viernes, 27 de mayo de 2022

Excursión 628: Río Cerezuelo y Castillo de la Yedra. Sierra de Cazorla

FICHA TÉCNICA
Inicio: Cazorla
Final: Cazorla
Tiempo: 1 a 2 horas
Distancia: 5,1 Km 
Desnivel [+]: 278 m 
Desnivel [--]: 278 m
Tipo: Circular
Dificultad: Baja
Pozas/Agua: Sí/Sí
Ciclable: No
Valoración: 4,5
Participantes: 32

MAPAS 
* Mapas de localización y 3D de la ruta



















PERFIL
* Perfil, alturas y distancias de la ruta














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RESUMEN
Después de la maravillosa cena de la noche anterior, regalo de nuestros anfitriones Leonor y Fernando, Cazorla amaneció con otro espléndido día de sol.

Nos reunimos todos a las 10 de la mañana en la Plaza Vieja, antes unos churritos con chocolate o café en el bar del Huevo, situado en la Plaza de la Corredera, también llamada Plaza del Huevo.

El grupo comienza su camino por el río Cerezuelo, afluente del Guadalquivir, eje central de vida de los habitantes de Cazorla. Un molino y un cuadro de cerámica nos recuerda a las mujeres que iban a lavar al río.

Una subida llena de naturaleza en estado puro, ocas empollando sus huevos en la ladera del río, puentes de madera que nos llevaban de un lado a otro y el murmullo de su agua cristalina despertaron todos nuestros sentidos. Las paradas fueron múltiples, fotos, chascarrillos y la generosidad de los amigos que todo lo comparten.

El grupo va camino del castillo de la Yedra, pasando antes por la Cascada de La Malena que nos regaló el agua que no siempre la contempla. Llegada al castillo y sentadilla en la silla del Moro.

Este castillo siempre fue fortaleza, pero antes, dice una leyenda, que en la reconquista de la ciudad hubo una princesa mora encerrada por su padre, en las mazmorras del castillo, era tan bella que no quería que los cristianos que entraban a sangre y a fuego, raptaran o mataran a su hija.

El rey moro murió en la guerra y la princesa acabó con sus provisiones, se durmió o creyó dormir, con atroces pesadillas y cada vez que despertaba frotaba sus manos y las sentía viscosas, así se transformó esta bellísima y desdichada princesa en la Tragantía, mitad mujer y mitad serpiente, que en las noches de San Juan canta con dulcísima voz:

Yo soy la Tragantía
hija del rey moro,
quien me oiga cantar
no verá la luz del día
ni la noche de San Juan
si un niño escucha esta canción,
el monstruo lo devorará.

El castillo de la Yedra, también llamado el castillo de las cuatro esquinas, se encuentra en la parte inferior del cerro de Salvatierra sobre el río Cerezuelo, data de la época bereber, siglo XI ó XII, aunque fue terminado por los castellanos. Los 813 metros de altitud, permiten divisar la ciudad de Cazorla y sus alrededores.

Hasta 1972 perteneció a las hermanas Mercedarias de la Caridad, actualmente es sede del museo de artes y costumbres del Alto Guadalquivir.

Nos recibió una guía que nos explicó todos los rincones del castillo.

El acceso a las diferentes salas tiene unas escaleras desiguales en altura para dificultar la subida en caso de ataque.

La primera sala es una capilla con un Cristo de tamaño natural románico-bizantino y en las paredes representación de los apóstoles.

Segunda estancia o sala de Armas. Espadas, ballestas, hachas y arcones, decoran la sala. Mobiliario de los siglos XVI y XVII.

Tercera estancia o sala Noble, tiene una bóveda de crucería gótica y tres tapices flamencos del siglo XVII. Bargueños y muebles del XVIII, completan este lugar.

En un edificio anexo, se encuentra la entrada al museo, con maquetas de la recolección de la aceituna y el cereal.

Continuamos la visita contemplando tres maquetas de molinos de aceite, cerámica popular y un curioso cuadro de un pintor local que sitúa una escena de una madre y sus dos hijas esperando el regreso a casa del padre que está en la guerra. La niña que está de pie te sigue con la mirada allá donde vayas, se siente la energía.

Por último, una auténtica cocina cazorleña, utensilios, vajilla y cerámica granadina (fajalauza), nos enseñan cómo se desarrollaba la vida familiar en torno al hogar. Dos maquetas de cortijos, uno de campiña y otro de la sierra cierran esta agradable visita al castillo de la Yedra.

Llega la hora de la esperada cervecita y el aperitivo que siempre te regala esta localidad. Algunos se van a comprar el oro líquido tan rico en estas tierras, también embutidos, dulces y pan del lugar.

Volvimos a reunirnos todos en la Plaza Vieja, en Casa Tino, donde dimos rienda suelta a nuestro buen comer. Probar las migas, son deliciosas.

Dar las gracias a todos, en especial a Leonor y Fernando y por supuesto a Luis, que nos enseñó lugares increíbles de la sierra de Cazorla. Gracias por vuestra acogida en un lugar que siempre llevaré conmigo. Volveré.

Por el regalo del paseo a los sentidos y su final cultural, a esta excursión le otorgo 4,5 sicarias.
Lola Bosque 


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