* Mapas de localización y 3D de la ruta
PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta
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RESUMEN
En esta ocasión nos ha citado Antonio en el pueblo de Los Molinos para disfrutar de la floración de los cambroños, que en el 2023 no pudimos disfrutar por haber pasado la floración.
El Cambroño es una planta espinosa del género adenocarpus y de la familia de las fabáceas natural de la Península Ibérica, a la que también pertenecen los piornos. Se caracteriza por su floración amarilla.
En la Comunidad de Madrid se da sobre todo en la zona del pueblo de los Molinos y más concretamente en la falda del Pico de la Peñota, que es a donde nos dirigiremos en esta excursión. Como curiosidad diré que antiguamente esta planta se utilizaba, en infusión, como vomitivo y como vermífugo (contra las lombrices intestinales) a parte de su uso para hacer escobas y encender fuego.
Como toledano que soy, tengo que comentar que en Toledo capital tenemos un monumento, la Puerta del Cambrón, que hace referencia a esta planta porque en la zona en la que está construida predominaba el cambroño. Esta puerta fue construida en el 1492.
Bueno, pues una vez documentados sobre lo que vamos a ver, empezaré a describir la excursión. Tengo que destacar en esta ruta, la presencia de nuestro gran amigo y montañero Paco Cantos, que llevábamos un tiempo sin verle. ¡Bienvenido Paco!
Tras los saludos de los senderomagos nos pusimos en marcha para disfrutar de las laderas en flor de los cambroños. El terreno se presenta cómodo, ya que empezamos a andar en un camino forestal, denominado Camino de la Solana, a poco de comenzar nos encontramos con un cartel informativo de que estamos en la Ruta de los Cambroños, detrás de él podemos ver unas laderas que parecen un manto amarillo pues están todas tapizadas con su flor. Continuamos la marcha por dicho camino, que a ambos lados divisábamos laderas amarillas con estas flores.
Cuando llevábamos caminados aproximadamente unos 3 km., llegamos a la Fuente de la Peñota que como era de esperar más de uno bebió para deleitarse de su agua fresca. Desde este lugar se veía el Pino Solitario donde encontraron el cuerpo de Blanca Fernández Ochoa, tras haber desaparecido cuatro días antes.
Continuamos nuestro recorrido hasta alcanzar el arroyo de la Peñota y, siendo ya la hora del “ángelus”, nos detuvimos para tomar el tentempié establecido. Después de haber recuperado fuerzas, continuamos en el Camino de los Lomitos, donde nos cruzamos con otros dos arroyos uno de los cuales tenía una pequeña, pero bonita cascada.
Continuamos nuestro camino hasta llegar al arroyo de Los Irrios, que va a parar a la presa del mismo nombre, que más tarde pasaríamos por ella, durante todo este recorrido disfrutábamos de la exuberante floración amarilla.
Atravesando una zona arbustiva, que creo que se llamaba Praderas Gordas, llegamos a un túnel bajo las vías del tren y poco después el camino pasaba junto a la valla de unas caballerizas llamadas Prados Monteros.
Proseguimos nuestro camino por la zona de Prados Monteros llegamos a la Presa de los Irrios también llamada Presa de Sirrios o Presa Rota, que fue construida entre los años 1945 y 1950. Por error de calculo del muro de contención, tuvo que abrirse, mediante voladura con dinamita, una brecha de desagüe en el centro de dicho muro para que el agua no alcanzara nunca la máxima altura de dicha presa, por posible derrumbe.
En un principio se construyó para abastecer de agua al pueblo de Los Molinos, pero actualmente está en desuso.
Después de pasar la presa continuamos por un camino forestal y a través de una senda, cogimos el Camino de Las Cuevas, donde volvemos a encontrarnos con un poste indicativo que confirma que vamos por la Ruta de los Cambroños. Continuando el camino, cruzamos el arroyo Navarderos que, aunque pequeño, era bonito por las pequeñas cascadas que producían las piedras del cauce. Llegamos otra vez al cauce el arroyo de la Peñota, que lo vadeamos por debajo de un puente, sobre el que pasa la vía del ferrocarril.
Seguidamente conectamos con el Camino del Puerto a Los Molinos, el cual nos llevó hasta el primer camino que anduvimos esta mañana (Camino de la Solana) y desde aquí, retrocediendo sobre nuestros primeros pasos, llegamos a los coches en donde nos esperaban los compañeros que habían tomado un atajo con Paco Cantos.
Como de costumbre la ruta terminó con unas cervezas bien merecidas. Por todo lo contado, a esta excursión le doy 4,5 sicarias.
Esteban Fernández
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