemos una pequeña parada, volviendo la vista atrás para ver si divisamos la llegada de dos componentes del grupo algo rezagadas. Observamos de lejos los rojos tejados del pueblo que contrastan en la parte baja con el verdor del campo gracias a las recientes lluvias.

Proseguimos por una pista ancha y más cómoda. Pero el GMSMA no es mucho de buscar el camino fácil y pronto tomamos un sendero pedregoso y estrecho, para “atrochar”.

Aunque el tiempo parece que no ha sido muy favorable, Marcos C. (un experto en micología, además de otras artes) perfectamente equipado, como manda el reglamento y la razón, aprovecha los primeros pinos para adentrarse, yo le sigo, tratando de aprender algo

No hay que olvidar que el objetivo de esta ruta era “empezar la temporada de búsqueda de setas repitiendo una excursión que hicimos entre Robledondo y el Monte Abantos”.

A lo largo de la excursión podemos observar toda la vegetación y el ecosistema de la zona, es decir, los chopos, fresnos, zarzas, rosales silvestres y endrinos, pero también encinas, jaras, cantuesos, retama negra y. en la ladera de Abantos, el robledal.

La mayor parte de los pinos proceden de una repoblación promovida por la Escuela de Ingenieros de Montes de San Lorenzo del Escorial para repoblar la ladera de Abantos que se encontraba desforestada debido a una serie de incendios. Esta zona fue recuperada con pinos negrales, pino silvestre o albar, hayas, jaras y cantueso.

Pero volvamos a nuestro camino. Mientras seguimos caminando paralelos a un muro de piedra, divisamos el majestuoso Monasterio de San Lorenzo del Escorial, y a lo lejos, nuestro objetivo de hoy, el Pico de Abantos.

Llegamos al vértice geodésico del Cerro de la Cabeza (1679 msnm) desde el que disfrutamos de las hermosas vistas ahora con más tranquilidad. Las vistas son fabulosas, gracias al luminoso día despejado y a la atmosfera limpia, que nos permite divisar la Sierra de Gredos, por un lado, por otro La Sierra de Malagón y el Abantos. Más alejados en la zona central del Guadarrama los de La Maliciosa, Peñalara y algunos riscos de la Pedriza, destacando claramente el Yelmo entre ellos.

Vamos bajando al borde de una valla metálica por un camino con bastantes piedras sueltas y muy dañado por las fuertes precipitaciones recientes. Observamos, a nuestra izquierda, que el embalse del Tobar está aún con mucha sed de agua para cubrir sus necesidades.

Atravesamos la valla por un lugar habilitado a tal fin para proseguir el camino hasta llegar a la Solana del Ventisquero, donde hacemos una parada para reponer fuerzas e hidratarnos.

Algunos hacen de “estrellas fugaces” para regresar a Robledondo y el resto nos encaminamos hacia el puerto del Malagón, conocido también como alto de Abantos o puerto de San Juan de Malagón. Es de gran importancia en el mundo del ciclismo, puesto que en numerosas ediciones de la Vuelta a España se ha pasado por este puerto, siendo final de etapa en muchas ocasiones.

Cerca de aquí, en lo alto de un risco a 1600 msnm, una cruz blanca clavada en la piedra, concentra nuestra atención y es objeto del interés de numerosas fotos del grupo y nos sirve de referencia a muchos para obtener algunas instantáneas.

Comentan que se trata de la Cruz de Rubens, creo que también la llaman la cruz del Despeñadero. Esto me crea serias dudas, dado que, unos metros más abajo, escondida en el bosque, habíamos pasado por otra de color marrón que afirmaba ser la auténtica Cruz de Rubens.

Al parecer, Felipe II encargó instalar tres cruces de madera en lo alto de la sierra, dos en el entorno del puerto de Malagón y una tercera en la cumbre del Monte Abantos. En 1629 Rubens subió al alto de Malagón desde donde realizó el boceto con todo lo que abarcaban sus ojos. Con el transcurso del tiempo, las tres cruces desaparecieron. En 1967, a instancia del historiador Auberson, se colocaron las actuales.

Proseguimos la marcha por la senda que nos va a llevar al Pico de Abantos, ascensión que vamos realizando por una pista, un camino muy deteriorado y pedregoso, pero con incursiones para buscar setas. Sin darnos cuenta, pese a la dificultad del terreno y del desnivel a franquear, estamos en lo alto de Abantos con sus 1753 msnm de altitud, con su punto geodésico, una antena y una cruz.

El monte Abantos, pertenece a la Sierra de Guadarrama y su terreno está dividido entre Madrid y Ávila. El nombre proviene del abanto o buitre egipcio, un ave rapaz bastante común en esta zona de la sierra en la época de Felipe II.

Nos damos el tiempo necesario para divisar el magnífico entorno y todo lo que podemos divisar desde lo alto. La hermosa jornada llena de luz invita a recrearse con las vistas y a algunos a inmortalizar el instante.

Nuevamente en ruta, de vuelta al lugar de procedencia, pero no por el mismo camino. Nuestro primer destino sería la Fuente del Cervunal. Es una fuente con buena cantidad de agua todo el año. Debe su nombre al cervuno, gramínea de montaña que la rodea, acompañada por la hierba de San Antonio.

En la pradera que se encuentra esta fuente hay marcas del GR-10. Allí había un grupo de gente que, según nos dijeron, estaban participando en un test de orientación y que ya nos habíamos cruzado con ellos en dos ocasiones, una de ellas en la Solana del Ventisquero, donde nos hidratamos. Este lugar con su fuente y su correspondiente abrevadero parece que invita a reunirse y saciar el hambre y la sed.

Tras el descanso es el momento de retomar el camino subiendo por la zona del arroyo del Romeral. Vemos una máquina que está reparando el camino y sus bordes para permitir que las aguas vuelvan a correr naturalmente por los cauces que los bordean. A nuestra derecha se puede ver la presa de mismo nombre.

Continuamos el regreso pasando por los Tientos, La Lapida y nuevamente al Puerto de Malagón. El camino de vuelta parece que se realiza a mayor ritmo, es mi impresión, quizás pensando en el momento de una buena cerveza en el bar de la localidad.

El ritmo se hace más evidente cuando tomamos el Camino de la Cancha, la Cuerda del Ortigal, tomando seguidamente el desvío para tomar el Camino del Venero, que va paralelo al arroyo de Robledondo, desandando el camino de inicio de la ruta.

Con pena observamos que el bar está cerrado, también ahora, con lo que nos quedamos sin refrescos ni cervezas, al igual que el ansiado café del inicio.

Toda la “cosecha” del día de búsqueda de setas han sido dos tristes boletus. Hasta aquí esta bonita y agradable ruta de hoy de cerca de 16 km y un desnivel acumulado de casi 670 m.

Quedo soñando que pueda pronto volver a participar en una nueva ruta con GMSMA, a ésta le otorgo una valoración de 5.
Ignacio Reales


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